Podemos
decir, en general, que el problema de la “política” argentina
son los dirigentes políticos que mayoritariamente son incapaces,
desconfiados y exageradamente ambiciosos. Este postulado es la base
de este análisis. El problema de Argentina no es la política, sino
los políticos.
Por
ello no fracasan las políticas, fracasan los políticos que no
pueden solucionar los problemas del país, desconfían de cualquiera
que les proponga algo antes que evaluar las propuestas y subordinan
todo a sus propias ambiciones. Se podría hacer un análisis
histórico que demuestre este postulado, pero es mas interesante la
actual coyuntura política.
Mauricio
Macri surge como resultado de la necesidad de liderazgo político en
un sector conservador de la sociedad, la desesperación del
radicalismo por no desaparecer de la escena política argentina y los
desvaríos de la doctora Carrió. En lo personal a Macri no lo define
su profesión, ya que no se ganó la vida con ella; no lo define su
actividad en el ámbito privado, pues no fue un CEO sino que se
dedicó a trabajar en las empresas de su padre; tampoco fue
empresario ya que no creó empresas y no es un político, dado que
carece de una formación específica y no manifiesta una ideología
sobre la que articula una acción de gobierno. En definitiva Mauricio
Macri, no es un político en el sentido que propondría la teoría
política, tanto por la conformación de su espacio, como por su
formación personal.
A
partir de las dos proposiciones anteriores, se debería explicar como
llega Macri a la presidencia de la Nación. Dejando de lado su
historia personal antes de ingresar el lo público y rescatando solo
el hecho de haber sido el hijo de un empresario que funda en emporio
empresarial casi de la nada, destinado y formado para heredarlo;
debemos descartar sus capacidades como ingeniero y como CEO, ya que
no ejerció ninguna de las dos funciones. Un ingeniero realiza un
formación laboral que completa su formación universitaria por un
espacio que va desde los 5 a los 10 años y un CEO tiene el control
total de una empresa y reporta a un directorio que no perdona errores
y no tolera fracasos. En el caso de Macri su carrera de Ingeniero
Civil se relacionó con la principal actividad del grupo SOCMA, que
era la obra pública y sus estudios posteriores en administración de
empresas lo prepararía para convertirse en el CEO del grupo
empresarial. Pero como ingeniero no realizo esa formación y como CEO
fue su padre a quien respondía y quien no lo echaría de su puesto.
Su
inicio en el ámbito público, y también en lo político, fue como
presidente del club Boca Juniors, donde su formación le permitió
generar obras y mejorar la situación financiera del club; que sumado
a los éxitos deportivos le dio la visibilidad necesaria para
lanzarse a su próximo objetivo político: el gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Aquí debemos enfatizar que el club Boca
Juniors tenía una dimensión mucho menor que el grupo empresario del
que provenía y que Macri accede a la presidencia del club en un
momento de gran crisis interna tanto en lo deportivo como en lo
económico. En su gestión como intendente de Buenos Aires, forma un
grupo de trabajo tomando dos ejes: la gestión de las obras públicas
y la propaganda de esa gestión. Las restantes áreas de gobierno no
alcanzan los mismos niveles de repercusión y los resultados que
exhibe, si bien no son malos, no pueden describirse como éxitos de
su gestión. Aquí los dos aspectos que señalamos de su gestión en
Boca, también se repiten dado que la estructura del gobierno de la
ciudad de Buenos Aires tiene la dimensión del grupo empresarial de
su padre y el anterior gobierno terminó con grandes problemas sobre
todo la emblemática tragedia de Cromagnon.
La
llegada de Macri a la presidencia, al igual que en los casos
anteriores, fue mas como consecuencia de los errores del gobierno
anterior que por mérito de su candidatura. Creo que la negación de
este aspecto fortaleció la posición de alguno de los grupos que
rodea a Macri, quienes lo convencieron que la propaganda puede hacer
ganar elecciones. Pero el gobierno del país no tenía escala con las
anteriores administraciones que ejerció y la escala nacional
requiere un mayor número de funcionarios formados, que los equipos
que disponía, allí cometió su primer error al comportarse como un
CEO que absorbe una empresa competidora y conserva parte del staff
anterior. En política real, nadie duerme con el enemigo.
La
incorporación de CEOs multiplicó y aumentó este problema, ya que a
los funcionarios de la anterior administración se les sumó
funcionarios provenientes de un entorno de menor dimensión, que el
nacional. El problema que también trajeron estos funcionarios es la
adaptación de la lógica del mundo privado al ámbito del estado,
donde las personas que dependían de ellos en las empresas tenían el
incentivo de las altas remuneraciones y el temor a ser despedido
cuando cometieran errores; lo cual contrasta con personal sin
incentivos económicos y sin miedo a perder su empleo dada la
estabilidad laboral del empleado público. Estos dos factores: la
convivencia con funcionarios opositores y el menor rendimiento
laboral, crearon dificultades en la gestión que no fueron corregidos
reemplazando a quienes no obtenían los resultados deseados en la
gestión. Este fue el mayor error en la gestión que tuvo Mauricio
Macri, no tuvo la formación como CEO que no duda en apartar a
colaboradores que no obtienen los resultados deseados o que cometen
errores; y tampoco tuvo la formación como ingeniero que aprende a
identificar quienes no trabajan de acuerdo a lo previsto y los
apartan para no entorpecer el avance del proyecto que dirige. Estos
aspectos cubren el área de incapacidad política para el ejercicio
del cargo.
Quizás
se le pueda reconocer a Macri que su ambición sea la trascendencia y
no el beneficio propio, lo que tiene mas valor ético, pero afecta
igualmente su desempeño ya que sus objetivos exceden sus
posibilidades reales de lograrlos. En ese sentido anunciar como
objetivos: pobreza cero, crecimiento de la inversiones, reducción de
impuestos, aumento del empleo, reducción de la inflación, mejora de
la calidad de vida, y muchos mas; no pudieron lograrse en función de
haber pretendido alcanzar objetivos difíciles de realizar. Ese
fracaso se basó en los errores que señalamos antes y en subestimar
el poder de la política, ya que en su gestión como administrador de
empresas, como presidente de Boca Juniors y en el gobierno de la
ciudad de Buenos Aires siempre negoció, frase que suele escuchársele
a él y sus colaboradores, lo que pretendió repetir en el ámbito
nacional. Pero no tuvo en cuenta que en política es necesario
generar consensos, no realizar negociaciones para hacer acuerdos, ya
que estos últimos son coyunturales y solucionan los problemas en
forma definitiva. Aquí, como en otros temas, la falta de formación
formal en aspectos políticos lo indujeron a cometer errores al
desconocer que las bases de la política es identificar un problema,
hacer un diagnóstico, formular una acción fijando objetivos y
asignando recursos, y controlar el cumplimiento.
La
desconfianza suele ser parte de la naturaleza del individuo o
inducida por otros, generalmente un entorno o circulo íntimo. En el
caso de Macri, se percibió que su falta inicial de desconfianza fue
gradualmente generada por su entorno, en una primera etapa hacia
algunos colaboradores que se destacaron inicialmente por sobre la
media de su equipo, posteriormente se extendió la desconfianza hacia
ocasionales aliados políticos y finalmente hacia quienes apuntaba el
circulo intimo del presidente. Fue aquí donde la carencia de
liderazgo se hizo mas notable. Algo que nunca le pasaría a un CEO en
una empresa, o a un ingeniero en una obra.
Así
los errores de Mauricio Macri como presidente de Argentina, son fruto
de poseer las mismas características que la mayoría de la clase
política dirigente y de carecer de preparación y cualidades que
requiere el ejercicio del cargo que detenta. Con esto no se puede
proponer un cambio.
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