lunes, 22 de abril de 2024

Milei, la fiebre y la lógica

 



Cada vez mas me convenzo que el peronismo, el radicalismo y otros “ismos” tienen una dirigencia política que atrasa varios años. Sea por conveniencia, miedo o estupidez critican a Milei por lo que puede llegar a hacer, por lo que se supone que puede pasar con lo que hace y no por lo que hace, lo que le quita sustento a la crítica ya que es una crítica insustancial, que incluso puede dejarlos pedaleando en el aire, si a Milei las cosas le salen moderadamente bien. Parece que no entienden que la irrupción de Milei es el síntoma y no la causa de la realidad política, económica y social de la Argentina. La causa es la decadencia de un sistema político, económico y social basado en partidos políticos inexistentes como fuente de formación y promoción de una dirigencia política sometida al control de gestión por sus resultados y no por supuestos principios que no rigen sus conductas y que no conducen a resultados palpables por la gente. Por esto comparo a Milei con la fiebre, es el síntoma y no la causa de la enfermedad, la causa verdadera son la mayoría de los políticos que lo critican y mientras sean ellos quieren representen la oposición a Milei. el va a estar tranquilo y lo mas posible es que no pierda el nivel de apoyo que tuvo en las pasadas elecciones. 

Podemos hacer una categorización de la oposición que hoy enfrenta el gobierno de Milei para ver como se verifica la proposición plateada. En primer lugar los dirigentes políticos que ocuparon cargos en el poder ejecutivo, a este grupo los informes de la Auditoría General de la Nación (AGN)  los pone como malos administradores de los bienes públicos, ya sea por despilfarro de dinero público o por actos sospechados de “mala praxis” o directamente actos delictivos. La cantidad de ellos denunciados y judicializados obliga a reconocer que estos dirigentes cada vez que critican a Milei, le hacen un favor. El caso mas emblemático es el gobernador Kicillof quién por un acto de mala praxis en la nacionalización de YPF a puesto al país en la disyuntiva e pagar 16.000 millones de u$a o perder YPF. En segundo lugar los políticos que ocuparon y ocupan representaciones parlamentarias quienes con sus conductas y su inoportunidad se han ganado el descrédito de la mayoría de la sociedad, y como muestra reciente el aumento de sueldos de los senadores es algo que siempre ocurrió, sumado a ausencias, propuestas inconducentes o conductas reprochables, recordemos que hay un legislador procesado por abusar sexualmente de su propia sobrina.  En tercer lugar los dirigentes sindicales, quienes reclaman una institucionalidad que ellos no respetan en sus propios sindicatos, con prácticas nepotistas, reelecciones indefinidas, manejos irregular de fondos y otras cosas que han salido a la luz. Esta dirigencia sindical ha negociado con sucesivos gobiernos a costa de la situación de sus propios representados y de inestabilizar los sectores económicos en donde actúan. Esto se suma a que la representación sindical solo abarca  un porcentaje de trabajadores formales en actividad, pero mas del 30% de los trabajadores están en la informalidad y carecen  de representación, si hacemos un calculo simple podemos ver que del universos de los trabajadores en actividad, la mayoría no pertenece a ningún sindicato, pero  estos actúan como si representaran a todos ellos, y la mayoría esta consiente de ello.  

Por último los referentes de los movimientos sociales, los cuales funcionan como virtuales gerentes de la pobreza negociando administrar planes de asistencia social, de los cuales lucran en forma directa e indirecta, cobrando a los beneficiarios “cuotas mutuales”, obligándolos a asistir a marchas ya sea para defender intereses propios o ajenos, esto no solo indigna a quienes tienen posiciones mas conservadoras, sino a los convecinos de los beneficiarios, e incluso de los propios beneficiados.

Ademas de estos grandes grupos, existen otros grupos que se arrogan la representatividad de personas, valores o instituciones. Aquí podemos citar el arte, la cultura, la educación, el medio ambiente, las causas justas, la infancia, los derechos humanos, etc. En estos grupos se asume la representación de los valores que pertenecen al conjunto de la sociedad y reclaman el acceso a una participación de los recursos del estado que ellos pueden administrar a su gusto y beneficio. Podemos citar algunos casos: los medios de comunicación públicos, los cuales asumen que son la representación los intereses de lo que la gente quiere ver u oír, pero los indices de audiencia (salvo los partidos de la selección) son bajísimos y su rentabilidad escasa. Hay representaciones de artistas que se asumen como el Arte del país o de la sociedad, cuando solo actúan como administradores de subsidios que dirigen o redirigen hacia parcialidades ideológicamente afines, financiando experiencias de dudosa repercusión y/o calidad artística. Particularmente no creo que el mercado sea un buen evaluador de la calidad artística de una obra de teatro, una película, una pintura o un libro; pero si que los subsidios al arte deberían dirigirse a “operas prima” evaluadas por agentes externos al medio, no para generar rentabilidad sino para promocionar nuevos artistas que enfrentan la imposibilidad de acceder a difundir su trabajo. No son ajenos a estos grupos la dirigencia de algunas universidades que se consideran a si mismas la educación universitaria, cobran sueldos que duplican los salarios de los docentes, tienen cuentas de gastos de representación a sus disposición y pueden contratar a su parecer a quienes quieran para proyectos que muchas veces tiene poco que ver con la actividad universitaria que desarrollan (por ejemplo hay universidades que tienen canales de TV y radios, pero no tienen carreras de periodismo o comunicación). Algunas universidades pueden contratar con el estado sin mediar licitación y por contratación directa, algo bastante frecuente con universidades “afines” a ciertos gobiernos, donde incluso hubo denuncias de “retornos” o subcontrataciones encubiertas, donde una universidad contrató una actividad para lo cual subcontrató a una empresa direccionada desde el gobierno.

Lo que pretendo plantear, es que la lógica de la acciones políticas deberían apuntar a criticar las medidas que toma el gobierno, por lo que ellas causan y no por lo que podrían causar, sobre todo por  el grado de incerteza que la crítica tiene. Los malos dirigentes siguen creyendo que no importa que lo que digan no se cumpla, pero se equivocan, han mentido tanto que al final la gente ya no les cree; esto considerando que son inútiles para ver lo evidente y no que lo que ocurre es que tienen miedo que a Milei le vaya bien y ellos no puedan volver a disfrutar de los privilegios que gozaron. 

No me importa que a Milei le vaya bien, porque eso significaría que la gente y el país estaría mejor, preferiría que la forma en que se logre la mejora de la actual situación fuera de otra forma, mas inclusiva, mas distributiva y mas solidaria. Estoy convencido que si este gobierno logra mejorar la actual situación, se logrará con menos inclusión, con menos participación social y sin la solidaridad social que la actual situación de marginalidad requiere; también reconozco que los gobiernos llamados peronistas fueron los responsables de la actual situación de marginalidad, exclusión y falta de distribución de la poca riqueza generada.

Así como el pueblo judío espera un mesías, yo espero una dirigencia peronista que sienta, piense y actúe como peronista, con las ansias de mi ideología pero sin las esperanzas de lo que veo y analizo.