domingo, 22 de mayo de 2011

Fuenteovejuna versión 2011




Pareciera que la obra de Lope de Vega renaciera en España, con otros aires, con nuevos aires, aires jóvenes. La obra de teatro hablaba de un mal gobernante, de un pueblo indignado y de como el pueblo dijo basta; también hablaba de un pueblo con una sola consigna: “todos a una: Fuenteovejuna”, que era sin mas, una consigna popular que manifestaba la voluntad de un pueblo. Hoy en la plaza el sol de Madrid hay gente que protesta, la protesta es clara y es una: la clase política los tiene “Indignados” por su ineficacia al manejar una crisis económica que se la hacen pagar a los que no la generaron, mientras los responsables son objeto de todo tipo de salva tajes, ayuda y consideración.

Quien mira y lee esto que se ha dado en llamar el 15-M, no pude dejar de recordar las jornadas de diciembre de 2001 u otros movimientos populares que fueron movilizados por una juventud comprometida como el mayo francés o el 17 de octubre. En todos ellos el protagonista fue el pueblo, en todos ellos había un reclamo, en todos ellos había participación y en todos ellos había organización espontánea. Tampoco puede ignorarse que esta crisis que marca la proximidad del fin de un ciclo del capitalismo ha generado otras protestas mas radicalizadas y menos organizadas. Debemos recordar las protestas de jóvenes universitarios en Grecia e Inglaterra; y los movimientos en varios países árabes. En todos ellos la actual situación de desigualdad social y económica, producida por la aplicación de un capitalismo salvaje acicateado por la última crisis financiera, acentuó las condiciones de extrema pobreza y desigualdad en las condiciones de vida de los pueblos.

Los actuales adelantos tecnológicos en materia de medios de comunicación que permitió la expansión del capitalismo sin restricciones de fronteras, también permitió que quienes sufrían las consecuencias de la expansión del capitalismo financiero tomaran conciencia de su situación. Los créditos no eran tomados por los obreros que eran despedidos, las deudas eran pagadas con la merma de las condiciones de vida de la población que no tenía deudas, solo necesidades. De este modo no puede ocultarse a la mayoría de la gente, que no son responsables por la crisis económica, que los verdaderos responsables se enriquecieron tanto, que no son alcanzados por la crisis. Pareciera que las palabras de Engels se vuelven actuales “el ultimo acto del capitalismo será vender la soga con que será ahorcado”.

En su organización, en los gestos, en los apoyos este movimiento recuerda otros movimientos. La organización en grupos o comités que se responsabilizan de organizar distintos aspectos del “acampe”, las asambleas de organización horizontal, la no participación de políticos o miembros de partidos políticos (esto me recuerda a las asambleas de Gualeguaychú), la adhesión de gente perteneciente a otras generaciones (será que la brecha generacional entre nietos y abuelos, la acerca la explotación que han sufrido y sufren ambas generaciones) y condiciones sociales (ya pasaron los tiempos en que solo se explotaba a los obreros, ahora se explota a la clase media y a las pequeñas empresas).

Los gestos de la gente recuerda a otros colectivos: gente organizando ayuda solidaria, gente cocinando, gente trayendo alimentos, gente organizando asistencia sanitaria, gente refrescándose en las fuentes, consignas anti capitalismo, consignas no violentas, asambleas, propuestas, proyección y mil pequeños detalles que configuran un “deja vú” de otras manifestaciones que en si misma no se proyectaron en el futuro. Pero en estas circunstancias hay algo distinto, la fiera está herida, no hay violencia en la protesta y si hay reconocimiento de las verdaderas razones de la protesta, hay proyección a futuro, hay conciencia del momento histórico.

Nadie sabe que proyección futura tendrá este 15-M, pero seguro formará parte de una tendencia que se agrega a la decadencia del modelo capitalista neo-liberal vigente.

martes, 3 de mayo de 2011

El cuento de la abuela Pipa


 

 ¿Te cuento un cuento? Había una vez un señor muy, muy, pero muy malo, tan malo era que mandó dos aviones para que chocaran contra las torres gemelas haciendo que muriera mucha, pero mucha gente. Como querían ponerlo preso mandaron a mucha gente a buscarlo, pero el señor muy, muy, pero muy malo se escondió tan bien, pero tan bien que no podían encontrarlo. Hasta que al final lo encontraron y como el señor muy, muy, pero muy malo no quiso entregarse y los atacó con un arma, tuvieron que matarlo. Entonces un señor negro muy, muy, pero muy bueno les contó a todo el mundo lo que había pasado y se fue muy contento porque ahora lo podían votar todos los que lo criticaban porque no había nada contra los señores muy malos.

¿Te cuento un cuento? Había una vez una familia árabe que tenía mucha, mucha, pero mucha plata y se hicieron amigos de un señor chiquitito que era hijo de un presidente, el papá del señor chiquitito hiso muchos negocios con esa familia que tenía mucha, mucha, pero mucha plata y el señor chiquitito también. Uno de los hijos de la familia con mucha, mucha, pero mucha plata ayudó al papá del señor chiquitito cuando un país malo, malo, pero muy malo ocupó un país muy, muy, pero muy pobre, que tenía mucho, mucho, pero mucho petróleo. El hijo de la familia muy, muy, pero muy rica hiso cosas malas, pero como le sirvieron la papá del señor chiquito, el papá del señor chiquito lo aplaudió y le agradeció mucho, mucho, mucho. Cuando el señor chiquito fue presidente como su papá hiso muchas, muchas, pero muchas macanas; y parecía que no iba a ser mas presidente. Otros señores muy, muy pero muy malos robaron dos aviones y chocaron a las torres gemelas, el señor chiquitito le echó la culpa al hijo de la familia muy, muy, pero muy rica y atacó el país donde estaba el hijo de la familia muy, muy, pero muy rica. El señor chiquitito pudo seguir siendo presidente y siguió atacando a otros países y matando a mucha, mucha, pero mucha gente, todo por culpa del hijo de la familia muy, muy, pero muy rica. Cuando el señor chiquito no fue mas presidente, vino un señor muy, muy, pero muy morochito que dijo que no iba a seguir atacando a otros países y que no iba a matar a nadie más. Pasó el tiempo y el señor muy, muy, pero muy morochito no cumplió lo que dijo y mucha gente se enojó y parecía que no iba a seguir siendo presidente. Se acordó de lo que había hecho el señor chiquitito y dijo que había matado al hijo de la familia muy, muy pero muy rica, y que todo estaba bien y pensó que ahora podía seguir siendo presidente.

¿Te cuento otro cuento?