Dice el refrán popular español que la cabra tira para el monte, y en mi caso, un animal político (mas animal que político) las elecciones tiran, sobre todo cuando un compañero se juega en una patriada de hacer oposición a quien sabe que tiene todos los ases en la manga. Así que junté todo mi tiempo disponible y me fui a militar para que Daniel Cuadrado fuera el candidato a intendente por el FPV de Bahía Blanca. También por eso no quise escribir ya que la militancia le resta a uno objetividad, y eso trato de poner en mis artículos.
Militamos una ves mas contra el aparato, y perdimos, una ves mas, pero esta ves el resultado nos ubicó en un nivel de votos que superaba a muchas fuerzas políticas que habían hecho campaña con mas tiempo y con mas recursos. Nos dimos cuenta que el aluvión de votos que sacó Cristina ayudó a la mayoría de los candidatos oficialistas (estuvieran ellos íntimamente dispuestos a apoyarla o no) y que el modesto resultado obtenido era un pasaporte a futuro si decidíamos continuar esta militancia con miras electorales. Así que ahora, a apoyar al FPV el 23 de octubre y después a seguir construyendo una fuerza política local identificada con el peronismo progresista que pueda disputar electoralmente su lugar entre las fuerzas políticas locales. Bien, mi historia no suele ser el objeto de mis artículos y esta breve introducción solo justifica la falta de artículos en los últimos tiempos. Ahora si, el 14 de agosto sin aviso previo del Servicio Meteorológico Nacional, de desató un diluvio de votos para la actual presidente: Cristina, así sin apellido, ya que Fernandez de Kirchner le quita la familiaridad con que la gente la nombra y los enemigos la insultan.
Es curioso, como los mayores odios de la gente pusilánime y tilinga se dirijan hacia la condición de mujer, como si una mujer no pudiera conducir el país, como si lo bueno no fuera su obra y lo malo su absoluta responsabilidad. No pretendo tampoco ignorar los errores, que lo hay, pero no puedo por ellos ponerme frente al pueblo, porque no sería peronista, sería un hipócrita. El 14 habló el pueblo y “vox populi, vox Dei”, después de la pronunciación popular, solo podemos reconocer que si se pensó que los errores cometidos desde el gobierno eran lo suficientemente importantes para la gente deseara que el gobierno de Cristina terminara, era una equivocación. La gente optó por la continuación de este gobierno, ya sea porque sus errores no fueron juzgados como importantes, o porque la oposición no presentó una alternativa creíble y se limitó a proponerse solo como una alternativa de gobierno.
Tampoco se debe subestimar el rol de los participantes de la interna del FPV, que garantizaron que la traición política de muchos caudillos territoriales del conurbano bonaerense no se enseñoreara como en otras elecciones. Estos representantes de la vieja política territorial, no pudieron “ir a menos” sin poner en riesgo su propio liderazgo; y tampoco podían obtener una derrota aplastante frente a sus opositores de la interna, sin que Cristina tuviera esos votos, ya que desnudarían su traición.
Pero los votos de Cristina fueron mas, mas que los que obtuvo Scioli, mas que los que obtuvieron gran cantidad de intendentes, la gente no les dio ni la oportunidad de erigirse en “traccionadores” de la candidatura de la presidenta.
Si sumamos, los intereses internos que forzaron a los caudillos territoriales a apoyar al gobierno, la oposición que tampoco presentó una alternativa creíble obtendríamos menos votos que los obtenidos en la elección, esta es la gran lección de este acto electoral: Cristina arrasó, pensemos lo que pensemos, no hay otra verdad que la realidad.