lunes, 14 de septiembre de 2009

Soluciones eficaces, burocráticas o políticas


Las sociedades humanas, se organizan en base a regulaciones y solidaridad, esta visión se desprende del contractualismo, que propone la organización de la sociedad mediante un contrato que otorga al estado la potestad de regularla. La solidaridad surge de las acciones institucionalizadas de la misma sociedad que cubre la asistencia a quienes están en distintas situaciones de riesgo, como es el caso de bomberos voluntarios, grupos de asistencia social, sociedades de fomento, asociaciones vecinales, bibliotecas populares, etc.
Centraremos nuestro interés en las regulaciones de la sociedad, ya que el análisis de la solidaridad está regido por principios éticos y morales, que no serán objeto de nuestro análisis. Las regulaciones son (para nuestro caso que tenemos derecho positivo) en realidad principios normativos de tipo jerárquico, la regulación fundacional resulta la Constitución, le siguen las leyes y decretos nacionales y provinciales (nuestro caso, ya que somos un país federal, al menos en teoría), las ordenanzas municipales y las resoluciones y reglamentaciones de entes oficiales de distinta jerarquía.
Definido el cuerpo normativo, las regulaciones emanadas de él, tienen como objetivo esencial la solución de conflictos surgidos en el seno de la sociedad, ya que la evolución de la sociedad se produce por el constante surgimiento de conflictos y la solución de los mismos. Los conflictos y soluciones, tienen un marco temporal que define la duración del conflicto y su solución, así por ejemplo: los conflictos que plantea el uso de una nueva tecnología para la producción bienes específicos, plantea conflictos en relación al medio ambiente, la seguridad de los trabajadores y el impacto en el medio socio-económico, que puede resolverse en un caso en particular, o estudiarse una solución general que regule todo el uso de esa tecnología.
Siguiendo este ejemplo, una solución particular puede autorizar la producción, sin realizar ningún estudio en particular, también se puede estudiar el caso para sancionar una regulación general, o puede resolverse “ad referendum” de una regulación posterior. Cada solución plantea nuevos conflictos en un horizonte temporal diferente: a) corto plazo, la autorización podría ser revocada a posteriori o condicionado su funcionamiento con regulaciones que la hagan antieconómica, b) mediano plazo, la resolución “ad referendum”, plantea el conflicto de la demora sobre una situación de factibilidad económica, dada la incertidumbre que condiciona al proyecto, y c) largo plazo, la postergación generalmente trunca cualquier proyecto de inversión.
En síntesis, tenemos una sociedad organizada en base a regulaciones y solidaridad, cuya evolución se produce por sucesiones de conflictos y soluciones a dichos conflictos en distintos horizontes temporales. Si nos centramos en las soluciones de los conflictos, dentro del marco que hemos establecido, estas pueden suprimir el conflicto existente planteando nuevos conflictos o solucionarlo sin que surjan nuevos conflictos, independientemente del horizonte temporal. Así podemos definir a la solución eficaz de un conflicto como aquella que no plantea nuevos conflictos, ni en lo inmediato, ni en un futuro lejano (existe un límite a este horizonte temporal, dado por la dinámica evolutiva de la sociedad que torna obsoletas determinadas medidas o regulaciones).
Toda solución no eficaz, plantea un retardo de tiempo hasta la aparición del nuevo conflicto. Estas soluciones solo retrazan la solución eficaz o los nuevos conflictos. En el primer caso definimos a estas como soluciones burocráticas y en el segundo como soluciones políticas. La solución burocrática plantea nuevos conflictos por la demora, pero se encuadra dentro del marco regulatorio existente. La solución política solo busca alejar el conflicto del espacio temporal inmediato, aún a costa de plantear más conflictos a futuro o generar nuevos conflictos.
En toda gestión de gobierno se alternan estas soluciones, el éxito de ella dependerá de cuantas soluciones eficaces se logren en los temas que se hayan considerado prioritarios, cuantas soluciones burocráticas se hayan producido y a cuantas soluciones políticas se haya tenido que recurrir. Es común en muchos gobiernos, confundir solución burocrática con solución eficaz, cuando por ejemplo se propone como solución a un conflicto la sanción de una ley, la cual debe reglamentarse, ponérsela en vigencia y hacérsela cumplir, lo cual logrado muy pocas veces, ya que muchos gobiernos generan mas leyes de las que son capaces de hacer cumplir, generando esto: conflictos por incapacidad de cumplir el rol de regulador que tiene el estado. Esta situación se ha generalizado en países en vías de desarrollo, por la aplicación de políticas de reducción del estado, quedando este incapacitado para ejercer la regulación de la sociedad por aplicación de la normativa existente.
En el ámbito de la gestión, también suele confundirse la solución política, con la solución burocrática, ya que ante un reclamo de la sociedad (falta de servicio de cloacas, falta de asistencia sanitaria, etc.) se plantea una solución burocrática como ser: estudios o llamados a licitación, pero que, dada la característica del reclamo, el tiempo de la solución excede los requerimientos que plantea el conflicto y solo sirve para dar una respuesta que justifica la intervención del estado, dejando latente un conflicto irresuelto o que derive en mayores conflictos.
Sería un ejercicio interesante tomar 10 o 20 medidas de los últimos gobiernos, identificar el conflicto, clasificar la solución que se les ha dado y ver los resultados en el tiempo. Podemos asombrarnos de lo que encontremos, aunque conviene recordar las palabras del presidente Perón: “un gobierno puede considerarse exitoso si logra llevar a cabo el 50% de las medidas que pretende”, pero bueno, Perón era Perón.

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