Mao desarrolló una
interesante teoría sobre los tigres de cartón, como una amenaza
externa (aunque sea inventada) sirve para agrupar a gente, eliminar
discrepancias y desviar la atención de temas que realmente importan.
En Argentina existieron y existen muchos de ellos. El primer tigre
fue Dorrego, creado por una aristocracia portuaria e inmolado para
producir una división que permitiera a los beneficiarios de la
economía puerto-dependiente debilitar un naciente naciente acuerdo
sobre la regulación de las regalías portuarias, fuente de la
riqueza porteña y principal factor de control del desarrollo del
interior.
Los creadores de ese
tigre de cartón trataron de pasar desapercibidos, pero la famosa
carta de Viale a Lavalle muestra como influyeron y como trataron de
que no se supiera quienes eran los instigadores del fusilamiento. La
guerra civil desatada le permitió a esos grupos continuar con sus
negocios sin perturbaciones, hasta el surgimiento de Rosas, otro
tigre de cartón pintado como tirano, populista e incluso hoy en día
tratado como parte de la oligarquía terrateniente argentina (algo
totalmente fuera de los tiempos histórico-económico), que justificó
recuperar el “libre comercio” con la potencia hegemónica
británica. También el tigre de cartón de “civilización y
barbarie” ocultó la matanza de mas de 3000 prisioneros de la
batalla de Pavón y permitió cambiar varios aspectos de la
constitución de 1853 empezando con el reemplazo de la palabra
“Confederación Argentina” por “Nación Argentina” y la
restitución de privilegios a los mismos intereses que hicieron
fusilar a Dorrego y derrocaron a Rosas y Urquiza.
A lo largo de muestra
historia se siguieron repitiendo esos tigres, entre ellos: el
personalismo radical de Irigoyen, el fascismo de Perón, la “lentitud
de Ilia, la violencia terrorista, la inviabilidad del gobierno de
Isabel Perón, la incapacidad radical de gobernar, el neo liberalismo
peronista, la convertibilidad, etc. Todos ellos basados, en forma
interesada, en el relato de una intelectualidad soportada por un
stablishment económico tras nacional, que disponiendo de medios
económicos y culturales, encumbraba a grupos de pensamiento
funcionales a sus intereses. Hoy, no han cambiado las cosas, lo que
sí ocurre es que hay muchos tigres y lo que planteó Mao como factor
único de una estrategia política, se ha convertido en una
estrategia mas, o si se quiere, como marco teórico de un análisis
estratégico.
Así hoy, el tigre de los
golpes militares que permitió a grupos de interés económico,
permanecer ocultos e incluso plantear un genocidio, no puede ser
invocado, por eso el error estratégico de este gobierno de incluir a
grupos de militares como parte de su proyecto político (dejando de
lado el cuestionamiento sobre el general Milani) que puede reabrir
esa posibilidad en un futuro. Este tigre fue reemplazado por la
exacerbación de las debilidades de los gobiernos, así a Alfonsín
le complicaron los problemas sociales de la crisis económica después
que los militares obtuvieran la ley de obediencia debida, así
crearon dos tigres: el peligro de interrumpir el proceso democrático
y la falta de capacidad de generar crecimiento económico (en una
década signada por una recesión global), con ello se interrumpió
el proceso de investigación de los crímenes de la dictadura que
hubieran conducido a los grupos económicos que instigaron a los
militares y las reformas económicas que se planteaban que
perjudicaban a la burocracia sindical y la grupos de económicos de
poder concentrado. Menem utilizó la renovación del peronismo como
tigre de cartón electoral para presentarse como un nuevo peronismo y
terminó siendo el viejo liberalismo conservador. De la Rúa, fue lo
mismo con la careta radical e incluso precipitó la crisis de 2001
por su propia inoperancia. Este gobierno abrió sus flancos a los
ataques de los grupos concentrados mereced a sus propias
contradicciones entre su propuesta política y la implementación de
las políticas que declamaba, este gobierno dibujo los tigres que se
usaron en su contra.
Los tigres de cartón que
hoy se enarbolan por el gobierno y la oposición generan un
enfrentamiento estéril, ya que la confrontación se desvía de lo
fundamental, que el gobierno no puede plantear por sus propias
contradicciones y la oposición por que defiende a impresentables.
Los únicos beneficiados siguen siendo los intereses concentrados,
mandantes de políticos impresentables, intelectuales mercenarios o
anquilosados en ideologías superadas por la modernidad y
funcionarios incapaces, política y técnicamente.