miércoles, 8 de abril de 2009

Los problemas económicos de la falta de seguridad


Desearía no tener que seguir escribiendo sobre la mal llamada “seguridad”, desearía que no fuese necesario que yo o nadie mas tuviera que escribir sobre los problemas que ocasiona el aumento de la delincuencia y la falta de políticas eficaces para combatirla. Asumiendo que no consideramos el verdadero y amplio sentido de la seguridad y nos restringimos a analizar solo los problemas derivados del aumento de todo tipo de delitos.
Uno de los problemas que ocasiona la falta de seguridad es económico. Un hecho delictivo ocasiona un daño por el bien objeto del delito en caso de robo, o por la perdida de una vida cuando hay un crimen o por lesiones y la pérdida, temporal o permanente de la capacidad de trabajo. Este primer indicador económico no agota el perjuicio económico, ya que existen costos indirectos como ser: el costo de procesos judiciales (ya que muchos particulares damnificados optan por participar en el proceso a través de un patrocinio letrado), pérdida de días de trabajo para realizar trámites judiciales como: identificación de sospechosos, ratificación de denuncias judiciales, etc., también el costo de reposición de bienes, atención de personas lesionadas y varios otros, que pueden llegar a igualar el valor del daño causado por el delito en forma directa. Un último perjuicio es causado por la sobrecarga del trabajo del sistema policial y judicial, y el perjuicio en el sistema productivo regional. Este aspecto debe dividirse en dos grandes áreas, el área pública y el área privada. El aumento de los hechos delictivos supera actualmente al aumento del personal policial y judicial, dedicado a trabajar en dichas tareas, por lo tanto se generan sobrecarga de trabajo, con la consabida pérdida de eficacia y eficiencia de ambos organismos del estado. En el ámbito privado el delito ocasiona disminución de la productividad por ausencia de personal, o necesidad de reemplazo del mismo, también el mapa del delito afecta proyectos de inversión en algunos sectores mas castigados por el aumento de la delincuencia y suele afectar también el valor de las propiedades.
Para intentar un cálculo aproximado de estos perjuicios usaremos la información suministrada por la Oficina de Estadística del Ministerio Público de Buenos Aires, organismo dirigido por el procurador Esteban Righi, que informan que en 2004 las fiscalías porteñas ingresaron 199.989 expedientes por distintos delitos; en 2005 la cifra se elevó a 219.934, en 2006 fueron 224.348 procesos. En 2008 se han registrado hasta el momento (ya que no todos los hechos denunciados han sido volcados en el sistema de estadística): 185 homicidios simples, 1.958 muertes dudosas, 2.500 lesiones dolosas, 615 abusos, 216 violaciones, 967 hechos de privación ilegal de libertad, 120 apremios ilegales, 1.210 hurtos simples, 57.995 robos simples, 21.000 robos con armas, 7 robos seguidos de muerte y 11 secuestros extorsivos, entre otros delitos. Tomamos estos datos como representativos de 1/3 de la población del país, y así para establecer datos tentativos tendremos para nuestro análisis (considerando solo aquellos hechos en que es más sencillo de evaluar el perjuicio económico): 6429 muertes dudosas y homicidios, 7500 lesiones dolosas, 240636 distintos hechos de robo y hurto.
Usaremos el valor base del seguro de vida para estimar el valor vida (por más que sea una animalada desde cualquier otro punto de vista, pero esto al solo efecto de tomar un valor de referencia que tenga algún asidero) que oscila en los $ 300.000. Una lesión promedio tiene un costo de $ 30.000 (valor del seguro por accidente, para asimilarlo a algún valor ya establecido) y podemos tomar que en promedio un delito contra la propiedad causa un perjuicio promedio directo de $ 2.000 (este valor ponderado de analizar 100 denuncias por robo). El monto del perjuicio directo estimado para el año 2008 rondaría los 2.635 millones de pesos, el cual se elevaría al doble calculando los costos indirectos, o sea 3.270 millones de pesos. Si tomamos un subsidio universal para familias en situación de riesgo de $ 1300 mensuales se podría subsidiar a casi 200.000 familias con lo cual la reducción de la tasa de delito social (el que se comete por causas, o a consecuencia, de la situación social de la persona) sería indudablemente sustancial. El importe del primer año, no sería superior al 2% de las reservas existentes en el banco central, y se podría financiar los años subsiguientes con aportes de las compañías de seguro (que verían muy disminuida su tasa de siniestralidad), obras sociales (los tratamientos de las lesiones en su mayoría se cubren por estas obras sociales), seguros de salud, asociaciones de comerciantes, industrias, etc., que tributarían en función de los ahorros que tendrían, por la disminución de los hechos delictivos.
Esta propuesta, parecería ser, económicamente de base cero, ya financiamos la reducción del delito con el ahorro que se produce por la reducción del mismo. Pero existe un primer beneficio adicional, que surge por la reducción de la sobrecarga del sistema policial y judicial, ya que un total de 254 mil hechos requerirán, casi 2 millones y medio de horas/policiales y casi el mismo monto de horas/judiciales (estimando un promedio de 10 horas por causa), mas costos de traslados, papelería e insumos de investigación y pericias, este ahorro equivale a casi mil personas que trabajen en cada área a jornada completa durante un año. El último beneficio, es en definitiva el más difícil de medir, ya que se produce por aumento de productividad, por mejora de las condiciones para radicar comercios o actividades financieras y por revalorización de propiedades.
Esta primera aproximación al estudio de las consecuencias económicas del aumento del delito y sus posibles soluciones estructurales, está siendo investigada por el Grupo de Estudios de la Gestión del Estado del cual formo parte y que próximamente publicará en congresos y revistas de la especialidad, trabajos con mayor objetividad técnica y precisión, que la expuesta brevemente aquí, pero que demuestran que es posible pensar con criterios técnicos, otras soluciones diferentes al aumento de la capacidad preventiva o represiva del delito, metodología que ha demostrado ser ineficaz, tanto desde el punto de vista del análisis técnico como de las experiencias registradas en publicaciones internacionales de la especialidad.

jueves, 2 de abril de 2009

Obama tiene quien le escriba


Me encanta ese personaje típicamente transgresor y profundamente americano, que es Michael Moore, un documentalista genial, un Pino Solanas yanqui y también un tipo de profundas convicciones políticas, marginado por una sociedad que hace culto del “stablishment”, eso que Don Arturo Jauretche llamaba en nuestras pampas “intelligentzia”, y que condena a los que pretenden pensar por cuenta propia en función de sus ideas (sobre todo las nacionalistas y populares) al mas oscuro anonimato. Michael Moore se ha convertido en un profundo admirador de Barak Obama, y como alguna vez lo hiciera Discépolo con Perón, defiende las medidas que este toma y que realmente sorprenden a los americanos y al resto del mundo.
En el último mail que escribió Moore a sus seguidores en todo el mundo, analiza la medida por la que “el presidente de los US, el representante electo del pueblo, le ha dicho a la cabeza de la General Motors (una compañía que ha pasado lo últimos años en el lugar Nº 1 de la lista de las 500 fortunas mas grandes), “Usted está despedido!!! ”(sic). Esta medida fue rápidamente criticada por los congresistas republicanos Mac Cain y Corker (estos tienen varios juicios por favorecer a empresas privadas en perjuicio del estado yanqui). Pero Moore resalta esa medida en memoria de los cientos de miles de trabajadores que la General Motors despidió durante los últimos 25 años, en sucesivos a justes de la empresa, para maximizar sus ganancias. Ninguno de ellos hubiera esperado que lo mismo le pasara al CEO de esa corporación, nadie se atrevió a pensar que un estado del que todos pensaban que tenía poco poder frente a las grandes corporaciones, no solo les daría la ayuda que evitaría su quebranto, sino que condicionaría su conducta removiendo a los responsables del quebrante empresario.
Les repito que admito a Michael Moore, y los invito a bajar de Internet por medio de los consabidos sitio piratas sus películas ya que estas no circulan por las cadenas oficiales (es un yanqui que habla mal de los yanquis poderosos y eso, tanto aquí como allá, impide que se difunda su obra y sus ideas). Moore está comprometido con el ala más progresista del partido demócrata, en sus películas ha denunciado la situación de las personas sin casa, de la salud publica, de la ancianidad, ha sido un crítico feroz de Bush y de la Guerra de Irak y ha militado por la llegada de Obama a la presidencia de EEUU. Moore es profundamente yanqui, reconoce los errores del gobierno de USA en las guerras y critica las intervenciones de su gobierno en el resto del mundo, pero lucha y se compromete por su país y por su gente, por eso mas que nada lo respeto profundamente, aunque todos sabemos (incluso él) que el poderío de EEUU se construyó sobre la miseria de muchos países subdesarrollados (nosotros incluidos).
Michael es un militante político que pone sus ideas políticas al servicio de su país y no su país al servicio de sus ideas políticas (parafraseando a Jauretche), en su camino encontró un político que representa lo que él quiere para su país y milita, lo defiende, lo apoya y por eso, como militante lo respeto.

Les adjunto, para los que puedan leer inglés, la nota de Michael, enviada a toda su lista de mail

Friends,
Nothing like it has ever happened. The President of the United States, the elected representative of the people, has just told the head of General Motors -- a company that's spent more years at #1 on the Fortune 500 list than anyone else -- "You're fired!"
I simply can't believe it. This stunning, unprecedented action has left me speechless for the past two days. I keep saying, "Did Obama really fire the chairman of General Motors? The wealthiest and most powerful corporation of the 20th century? Can he do that? Really? Well, damn! What else can he do?!"
This bold move has sent the heads of corporate America spinning and spewing pea soup. Obama has issued this edict: The government of, by, and for the people is in charge here, not big business. John McCain got it. On the floor of the Senate he asked, "What does this signal send to other corporations and financial institutions about whether the federal government will fire them as well?" Senator Bob Corker said it "should send a chill through all Americans who believe in free enterprise." The stock market plunged as the masters of the universe asked themselves, "Am I next?" And they whispered to each other, "What are we going to do about this Obama?"
Not much, fellows. He has the massive will of the American people behind him -- and he has been granted permission by us to do what he sees fit. If you liked this week's all-net 3-pointer, stay tuned.
I write this letter to you in memory of the hundreds of thousands of workers over the past 25+ years who have been tossed into the trash heap by General Motors. Many saw their lives ruined for good. They turned to alcohol or drugs, their marriages fell apart, some took their own lives. Most moved on, moved out, moved over, moved away. They ended up working two jobs for half the pay they were getting at GM. And they cursed the CEO of GM for bringing ruin to their lives.
Not one of them ever thought that one day they would witness the CEO receive the same treatment. Of course Chairman Wagoner will not have to sign up for food stamps or be evicted from his home or tell his kids they'll be going to the community college, not the university. Instead, he will get a $23 million golden parachute. But the slip in his hands is still pink, just like the hundreds of thousands that others received -- except his was issued by us, via the Obama-man. Here's the door, buster. See ya. Don't wanna be ya.
I began my day today in Washington, D.C. I went to the U.S. Senate and got into their Finance Committee's hearing on the Wall Street bailout. The overseers wanted to know how the banks spent the money. And many of these banks won't tell them. They've taken trillions and nobody knows where the money went. It certainly didn't go to create jobs, relieve mortgage holders, or free up loans that people need. It was so shocking to listen to this, I had to leave before it was over. But it gave me an idea for the movie I was shooting.
Later, I stopped by the National Archives to stand in line to see the original copy of our Constitution. I thought about how twenty years ago this month I was just down the street finishing my first film, a personal plea to warn the nation about GM and the deadly economy it ruled. On that March day in 1989 I was broke, having collected the last of my unemployment checks, relying on help from my friends (Bob and Siri would take me out to dinner and always pick up the check, the assistant manager at the movie theater would sneak me in so I could watch an occasional movie, Laurie and Jack bought an old Steenbeck (editing) machine for me, John Richard would slip me an unused plane ticket so I could go home for Christmas, Rod would do anything for me and drive to Flint whenever I needed something for the film). My late mother (she would've turned 88 tomorrow if she were still with us) and my GM autoworker dad told me in the kitchen they wanted to help and handed me a check for an astounding thousand dollars. I didn't know they even had a thousand dollars. I refused it, they insisted I take it -- "No!" -- and then, in that parental voice, told me I was to cash it so I could finish my movie. I did. And I did.
So on that March day in 1989, as I was driving down Pennsylvania Avenue, my 9-year-old car just died. I coasted over to the curb, put my head down on the steering wheel and started to cry. I had no money to take it in to be repaired, and I certainly had nothing to pay the tow truck driver. So I got out, screwed the license plates off so I wouldn't be fined, turned my back and just left it there for good. I looked over at the building next to me. It said "National Archives." What better place to donate my dead car, I thought, as I walked the rest of the way home.
Though it wasn't easy for me, I still never had to suffer what so many of my friends and neighbors went through, thanks to General Motors and an economic system rigged against them. I wonder what they must have all thought when they woke up this Monday morning to read in the Detroit News or the Detroit Free Press the headlines that Obama had fired the CEO of GM. Oh -- wait a minute. They couldn't read that. There was no Free Press or News. Monday was the day that both papers ended home delivery. It was cancelled (as it will be for four days every week) because the daily newspapers, like General Motors, like Detroit, are broke.
I await the President's next superhero move.
Yours,Michael Moore

miércoles, 1 de abril de 2009

In Memoriam


La muerte separa las consideraciones coyunturales de las trascendentales, por eso cuando alguien muere parece ser mejor persona que en vida, lo que sucede es que durante su vida en esa persona coexistían lo trascendental y lo coyuntural, y al prescindir de lo coyuntural emerge la dimensión trascendente de las personas. Ayer el ex presidente Raúl Alfonsín, se apartó para siempre de la dimensión coyuntural y emergió lo trascendente de su vida, por lo que desde mi posición política diferente y hasta opuesta, no puedo más que rendir un sincero y sentido homenaje.
Raúl Alfonsín, fue una persona que creyó en la política como forma de organizar la participación de la sociedad en el manejo de la cosa pública. Defendió los derechos de las personas, cuando pedir un hábeas corpus por un desaparecido no tenía buena prensa, e incluso implicaba asumir riesgos. Hizo de la democracia un culto y se sometió a ella durante toda su vida pública. Pensó en un país futuro, más allá de las circunstancias electorales. Puso ética, pasión y compromiso en su labor política. Como político militó siempre por sus ideas y no las negoció, ganó y perdió electoralmente sin abdicar de sus ideas.
Ese hombre trascendente nos ha dejado, pero dejó un legajo, a sus descendientes, a sus correligionarios, a los militantes políticos, a la república y a la Nación.