A
diferencia de una carrera de pedestrismo, en la política argentina
la largada está vinculada a apetencias electorales de algún o
algunos candidatos. En este caso a la percepción de algunos
candidatos peronistas de la debilidad que exhibe el actual gobierno
por las fallas de gestión que ha cometido y que llevó a una crisis
económica, de la que se zafó por obra y gracias del FMI, al cual
tuvieron que acudir “con la cola entre las patas” como decía mi
abuelo. Por ello muchos “candidateables” del peronismo, empezaron
a postularse como pre candidatos, mas llevados por sus propias
ambiciones que por posibilidades reales de ocupar un lugar relevante
(véase Pichetto et al.). Lo que sucede es que hay un descontento
entre quienes apoyaron a Macri y que nunca votaría al Frente para la
Victoria o Unidad Ciudadana o como se llame en las próximas
elecciones, ese voto puede depositarse en el peronismo no
kirchnerista y en un eventual ballotage, donde no figure Cambiemos,
el voto del PRO iría a ese candidato. El principal problema de esta
hipótesis es ¿Que candidato? Perón decía que cada militante tiene
un bastón de mando en su mochila, o sea que todos quieren ser
candidatos, pero no hay lugar para tantos y en las elecciones
presidenciales no hay ley de Lemas.
Esta
“postulación precoz” generó reacciones, desde Cambiemos
volvieron a instalar a CFK como candidata a vencer y única con
posibilidades. Desde el kirchnerismo redoblaron las críticas, la
difusión de Fake News y un intento de armado territorial que se le
dificulta al no estar en el gobierno. El escenario está hoy con un
gobierno tratando de llegar al segundo cuatrimestre de 2019
recibiendo el menor daño político posible a la espera de una
posible recuperación económica y tratando de instalar a CFK como
única oposición en la esperanza de repetir resultados anteriores.
El peronismo buscando candidato con la esperanza de enfrentar a CFK,
aunque algunos pretenden incorporarla mediante un “Cristinismo sin
Cristina”, fórmula ya invocada en el peronismo aunque no con
buenos resultados. Por otro lado el kirchnerismo busca aumentar en
conflicto con el gobierno, aprovechando la ayuda que le da el
gobierno, y por otro lado busca establecer una base territorial que
le es esquiva en el interior del país y todavía conserva (algo
desgajada) en el conhurbano bonaerense.
¿Que
podríamos ver si analizamos un poco mas?
Cambiemos
abusa de su buena suerte y sigue creyendo que ellos le ganaron al
kirchnerismo por su estrategia electoral y no por los errores de CFK
(tanto en la estrategia electoral como en el agotamiento de su mala
gestión y quiere repetir, en lugar de generar una nueva estrategia.
Este es el principal riesgo de Cambiemos confundir estrategia
electoral con política, ahora el gobierno debería generar políticas
para una mejora rápida y significativa de la situación en
seguridad, en economía, en educación y sobre todo en comunicación
(no en como decirlo, sino en que decir). A favor tiene dos
situaciones, la primera es un núcleo duro de apoyo que le permite
ser una opción electoral, pero que no es tan grande como ellos
suponen, ya que una parte de sus votantes tienen un alto grado de
disconformidad con los resultados de su gestión (sectores medios no
anti-peronistas que han sido perjudicados por su mala gestión). La
segunda es que un sector del peronismo no votaría a CFK, algo que no
es muy seguro, al menos numéricamente ya que el marcado
anti-peronismo de algunos de los miembros de cambiemos puede hacer
cambiar esto.
El
kirchnerisno abusa de la crítica al gobierno por razones
ideológicas, sin insistir en los errores de gestión, perdiendo el
efecto que podrían logar. El rechazo de muchos sectores hacia los
resultados de su anterior gestión de gobierno aconsejarían hacer
críticas específicas a las decisiones del gobierno y a sus
resultados, sin basarse en consideraciones ideológicas o compararlas
con su anterior gestión (se percibe que este gobierno no es
neoliberal y la gente ya votó contra los resultados del anterior
gobierno). A su favor tiene que aún conserva un núcleo duro de
adherentes y una base territorial soportada en intendentes que
necesitan ir “colgados” de la boleta con CFK. La principal
debilidad del kirchnerismo es la dependencia electoral de la figura
de CFK, que genera tanto adhesiones como rechazo.
El
peronismo “no K” sufre el problema inverso al kirchnerismo, la
falta de una figura que represente sus aspiraciones electorales.
Muchos candidatos y poco liderazgo, sería un escenario ideal para
aprovechar las PASO invitando incluso a sectores del kirchnerismo a
que voten en esta interna. El problema de esta opción es que nadie
puede asegurar que los que vean que no tienen oportunidades
electorales rompan la alianza (algo que abunda en las historia de las
internas del peronismo) o se alíen con otros sectores para
garantizarse un espacio de poder. Quizás el día que la dirigencia
del peronismo pueda ir a una interna y “bancarse” el resultado
son romper y apoyar a los que ganan, pueda ser una alternativa
electoral en la Argentina.
En
el actual escenario hay dos estrategias que podrían generar
resultados beneficiosos para quienes la pongan en práctica. La
primera la tendría en sus manos el kircherismo aceptando ir a una
interna con el peronismo “no K”, pero sin CFK como candidata. Así
podrán facilmente ganar en primera vuelta. El peronismo obtendría
el menor volumen de votos con menor participación legislativa y el
kirchnerismo podría obtener una representación legislativa que
garantice su supervivencia política. El inconveniente de esta
estrategia, es la ambición de CFK por volver al gobierno y la poca
credibilidad mutua que se tienen ambos espacios. La segunda
estrategia estaría en manos de la gobernadora Vidal, que podría
separar las elecciones de la provincia de la de Nación. En ese caso
Cambiemos ganaría fácilmente y Vidal traccionaría las listas de
varios intendentes de floja gestión y ademas dejaría a muchos
intendentes K son el apoyo de la boleta “completa”. En este
escenario el kirchnerismo perdería poder territorial a manos de
otros sectores del peronismo “no K” y repercutiría en las
elecciones nacionales, donde Macri si quiere ir por la reelección
tendría arreglar la situación económica en forma que sea percibido
por la mayoría de la gente.
De
todos modos solo podemos estar seguros de algunas cosas: la ambición
de la mayoría de los políticos, tengan posibilidades o no, y la
poca capacidad de los núcleos de decisión que rodean alos
principales candidatos.