miércoles, 29 de julio de 2015

Candidatos del pago chico




La política es cada vez mas la expresión política del territorio. A pesar de los profetas del fin de las ideologías (desde Fukuyama, hasta versiones locales “light” que pregonan la inexistencia de derecha e izquierda), los territorios manifiestan tendencias políticas locales y nacionales influenciadas por la composición socio-cultural y económica de su población.

En el territorio, existen dos tradiciones de voto, el voto a lista completa y el voto dividido por preferencias las personales de cada elector en forma independiente del partido del candidato. En esta tendencia hay quieren dividen su voto según categorías: progresismo o anti-progresismo, liberal o nacional, derecha o izquierda (aquí suele haber una trampa ideológica al suponer que progresismo es igual a izquierda, aunque a veces existe mas coincidencia del progresismo con las ideas de izquierda), popular o anti-popular, personalista o antipersonalista y otras a gusto del elector. Esto nos remite que a pesar que el voto puede dividirse, mayoritariamente se divide en categorías.

Antes de analizar a los actores políticos locales, tenemos que hacer en forma obligada una referencia al escenario. Parto para mi análisis de considerar tres cordones territoriales, que si bien geográficamente puede ser un poco difuso, puede interpretarse como los de densidad poblacional significativa. Un primer cordón, de clase medio y medio-alta, ligada al los sectores céntricos (para los que conocen Bahía Blanca, es el sector delimitado por las vías del ferrocarril al sur, oeste y sur-este, por el camino de cintura al norte y noreste); un segundo cordón de clase media y media baja, que se ubica rodeando geográficamente al primer cordón; y un tercer cordón periférico de clase baja y sectores excluidos, que se extiende rodeando al segundo cordón, como periferia de los sectores urbanos. El primer cordón representa aproximadamente el 30% del electorado, el segundo cordón el 40% y el tercer cordón el 30%.

Las conductas de cada sector es también particular, en el primer cordón se presenta la mayor volatilidad electoral entre elección y elección, el segundo cordón expresa un voto menos volátil con fuerte presencia de los sectores tradicionales (peronistas y radicales, o las mutaciones que estos partidos han tenido) y el tercer cordón expresa a partidos de índole popular (si bien hay partidos que se asocian con expresiones populares, algunos candidatos suelen darle a su campaña esta impronta). El primer sector también vota en forma dividida (Presidente-legisladores-gobernador-intendente), con una fuerte tendencia a la expresión ideológica de la división; el segundo sector, rara vez divide su voto y de hacerlo, manifiesta la misma tendencia ideológica en al división (suele ocurrir frente a divisiones de los partidos tradicionales como el peronismo y el radicalismo, donde varios candidatos se asocian a dichos partidos), el tercer cordón vota mayoritariamente lista completa y su voto, si bien se asocia a expresiones políticas populares requiere mas un conocimiento personal del candidato (el contacto cara a cara de un candidato con la gente de estos sectores, si bien no es condición suficiente es condición necesaria), este voto también se asocia muchas veces a la “opción ganadora”.

La composición ideológica de estos tercios, no es muy constante, pero presenta ciertas particularidades que nos auxilian en el análisis. Así, el primer cordón, se divide en sectores prácticamente iguales de progresistas y conservadores, proporciones que también abarca a sectores de centro-izquierda y centro-derecha liberal. El segundo cordón es mas personalista, vinculado a partidos tradicionales (vota a candidatos de centro izquierda, pero mas por su asociación a un partido tradicional) y su voto tiene una componente dada por la tradición histórica familiar (padres y abuelos, pertenecieron al mismo partido). El tercer cordón, se referencia en partidos o candidatos populares, que hayan tenido presencia “efectiva” en el territorio (hay candidatos que hacen “turismo electoral por la periferia”, pero después no pisan el barrio y menos contribuyen en algo de lo que que la gente necesita).

La oferta electoral, se compone de cuatro fuerzas mayoritarias, ya sea por su relevancia a nivel nacional, como por la impronta de los candidatos locales. En primer lugar se ubican los candidatos del FPV Feliú y Budassi, donde se proscribió al candidato Lopes, que tenía mejor imagen en el segundo y tercer cordón, donde se definirá el resultado de las primarias. En este sector el FPV tracciona sobre los candidatos. En segundo lugar se ubica el Frente Renovador, donde el candidato Larraburu, histórico referente de la sexta sección electoral del peronismo (en sus versiones menemista, duhaldista, kirchnerista y ahora masista) tracciona sobre el partido que tiene menos intensión de voto a nivel nacional que a nivel local. La alianza del PRO-Cambiemos tiene a dos candidatos, Ursino y Gay, el primero de viejo cuño radical y el segundo surgido de la mano de Francisco De Narvaez y reconvertido al PRO, aquí el pre candidato Ursino cuenta con el reconocimiento de función en los gobiernos radicales de Cabirón y Linares, aportando así adhesiones en el segundo y tercer cordón, mientras que Gay aporta su conocimiento mediático en el primer y segundo cordón, aunque la tracción que ejerce Macri es el componente mas importante de la intensión de voto. La cuarta fuerza es la alianza entre la fuerza vecinalista Integración Ciudadana y el GEN, cuyo pre candidato y referente Woscoff, surge al igual que el GEN, de la diáspora radical. En este sector el pre candidato Woscoff y la presencia del ex intendente Linares traccionan la intención de voto mas allá de la intensión de voto a nivel nacional del GEN.

Los candidatos del FPV traccionan parte del peronismo histórico, algunos sectores progresistas y de izquierda. El voto en el primer cordón que obtendría incluye adherentes del FPV (no mas de una fracción en el sector), similar número de adhesiones por imagen de los candidatos (abogados, funcionarios de buena imagen, buena estética personal), en el segundo cordón influye la tracción del voto peronista y en el tercer cordón se incluye el voto de sectores clientelistas de planes y ayudas, y de sectores de tradición peronista. El candidato Feliú esta mejor posicionado en el primer y segundo sector y el candidato Budassi tiene mas presencia en el tercer cordón, ademas ha tratado de asociar, publicidad mediante, su imagen a la de Scioli (de donce proviene). Se puede estimar, que en las próximas PASO, el total de votos para intendente del FPV oscilará entre el 25 y el 30%, y la ventaja la tendría el candidato Feliú, que puede acumular el 60% del voto del FPV en el municipio, aunque podría llevarse una sorpresa si el candidato Budassi, lograra aumentar su adhesión en el segundo cordón donde no se aprecia su trabajo pre electoral; también lo favorecería la escasa actividad del candidato Feliú en el segundo y tercer cordón, donde confía mas en su imagen que en caminar el sector.

En el Frente Renovador, la tracción que puede ejercer el pre candidato Larraburu, por la influencia que tiene en bastos sectores del peronismo local y su actividad frente a la asociación de fútbol local podría llevar a obtener entre un 20% y un 25%, en las PASO (este número seguramente será menor que el que obtendrá en las elecciones definitivas, seguramente por su estrategia electoral). La interna testimonial de este sector no influye, ya que el otro pre candidato no tiene conocimiento de la gente y tampoco apoyo de algún sector político relevante. El apoyo a este sector es escaso en el primer cordón, en el segundo cordón su apoyo proviene de los sectores peronistas y en el tercer cordón el apoyo proviene de su influencia sobre sectores clientelares del municipio local y de vinculaciones por deporte, y principalmente el fútbol.

La alianza Integración ciudadana y GEN, cuenta con una intención de voto que oscilaría entre el 15% y el 20%, número que puede aumentar en las elecciones definitivas, si el pre candidato Ursino no ganase la interna PRO-Cambiemos, ya que recuperaría la porción del voto radical que apoya a este pre candidato. El apoyo a este sector proviene del primer y segundo cordón, apoyado en su base radical y su sesgo progresista.

El frente PRO Cambiemos tendría una intención de voto oscilante entre el 25% y el 30%, influenciado por la imagen de los pre candidatos presidenciales Macri, Saenz y Carrió que tienen gran predica en Bahía Blanca, la imagen del pre candidato Gay y del apoyo radical al pre candidato Ursino, si bien el mejor posicionado sería Gay en esta interna, no descartaría que el voto radical (que es importante en esta ciudad), el voto progresista de ciertos sectores opositores al FPV (que ven esta alianza como expresión de voto anti) y el voto de sectores del tercer cordón donde las anteriores gestiones de Ursino dejaron buena imagen, pueda ponerlo a nivel de paridad, de todos modos no creo que haya una gran diferencia entre los votos de estos pre candidatos. Si debe tenerse en cuenta, que el total de votos que obtenga este espacio en las PASO sera indudablemente menor que el que obtendrá en las elecciones definitivas, por fuga del voto radical de no resultar ganadores sus pre candidatos a nivel nacional o local.

Algunas consideraciones finales del análisis, deben obligatoria mente referirse a que este es de naturaleza cualitativa y no cuantitativa, aunque haya hecho algunas estimaciones numéricas, para establecer con mas precisión las posibles tendencias, se debería hacer un análisis detallado de la composición territorial, las tendencias históricas de anteriores elecciones, las encuestas realizadas (no porque se deba creer en ellas, sino porque orientan sobre tendencias), y ademas realizar algún tipo de exploración estadística. Ademas en bahía Blanca, no siempre el voto a candidatos locales se condice con el voto a las listas provinciales o nacionales que estos integran. De todos modos este análisis debería ser el tipo de análisis previo a cualquier búsqueda de información para intentar predecir los próximos resultados de las PASO, las cuales sin duda cambiarán la forma de votar en las elecciones definitivas.



lunes, 20 de julio de 2015

Una victoria a lo Pirro

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La mitad de este artículo lo escribí antes del ballotage del 19 de julio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando le apostaba a mis amigos, que si el PRO ganaba no lo iva a hacer por mas de 3 puntos. Lástima que nadie me apostó, no se si por considerarme medio loco o por que ya las encuestas y las opiniones de “expertos politólogos” no dan la confianza que daban antes.
En el borrador de mi artículo decía, citando a Ortega y Gasset en su libro “Estudios sobre el amor”, que él podría hablar del amor porque no lo conocía. Analogamente, como yo no soy porteño podía hablar de las elecciones porteñas.
Las PASO, las elecciones, y el ballotage, mostraron a el PRO, el FPV, el ARI, la UCR, el FR y varias siglas políticas mas, cayendo bajo la influencia del principio sociológico que dice que la mayoría de la gente se agrupa sobre posiciones medias, donde las diferencias son pequeñas. Así vemos, que en lugar de de plantear posiciones ideológicas (que no dudo que tengan, pero las ocultan muy bien), construyen un discurso armado con lugares comunes sin mostrar cual es la sustancia ideológica de su propuesta.
Se pudo ver, que la decisión porteña cayó en una persona con una ideología neo-liberal como Larreta, a pesar de ser un político todo terreno, que estuvo con Alfonsín, con Menem, con Duhalde y con Kirchner, hasta recalar con Macri; y posicionó como opositor, a una persona como Lousteau, de cuño socialdemócrata a pesar de haber sido funcionario de gobiernos peronistas y kirchneristas, sin duda, también a este candidato, cualquier colectivo lo deja bien.
La imagen que proyectó Larreta fué la de un funcionario eficiente y leal a su jefe Macri, lo que si en lugar de PRO ocurriría en el PJ sería un caso de disciplinamiento partidario, y si fuera en el FVP sería. considerado como servilismo aplaudidor. Losteau, por su parte intentó reforzar una imagen de intelectual descontracturado pseudo progresista, lo que si ocurriera en el PJ sería tildado de “quinta columna” y anti-popular, y dentro del FPV como traidor al proyecto nacional y popular (como ya lo trataron varios).
Es cierto que en la capital se valoró una gestión que no fue mala (tampoco fué buena), pero el resultado final nada tuvo que ver con ello. En el resultado eleccionario, hay varios factores que deben ser tenidos en cuenta: no es bueno abusar de las encuestas pagadas, hubo malas decisiones políticas por parte de Macri y se ignoraron cuestiones ideológicas elementales.
El PRO, abusó del uso de encuestas que daban una victoria en segunda vuelta por mas del 10%, ninguneando la decisión del candidato de ECO de presentarse al ballotage, en incluso presionando para que se bajara. En el manejo de encustas y ninguneo colaboraron medios periodisticos, que vieron en peligro el liderazgo opositor de Macri en las proximas presidenciales. Pero aquí lograron el efecto opuesto, “cuanto mas peor”, ciudadanos que posiblemente habrían votado en blanco, votaron “en contra”, no del candidato, sino de el mensaje que se mandaba. El mensaje era, si el PRO pierde, o gana por muy poco, Macri se debilita y cae el proyecto opositor del FPV. La gente que no piensa como el PRO, aunque en viera a Losteau, como s candidato, lo votó como expresión de bronca por ese mensaje. Así, políticos, encuestadores, politólogos y periodistas crearon un clima que movió el voto “contra”, sobre todo de sectores del FPV que vieron que su voto a Losteau era un voto que debilitaba a Macri que era su próximo rival político.
El segundo factor que influyó fueron las malas decisiones de Macri (o Durán Barba). La primera, Michetti era mejor candidata de cara a las elecciones en la capital (continuidad con cierto sesgo progresista), su apoyo a Larreta en las PASO influyó y la ratificación de ese apoyo no se trasmitió en las elecciones (la suma de votos de Larreta y Michetti, fue menor que la obtenida por Larreta). Su posterior convocatoria a Michetti, solo ratifica que fue consiente del error. El PRO en los ballotages de Santa Fe y Capital actuó como en la fábula de la liebre y la tortuga, continuó con el mismo ritmo que en las elecciones primarias, y sobre todo su accionar proselitista se centró en franjas de la población que ya era permeable a su discurso, no buscó acercarse en forma pro-activa a sectores donde tradicionalmente el PRO no tiene predicamento (en el barrio le decíamos a eso: pescar en la pecera propia). Esa característica es una marca de origen del PRO en su prédica política.
Por último, todos dieron por sentado el latiguillo de cierta “intelectualidad post moderna”, que insiste en reiterar que no existe mas derecha o izquierda, pero si reducimos el resultado del ballotage , vemos claramente que Larreta recogió el voto de centro y centro derecha, mientras que Losteau recogió el voto de centro izquierda (incluido los sectores del del FPV) y la izquierda mas dogmática y vertical se expresó con el voto en blanco, obedeciendo las directivas de sus principales referentes (de donde se cumple el viejo refrán que popularizó Jauretche, la izquierda en su obstinación fundamentalista, siempre termina haciéndole el juego a la derecha).
Queda la mas importante batalla electoral, allí Macri quemó sus naves en la búsqueda de la presidencia, quiso imponer su voluntad hacia dentro de su partido, definió su estilo político en forma personalista, a pesar de proponerse como el cambio adoptó formas mas parecidas a la sus rivales políticos, a pesar de ello los resultados no mostraron que sus decisiones arrojen resultados positivos, es el momento justo para que Macri repiense su estrategia, quizás esta sea su última oportunidad.





domingo, 5 de julio de 2015

Los dueños de la pelota

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Están todos los que son, o son todos los que están. Las listas de candidatos para las próximas elecciones ya están cerradas, podrán reagruparse, según el resultado de las PASO, algunos quedarán afuera, otros resignarán aspiraciones y otros obtendrán el deseado conchabo de legislador o mandatario.
Se ha repetido el viejo ritual que ocurría en el barrio con el dueño de la pelota, el armaba los equipos, elegía a los que jugaban mejor y cuando ya se aseguraba que esos ganaba, le tocaba el turno a los amigos poco hábiles con la pelota. Así pasamos del potrero a la política nacional, viendo como elige el dueño de la pelota ¿o alguien cree que estamos en una verdadera democracia? mal que le pese a Lilita Carrió, el pueblo no gobierna ni delibera si no es a través de sus representantes, así lo dice el párrafo de nuestra constitución, al mejo estilo liberal. Si se quisiera que el pueblo gobierne, ya se habrían puesto en marcha varias iniciativas que contempló la reforma constitucional de 1994, y el gobierno o la oposición habrían propuesto nuevas formas de participación ciudadana.
Todos quieren ser el dueño de la pelota, el que la tiene y los que quieren sacársela para tenerla ellos, la pelota no se comparte, se usa para hacer la voluntad el dueño.
Volviendo al párrafo constitucional, donde se refleja el espíritu aristocrático de la época, solo los que cumplieran ciertas condiciones formaban parte de los elegibles para representar al pueblo, y el pueblo que elegía, no eran todos, había ciertas condiciones que se debían cumplir para ser elector. De ese modo se garantizó que el poder quedara en un circulo restringido de personas afines a los intereses de los grupos de poder de la época. La omnipotencia que sentían esa minoría, o algunas convicciones fundamentalistas, llevó a al promulgación del sufragio universal. Allí emergió, desde el destierro de la historia, representantes de los sectores populares excluidos (Irigoyen era sobrino de Leandro Alem y sobrino nieto del lugarteniente de Rosas y jefe de la Mazorca). Allí comienza el ascenso al poder de una emergente clase media, dotada de instrucción, pero sin poder económico, e incluso con diferencias respecto al orden que se pretendía establecerse desde dicho poder. La interrupción de este proceso por el golpe de Uriburu, retorna mediante el “fraude patriótico” y “la entente” al orden de cosas previo al surgimiento del voto universal.
Es mediante otro golpe, que no pretendía cambiar mucho el estado de cosas, que surge la figura de Perón y el movimiento peronista, aquí acceden a la representación popular sectores sociales mas bajos, vinculados al trabajo. Se consolida la universalidad del voto al incorporar el voto femenino y se formula una reforma constitucional en 1949. Esta reforma es ignorada y no reivindicada por los gobiernos democráticos posteriores (incluso muchos de ellos, peronistas). El ascenso de clases trabajadoras a sitios de poder construye una nuevo sistema de representación y conflicto, donde grupos económicos, sectores altos, medios y trabajadores, sectores sindicales, una burocracia estatal y grupos de control de medios diputan espacios de poder y representación política, económica, social y cultural.
Este conflicto atravesado por una feroz dictadura, condujo al mayor período de funcionamiento democrático del estado en sus tres poderes. Esto no se extendió al funcionamiento de los partidos políticos, que cayeron en el personalismo o el elitismo dirigencial, convirtiendo a la democracia de partidos políticos en una democracia de personeros políticos de dirigentes políticos. Así, los liderazgos no se cuestionan, es interesante ver como algunos veteranos dirigentes que en los años 70 cuestionaban al mismísimo Perón desde la JP, hoy se genuflexan ante las mentiras que dicen muchos dirigentes oficialistas.
Quedaron el el tintero muchas de las consignas que se generaron en la crisis del 2001, como los mecanismos de representación popular, el voto directo para representantes en el congreso, mecanismos de representación alternativos como la banca pública, entre otras. Así, quienes alcanzan cierto nivel de reconocimiento público merced a encuestas (la mayoría de las veces paga) o a presencia mediática (también paga), se presentan como dirigentes. Si estos dirigentes pagan su reconocimiento, se hacen un lugar propio, pero si alguien ya establecido lo paga, esta nueva promesa de dirigente jura un vasallaje político, hasta que la traición los separe.
Así se repite el cuento del dueño de la pelota, quien la tiene elije, el que no la tiene, o es un jugador del que no puede prescindirse (en política esto solo pertenece al terreno de los cuadros técnicos y cada vez menos) o tiene que hacerse “amigo” del dueño de la pelota.