domingo, 31 de marzo de 2019

Los porque del fracaso de Macri

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Podemos decir, en general, que el problema de la “política” argentina son los dirigentes políticos que mayoritariamente son incapaces, desconfiados y exageradamente ambiciosos. Este postulado es la base de este análisis. El problema de Argentina no es la política, sino los políticos.
Por ello no fracasan las políticas, fracasan los políticos que no pueden solucionar los problemas del país, desconfían de cualquiera que les proponga algo antes que evaluar las propuestas y subordinan todo a sus propias ambiciones. Se podría hacer un análisis histórico que demuestre este postulado, pero es mas interesante la actual coyuntura política.
Mauricio Macri surge como resultado de la necesidad de liderazgo político en un sector conservador de la sociedad, la desesperación del radicalismo por no desaparecer de la escena política argentina y los desvaríos de la doctora Carrió. En lo personal a Macri no lo define su profesión, ya que no se ganó la vida con ella; no lo define su actividad en el ámbito privado, pues no fue un CEO sino que se dedicó a trabajar en las empresas de su padre; tampoco fue empresario ya que no creó empresas y no es un político, dado que carece de una formación específica y no manifiesta una ideología sobre la que articula una acción de gobierno. En definitiva Mauricio Macri, no es un político en el sentido que propondría la teoría política, tanto por la conformación de su espacio, como por su formación personal.
A partir de las dos proposiciones anteriores, se debería explicar como llega Macri a la presidencia de la Nación. Dejando de lado su historia personal antes de ingresar el lo público y rescatando solo el hecho de haber sido el hijo de un empresario que funda en emporio empresarial casi de la nada, destinado y formado para heredarlo; debemos descartar sus capacidades como ingeniero y como CEO, ya que no ejerció ninguna de las dos funciones. Un ingeniero realiza un formación laboral que completa su formación universitaria por un espacio que va desde los 5 a los 10 años y un CEO tiene el control total de una empresa y reporta a un directorio que no perdona errores y no tolera fracasos. En el caso de Macri su carrera de Ingeniero Civil se relacionó con la principal actividad del grupo SOCMA, que era la obra pública y sus estudios posteriores en administración de empresas lo prepararía para convertirse en el CEO del grupo empresarial. Pero como ingeniero no realizo esa formación y como CEO fue su padre a quien respondía y quien no lo echaría de su puesto.
Su inicio en el ámbito público, y también en lo político, fue como presidente del club Boca Juniors, donde su formación le permitió generar obras y mejorar la situación financiera del club; que sumado a los éxitos deportivos le dio la visibilidad necesaria para lanzarse a su próximo objetivo político: el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aquí debemos enfatizar que el club Boca Juniors tenía una dimensión mucho menor que el grupo empresario del que provenía y que Macri accede a la presidencia del club en un momento de gran crisis interna tanto en lo deportivo como en lo económico. En su gestión como intendente de Buenos Aires, forma un grupo de trabajo tomando dos ejes: la gestión de las obras públicas y la propaganda de esa gestión. Las restantes áreas de gobierno no alcanzan los mismos niveles de repercusión y los resultados que exhibe, si bien no son malos, no pueden describirse como éxitos de su gestión. Aquí los dos aspectos que señalamos de su gestión en Boca, también se repiten dado que la estructura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires tiene la dimensión del grupo empresarial de su padre y el anterior gobierno terminó con grandes problemas sobre todo la emblemática tragedia de Cromagnon.
La llegada de Macri a la presidencia, al igual que en los casos anteriores, fue mas como consecuencia de los errores del gobierno anterior que por mérito de su candidatura. Creo que la negación de este aspecto fortaleció la posición de alguno de los grupos que rodea a Macri, quienes lo convencieron que la propaganda puede hacer ganar elecciones. Pero el gobierno del país no tenía escala con las anteriores administraciones que ejerció y la escala nacional requiere un mayor número de funcionarios formados, que los equipos que disponía, allí cometió su primer error al comportarse como un CEO que absorbe una empresa competidora y conserva parte del staff anterior. En política real, nadie duerme con el enemigo.
La incorporación de CEOs multiplicó y aumentó este problema, ya que a los funcionarios de la anterior administración se les sumó funcionarios provenientes de un entorno de menor dimensión, que el nacional. El problema que también trajeron estos funcionarios es la adaptación de la lógica del mundo privado al ámbito del estado, donde las personas que dependían de ellos en las empresas tenían el incentivo de las altas remuneraciones y el temor a ser despedido cuando cometieran errores; lo cual contrasta con personal sin incentivos económicos y sin miedo a perder su empleo dada la estabilidad laboral del empleado público. Estos dos factores: la convivencia con funcionarios opositores y el menor rendimiento laboral, crearon dificultades en la gestión que no fueron corregidos reemplazando a quienes no obtenían los resultados deseados en la gestión. Este fue el mayor error en la gestión que tuvo Mauricio Macri, no tuvo la formación como CEO que no duda en apartar a colaboradores que no obtienen los resultados deseados o que cometen errores; y tampoco tuvo la formación como ingeniero que aprende a identificar quienes no trabajan de acuerdo a lo previsto y los apartan para no entorpecer el avance del proyecto que dirige. Estos aspectos cubren el área de incapacidad política para el ejercicio del cargo.
Quizás se le pueda reconocer a Macri que su ambición sea la trascendencia y no el beneficio propio, lo que tiene mas valor ético, pero afecta igualmente su desempeño ya que sus objetivos exceden sus posibilidades reales de lograrlos. En ese sentido anunciar como objetivos: pobreza cero, crecimiento de la inversiones, reducción de impuestos, aumento del empleo, reducción de la inflación, mejora de la calidad de vida, y muchos mas; no pudieron lograrse en función de haber pretendido alcanzar objetivos difíciles de realizar. Ese fracaso se basó en los errores que señalamos antes y en subestimar el poder de la política, ya que en su gestión como administrador de empresas, como presidente de Boca Juniors y en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires siempre negoció, frase que suele escuchársele a él y sus colaboradores, lo que pretendió repetir en el ámbito nacional. Pero no tuvo en cuenta que en política es necesario generar consensos, no realizar negociaciones para hacer acuerdos, ya que estos últimos son coyunturales y solucionan los problemas en forma definitiva. Aquí, como en otros temas, la falta de formación formal en aspectos políticos lo indujeron a cometer errores al desconocer que las bases de la política es identificar un problema, hacer un diagnóstico, formular una acción fijando objetivos y asignando recursos, y controlar el cumplimiento.
La desconfianza suele ser parte de la naturaleza del individuo o inducida por otros, generalmente un entorno o circulo íntimo. En el caso de Macri, se percibió que su falta inicial de desconfianza fue gradualmente generada por su entorno, en una primera etapa hacia algunos colaboradores que se destacaron inicialmente por sobre la media de su equipo, posteriormente se extendió la desconfianza hacia ocasionales aliados políticos y finalmente hacia quienes apuntaba el circulo intimo del presidente. Fue aquí donde la carencia de liderazgo se hizo mas notable. Algo que nunca le pasaría a un CEO en una empresa, o a un ingeniero en una obra.
Así los errores de Mauricio Macri como presidente de Argentina, son fruto de poseer las mismas características que la mayoría de la clase política dirigente y de carecer de preparación y cualidades que requiere el ejercicio del cargo que detenta. Con esto no se puede proponer un cambio.



domingo, 10 de marzo de 2019

Para pensar …




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La lógica de la construcción de pensamiento, que solemos seguir los ingenieros tienen que ver con una mecánica de elaboración previa, primero se formulan una serie de postulados que puedan verificarse, luego se sacan conclusiones sobre ellos y finalmente se plantea una hipótesis. Esto aplicado en forma cruda al análisis político podría hacerse del siguiente modo. Tomemos los siguientes postulados generales, que podemos afirmar se pueden comprobar empíricamente:

  • La mayoría de los funcionarios (cualquiera sea el signo político) son incapaces ser ser simultáneamente eficaces en lo técnico y en lo político.
  • El PRO compró el argumento que ellos le ganaron electoral mente al kirchnerismo, cuando en realidad el kirchnerismo (por sus propios errores) fue el que construyó su derrota electoral.
  • Dentro del peronismo solo puede haber un líder y ese es el que gobierna (o también podría decirse que solo el que gobierna es el líder). Las opciones de doble comando o delegación de gobierno sin poder nunca funcionaron, desde Cámpora a la fecha.
  • El poder judicial ha actuado de acuerdo a los deseos de los gobiernos de turno, salvo honrosas excepciones.
  • Desde el advenimiento de la democracia muchas disputas de orden político se judicializaron sin lograr ninguna solución, tanto dentro del plano político como dentro del plano judicial.

Ahora tomemos algunos postulados coyunturales de la actualidad, de no muy difícil verificación:

  • El actual gobierno ha defraudado a muchos de sus votantes, por el fracaso de su gestión en aspectos económicos, educativos y sociales; así con en otros temas menos relevantes.
  • Existe una polarización entre los candidatos Mauricio Macro y Cristina Fernández, que aglutina la 60% de los votantes, aunque por distintos motivos ese porcentaje podría ser menor.
  • Existe una intención de “NO voto” a los candidatos anteriores que es mayor en el caso de Cristina Fernández, aunque esa intención también aumenta para Mauricio Macri.
  • El 40% de los votantes que no pertenecen a los núcleos duros que ya están polarizados, no tiene una pertenencia política definida. Pero si un candidato aunara este grupo y llegara a un ballotage electoral, sería el ganador.
  • Solo desde sectores del peronismo puede surgir un candidato que pueda aglutinar a ese 40% del electorado, principalmente por la estructura requerida y el nivel de conocimiento público.
Pueden formularse algunas conclusiones basadas en estos postulados:

  • Tanto al candidato Mauricio Macri, como a la candidata Cristina Fernández, les conviene aumentar la polarización para que no surja un candidato que pueda competir con alguno de ellos en una segunda vuelta.
  • De ser el ganador de la contienda electoral, algún candidato surgido del peronismo que logre captar ese 40% del electorado, la senadora Cristina Fernández perdería el poder político que hoy detenta como principal opositora y posiblemente se aceleren las causas judiciales en su contra.
  • Una unificación del peronismo que indudablemente vencería a Mauricio Macri (creo que en primera vuelta) y que no sea con Cristina Fernández como candidata, tendría para ella las mismas consecuencias señaladas en el ítem anterior (por aquello de la fábula del escorpión y la rana).
  • Si Mauricio Macri es derrotado en estas elecciones, la alianza Cambiemos pierde su futuro político, desaparecerían en el futuro cercano el PRO y la Coalición Cívica, y el radicalismo quedaría reducido a una expresión mínima como fuerza con futuro electoral.
Estas conclusiones evidentes y los anteriores postulados, podrían ser disparadores de posibles escenarios, los que no necesariamente deberían darse por ciertos, pero que no contradicen la lógica de lo expuesto anteriormente. Estos supuestos escenarios podrían ser:

  • Escenario 1: Cristina Fernandez y Mauricio Macri, acuerdan en forma secreta colaborar en el armado de una polarización que impida la formación de una fuerza peronista que pueda acceder a la segunda vuelta.
  • Escenario 2: Sectores que se interesen en en que Cambiemos no llegue a la segunda vuelta, promueven candidaturas que le quiten votos a Mauricio Macri, como sería candidaturas de sectores de la UCR (Lousteau, por ejemplo), candidaturas de sectores liberales (el profesor Espert) u otras alternativas poco importantes que resten votos a Macri (el diputado Olmedo, el economista Milei, etc.). Estos sectores jugarían a favor de una tercera opción de raíz peronista, ya que una segunda vuelta entre Cristina Fernández y un candidato peronista sería favorable a este último.
  • Escenario 3: Un acuerdo entre los principales sectores del peronismo no kirchnerista, que lleve a candidaturas escalonadas de un período gubernamental, por ejemplo una alternancia entre Lavagna, Schiaretti, Ortubey y Massa con áreas de gobierno distribuidas entre ellos y un plan de gobierno de 16 años. En este acuerdo podrían estar sectores del radicalismo, el socialismo y otros grupos como en GEN.
La construcción de escenarios no excluye otras posibilidades, sobre todo la de los armados individuales de cada fuerza, lo que no llevaría a resultados predecibles sino a una incertidumbre que pagaría un tributo económico, político y social.