Ningún poder puede establecerse sin contar con las bases morales necesarias, a falta de ellas se recurre a “códigos”, estos representan acuerdos explícitos o tácitos cuyo cumplimiento sustituye a las bases morales que pueden o no ser parte de los códigos, así un mafioso se convierte en un “hombre de honor” al respetar los “códigos” impuestos por una asociación de delincuentes. Cuando se crea un “imaginario colectivo”, cumplir con ese imaginario implica “tener códigos”. Pero todo esto no reemplaza a la moral, solo crea una sensación de “ser moral” por cumplir esos códigos. En política, se asume que no existe moral, lo que lleva a reemplazarla por el cumplimiento de códigos que han acercado a los políticos profesionales a tener un comportamiento próximo al mafioso. La falta de moral es la razón subyacente de los reclamos e inestabilidad de las administraciones políticas corruptas e incapaces, por ello se requiere retomar las bases morales que sustenten el poder político como forma de mantener las instituciones políticas, ya expliqué en otros artículos, que esta fue la razón por la cual surge Obama en EEUU y también el reclamo de diciembre de 2001: “que se vayan todos”.
Pero a veces no se requiere de reacciones violentas, ni que los poderes de turno buscan que la elección recaiga en quién garantice el mantenimiento del poder detrás de las instituciones. En esas circunstancias la percepción del electorado se vuelca hacia un candidato que surge fuera de las estructuras políticas tradicionales y que se caracteriza por no tener vínculos con el resto de las fuerzas políticas y con propuestas muy diferentes del resto de los candidatos. Este es el caso de Antanas Mockus, ex rector de la universidad de Bogotá quien debió renunciar a su cargo por haberse bajado los pantalones en una reunión de la universidad y debido a ello tomó fama en todo Bogotá, Mockus se presentó como candidato independiente y ganó las elecciones, el carecer de compromisos políticos previos le permitió actuar sin condicionamientos, designó a expertos universitarios que tampoco tenían compromisos políticos y lanzó un plan radical de cambio de conductas, su éxito se pudo medir en la reducción de muertes violentas, la reducción de accidentes de tránsito, la optimización de la administración pública y la reducción de los índices de corrupción.
Al finalizar su mandato (no hay reelección), su antiguo opositor Enrique Peñaloza, percibió el humor social, se presentó como candidato independiente y ganó las elecciones, su gestión se basó en el uso de la obra pública y la transformación del espacio público como motor de transformación social, llegando incluso a cambiar el sistema de transporte público, estas transformaciones generaron descontentos y críticas solo superadas por el convencimiento de Peñaloza sobre la necesidad de las obras que proponía. Al terminar este su mandato, hace un pacto con Mockus, quién nuevamente se postulaba, pero que no tenía mucha intensión de voto a su favor, con el apoyo de Peñaloza, Mockus obtiene un segundo mandato, pero su gestión es condicionada por el pacto con Peñaloza para mantener el plan de obras que este había iniciado.
La historia sigue y esta mejor contada por la secuencia de videos que pongo al final del artículo, pero hasta aquí basta para hacer nuestro análisis político y reafirmas algunos conceptos que, intencionalmente, muchos prefieren dejar de lado.
Creo que la historia de Mockus, Peñaloza y el pueblo de Bogotá es ilustrativa de la necesidad de una moral que exceda el marco de los “códigos” comúnmente aceptados. Sin una base moral no puede sustentarse ninguna transformación sustancial de las realidades políticas, económicas y sociales. También queda claramente demostrado que los pueblos suelen tener una muy buena intuición cuando sienten que deben cambiar su futuro, como hizo el pueblo de Bogotá al elegir a Mockus, quien proponía un cambio radical al modelo político que existía. También se ve como algunos políticos saben cómo adaptarse a los cambios que pide la sociedad, como hizo Peñaloza al apartarse de la estructura política existente y presentarse como independiente. Por último, queda claro que pueden existir bases racionales para un pacto político que preserve las conquistas que hace una administración y se tracen políticas de estado racionales que preserven las conquistas de la gente. Pero por sobre todas estas razones, ya sea en la aplicación de medidas progresistas, en la búsqueda de un desarrollo social y en la racionalidad de acuerdos políticos si éxito descansa en las bases morales de cada cambio que se realizó.
(Esta secuencia de videos puede verse en You Tube)
http://www.youtube.com/watch?v=5OdhD5D5its&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=flgIjKH0okw&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=mR5p1ckXG0M&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=qz-fgjBFqQs&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=C1k8Py6D__A&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=AlcxbK4pJ8U&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=mT0wGvM8IBQ&NR=1
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