jueves, 3 de julio de 2014

Los tigres de cartón de hoy en día


Mao desarrolló una interesante teoría sobre los tigres de cartón, como una amenaza externa (aunque sea inventada) sirve para agrupar a gente, eliminar discrepancias y desviar la atención de temas que realmente importan. En Argentina existieron y existen muchos de ellos. El primer tigre fue Dorrego, creado por una aristocracia portuaria e inmolado para producir una división que permitiera a los beneficiarios de la economía puerto-dependiente debilitar un naciente naciente acuerdo sobre la regulación de las regalías portuarias, fuente de la riqueza porteña y principal factor de control del desarrollo del interior.
Los creadores de ese tigre de cartón trataron de pasar desapercibidos, pero la famosa carta de Viale a Lavalle muestra como influyeron y como trataron de que no se supiera quienes eran los instigadores del fusilamiento. La guerra civil desatada le permitió a esos grupos continuar con sus negocios sin perturbaciones, hasta el surgimiento de Rosas, otro tigre de cartón pintado como tirano, populista e incluso hoy en día tratado como parte de la oligarquía terrateniente argentina (algo totalmente fuera de los tiempos histórico-económico), que justificó recuperar el “libre comercio” con la potencia hegemónica británica. También el tigre de cartón de “civilización y barbarie” ocultó la matanza de mas de 3000 prisioneros de la batalla de Pavón y permitió cambiar varios aspectos de la constitución de 1853 empezando con el reemplazo de la palabra “Confederación Argentina” por “Nación Argentina” y la restitución de privilegios a los mismos intereses que hicieron fusilar a Dorrego y derrocaron a Rosas y Urquiza.
A lo largo de muestra historia se siguieron repitiendo esos tigres, entre ellos: el personalismo radical de Irigoyen, el fascismo de Perón, la “lentitud de Ilia, la violencia terrorista, la inviabilidad del gobierno de Isabel Perón, la incapacidad radical de gobernar, el neo liberalismo peronista, la convertibilidad, etc. Todos ellos basados, en forma interesada, en el relato de una intelectualidad soportada por un stablishment económico tras nacional, que disponiendo de medios económicos y culturales, encumbraba a grupos de pensamiento funcionales a sus intereses. Hoy, no han cambiado las cosas, lo que sí ocurre es que hay muchos tigres y lo que planteó Mao como factor único de una estrategia política, se ha convertido en una estrategia mas, o si se quiere, como marco teórico de un análisis estratégico.
Así hoy, el tigre de los golpes militares que permitió a grupos de interés económico, permanecer ocultos e incluso plantear un genocidio, no puede ser invocado, por eso el error estratégico de este gobierno de incluir a grupos de militares como parte de su proyecto político (dejando de lado el cuestionamiento sobre el general Milani) que puede reabrir esa posibilidad en un futuro. Este tigre fue reemplazado por la exacerbación de las debilidades de los gobiernos, así a Alfonsín le complicaron los problemas sociales de la crisis económica después que los militares obtuvieran la ley de obediencia debida, así crearon dos tigres: el peligro de interrumpir el proceso democrático y la falta de capacidad de generar crecimiento económico (en una década signada por una recesión global), con ello se interrumpió el proceso de investigación de los crímenes de la dictadura que hubieran conducido a los grupos económicos que instigaron a los militares y las reformas económicas que se planteaban que perjudicaban a la burocracia sindical y la grupos de económicos de poder concentrado. Menem utilizó la renovación del peronismo como tigre de cartón electoral para presentarse como un nuevo peronismo y terminó siendo el viejo liberalismo conservador. De la Rúa, fue lo mismo con la careta radical e incluso precipitó la crisis de 2001 por su propia inoperancia. Este gobierno abrió sus flancos a los ataques de los grupos concentrados mereced a sus propias contradicciones entre su propuesta política y la implementación de las políticas que declamaba, este gobierno dibujo los tigres que se usaron en su contra.
Los tigres de cartón que hoy se enarbolan por el gobierno y la oposición generan un enfrentamiento estéril, ya que la confrontación se desvía de lo fundamental, que el gobierno no puede plantear por sus propias contradicciones y la oposición por que defiende a impresentables. Los únicos beneficiados siguen siendo los intereses concentrados, mandantes de políticos impresentables, intelectuales mercenarios o anquilosados en ideologías superadas por la modernidad y funcionarios incapaces, política y técnicamente.