miércoles, 31 de diciembre de 2008

Mis deseos para el 2009

Desearía que para el 2009, no tuvieramos que seguir pidiendo algunos deseos:

Desearía que no tuvieramos que pedir por la paz, por que no tendría porque haber guerras

Desearía que no tuvieramos que pedir para que no haya hambre en el mundo, porque las naciones líderes tendrían que invertir parte de sus gastos militares o superfluos (como salvar a los timberos de Wall Street), en asistir a quienen sufren hambre.

Desearía que no tuvieramos que pedir por el fin de la violencia, porque los hombres deberían entender que son hermanos (al fin y al cabo, es lo que dicen todas las religiones ).

Desearía que no tuvieramos que pedir por el fin de la intolerancia, porque la gente debería comprender que la armonía y la tolerancia es el mejor modo de convivir.

Desearía que no se molesten los que me ven pensar distinto y dejen de ofenderse por mis ideas, los que no tienen mejores ideas.

Desearía en definitiva, que no tuvieramos de desear que cambie aquello que nunca tendría que haber ocurrido, desearía que solo tuvieramos que desear el mejor final posible para nuestros esfuerzos y que nadie desee aquello, que haga sufrir a otra persona.

Desaría que todos cumplan sus mejores deseos.......

¡¡¡¡ FELIZ 2009 !!!!!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡¡¡ Feliz Navidad !!!

A pesar de que lo psicologos buscan nuevas fuentes de trabajo hablando de las angustias navideñas, de reuniones familiares forzadas o como editorializó Caparroz en Crítica Digital, de celebrar el triunfo de la idea del nacimiento de Jesus, sobre cualquier crítica o analisis histórico, elijo la praxis del lechon, los gritos familiares (peleas incluidas), la mezcla inadecuada de bebidas, la indegestión y la reunion familiar (aunque sea forzada).

Toda racionalización de algo que realiza el hombre sin mucha lógica, como esta celebración, herencia de las fiestas romanas y la tradición cristiana (que solo buscaba extingir un rito pagano) pareciera que obligara a todo tipo de analisis intelectual de porque nos portamos como cerdos (gritamos, comemos, bebemos y nos reunimos). Estos analisis me recuerdan el cuento de los 4 ciegos y el elefante, cada ciego toca una parte del elefante y así el ciego que toca la cola, dice que el elefante es como una soga, el que toca la trompa, dice que es como una manguera, el que toca una pata, dice que es una columna y el que toca la panza, dice que es como una pared, pero por sobre las opiniones de los ciegos emerge la realidad imponente del elefante. La navidad de hoy excede estos analisis pequeños, la navidad se ha convertido en una resunion familiar donde se afirman los lazos familiares existentes (convengamos que quienes han roto sus lazos familiares, no los van a poder pegar en esta fecha).

Las peleas, atracones, borracheras son parte de como vivimos, el exeso se ha convertido en una costumbre y no veo porque nos extrañamos de nuestra forma de actuar. Pero mas que analizar prefiero vivir estas fiestas, hacer que mi colesterol alcance niveles elevadísimos, mi presión arterial vuele por las nubes, mi acidez de estómago me destruya, quiero discutir por estupideces con mis parientes, quiero brindar hasta caerme borracho en un sillón, quiero en definitiva sentirme parte de una familia que es la única esperanza de redención del género humano, por eso y a pesar de todos esos analisis agoreros ¡¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!!!

martes, 23 de diciembre de 2008

La maldición de Malinche (2da Parte) La actualidad

Parece mentira que a casi más de 400 años de la llegada de los españoles a América, América latina y en particular Argentina no haya superado sus estructuras coloniales, no tanto las políticas pero sí las económicas y las culturales.

Históricamente, los imperios se imponían sobre los pueblos conquistados por medio de la fuerza, ya sea mediante la conquista militar o mediante el sometimiento de los pueblos. Esta hegemonía de los imperios dominantes, que comenzaba por la fuerza, se continuaba en lo político y económico y se consolidaba en lo cultural. Así se imponía a los pueblos conquistados un gobierno con una estructura dictada por el imperio en el que también tenía participación miembros del pueblo sojuzgado, el fin de este gobierno era garantizar el manejo de los asuntos de estado, la administración de la justicia, que debía incorporar las normas del imperio. Se continuaba en lo económico, primero mediante impuestos y luego adaptando las estructuras de producción a las necesidades del imperio, finalmente y mediante la introducción del idioma en la estructura de gobierno y las pautas culturales del imperio, se disolvía la identidad del pueblo, se adoptaba la cultura dominante y se defendía el interés del imperio como si fuera propio.

El devenir de los tiempos fue cambiando los modos en que los imperios, se imponían sobre otros pueblos, aunque casos como Afganistán, Irak, Chechenia y otros tantos, nos hace pensar que los cambios fueron mas de forma, que de fondo, y que llegado el momento la utilización de la fuerza sigue siendo la forma en que los imperios sojuzgan a los pueblos. De todos modos la tendencia histórica, muestra que el poder militar actúa como elemento disuasivo de la resistencia al dominio que se impone, y no se tiende a recurrir a las acciones de fuerza. Pero el proceso de dominación sigue tanto en lo económico, como en lo cultural.

El dominio económico, se consolida mediante un intercambio comercial asimétrico, que reemplaza al impuesto que imponían los imperios y finamente se adapta la estructura productiva a el rol que el imperio establece mediante nuevas y convenientes “divisiones internacionales del trabajo”, justificadas mediante las “ventajas competitivas de las naciones”

También se difunde una cultura dominante, mediante el idioma (pensemos hace cuanto que el inglés es la segunda lengua del mundo occidental no sajón), la música, la literatura, los medios de comunicación (los cuales son los más funcionales), la difusión de ideologías que defienden los intereses del imperio (aunque las disfracen de “ideas técnicas no políticas”) y sobre todo la marginación de todo pensamiento que se oponga es esta visión única del interés general, que lejos de favorecer a los intereses de los pueblos sojuzgados, ahonda en la dependencia al imperio. Esta “globalización cultural” no es nada más que la manifestación del sometimiento de los pueblos al poder hegemónico mundial.

Este fenómeno político, económico y cultural, es aquello que llamábamos en los 70 la teoría de la dependencia, que era algo más concreto y extenso que lo postulado por Prebish, ya que se extendía no solo a lo económico, sino que lo económico se enmarcaba en una teoría mucho más general que le daba contenido. Maliche era una víctima de esa dependencia, y la cercana presencia de las espadas españolas (junto con la cruz, que era más peligrosa) la justificaba mas que a algunos economistas, intelectuales y políticos mediáticos que viven pontificando medidas que solo nos hunden cada ves en una dependencia, que hoy mas que nunca se apoya en lo cultural, pues se defienden mas los intereses ajenos que los propios. ¡Hay maldición de Malinche!

viernes, 19 de diciembre de 2008

La Maldición de malinche (1ra Parte) La canción

Malinche fue la hija de un cacique mexicano entregada a Cortés como esclava. Ella hablaba la lengua nahuatl, de los aztecas, y la maya. Entre los españoles había un sacerdote que había vivido algunos años con un pueblo de lengua maya. Malinche traducía de la lengua azteca a la maya y luego el sacerdote traducía del maya al español. La colaboración de Malinche con los conquistadores de su pueblo dio lugar a una leyenda conocida como La maldición de Malinche, popularizada en una canción de Gabino Palomares, que dice:

Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
eran los hombres barbados
de la profecía esperada
se oyó la voz del monarca
de que el dios había llegado
y les abrimos la puerta
por temor a lo ignorado
iban montados en bestias
como demonios del mal
iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal
sólo el valor de unos cuántos
les opuso resistencia
y al mirar correr la sangre
se llenaron de vergüenza
porque los dioses ni comen,
ni gozan con lo robado
y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado
en ese error entregamos
la grandeza del pasado
y en ese error nos quedamos
trescientos años esclavos
se nos quedó el maleficio
de brindar al extranjero
nuestra fe, nuestra cultura
nuestro pan, nuestro dinero
y les seguimos cambiando
oro por cuentas de vidrio
y damos nuestra riqueza
por sus espejos con brillo
hoy en pleno siglo XX
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos
pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como extraño por su tierra
tú, hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo
¡oh, maldición de malinche!
¡enfermedad del presente!
¿cuándo dejarás mi tierra?
¿cuándo harás libre a mi gente?

Autor: Gabino Palomares

jueves, 18 de diciembre de 2008

Los pingüinos se convirtieron en teros

A principios de 2003, se produjo en algunos sectores del peronismo una profunda alegría al contar con una precandidatura presidencial que rescataba las ideas del sector progresista del movimiento, yo fui uno de los que adhirieron inmediatamente a esta propuesta y con otros compañeros militamos para hacerla realidad. Nuestra militancia era por llegar a darle poder a un pingüino, como se definía el propio Néstor Kirtchner.
En mayo de 2003, el pingüino accedió al poder, festejamos lo que creímos que sería el comienzo de un cambio, festejamos con los cambios de la Corte Suprema de Justicia, festejamos el pago al FMI para que esto dejara de tener injerencia en nuestros asuntos económicos, festejamos el fin de la ley de punto final, para que las heridas del pasado se curaran con verdad y justicia y no con olvido, festejamos la concertación plural como punto de partida hacia una agrupación transversal del campo progresista, festejamos la incorporación de movimientos sociales en algunas esferas del gobierno, en suma festejamos y apoyamos lo que pensamos que era el comienzo de profundos cambios en el país.
Lo primero que notamos era que siempre éramos los mismos que festejábamos desde el llano, no fuimos convocados a participar, a debatir o a aportar ideas, pero igual seguimos militando, apoyando, debatiendo y aportando ideas, pero cada vez mas solos, mas alejados del gobierno, mas relegados al fondo de los actos públicos o partidarios.
Entonces algo empezó a cambiar, la justicia seguía siendo lenta, los jueces cuestionados seguían en sus cargos, funcionarios criticados de los anteriores gobiernos ocupaban cargos destacados, siempre había una razón importante para postergar a un compañero que por méritos, preparación y capacidad merecía ocupar un puesto en esferas del gobierno.
Los movimientos sociales fueron cooptados y sus dirigentes se convirtieron en funcionarios y defensores a ultranza de cualquier acto de gobierno, equivocado o no, la clientelización política de sus bases a través del otorgamiento de planes, subsidios y manejo de programas de asistencia social completó la subordinación de muchas organizaciones sociales al gobierno K.
La economía crecía, aumentaba la recaudación, se restablecían las reservas de país a niveles que no se había tenido anteriormente, aumentaba el nivel de empleo y la inversión. Pero para quién tiene algún conocimiento de economía, la descomposición de los parámetros económicos permitía otra lectura, El crecimiento económico no era obra de políticas de gobierno, sino del aumento del valor de los commodities, de una moderada inflación no oficializada por el INDEC y de la subvaloración de la moneda, ese aumento de actividad generaba un aumento de la recaudación vía retenciones e impuestos directos al consumo (desde el pan hasta la electricidad), que se recaudaban mediante los mismos mecanismos puestos en práctica por Domingo Cavallo. También aumentaba la concentración de la economía y la extranjerización de los recursos naturales, productivos y de servicios (aún los servicios públicos). La tasa de aumento del empleo era menor que la tasa de crecimiento de la economía, por lo cual la verdadera distribución de la riqueza quedaba en manos del capital, que es en su mayoría extranjero.
Vimos postergar la oficialización de la CTA y compartir poder con la misma dirigencia sindical que se había criticado, vimos pactar con la dirigencia política que se pretendía dejar en el pasado, vimos que para concentrar poder, se dejaban de lado la ideología que se decía representar. Vimos soltarle la mano y dejarlos a merced de sus rivales políticos a compañeros que tuvieron problemas y a quienes se los aduló para que se sumaran al proyecto de cambio. Vimos negociar apoyo a cambio de obra pública, subsidios o mejoras presupuestarias.
No vimos políticas sociales universales, ni cambios en la política educativa que representaran una mejora en la calidad de la educación pública, en cambio nos cansamos de ver escuelas rancho y sin la infraestructura mínima para que se pueda educar a un niño y seguimos viendo a docentes de todos los niveles con sueldos por debajo de la línea de pobreza.
Tampoco vimos espacios políticos de debate en donde el disenso interno fuera el motor de la realización de correcciones en el rumbo de ciertas medidas de gobierno (el conflicto con el campo fue el mejor ejemplo de ello), se reemplazó el debate por la visión única y se construyó una dirigencia basada en la obsecuencia y el nepotismo.
Vimos como a poco de analizar las medidas que se propuso desde el consenso de Washington y que pusiera en práctica la dupla Menem-Cavallo, estas siguen aún vigentes y con más fuerza que antes, el modelo del que se habla no se conoce ni se puede entrever en el conjunto de medidas de gobierno.
Nosotros no cambiamos nuestra forma de pensar y los pingüinos mantienen el mismo discurso al que no podemos dejar de adherir por coincidencia ideológica, pero la praxis de gobierno no coincide con su discurso y la única manera de explicarlo es mediante el viejo dicho campero: los pingüinos se convirtieron en teros que gritan su discurso por izquierda pero ponen los huevos de sus actos de gobierno por otro lado.

martes, 16 de diciembre de 2008

José P. Feinmann y el peronismo

Quiero dejar en claro que soy un asiduo lector de JPF y que disfruto mucho sus libros, su análisis de la realidad y de la historia, pero también, y como no podría ser de otro modo, tengo mis discrepancias con el, y de estas es que quiero hablar aquí. Creo que JPF ha hecho los análisis más interesantes sobre el peronismo, pero también creo, más bien estoy convencido, que estos análisis buscan algo que todavía JPF no logró, comprender el peronismo.

El análisis que realiza del peronismo es una constante búsqueda de de comprensión mediante el razonamiento de hechos, ideologías y circunstancias históricas, pero ha dejado de lado una de las frases más célebres de Perón: “el peronismo no se aprende, se comprende”, buscar mediante el raciocinio la comprensión del peronismo, es como la búsqueda del Santo Grial, y aunque su búsqueda este llena de genialidades, difícilmente llegue a destino, quizás por eso de Machado: ”caminante no hay camino, se hace camino al andar…. Caminante no hay camino, solo estelas en el mar”.

A partir de esta impresión que me deja cada vez que lo leo, me surgen diferencias de opinión. En su historia del peronismo habla del peronismo como “el hecho maldito de la burguesía argentina”, lo que esencialmente convierte a un peronista, no trabajador (o proletario), en alguien que niega la clase burguesa de origen y hace su elección por la clase trabajadora. Y esto ligado, mas que nada, a la concepción que gran parte de la sociedad tiene sobre los roles que cada persona asume en defensa de los intereses de su clase. Así queda claro, que un peronista de origen burgués es un “traidor” a su clase. Pero no cualquiera puede lograr eso, no alcanza con proclamarse peronista (aunque a algunos burócratas políticos y sindicales, pareciera que sí, pero creo que son peronistas de la boca para afuera), se requiere convertirse en un traidor de clase, cambiar el rol que el imaginario social le asigna a los miembros de cada clase social, y en especial a un burgués.

Para un médico o un abogado, la elección no es muy significativa, ya que su profesión los lleva a curar o defender, tanto a ricos como pobres, su elección se mimetiza en su faceta laboral, confundiendo una opción personal con una “traición” a su clase. Pero un cura que se transforme en obrero, trabaje todo el día en una fábrica y viva entre ellos, está renunciando a su rol de “pastor” para convertirse en “oveja”, y allí esta patente la traición de clase. Un delegado sindical o una comisión interna que defienda los interesas de sus representados por sobre los intereses de la burocracia sindical también recibirá el mote de “traidores”, por parte de una dirigencia sindical burocratizada (aquí coincido con JPF en usar el término burócrata, como lo usaba J. W. Cooke). La matanza de curas tercermundistas, delegados de base y miembros de comisiones internas que se realizó en la última dictadura, con la complicidad de burócratas eclesiásticos y sindicales, es sobrada prueba de ello.

Pensemos en el odio que generó entre la burguesía argentina Eva Perón, que si se hubiera limitado a ser la esposa del presidente, hasta hubiera tomado el té con Victoria Ocampo, pero su elección alteró el rol que tendría que haber tenido, su opción por sus “descamisados” le ganó le odio del medio pelo burgués argentino.

En síntesis, no creo que se pueda comprender el peronismo, sin ser peronista, ya para ello, un burgués debe convertirse en un traidor a su clase de origen, debe renunciar al rol que la sociedad espera que cumpla en defensa de sus intereses.

JPF quiere comprender el peronismo, como cualquier profesor quiere comprender aquello que enseña. Aunque ha entendido cosas que muchos peronistas ni se imaginan, ha analizado hechos con una profundidad que pocas veces se había hecho y hasta incluso ha novelado parte de la historia no narrada por sus protagonistas de una manera increíblemente creíble, no ha llegado a comprender a muchos hechos y protagonistas, porque no ha renunciado al rol que la sociedad asigna a un profesor universitario, escritor e intelectual.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Morir a los 40

No pretendo escribir una novela, ni referirme al fin de la vida física, sino a la ausencia decretada, a no ser considerado como un ser vivo.

En una ignota novela el protagonista era declarado muerto y debía convencer al resto del mundo de que seguía vivo, eso pasa en nuestro país con quien pasa de los 40. Cumplir 40 no es solo llegar a la mitad de la expectativa de vida del hombre argentino promedio, es pasar a ser un excluido de la consideración social como persona activa y útil, sino ¿Cuándo avisos de empleo en los diarios piden personas mayores de 40 años?, ¿Cuántas becas de estudio se ofrecen las personas mayores de 40 años? Y montones de ejemplos que dejo a la imaginación del lector.

Cuando los hombres nos convertimos en mayores de 40 no nos queda ni el consuelo de la canción de Arjona, pasar las cuatro décadas nos condena a ser incluidos en la categoría de “maduritos”, nos ofrecen vitaminas, cremas, tinturas para el pelo, nos niegan hasta tal punto que para ser aceptados debemos pretender “estar” mas joven. Para ser aceptados debemos negar lo que hemos vivido.

Inmerso en estas tribulaciones pretendí hallar la causa de esta muerte civil, busqué en tratados de medicina, en libros de fisiología humana, en escritos filosóficos, hasta traté de hallar una pista en textos religiosos, pero encontré una respuesta en un viejo manual de economía: “el máximo rendimiento del hombre como productor de trabajo se produce entre los 25 y 35 años”, por allí me parece que veo la luz, ¡el criterio de ser objeto de una existencia plena para nuestra sociedad está ligado a un criterio utilitarista!. Existimos plenamente porque tenemos el máximo potencial para ofrecer y cuando nuestro potencial declina se nos excluye.

Quedé agobiado, me vino a la memoria Bioy Casares con su “Diario de la guerra del Cerdo” o la película “Ciudad Feliz” donde en una ceremonia se exterminaba a quienes llegaban a cierta edad. Pero nuestra desaparición civil, no nos elimina físicamente, solo nos excluye, que es más perverso aún, se nos ignora, somos como ese personaje tratando de convencer al resto del mundo de que está vivo. Vamos al gyn, hacemos dieta, tomamos vitaminas, viagra, antioxidantes, nos teñimos, en definitiva nos desvivimos por evitar lo que ya pasó…….mas de 40 años.

Ser un excluido requiere, como ha requerido en otros ámbitos, dar una respuesta violenta para que el resto del mundo nos considere, para que volvamos a estar incluidos, pero como realmente somos: sin teñido, sin peluca, sin faja ni pastillas. Somos sobrevivientes de mas de 40 años en este país periférico donde la expoliación incluye al hombre y su exclusión es el destino inevitable una vez extraído de él, su máxima utilidad.

Así es que propongo este manifiesto de lucha para los que pasamos los 40:
1) Basta de gym, esguinces, torceduras y otros vanos intentos por disimular el aumento de peso que inevitablemente nos ganará todas las batallas, luzcamos nuestra saludable panza con la amenaza latente de disparar un botón de nuestra camisa y lastimarle un ojo de quien se nos ponga enfrente.
2) Basta de tinturas y otros menjunjes, si tenemos pelo blanco luzcámoslo así, nos levó mas de 40 años lograrlo no tenemos por que ocultarlo, nuestras canas son nuestro carnet de vida y si no tenemos pelo, luzcamos orgullosos nuestra pelada, el pelo blanco o una brillante calva tienen que ser nuestro orgullo, no nuestra vergüenza. Una cana no destiñe con la lluvia y una calva no se vuela con el viento, ningún ridículo puede esperarle a quien se asume como es.
3) Basta de buscar trabajos que requieren que nos reciclemos, que nos reconvirtamos en lo que no somos, jamás vamos a hacer un trabajo mejor que una persona 15 o 20 años mas joven, sin problemas y con todo el tiempo para estudiar y prepararse. Nuestro trabajo va a poder ser realizado mas rápido y mejor por una persona mas joven, pero solo nuestra experiencia puede aportan creatividad, prevenir problemas, solucionar crisis no previstas, cosa que no se estudian ni para las que se entrenan la mayoría de los jóvenes. Aceptemos nuestras limitaciones, pero valoremos nuestras capacidades.
4) Mantengamos una actitud alerta sobre las promesas de los políticos, todos prometen trabajo, pero no hablan de cómo incluir a los de mas de 40, pidámosle detalles, que nos digan como y si los elegimos reclamémosle que cumplan su promesa, porque hasta ahora ni prometieron, ni cumplieron para nuestra generación.
Este manifiesto esta abierto para que personas de 40 a 100 años hagan su aporte, sin discriminación, con respeto, con inclusión y …. con los achaques propios de la edad

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Por qué tan general?

No tengan miedo que no pienso hablar de milicos, ya baste los sufrí y los sufrió el país, el título se debe a ayer me enviaron un mail proponiéndome que hablara mas de temas puntuales y de actualidad, con nombre y apellido, por eso trataré de explicar porque quiero hablar de política sin meterme en temas particulares.
Personalmente creo que quien habla de los temas que le molestan y se queja y fundamenta porque ese tema no le gusta, solo está haciendo una catarsis de su bronca, que puede ser justificada y hasta le puede resultar útil sacarse el entripado, pero en realidad esto no contribuye a nada, al menos para que el resto de la gente tratemos de aprender algo, ya que el bicho humano es el único que siempre tropieza con la misma piedra. Advertir sobre algo que pasa, como es que pasa, por culpa de quienes pasa, es algo que entra en el terreno de la crónica y el periodismo, no de la opinión política que es lo que pretendo rescatar mediante estas modestas opiniones que, más que enseñar algo, pretenden motivar la discusión, como me propuse inicialmente al abrir este blog.
Por eso no quiero entrar en detalles de hechos y personas, estos son los árboles que no nos dejan ver el bosque, la política es el razonamiento puro de las causas por la que ocurren estos hechos, una ideología sin sustento ético y moral necesariamente terminará avalando actos de corrupción, ya que estos son actos mas inmorales que delictuosos. Analizar cada acto de corrupción es un trabajo arduo y lento, pero las causas que enmarcan estos actos, son políticas y el análisis político es lo que pretendo que se haga en este blog.
Alguien puede suponer que es menos arriesgado desde lo personal hablar de hechos y personas, pero se equivoca, primero porque hablo en primera persona, me muestro hasta con foto y quienes me conocen saben quien soy. El hecho de no nombrar a nadie y las c…. que se mandaron, no me va a hacer mas agradable a los ojos de los corruptos que me detestan, y los corruptos que no me conocen, les bastará con leer las bases ideológicas de mis escritos para odiarme, ya que se darán cuenta que al saber que sus ideas y proyectos, no pueden engañarme, pues los marcos ideológicos, éticos o morales que pretenden mostrar, caerán al primer análisis detallado y fundamentado que haga de ellos.
Quede en claro pues, que no rehúyo la confrontación por las c…. que se mandan nuestros ilustres funcionarios y políticos, prefiero confrontarlos en un terreno mucho más amplio, donde sus miserias queden al descubierto todas de una vez, y ese terreno es el político e ideológico, ya que quien falsea su ideología, su ética o su moral, puede falsear todas las cosas que haga.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte VI-Ultima). Algunas consecuencias

Vimos anteriormente que las medidas para enfrentar una crisis inevitable, deben pasar por la generación de nuevos puestos de trabajo que reemplacen los que van a perderse y que estos deben ser creados mediante la generación de obras de infraestructura y proyectos de producción futura. Pero las medidas que se apliquen tienen consecuencias y la forma de aplicarlas también.

El crédito como instrumento de generación de nuevos empleos solo será efectivo en la medida que haya una expectativa de generar negocios rentables, algo que en medio de una crisis es impensable para una estructura productiva, ya que la expectativa de rentabilidad esta ligada a la demanda, y esta es una crisis de demanda. Los planes de crédito tienen el problema de la calificación para el mismo, que restringe en mucho su utilización, ya que las crisis provocan la disminución de la población de sujetos de crédito y los sectores que se mueven en economías informales no pueden acceder a ellos. Las empresas no se endeudarán, a menos que utilicen el crédito para generar reservas para futuras contingencias o reducción de sus actuales costos financieros, y el efecto termina no siendo el deseado ya que no se genera mayor actividad económica.

La burocracia estatal, mediante presión impositiva, retenciones, controles ambientales, controles laborales y otras varias exigencias, genera en los sectores productivos desaliento de la inversión, y cuando a pesar de estas trabas se decide llevar adelante un proyecto productivo, la presencia de una crisis obliga a postergarlo. Las demoras burocráticas, afectan a las estructuras productivas, pues los tiempos burocráticos y los tiempos empresariales son muy distintos, perspectivas económicas alentadoras ayudan a extender el horizonte de tiempo de los empresarios, pero las crisis obligan a una visión de corto plazo, la mayoría de los últimos gobiernos ha ignorado esta realidad.

La idiosincrasia empresarial mundial se ha desarrollado en torno a la maximización de las utilidades, la adaptación constante a cambios y la flexibilización de sus estructuras para adaptarse a nuevas condiciones de mercado, esos empresarios operan a nivel mundial y las estructuras de producción existentes en Argentina pueden ser sacrificadas para poner a salvo la empresa de la crisis, por lo tanto no se debería confiar en obtener respuesta favorable de dichas empresas a propuestas locales.

Las bajas que se producirán en la estructura productiva argentina deberán ser reemplazadas por nuevas, y es allí donde el crédito y la agilización de los trámites son imprescindibles.

La oportunidad y los tiempos, son factores muy importantes ya que anunciar medidas que no se lleven a la práctica en forma inmediata o anunciar una medida mucho antes o mucho después de cuando se necesitan, no solo no contribuye sino que perjudica.

La generación de empleo, no debe superar las pérdidas de puestos de trabajo directo e indirecto y debe tener características regionales, ya que una excesiva demanda de mano de obra puede ocasionar migraciones internas y externas que alteren el equilibrio buscado y generen presiones sociales indeseadas. Debe tenerse en cuenta que la mayoría de las personas desocupadas preferirán no desplazarse se sus lugares de de residencia en busca de un trabajo perdido y que en situación de crisis hay mayor propensión a las migraciones que provocan problemas sociales, de insuficiencia de infraestructura de salud, vivienda, educación y arrastran consigo problemas de marginalidad y delito.

Estas consideraciones no se agotan en este breve análisis de la crisis, pero puede ser un punto de partida para una discusión que debemos darnos los argentinos para contar con herramientas que nos permitan enfrentar las cíclicas crisis del capitalismo.

martes, 9 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte V). Algunas medidas a aplicar

Dijimos anteriormente, que la crisis internacional producía una reducción de la demanda internacional de bienes, del monto y la duración de esta, solo pueden estimarse valores mínimos y máximos. La demanda local, aunque se potencie, es insuficiente para reemplazar la caída de la demanda internacional, lo que hace a la crisis inevitable.

La imposibilidad de reemplazar a la demanda, nos lleva a buscar medidas que compensen la pérdida de puestos de trabajo, no para sostener la demanda interna, sino como forma de evitar el ciclo desempleo-caída de la demanda interna, que potenciará los efectos externos de la crisis. Las estructuras de producción concentradas no requieren ser sostenidas, ya que pueden adaptarse a reducciones de demanda, pues cuentan con estructuras flexibles, produciendo solo el desempleo necesario para lograr su nuevo nivel de rentabilidad. Las empresas multinacionales que cierren al cerrar sus casa centrales, no va a ser posible salvarlas, solamente podría proponerse planes de transferencia de los medios de producción a cooperativas de obreros, en forma similar a como funcionan algunas empresas recuperadas.

Por lo tanto se debería aceptar las reducciones de personal de las grandes empresas concentradas, tanto la mano de obra directa como indirecta y generar empleo mediante obra pública que aumente la infraestructura actual del país (construcción de caminos, mejora y puesta en marcha de ferrocarriles, construcción de barcos mercantes, construcción de aviones de uso civil, etc.), en lo posible recuperar las empresas que cierren o quiebren para conservar la capacidad de producción futura, que permita un buen nivel de crecimiento finalizada la crisis.

En el sector agropecuario, debería aprovecharse la reducción de demanda para adecuar las capacidades de producción introduciendo créditos de fomento que permitan a los productores agropecuarios retener hacienda para aumentar en número de vientres, rotar cultivos, realizar proyectos de riego, recuperar terrenos desertificados, aumentando la capacidad futura de producción.

La viabilidad temporal de estas acciones podría extenderse a dos o tres años, dependiendo de la evolución de la crisis externa, que por tratarse de una crisis financiera, y no de estructuras de producción, no puede ser muy extensa.

lunes, 8 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte IV). Las causas de la crisis

Tenemos que identificar al menos 2 crisis, la primera es la crisis internacional y la segunda la crisis local, que si bien es causada por la anterior tienen distintas características.

Sobre las causas de la crisis internacional se ha hablado tanto que no justifica extenderse mucho sobre ella, básicamente es una crisis financiera producto de la sobrevaloración de títulos de deudas hipotecarias. La crisis impacta en la valoración de los activos de empresas que quiebran o se reducen para hacerse viables. La primera consecuencia es desempleo y el desempleo genera retracción en la demanda de bienes, que obliga a su vez a reducir en lo posible la oferta de esos bienes, la reducción de oferta genera más desempleo y se produce un ciclo vicioso de desempleo y reducción de oferta. Esta crisis impacta directamente sobre el crecimiento sostenido de la economía mundial de los últimos años. Su origen no puede ser ni explicado, ni pudo ser predicho en el marco de las teorías neoclásicas o neoliberales imperantes y seguramente se conocerá dentro de unos años como una “falla de mercado”, aunque los economistas marxistas lo habían predicho desde sus bases ideológicas afirmando que “el capital financiero lleva en sí mismo el germen de su propia destrucción”.

En síntesis la crisis internacional producirá desempleo y reducción de de demanda internacional de bienes. Las preguntas que surgen son principalmente dos: ¿En cuanto de reducirá de demanda de cada tipo de bien? y ¿Cuánto durará la crisis afectado la demanda internacional de bienes? La respuesta a estas preguntas entra en el campo de la futurología, aunque se pueden estimar límites mínimos o máximos, que los especialistas definirán según los datos que manejen y los modelos que utilicen.

Pero es la crisis local, el origen de nuestros desvelos. La crisis internacional nos da una idea de la magnitud que puede llegar a tener la crisis local, pero cómo nos afectará dependerá de las características locales de la economía y para ello debemos tener siempre presente que esta es una crisis provoca una reducción de la demanda internacional.

La economía local está compuesta, en gran medida, por empresas concentradas de capital extranjero, que contratan pocos empleados en relación de dependencia directa y tercerizan la mayor parte posible de sus actividades no críticas. Frente a una reducción de la demanda internacional, solamente la capacidad de reemplazo del consumo internacional por consumo interno, podría evitar la crisis local, pero el volumen del mercado interno difícilmente pueda igualar la demanda internacional, siendo inevitable la crisis económica.

Esta crisis se caracterizará por la pérdida de puestos de trabajo, cierre de pequeñas empresas, aumento de la importación de bienes, disminución de la balanza de pagos, déficit fiscal, afectación de las economías regionales, cortes en las cadenas de pagos y las demás consecuencias que surgen a partir de estas, como ser aumento de la exclusión, aumento de la delincuencia, deterioro en las condiciones de salud, educación, atención de la tercera edad, medioambiente, etc.

Para revertir esta crisis se debe anticipar las consecuencias de la reducción de la demanda internacional, no por medio del sostenimiento de las estructuras de producción mediante créditos blandos, sino mediante su reemplazo por otras que surjan de la intervención del estado en la generación de obras públicas de infraestructura, que usen mano de obra intensiva, como la construcción de caminos, barcos, ferrocarriles, la recuperación de las empresas del estado minimizadas, la compra de terminales portuarias para generar una nueva Junta Nacional de Granos, la reducción de subsidios a empresas extrajeras dedicadas a actividades de minería, y otras de ese tipo constituirían una marco de medidas que podría amortiguar una crisis inevitable.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte III). La Situación actual frente a la crisis

Vimos anteriormente que las medidas ante la crisis pueden no resultar y hasta empeorar la actual situación, esto debido a un mal diagnostico de la situación, las causas de la crisis, las medidas y sus consecuencias. Nos abocaremos en esta y las notas siguientes al análisis de estos temas.

Para poder responder a las preguntas sobre la situación actual tenemos que considerar algunos aspectos importantes antes de formularnos dudas sobre este tema.

Los aspectos que en un primer momento se me ocurren serían: la situación financiera oficial, la composición y estructura de los sectores productivos, la estructura del empleo de la población y factores idiosincráticos relevantes de los sectores oficiales, empresariales y de la población.

La situación financiera oficial presenta un alto nivel de reservas, un superávit fiscal producto de grandes ingresos fiscales cuyo origen es impuestos al consumo, impuestos a las transacciones bancarias, retenciones a algunas exportaciones (donde los precios de los producto agropecuarios exportables y la tasa de cambio permite una balanza comercial positiva) y regalías. El gasto público además de aplicarse a las funciones propias del estado (que actualmente son insuficientes), tiene también como componentes, pagos de la deuda externa e infinidad de subsidios (la mayoría otorgada por la administración Menem y renovadas en esta gestión).

Ante una crisis altamente recesiva como se observa, la caída de la demanda internacional repercutirá sobre los ingresos por retensiones de las exportaciones, la recesión interna también provocará la disminución del ingreso por impuestos al consumo y por último se afectarán las transacciones bancarias. Esta disminución del ingreso, manteniendo el gasto público, el pago de la deuda externa y los subsidios, provocará inevitablemente un déficit fiscal, que solo puede solucionarse por medio del aumento de impuestos o recortes presupuestarios, reducción de subsidios o renegociación del pago de la deuda externa.

Los sectores productivos industriales, tienen actualmente un altísimo grado de concentración y extranjerización, mayoritariamente dependen de la exportación de sus productos, lo que los hace vulnerables a cambios de la demanda internacional. El mercado interno no presenta volúmenes de demanda que permita la operación de las grandes empresas con economías de escala. La mayoría de las PYMES del sector que tienen cierto volumen de operación, enfrentarán una fuerte competencia por parte de productos importados. Las causas principales serán: la falta demanda internacional que generará sobrantes de stock y las devaluaciones de otras monedas (hasta hoy, el real cayo un 60%, frente al 10-15% del peso).

Ante la crisis las grandes empresas extranjeras se replegarán sobre sus casas matrices, buscando reducciones de costos operativos para adaptase a los nuevos niveles de la demanda, esto producirá desocupación y salida de divisas para el pago de servicios prestados por las casas matrices a las subsidiarias locales. Las PYMES, que vivieron procesos de alta competencia en la década del 90 y sobrevivieron, saben que deben desmontar la mayor parte de su estructura productiva y revender productos importados. En ambos casos se produce desocupación y salida de divisas.

La producción agropecuaria presenta un panorama similar, existe una altísima concentración en actividades de alta ganancia y bajo riesgo (frigoríficos, acopio de cereales, transporte y terminales portuarias), los productores latifundistas y minifundistas, enfrentan problemas de baja rentabilidad y ciclos climáticos adversos. Un tercer actor del sector, lo constituye los grupos arrendatarios estacionales (los pooles de siembra) que consideran la actividad como una fuente de obtención rápida de altos dividendos.

Ante la crisis, la actividad de los grupos concentrados se reducirá sin grandes problemas a los niveles de la demanda existente, ya que su estructura es mínima y rentística, con altos niveles de tercerización, quienes serán los que sufrirán la crisis. Los sectores productivos latifundistas podrán mantener una actividad de supervivencia y baja rentabilidad en espera que finalice la crisis, pero los sectores minifundistas serán muy perjudicados, pues parte de ellos mantenían sus campos merced al arriendo a los pooles de siembras, los cuales se retirarán de la actividad al disminuir la ganancia y aumentar el riesgo (no nada mas cobarde que el capital, decía Marx). Las consecuencias a la vista son: pérdida actividad de los sectores tercerizados, que por estar en sitios rurales afectarán a las economías regionales, reducción de la actividad productiva, con riesgo de tener que recurrir a la importación de productos agropecuarios para satisfacer la demanda interna.

El sector del trabajo representa escasamente el 60%, de la población, dado el altísimo nivel desempleo y exclusión, es este sector la base de la demanda interna. De este 60%, aproximadamente el 20% esta empleado en el sector público, el 40% en el sector privado y el resto pertenece a sectores cuentapropistas (desde médicos y abogados a plomeros y limpia patios). Posiblemente la crisis afecte a un 40% del empleo privado y a un 60% de cuentapropistas, afectando al 40% de la demanda interna total.

La caída de la demanda interna afectará, a comercios, servicios, provocará atrasos y problemas con las cadenas de pagos, aumentará el riesgo crediticio y marginará a gran parte de la sociedad.

El último factor es la idiosincrasia, los argentinos hemos sufrido crisis en el 89, en el 94, en el 98 y en el 2001, todas ellas producto de la aplicación de políticas de origen neoliberal, por ello la gente acogió con su voto una alternativa de centro izquierda como presentó el matrimonio Kirtchner en las dos últimas elecciones presidenciales. El voto, no es la única expresión de la gente, también se apuesta a una resultado u otro mediante la compra de dólares, la no toma de créditos, la reducción del consumo, la no bancarización de los ahorros y muchas otras que constituyen una forma de reacción ante las crisis, no puede esperarse que quien depositó dólares y recibió pesos perdiendo casi un 60% de sus ahorros hoy confíe en los bancos y un empresario que perdió su capital de trabajo en 2001, difícilmente tome créditos ante una crisis. Estos factores deben considerarse ya que la población ante una crisis, se volverá demandante, aumentará el nivel y violencia de las protestas, reducirá su consumo, no confiará en instituciones oficiales ni bancarias y pretenderá mantener un reducido nivel de vida compatible con sus expectativas.

Estas son algunas de las consideraciones mínimas que puedo poner a consideración como para iniciar un debate, obviamente que un análisis exhaustivo requiere mucha información y trabajo interdisciplinario, pero puede servir para que cada persona comience a hacer su propio análisis y demandar mayor calidad de medias ante esta crisis, como veremos mas adelante.

sábado, 6 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte II). Las dudas

Vimos como una medida monetarista puede crear un efecto contrario al que pretende y eso nos planteó nuevas dudas sobre la crisis, por ello ahora me pregunto ¿realmente nuestra dirigencia se ha planteado esas y otras cientos de dudas, antes de generar sus propuestas de solución a la crisis? y ¿Qué utilidad tiene plantearse dudas sobre la situación actual?

Ninguna pregunta contribuye a solucionar un problema, pero indudablemente ayuda a definirlo, es más si no nos planteamos todas las dudas es innegable que no podremos encontrar fallas en la solución que propongamos y si estas se presenten será tarde para pensar en acciones correctivas.

Por ello debemos plantearnos tonas las dudas sobre la actual situación, sobre las causas, sobre las medidas que pretendamos aplicar y sobre las consecuencias de estas medidas.

Si no nos planteamos todas las dudas sobre la actual situación posiblemente no podemos ver la real dimensión del problema que enfrentamos, el actual gobierno en un primer momento dijo que la crisis internacional no nos afectaría y terminó reconociendo la crisis

Si no nos planteamos todas las dudas sobre las causas de la crisis, no podemos predecir sus consecuencias y posiblemente tengamos que aplicar sobre un plan, B un Plan C como ocurrió y el único consuelo es que parece ser un mal generalizado, ya que lo mismo parece estar sucediendo en EEUU.

Si no nos planteamos todas las dudas sobre las medidas que aplicaremos, como sabemos si su efecto será positivo, como sabremos si existen mecanismos no contemplados, como sabemos si consideramos todas las variables necesarias. Algunos planteos sobre las medidas propuestas, inclusive el hecho en nuestro anterior análisis, nos parece indicar que podría ser que no.

Si no nos planteamos todas las dudas sobre las consecuencias de las medidas que aplicaremos, como podríamos preveer acciones correctivas, como se monitoreará la evolución de las medidas, que planes deberán aplicarse en caso de falla de estas. Hasta aquí no parece, ni surge de las medidas presentadas, algo en este sentido.

Por lo tanto analizar las dudas que deberían haberse formulado el gobierno nos conduce una dos nuevas dudas ¿Hubo malas respuestas a las preguntas? o ¿Nadie se planteó ninguna duda?

viernes, 5 de diciembre de 2008

El plan C y la crisis (Parte I) La crisis

La presidenta acaba de anunciar un plan de contingencia para enfrentar la actual crisis económica que se avecina, las medidas anunciadas me recordaron algo, así que busqué en mis libros de economía y realmente quedé sorprendido. ¡El crédito como instrumento de crecimiento económico es una política monetarista y neoliberal!

Si el fin de dar crédito a una empresa, es para que no despida a sus obreros, no es una mala medida. Pero estamos en una realidad económica distinta a la que existía cuando Stigler y Friedman crearon estas teorías, no me refiero a una realidad macroeconómica, sino a la composición actual de las estructuras de producción. El paradigma de producción de los años 70, se basaba mayoritariamente en postulados taylorianos o fordistas y las estructuras productivas actuales son bastante distintas. Por lo tanto tomar medidas monetaristas para resguardar un aparato productivo distinto, puede que no conduzca a buenos resultados, podemos aclarar esto desarrollando un caso que podría ser típico.

Tomemos a modo de ejemplo, una empresa mediana, la cual puede tener hoy en día, 100 personas en relación de dependencia, compra partes a pequeños proveedores locales, que emplean a 200 empleados, y contratan servicios que generan otros 200 puestos de trabajo. En total hay 500 puestos de trabajo. Estos puestos se asignan a distintas unidades de producción, de modo que si la empresa produce 1000 unidades de 10 productos, supongamos por simpleza de cálculos, que la asignación de trabajadores es proporcional, 10 empleados directos por producto y 40 indirectos (20 de proveedores de partes y 20 de proveedores de servicios). Definida nuestra empresa, veamos como reacciona ante la actual crisis.

Supongamos que hay una reducción de la demanda del 50% (cifra conservadora), esto llevará a la empresa a reducir su personal a la mitad produciendo 50 despidos de personal propio, lo que se incorporará a la estadística de desempleo (si Moreno así lo dispone), pero además se reducirán las compras y la demanda de servicios, siendo los desocupados en total 250, de los que figurarán para la empresa solo 50.

Si ahora le damos un crédito a la empresa para que continúe produciendo 1000 unidades de los 10 productos, ¿que sucede?, en primer lugar aumenta el pasivo de las empresas en un equivalente al 50% de su costo de producción, genera un stock con un costo de almacenamiento, ya que mantuvimos la producción, pero no se aumento la demanda. Los costos de la empresa aumentaron en función del crédito que debe pagar y el stock que tiene y no puede vender. Esto configura una lógica ganar-perder, los trabajadores ganan al no perder sus puestos de trabajo y la empresa pierde ya que al aumentar sus costos.

¿Cómo podrán reaccionar las empresas para no perder?, en primer lugar tiene que compensar las pérdidas, lo cual muy probable pueda lograrse mediante la sustitución de la compra de partes a proveedores extranjeros también afectados por la crisis y además con una moneda devaluada (en nuestro caso Brasil) y transferir su stock a su cadena de distribución con los créditos baratos que tomaron, presionándolos a tomar ese stock o perder su distribución. También se reducen los costos de servicios contratando en el exterior los de mayor costo (puede verse esto en la balanza de pagos tecnológica del país). Se salvaron los 50 puestos de trabajo registrados por las empresas pero se perdieron 300, se generó un flujo de dinero al exterior por compras y contratación de servicios, se puso en riesgo a empresas distribuidoras que si optan por tomar el stock ofrecido, pueden llegar a quebrar y si ni pierden un producto que comercializan. Ahora se invierte la lógica ganar-perder, las pérdidas de trabajo y dinero son más, pero la empresa ahora no pierde.

Dejemos un final abierto ¿Qué harán las empresas ante la crisis y la solución que les ha ofrecido el gobierno?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Lo social y lo sectorial

Pese a lo rimbombante del título este relato comienza en las cercanías de Chimpay, allí donde descansa el Lirio de la Patagonia, cerca de las 14 horas, cuando viajando hacia Neuquén, somos detenidos por un piquete de trabajadores recolectores de fruta, que estaban cortando la ruta como protesta a la falta de acuerdo que tenían con los productores sobre el Jornal diario que se les debía abonar. No nos gustó mucho la situación ya que estuvimos demorados casi 1 hora, a pleno sol valletano, pero una ves retomado el camino decidimos olvidar el incidente y continuar el viaje, pero a poco de andar nuevamente otro corte, por los mismos trabajadores y el mismo reclamo, que se repitió casi 6 veces a lo largo de la ruto 22 hasta llegar a Neuquén, tanto tiempo de demora puede inducir en uno conductas violentas o reflexivas, y ya que frente a un piquete de 50 personas la violencia no era prudente (por nuestra propia salud) y opté por la reflexión.

Mi primer pensamiento se dirigió a la justicia del reclamo, el cual era a todas luces válido, pero era un reclamo válido para los recolectores de fruta, un sector de nuestra sociedad, sin el cual no podríamos comer manzanas pero un sector al fin y al cabo y su reclamo, sin lugar a dudas muy válido, era indudablemente, un reclamo sectorial. Ahora bien, la pregunta que surge es: ¿puede el derecho de un reclamo sectorial privar al resto de la sociedad de un derecho social como es la libre circulación?, por el principio de la jerarquía del derecho es indudable que no.

El riesgo de la falta de control, como el que se evidencia en este conflicto por parte de las autoridades que ponen en pie de igualdad un reclamo social, como puede ser el reclamo por educación, por empleo, el reclamo de victimas de la violencia, reclamos por el medio ambiente, de reclamos en definitivas por la conculcación de algún derecho social que motiva la supresión de otro derecho (la libre circulación) como forma de protesta o reclamo.

La política de no reprimir la protesta o el reclamo social, se esta confundiendo con el permiso para que cualquiera que quiera hacer un reclamo lo haga, y que prive al resto de la ciudadanía de un derecho social en función de un reclamo sectorial, dicho esto no con base en el pensamiento liberal, sino sobre los fundamentos contractualistas de Hobbes, que fundamentan el pensamiento del Estado-Nación. Un Estado ausente que no regula las relaciones entre sus ciudadanos genera desorden, que es fuente de caos y anarquía. La base de la existencia del Estado es la regulación de los derechos de los ciudadanos y no puede un derecho sectorial imponerse sobre otro social, así si un maestro reclama mejores salarios para tener una mejor educación su reclamo es social ya que la educación es social, un piquetero reclamando alimento esta reclamando por un derecho social, incluso demandas salariales universales como el salario mínimo vital y móvil son derechos sociales, pero el conflicto de un gremio por justo que sea no puede primar por sobre los derechos sociales, no ver la diferencia entre estos derechos es borrar los límites que el estado debe establecer y custodiar para evitar que “el hombre sea el lobo del hombre”.

Por último, tenemos que analizar la conducta de algunos dirigentes sindicales, que movilizan sus bases para un reclamo que no conduce a reforzar su posición negociadora en un conflicto gremial, ya que salvo por quienes “tomamos sol en la ruta” y algunos camioneros demorados (tan trabajadores como los recolectores de fruta) el corte no favoreció posición alguna pues no tuvo gran repercusión en los medios, no perjudicó al sector patronal (salvo por tener que quedarse en sus quinchos y piletas o continuar sus vacaciones algunos días mas) y condujo a predisponer en contra a otros sectores del medio valletano. Esa dirigencia sin imaginación atada a una dialéctica petardista y no efectiva debe ser removida, los derechos de los trabajadores necesitan ser defendidos por gente con mayor capacidad.

Lo social y lo sectorial

Pese a lo rimbombante del título este relato comienza en las cercanías de Chimpay, allí donde descansa el Lirio de la Patagonia, cerca de las 14 horas, cuando viajando hacia Neuquén, somos detenidos por un piquete de trabajadores recolectores de fruta, que estaban cortando la ruta como protesta a la falta de acuerdo que tenían con los productores sobre el Jornal diario que se les debía abonar. No nos gustó mucho la situación ya que estuvimos demorados casi 1 hora, a pleno sol valletano, pero una ves retomado el camino decidimos olvidar el incidente y continuar el viaje, pero a poco de andar nuevamente otro corte, por los mismos trabajadores y el mismo reclamo, que se repitió casi 6 veces a lo largo de la ruto 22 hasta llegar a Neuquén, tanto tiempo de demora puede inducir en uno conductas violentas o reflexivas, y ya que frente a un piquete de 50 personas la violencia no era prudente (por nuestra propia salud) y opté por la reflexión.

Mi primer pensamiento se dirigió a la justicia del reclamo, el cual era a todas luces válido, pero era un reclamo válido para los recolectores de fruta, un sector de nuestra sociedad, sin el cual no podríamos comer manzanas pero un sector al fin y al cabo y su reclamo, sin lugar a dudas muy válido, era indudablemente, un reclamo sectorial. Ahora bien, la pregunta que surge es: ¿puede el derecho de un reclamo sectorial privar al resto de la sociedad de un derecho social como es la libre circulación?, por el principio de la jerarquía del derecho es indudable que no.

El riesgo de la falta de control, como el que se evidencia en este conflicto por parte de las autoridades que ponen en pie de igualdad un reclamo social, como puede ser el reclamo por educación, por empleo, el reclamo de victimas de la violencia, reclamos por el medio ambiente, de reclamos en definitivas por la conculcación de algún derecho social que motiva la supresión de otro derecho (la libre circulación) como forma de protesta o reclamo.

La política de no reprimir la protesta o el reclamo social, se esta confundiendo con el permiso para que cualquiera que quiera hacer un reclamo lo haga, y que prive al resto de la ciudadanía de un derecho social en función de un reclamo sectorial, dicho esto no con base en el pensamiento liberal, sino sobre los fundamentos contractualistas de Hobbes, que fundamentan el pensamiento del Estado-Nación. Un Estado ausente que no regula las relaciones entre sus ciudadanos genera desorden, que es fuente de caos y anarquía. La base de la existencia del Estado es la regulación de los derechos de los ciudadanos y no puede un derecho sectorial imponerse sobre otro social, así si un maestro reclama mejores salarios para tener una mejor educación su reclamo es social ya que la educación es social, un piquetero reclamando alimento esta reclamando por un derecho social, incluso demandas salariales universales como el salario mínimo vital y móvil son derechos sociales, pero el conflicto de un gremio por justo que sea no puede primar por sobre los derechos sociales, no ver la diferencia entre estos derechos es borrar los límites que el estado debe establecer y custodiar para evitar que “el hombre sea el lobo del hombre”.

Por último, tenemos que analizar la conducta de algunos dirigentes sindicales, que movilizan sus bases para un reclamo que no conduce a reforzar su posición negociadora en un conflicto gremial, ya que salvo por quienes “tomamos sol en la ruta” y algunos camioneros demorados (tan trabajadores como los recolectores de fruta) el corte no favoreció posición alguna pues no tuvo gran repercusión en los medios, no perjudicó al sector patronal (salvo por tener que quedarse en sus quinchos y piletas o continuar sus vacaciones algunos días mas) y condujo a predisponer en contra a otros sectores del medio valletano. Esa dirigencia sin imaginación atada a una dialéctica petardista y no efectiva debe ser removida, los derechos de los trabajadores necesitan ser defendidos por gente con mayor capacidad.


Esta p… mediocridad (Durante en conflicto con el campo)

Días pasados sentí vergüenza ajena, porque a pesar de 24 años de democracia, todavía hay imbéciles que creen que la violencia es la solución a los problemas del país, y lo que mas me avergüenza es que quien pronunció esas palabras llenas de odio fuera alguien que se dice ser representante del movimiento nacional y popular.

Desde los últimos 10 años he militado activamente en este campo, como peronista de izquierda, pero no he escuchado en estos años la barbaridad que oí en boca de un supuesto dirigente piquetero, días pasados, puedo justificar el odio de quien ha sufrido, desprecio, hambre, miseria a causa de una situación socioeconómica terrible, como la que se pasó, y todavía se pasa en este país, pero el odio es algo que no debe enceguecer a quienes dicen representar a la gente, porque la representación exige obligaciones y una de ellas es la cordura, la templanza y la bondad, estos valores cristianos son los que dieron luz al movimiento nacional, popular y progresista.

No fueron los dirigentes piqueteros, sino jóvenes provenientes de una clase media obrera, hija de la distribución real de la riqueza que realizó Perón (y que le dolió a la oligarquía mas que piquetes y retenciones). Todo esos jóvenes querían una transformación, algunos eligieron mal y le dieron pié al mayor genocidio que recuerda nuestra historia reciente, por eso quienes hoy militamos concientemente sabemos que no queremos nunca más soluciones de fuerza: ni foco, ni “manu militari”.

Por eso las palabras de las que me avergüenzo, son una muestra de lo que no debe ser una dirigencia popular, nadie puede arrogarse el derecho de matar, porque automáticamente justifica la violencia del otro y de allí a la violencia irracional no hay mas que un paso. No podemos tolera mas dirigentes que no están a la estatura de sus responsabilidades, lo que me lleva a la pregunta del millón ¿Cómo surgen los dirigentes?

Creo que no podemos responder esta pregunta sin aceptar que quien representa a otros obtiene una delegación de poder, y para obtener esa delegación debe dar algo a cambio, una solución a los problemas que se plantea la gente o una promesa de solución. De allí que tengamos al menos dos tipos de dirigentes, quienes tienen en sus manos la posibilidad de solucionar los problemas de sus representados y quienes proponen un modo de conseguir esa solución.

Cuando el hambre asoló a nuestra gente, el piquete fue una posibilidad de solución, por ese medio se presionó a una dirigencia que no podía o no sabía ofrecer soluciones, las soluciones alcanzaban para la urgencia del hambre, del techo o la salud, surgió allí una dirigencia combativa que daba una posibilidad de solución, esa dirigencia era y es legítima en ese reclamo y en representación de quienes estaban y están excluidos.

Pero esa representación no es la del resto de la sociedad, no es tampoco la de quienes logran incluirse, porque la mayoría de esos dirigentes, no representan a los incluidos y nuestra sociedad abarca a los incluidos y los excluidos, por ello el camino es el de la formación de una dirigencia política que abarque y contenga ambas representaciones, allí es lícito que quienes representaron a los excluidos pretendan representar a toda la sociedad, pero deben incluir en su propuesta a toda la sociedad, no pueden dividirla entre quienes representan y quienes odian, por que se descalifican automáticamente.

El verdadero enemigo de la formación de esa nueva dirigencia y digo nueva en su concepto de abarcativa, representativa y con nuevas y mejores propuestas, es la mediocridad, la de quienes solo pueden representar un sector y pretenden representar a la sociedad y la de quienes no representan a nadie pero pretenden (y lo que es peor, lo logran) ser representantes por unción de otros dirigentes. Nuestra dirigencia está llena de ellos, que crujen por prepotencia o por ser amigos de otro dirigente. Basta ver como se comportan para saber a que grupo pertenecen.

Esta mediocridad imperante en las esferas públicas y de decisión, hace que no tengamos soluciones a problemas de salud, seguridad, medio ambiente, desarrollo económico, etc., no hay esfera pública o privada donde no veamos pavonearse a mediocres que no representan a nadie o carecen de las mínimas condiciones para ejercer sus funciones. Esa mediocridad imperante es nuestro peor enemigo, por que nos priva de soluciones a nuestros problemas, puede nuestra presidenta generar las mejores políticas, que si no hay funcionarios capaces de hacerlas realidad, jamás solucionaran los problemas de nuestro pueblo, mientras gente como esa se diga dirigente y proponga odio y muerte, la representación popular no logrará ninguna transformación revolucionaria, que solo se logra por el convencimiento de la ciudadanía, no a los palos.

Por eso la culpa de nuestros problemas no proviene de la oligarquía, ni del capital trasnacional y sus lacayos, proviene de la p…. mediocridad.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El algoritmo del Avestruz

Quienes estudiamos sistemas recordamos risueñamente este nombre dado a la práctica de no hacer nada frente a un problema, ya que ciertas veces la corrección de algún problema suele ser mas complicado que convivir con él.

Esto mismo está haciendo el gobierno con el tema de la inseguridad, es más fácil convivir con ella que tratar de solucionar los problemas que la ocasiona. Si lo pensamos bien, siempre existe una excusa frente a un hecho de inseguridad (y no solo me refiero a la inseguridad producto del delito), a saber algunos: “que no es jurisdicción nuestra”, o “no disponemos de los recursos suficientes por falta de presupuesto”, etc. etc. etc. Podemos llenar un libro con excusas que justifiquen a los responsables directos de un hecho de inseguridad, pero sobre todo quienes tienen la responsabilidad política máxima de hacer algo al respecto han utilizado el algoritmo del avestruz. Hacer algo implica tomar riesgos, poner en práctica algunas medidas impopulares, saber que la imagen que se tenga va a sufrir daños, entonces, ¿para que tomar el riesgo?, si siempre se tendrán excusas a mano, se ha elegido convivir con el problema y echarle la culpa a los presupuestos, la falta de personal, de legislación, etc. etc. etc..

La responsabilidad del estado frente a la inseguridad no puede soslayarse, no puede la dirigencia política mirar para otro lado, ya sea desde gobierno o desde la oposición, este tema es algo que afecta a todos los sectores de la sociedad y si la sociedad no recibe la respuesta que reclama, surgirán indefectiblemente movimientos sociales que asuman la responsabilidad de enfrentar el problema. La historia nos muestra que cuando el estado se ausenta de su responsabilidad, la sociedad civil se hace cargo y genera las instituciones que reemplazan a las que deberían provenir del estado, estas instituciones entre las que podemos citar: los bomberos voluntarios, las salas medicas barriales de las asociaciones vecinales, las asociaciones ecologistas, las O.N.G y muchas otras que surgieron de la ausencia del estado o de su incapacidad de dar solución a problemas de la sociedad civil. La sociedad esta reclamando del estado que se haga cargo, que brinde la seguridad que le falta, que es la base del contrato social, según lo plantearon de distintas maneras los contractualistas Thomas Hobbes, Jean Jacques Rousseau o John Locke.

Este reclamo insatisfecho puede ser la base de una nueva ola de reclamos populares como los que se desarrollaron en el 2001 y que dieron origen a las asambleas populares, pero con un ingrediente adicional que es el miedo, y el miedo convierte a los hombres racionales en irracionales o sea que no podemos esperar de los movimientos sociales que surjan de este modo propuestas pacíficas o racionales, sino que enfrentarán su propio miedo proponiendo soluciones violentas e insensatas.

Por ello, la sociedad civil debe prepararse y tomar conciencia de su responsabilidad y exigir a los gobernantes, que son quienes temporalmente conducen a las acciones del estado que se hagan responsables, que busquen gente capaz y no funcionarios serviles, que asuman plenamente la responsabilidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos, aunque sea a costa de medidas impopulares, a costa de tener que enfrentarse con sectores de la sociedad que lucran con la inseguridad, a costa de perder cierto prestigio que da el no hacer nada ya que quien no hace nada no se equivoca.

Si los gobernantes continúan usando el algoritmo del avestruz, la sociedad civil debe comenzar su lucha por la seguridad, primero tomando conciencia del problema (algo en Bahía lo realizó la CCISBB con la campaña de afiches), segundo agrupándose por sectores y discutiendo el tema (los foros de seguridad no son útiles, sino funcionales a la actual política del avestruz, como lo vienen denunciando muchos de sus miembros) y proponiendo soluciones (en la última campaña electoral, se vio que varios partidos presentaban propuestas distintas a las que se aplican desde el gobierno). Por último, si no hay respuesta desde el gobierno, las asociaciones, asambleas o cualquiera sea la forma que asuman estas organizaciones de la sociedad civil deben ponerse en marcha e implementar desde su seno estas medidas.

Por ello desde esta humilde opinión propongo, que las organizaciones de la sociedad impulsen asambleas, foros, asociaciones y que no se restrinjan a las reglas de juego que impone el gobierno con su algoritmo del avestruz, hay que proponer ideas, hay que juntarse para debatirlas y concensuarlas, hay que animarse a no callar, a reclamar lo que nos corresponde que es seguridad, y si no tenemos respuesta, organicémonos y llevemos adelante nuestras propuestas.

De Abogados e Ingenieros

Días pasados en la sala de espera de mi médica leí un artículo donde la presidenta decía que el país y el estado tenían pocos ingenieros y muchos abogados. Ya que suponemos que la presidenta es abogada, me sorprendió esa frase, pensé si no había sido un acto fallido o alguna indirecta al vicepresidente, pero una búsqueda posterior en Internet me confirmó los dichos de la señora presidenta. A partir de allí se me presentó una duda, ya que se dicen los nutricionistas que somos lo que comemos, ¿no seremos, también, aquello en lo que trabajamos?

En cierta medida, nuestra vocación marca inclinaciones y disposiciones que traemos en nuestra naturaleza, y el ejercicio de nuestra profesión condiciona nuestra manera de actuar. Por lo tanto un ingeniero y un abogado tendrán inclinaciones y conductas diferentes.

Establecido entonces estas diferencias, ¿cuales serán las conductas de ingenieros y abogados en la función pública?

En primer lugar, desde el establecimiento de la democracia, hace ya 25 años, hemos tenido solamente abogados como presidentes. En segundo lugar si tomamos las profesiones de los presidentes con mayor aceptación de la gente, como: Irigoyen, Perón e Ilia, veremos que eran: administrador rural, militar y médico, ninguno de ellos era abogado.

Las inclinaciones y conductas de los abogados, se caracterizan por una tendencia al normativismo positivo (lo que está escrito en una norma es lo que debe ser, o lo que es) y una conducta orientada hacia una praxis de confrontación (la práctica de la abogacía consiste en defender una visión contra otra visión y someterla al arbitro de un juez, por ello se dice que media biblioteca de un abogado dice una cosa y la otra medio lo contrario).

La influencia de esas tendencias y conductas, en el desempeño de un cargo en la administración del estado, ocasiona, a mí entender, dos grandes falencias: la primera es considerar que el cumplimiento de un objetivo político culmina en la sanción de una ley, un decreto o una resolución y la segunda es considerar que la propia visión es la acertada y las visiones contrapuestas, se deben confrontar y a lo sumo someter la discrepancia a un proceso judicial o a un proceso resolutivo que zanje la diferencia.

Examinando, las conductas de los últimos presidentes podemos ver como estas tendencias profesionales, han generado hechos políticos. La tendencia normativista de Alfonsín lo llevó a decir que con la democracia se comía, se educaba y se curaba. Como si el solo hecho de estar escrito en una ley pudiera evitar el hambre, el analfabetismo y las enfermedades. La controversia sobre los hielos continentales llevó a someter la decisión a plebiscito, en lugar de generar un acuerdo político, para que los temas de defensa de la soberanía se convirtieran en cuestiones de estado.

En la caso de Menem el normativismo se manifestó en infinidad de decretos de necesidad y urgencia y en la reforma constitucional de 1994. La visión económica, que Menem impuso, siguiendo el dictado del Consenso de Washington, no admitió correcciones e incluso se buscó plebiscitarlas en las elecciones 1995.

A la gestión de De la Rua, por lo lamentable, y a la de Duhalde por lo transitorio de la suya, las dejaremos de lado en este análisis. Kirchner basó su gestión en la búsqueda de apoyo político y mediático para el dictado de leyes. Obtenida la mayoría parlamentaria su visión se volvió única y confrontativa. El mismo camino parece seguir el gobierno de su esposa Cristina.

En síntesis, la visión normativista impide la consideración de las consecuencias de una determinada norma, como así mismo la necesidad de verificar el cumplimiento de las normas existentes. Esto provoca que se crea cumplidos los objetivos de las políticas propuestas por el mero hecho de sancionar una ley, decreto o resolución, sin esperar el efectivo cumplimiento de las mismas o sin evaluar las consecuencias de la aplicación de estas. Casos emblemáticos, y recientes, han sido: la resolución 125 sobre las retenciones a las exportaciones de granos, la privatización de aerolíneas, la estatización de las AFJP, el veto a la ley de glaciares e infinidad de hechos cotidianos.

La praxis de confrontación se confirma con cada hecho controversial, donde se prioriza la visión propia frente a los acuerdos, la sanción de leyes sin modificación, apelando a transitorias mayorías parlamentarias, la búsqueda de apoyo político sin medir las consecuencias ideológicas.

Otras profesiones, enseñan a pensar que mas que una norma, se necesita una serie de hechos, que conduzcan al logro de una medida, o que la aplicación de cualquier norma genera controversias, y para minimizarlas, se deben generar consensos previos. Consensuar una norma, algo distinta de la que se pensó, para que todos la cumplan, es mejor que poner en vigencia una norma que casi nadie esté dispuesto a cumplir. Quizás, por eso Perón, que no era abogado, decía: “mejor de decir es hacer y mejor prometer es realizar”. Con estas reflexiones tendríamos que comenzar a pensar que la política es generación de consensos y realismo practico en la realización de las medidas de gobierno, ya que una gestión tiene éxito cuando las medidas que se desean implementar se realizan y no cuando se escriben.

domingo, 30 de noviembre de 2008

La insoportable levedad de ser peronista

Parafraseando a Kundera, estoy en la misma duda metafísica sobre la necesidad del retorno a lo ya vivido para darle sentido a nuestra realidad. Esa duda no la sufrió mi abuelo ya que en ese entonces ser peronista estaba claro, estaban las Veinte Verdades, la Doctrina y Perón con Evita.

Primero nos dejó Eva y perdimos el alma de la militancia apasionada, de la entrega revolucionaria sin ninguna restricción, el espejo en que las juventudes se querrían ver reflejada años mas tarde, pero ese gorrión volaba con un cóndor, que le ampliaba el horizonte y le mostraba que la política era la praxis de un estadista.

Luego, la resistencia continuó las enseñanzas que se plasmaron con charlas clandestinas, con reuniones sin nombres, escuchando la voz de Licurgo, mostrando como se construyó una obra que no pudo ser ocultada ni derrumbada a pesar de los esfuerzos que se hicieron para disimular que un pueblo, a través de un líder que lo comprendió, fue feliz.

El tiempo llevó a que los jóvenes que pudieron acceder a las universidades tomaran conciencia que estaban allí porque hubo un movimiento que cambió la distribución de la riqueza, creó un acceso verdadero a la educación para que esta fuera una fuente de igualdad social, los obreros estaban organizados y sus reclamos trataban de que no se perdieran las conquistas que habían logrado. Los militantes políticos visitaban villas enseñando, para que la educación sirviera para superar la situación de emergencia social, porque la pobreza era eso, una situación de emergencia, algo transitorio, una etapa en la transición de la vida del interior a la urbe. Los grupos religiosos pedían la liberación de la dependencia del pecado, que no era espiritual, era terrenal, era un pecado de indiferencia de los que más tenían hacia los más humildes. Era un tiempo de gestas, en donde hasta se pensó en un peronismo sin Perón.

Inevitablemente el pueblo recuperó a su líder que más que león herbívoro era un león viejo y enfermo, que vino a morir tratando de recuperar el sueño del movimiento nacional y popular, pero muchos no lo entendieron, otros se entronaron en su nombre usando la violencia y su cercanía al líder.

El pueblo lloró una vez mas, por sus muertes y la muerte del viejo líder….. El pueblo siguió llorando por la ausencia de sus seres queridos, de su libertad, de sus derechos, de su participación en la distribución de la riqueza, el pueblo lloró amargamente una guerra impensada, indeseada e innecesaria.

Volvió la democracia, el sueño de recuperar el derecho elemental de elegir “vox populi, vox dei”, encontró un peronismo anquilosado, una mala copia del canal de viejas películas. La frustración que no poder hacer efectiva la democracia recuperada planteó una renovación gatopardista de donde un peronismo tradicionalmente Keynesiano devino en neoliberal, la aplicación de las políticas del Consenso de Washington llevó a consolidar la pérdida de participación del pueblo en la distribución de la riqueza. La pobreza ya no era una etapa difícil en la vida de las personas, era endémica. La desnutrición, la falta de salud y de educación, llevaron al pueblo que había recuperado la dignidad con su líder a ser un cliente de planes sociales, a mendigarles bolsas de comida y la inclusión en un listado al peor lumpen político que se pueda imaginar, el que se aprovecha de la necesidad de los otros, para erigirse en referente. Así el puntero político que era un referente de las inquietudes y necesidades de sectores de la población, fue reemplazado por un delegado de dirigentes que tenían bolsas de alimento para repartir y listas para otorgar planes sociales.

Hoy, después de la inevitable crisis, resurgen las ideas que fueron silenciadas en los setenta, pero ya casi no tienen eco en la juventud, que solo tiene una participación mínima en la vida política, que está descreída y ausente. Hoy quienes tienen voluntad de cambiar la política no tienen juventud y quienes tienen juventud no quieren cambiar nada.

Este peronismo de hoy muestra muchas caras, la cara de un oficialismo con una lexis setentista y sin su praxis revolucionaria, sin la firmeza necesaria para motorizar los cambios que devuelvan la dignidad a la gente mediante el trabajo y la justicia social y que transforme a la educación en el motor de la igualdad social. Un proyecto con un discurso autista sin debate, sin un partido activo que convoque a quienes quieren cambiar la realidad. Otra cara es la de un peronismo nostálgico de la época de la pizza con champagne, con relaciones carnales más que internacionales, ausente del contexto interior y de Latinoamérica, más proclive al negociado que a la política. Otro peronismo es ese peronismo ortodoxo, clásico, políticamente correcto, sin doctrina que moleste, sin un partido activo, con un partido mas bien alambrado para que no se generen en él mas que quienes algunos dirigentes designen, ese partido promueve amigos, no militantes, no forma cuadros políticos, busca técnicos en universidades, institutos u otros lugares de prestigio, esos funcionarios se dicen peronistas como un chico puede decir que es hincha de un club de fútbol.

Pero está la gente, que busca en su recuerdo al verdadero peronismo que conoció o que le contaron que existió, ese peronismo que ha ido mutando, que no es el peronismo que puede devolverle la dignidad a la gente, porque la ignora, la utiliza o la clienteliza, por eso volvamos al planteo inicial de Kundera, recuperar esos momentos en que el pueblo fue feliz, para recuperar al verdadero peronismo, ese que tiene que volver a luchar por la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.

sábado, 29 de noviembre de 2008

La “burrocracia” estatal.

Le debo este neologismo a mi padre, que despotricaba contra la burocracia ineficiente e incluso llegó a definir un perfil psicológico del “burrócrata”, pero andando mi propio camino me pasó lo que a muchos nos pasa con nuestros padres, terminamos diciendo “el viejo tenía razón”.
Este fenómeno no es nuevo, lo que es nuevo es la generalización del mismo por la incapacidad de la nueva generación de dirigentes políticos y la complicidad de la anterior generación. Así, entre una mezcla de la “guerra del chancho” y la sobreoferta de especialización universitaria teórica, han surgido una generación de funcionarios hiperespecializados a nivel teórico que desconocen la realidad aunque la tengan frente a sus narices, y del sentido común, ni hablar, ya que lo que “natura non da, Salamanca non presta”.
Estos funcionarios no son políticos, por que “la política tiene muy mala imagen” y es la imagen lo que ellos cuidan, no el interés público, el puesto que ocupan, lo ocupan porque son amigos o conocidos del otro funcionario político de mayor rango, de militancia política ni hablar, “eso no se hace”, de experiencia de vida tampoco, de libros mucho y de sentido común, solo el necesario para su propia supervivencia. Estos funcionarios se dedican concienzudamente a la resolución de expedientes, tarea que les insume la mayor parte de su tiempo, dedicando el que les resta a halagar a su mentor y a otros funcionarios de mayor rango. La planificación se relega al papel, la realidad esta para negarla o judicializarla por no coincidir con lo que está escrito, por ello gran parte de estos “burrócratas” tienen muchos conocimientos legales, su positivismo (eso de creer que lo que se escribe o decreta condiciona a la realidad) les impide reconocer que la realidad va por otro carril y por eso no tienen criterio político para resolver conflictos, no generan consenso sino que buscan minimizar sus errores o evitar quedar “pegados”.
Esta generación de “burrócratas” surge por la presencia de algunos funcionarios impresentables o sin ningún tipo de preparación para la función que deben desempeñar y que buscan rodearse de funcionarios que tengan un “aspecto presentable”(mejor que no sean políticos), sean de cierta confianza personal (las ideas políticas ni se tienen en cuenta), no representen riesgo para sus aspiraciones políticas futuras (nuevamente las ideas políticas son una molestia) y que puedan ser fácilmente removibles (un político suele tener algún peso propio y removerlo implicaría ciertos riesgos). La nueva dirigencia política inserta en la función pública a estos “burrócratas” ya que como dijimos buscan rodearse de un “áurea” de capacidad y solvencia técnica que disimule su falta de experiencia y la vieja dirigencia política los utiliza para remozar su imagen o delegarles sus funciones, ya que si pueden cumplir bien su tarea ellos se convierten en mentores de una gestión exitosa y si fracasan pueden volver aduciendo que su experiencia era imprescindible.
Por cualquier motivo, los ciudadanos de a pie los sufrimos, los vemos pasearse frente a nuestras narices exhibiendo gruesas carpetas llenas de expedientes, pero de soluciones para la gente nada, de consensos que permitan construir una realidad que transforme las desigualdades que desfilan frente a sus narices y que ellos no ven, tampoco. Lo peor es que forman parte de un consenso generalizado en la sociedad que ya fue desilusionada por el “que se vayan todos”, ya que no quedó ninguno, no quedó ninguno sin un puestito. Los que vinieron trajeron a estos especímenes como forma de remozar la imagen de una clase política que debería irse, por su incapacidad de transformar una realidad cada vez mas injusta, cada vez mas excluyente, cada vez con menores valores morales y éticos, cada vez con menor educación o sea cada vez peor.
La preocupación que tengo, no es la presencia de estos “burrócratas”, sino que su entronización y abundancia, desalienta la participación política de gente nueva, no comprometida, no contaminada que permita un recambio generacional de la actual clase política. Lo digo desde una actitud política activa, militante y progresista, ya que si no promovemos una nueva generación de políticos serán los “burrócratas” los herederos del poder político y ya estamos viendo las consecuencias al leer las noticias de todos los días.