domingo, 27 de noviembre de 2011

La “res” técnica


Que no se confunda nadie, el término “res” viene del griego “cosa”(o sea que no es una vaca), con lo cual el título (con ínfulas académicas) sería algo así como “la cosa técnica”, entendiendo por “técnica” la acepción griega de “techne” que significa “el funcionamiento real de”. Si alguien cree que fumé algo raro o que estoy tratando de imitar a Grondona, nada más lejos de mi intención; pretendo nada menos que señalar algo que sistemáticamente ocurre desde la llegada de la democracia a estas tierras allá por 1983.
En realidad la cosa técnica es comprender como funcionan las cosas, de modo de poder actuar sobre ellas, en buen romance: si uno no sabe de mecánica ni pensar en intentar rectificar el motor de nuestro auto. Tratar de establecer esto, es hablar de una verdad de Perogrullo, o en lenguaje académico una “tautología” (me indigesté con el diccionario), pero existe un ámbito que escapa a esta “tautología “: la administración pública.
Desde la llegada de la democracia hemos elegido a quien nos gobierna, pero la persona que elegimos no puede decidir en forma directa sobre todos los temas del gobierno, por ello designa a ministros y secretarios, quienes en sus distintas áreas toman las decisiones en concordancia con quien ha sido ungido por el voto popular. Estos ministros y secretarios designan a su vez secretarios y subsecretarios, quienes deciden en concordancia con ministros y secretarios, pero estos también designan funcionarios políticos (para diferenciarlos de los funcionarios de planta permanente del personal del estado) para que lleven adelante las políticas públicas de gobierno, aquí aparece la “res” técnica.
En esta delegación del poder de tomar decisiones se llega al punto donde la decisión es de naturaleza operativa (este término no tiene ni connotaciones quirúrgicas o militares, sino que se refiere a realizar algo físicamente) y allí interviene la “res” técnica, pues esas decisiones deben realizarse armonizando los lineamientos políticos establecidos desde las altas esferas del gobierno y la realidad existente en el ámbito de acción específico del funcionario político. Aquí la “res” técnica es la capacidad de tomar una decisión que permita realizar operaciones, o actos de la administración pública, que sean la expresión de los lineamientos políticos de los distintos estamentos del gobierno y que sean de “realización efectiva”.
La armonía entre estos dos requisitos de la función pública requiere: primero que exista en el funcionario una ideología concordante y consistente con la de los niveles superiores de gobierno, y segundo que se tenga un conocimiento y experiencia suficiente en su área de desempeño, aquí se pone de manifiesto la “res” técnica. Atendiendo a los requisitos enunciados tenemos cuatro categorías de funcionarios: quienes tienen condiciones ideológicas y técnicas, quienes tienen condiciones ideológicas pero no técnicas, quienes tienen condiciones técnicas pero no ideológicas y quienes no tienen ni condiciones técnicas ni ideológicas.
De las anteriores  categorías, la primera constituye el grupo de los “rara avis” que logran un buen desempeño de su gestión, son como las brujas: no existen, pero que las hay ¡las hay! La segunda categoría se nutre principalmente de “cuadros políticos” alguno de los cuales suelen recurrir  a un adecuado asesoramiento técnico y logran cumplir su gestión en forma razonable; quienes creen que la ideología suple el conocimiento técnico suelen generar conflictos y arrastran su gestión a previsibles fracasos. Quienes pertenecen a la tercera categoría suelen llevar adelante gestiones “administrativas” prolijas, pero el resultado o bien es intrascendente (generalmente por no hacer nada significativo)  y entra en conflicto con otras áreas de gobierno o directamente con los lineamientos políticos del gobierno. En la cuarta categoría tenderíamos a pensar que no habría nadie, pero nada más errado,  ya que desde el advenimiento de la democracia no faltado nepotismo, amiguismo y pago de favores, me eximo de hacer referencia a los resultados de tales gestiones, ya que todos conocemos casos de ese tipo en delegaciones, entes o ignotas direcciones; solo podemos decir de los resultados que se obtienen que evidentemente, y salvo cuestiones fortuitas, son los peores.
Para no cansarlos con la demostración de este planteo, tomemos el  gobiernos de Alfonsín (para evitar cuestiones coyunturales) y pensemos en Dante Caputo, Enrique Nosiglia y Antonio Mucci como representantes de las tres primeras categorías, para buscar en la cuarta debemos ir hacia lugares de la función pública poco conocidos y cualquier nombre no sería compartido por todos, salvo quizás el de Ricardo Alfonsín (h). En el resto de los gobiernos que siguieron se pueden colocar nombres en las distintas categorías y ver los resultados de su gestión, lo interesante es que cuanto más se desciende en las jerarquías de la administración pública, más notorio se hacer la presencia de las tres últimas categorías.
En síntesis, los resultados de cualquier gestión de gobierno requieren que las designaciones de los funcionarios políticos de las últimas líneas sean en extremo minuciosas, porque no solo traerán conflictos en su gestión, sino que decepcionarán a muchos militantes que estando posición de ver quienes ocupan esos cargos, y teniendo más condiciones, observan el ascenso de  quienes carecen de ideología, militancia y una real capacidad técnica.

viernes, 19 de agosto de 2011

¿Por que Cristina?


Dice el refrán popular español que la cabra tira para el monte, y en mi caso, un animal político (mas animal que político) las elecciones tiran, sobre todo cuando un compañero se juega en una patriada de hacer oposición a quien sabe que tiene todos los ases en la manga. Así que junté todo mi tiempo disponible y me fui a militar para que Daniel Cuadrado fuera el candidato a intendente por el FPV de Bahía Blanca. También por eso no quise escribir ya que la militancia le resta a uno objetividad, y eso trato de poner en mis artículos.
Militamos una ves mas contra el aparato, y perdimos, una ves mas, pero esta ves el resultado nos ubicó en un nivel de votos que superaba a muchas fuerzas políticas que habían hecho campaña con mas tiempo y con mas recursos. Nos dimos cuenta que el aluvión de votos que sacó Cristina ayudó a la mayoría de los candidatos oficialistas (estuvieran ellos íntimamente dispuestos a apoyarla o no) y que el modesto resultado obtenido era un pasaporte a futuro si decidíamos continuar esta militancia con miras electorales. Así que ahora, a apoyar al FPV el 23 de octubre y después a seguir construyendo una fuerza política local identificada con el peronismo progresista que pueda disputar electoralmente su lugar entre las fuerzas políticas locales. Bien, mi historia no suele ser el objeto de mis artículos y esta breve introducción solo justifica la falta de artículos en los últimos tiempos.

Ahora si, el 14 de agosto sin aviso previo del Servicio Meteorológico Nacional, de desató un diluvio de votos para la actual presidente: Cristina, así sin apellido, ya que Fernandez de Kirchner le quita la familiaridad con que la gente la nombra y los enemigos la insultan.

Es curioso, como los mayores odios de la gente pusilánime y tilinga se dirijan hacia la condición de mujer, como si una mujer no pudiera conducir el país, como si lo bueno no fuera su obra y lo malo su absoluta responsabilidad. No pretendo tampoco ignorar los errores, que lo hay, pero no puedo por ellos ponerme frente al pueblo, porque no sería peronista, sería un hipócrita. El 14 habló el pueblo y “vox populi, vox Dei”, después de la pronunciación popular, solo podemos reconocer que si se pensó que los errores cometidos desde el gobierno eran lo suficientemente importantes para la gente deseara que el gobierno de Cristina terminara, era una equivocación. La gente optó por la continuación de este gobierno, ya sea porque sus errores no fueron juzgados como importantes, o porque la oposición no presentó una alternativa creíble y se limitó a proponerse solo como una alternativa de gobierno.

Tampoco se debe subestimar el rol de los participantes de la interna del FPV, que garantizaron que la traición política de muchos caudillos territoriales del conurbano bonaerense no se enseñoreara como en otras elecciones. Estos representantes de la vieja política territorial, no pudieron “ir a menos” sin poner en riesgo su propio liderazgo; y tampoco podían obtener una derrota aplastante frente a sus opositores de la interna, sin que Cristina tuviera esos votos, ya que desnudarían su traición.

Pero los votos de Cristina fueron mas, mas que los que obtuvo Scioli, mas que los que obtuvieron gran cantidad de intendentes, la gente no les dio ni la oportunidad de erigirse en “traccionadores” de la candidatura de la presidenta.

Si sumamos, los intereses internos que forzaron a los caudillos territoriales a apoyar al gobierno, la oposición que tampoco presentó una alternativa creíble obtendríamos menos votos que los obtenidos en la elección, esta es la gran lección de este acto electoral: Cristina arrasó, pensemos lo que pensemos, no hay otra verdad que la realidad.

domingo, 10 de julio de 2011

Nos robaron al trovador de la vida


Quizás deba decir el trovador de su vida, ya que Facundo Cabral era sus canciones, o sus canciones eran la vida de Facundo, como le había dicho Sara. Lo cierto es que nadie hubiera imaginado ese final para la vida que llevó, o quizás si, latinoamérica no paga bien a sus juglares populares, cárcel destierro y muerte es el común denominador de la mayoría de ellos. A pesar de ello, me sorprendió la noticia de muerte, o mas precisamente, las circunstancias de su muerte, pero comprendí que a Facundo no le robaron la vida, nos robaron su presencia,  a todos nosotros, los que compartíamos sus trovas, los que mirábamos sorprendidos, admirados y un poco envidiosos la vida que nos cantaba Facundo , su vida, una vida distinta a que llevamos la mayoría que lo escuchábamos.

No le robaron la vida, porque como Diógenes sabía que no le pertenecía, su asesinato sirvió para que la devolviera y finalizara su canción, que como ocurre siempre con los cantantes populares, no se calla, se multiplica y vive en el corazón del pueblo. Somo nosotros quienes extrañaremos ver su figura medio hippie, gurú, cantante de protesta, pacifista, poeta, juglar, testigo de intimidades con grandes personajes y cultor de una vida, su vida que exponía como canción en cada actuación.

Lo conocí por primera vez en la Cueva de Monte Hermoso, a esa hora donde se respiraba un olor ácido y dulzón en el ambiente, apareció, con unos vaqueros gastados, sandalias y una musculosa, era una mezcla de hippie, que nos hablaba de Jesús, Borges, Whitman, Cafrune, Ghandi y tocaba la guitarra con tonos de milonga. Lo seguí viendo en los viernes de Universitario, donde sus recitales terminaban cuando el se iba, mucho después que terminara su actuación. Lo seguí en casett, TV, CD y DVD, por casi toda la historia de la tecnología de los medios. Por eso, ahora que comparte el gran misterio con Sara, Teresa, su hija, Borges , La madre Teresa, Whitman. Cafrune y todos esos grandes personajes con los que que compartió pedazos de su vida y que compartió con nosotros; solo nos queda su recuerdo y sus trovas.

Este brutal asesinato no le quitó la vida, su vida no era de él, nos quitó a todos nosotros su presencia para contarnos y cantarnos su vida, que era una manera de vernos en un espejo en el que todos desearíamos vernos reflejados.

domingo, 26 de junio de 2011

Estamos mal y vamos peor


Esta modificación de la famosa frase del ex presidente Menem me sirve de pie para arrancar este artículo, que interrumpe la dedicación casi exclusiva que tengo para terminar mi tesis doctoral. Es mas que alarmante lo que leí en una nota sobre educación y las posibles consecuencias que eso traiga a futuro en Argentina.
Examinamos en primer lugar los números: de 374 a 389 (no es el aumento de la recaudación ni de puestos de trabajo), cambió el posicionamiento de la UBA, primera universidad argentina en el ranking de calidad de las universidades del mundo entre 2011 y 2010 (entre los países que tienen universidades mejor posicionadas figuran: Brasil, México, Taiwan o Singapur). El otro número es 12, y corresponde también al puesto que ocupa la UBA respecto de otras universidades latinoamericanas, donde solo es posible encontrar 8 universidades argentinas entre las 100 primeras universidades latinoamericanas. En el frente interno,podemos recordar que el 50% de los ingresantes a las universidades abandona antes de finalizar su primer año y que el examen de exhibe casi el mismo porcentaje de desaprobados en promedio entre todas las carreras (dejemos de lado las universidades privadas que son para consumo ciertos sectores sociales y cuyo ingreso esta ligado a la capacidad de pago de las cuotas que compran un título).
Respecto del rol de los egresados, los datos poco podemos decir de aquellos que se insertan en el sector privado ya que son mano de obra barata en empresas tras nacionales (un profesional argentino trabajando en Argentina, dentro de una empresa multinacional, cobra casi el 25% de lo que cobra un profesional que realiza el mismo trabajo en un país desarrollado). Los profesionales senior son los que mas dificultad tienen para reinsertarse laboralmente e incluso dentro del mismo estado son discriminados; ya que para cualquier trabajo o beca se requiere tener menos de 35 o 40 años de edad (quizás tendríamos mejor oportunidad de no ser discriminados si nos incluyéramos en la comunidad homosexual o transexual, pues al menos alguien en el INADI nos escucharía). Los profesionales que se insertan en el estado reciben peor paga que sus colegas que trabajan en el sector privado (entre un 30% y un 60% menos durante los primeros años, llegando a cuatro veces en niveles jerárquicos). Ademas, la producción del sector público en término de I+D, no llega al 5% de lo que se produce anualmente en forma particular (según la RITYC, Red Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, el sector de investigación público produce casi 50 patentes anuales, frente a las casi 1000 del sector privado, y no precisamente laboratorios de empresas, sino mayoritariamente particulares). Debemos destacar que nuestro país produce casi una décima parte de las patentes que producen los países desarrollados y menos de un 20% de lo que produce Brasil.
A este pobrismo resultado en la calidad y los resultados del sistema universitario, debemos sumarle el estado de la educación secundaria, cuyo número es 58, posición que ocupa Argentina dentro de los 65 países evaluados por el informe PISA (lo realiza la OCDE) donde a jóvenes de 15 años se los evalúa en matemática, ciencias y comprensión de textos; mejores resultados obtuvieron chilenos, uruguayos, mexicanos, colombianos y los brasileños. Si queremos cambiar nuestro sistema nos llevaríamos una sorpresa ya que el país mejor posicionado es Finlandia, cuyo sistema educativo es igual al que acaba de abandonar la provincia de Buenos Aires por considerarlo inadecuado y que no producía resultados. La diferencia con Finlandia no es que un maestro finlandés cobra un gran sueldo (en realidad no es malo, pero está debajo de la escala de los sueldos medios), tampoco en un sistema represivo y autoritario, ya que el sistema educativo propone un sistema de metas consensuadas entre padres, docentes y alumnos, con base colaborativa (los alumnos mas adelantados ayudan a aquellos que tienen dificultades). Sin embargo hay dos diferencias entre el sistema finlandés y el argentino: el maestro finlandés goza de la mayor consideración social y ademas realiza 7 años de estudios a nivel universitario (equivalente a una licenciatura y una maestría) donde se especializa no solo en pedagogía, sino en ciencias (el famoso sistema operativo de computadoras Linux, fue desarrollado por un maestro: Linus Tordvalds), nutrición, psicología y primeros auxilios.
Tenemos que sumar al pésimo nivel de la educación secundaria, la falta de un sistema de educación técnica, ya que las tradicionales escuelas técnicas fueron eliminadas en la época del menemato y a pesar de anuncios de reinstalación, el sistema de educación técnica sigue ausente, o por lo menos reducido a una parodia del sistema tradicional que fuera orgullo de la educación argentina.
Ni hablemos del nivel primario, donde la escuela ha quedado convertida en una comedor comunitario, cuyo mayor problema es lograr la contención de problemas sociales de los alumnos, mas que contribuir a nivelar las oportunidades de los chicos mediante la educación.
En definitiva la educación responde al paradigma de la olla de Doña Petrona, que decía que o puede sacarse de una olla nada mejor de los que se pone en ella. Así nuestro sistema educativo recibe docentes mal pagos, peor capacitados, sometidos a requisitos burocráticos absurdos, con directivos que no cuentan con la antigüedad necesaria para adquirir experiencia y conocimiento del medio (actualmente con solo 2 años de antigüedad y rindiendo un examen se puede ser directivo de un establecimiento educativo de la Provincia e Buenos Aires, teniendo un título de 3 años de duración; casi igual que en Finlandia ¿no?), con alumnos que tienen graves problemas sociales, económicos y psicológicos, con una infraestructura inadecuada, con presupuestos educativos insuficientes y con una sociedad donde que considera que mostrar el culo en el programa de Tinelli es lago muy importante; nada puede obtenerse que sea mejor que lo que tenemos.
Podemos crecer económicamente, podemos darle de comer a todo el mundo, podemos tener ancianos bien asistidos, podemos tener un sistema de salud eficaz, pero si no tenemos educación tendremos un futuro peor o no tendremos futuro. Nuestra clase dirigente no manda sus hijos a educarse en la escuela pública, se perfecciona en universidades privadas o del exterior, sus urgencias: el poder y/o el lucro no otorgan importancia a la educación condenándonos a quedarnos sin historia ya que solo desde la educación se construyen las alternativas de cambio del presente.


domingo, 22 de mayo de 2011

Fuenteovejuna versión 2011




Pareciera que la obra de Lope de Vega renaciera en España, con otros aires, con nuevos aires, aires jóvenes. La obra de teatro hablaba de un mal gobernante, de un pueblo indignado y de como el pueblo dijo basta; también hablaba de un pueblo con una sola consigna: “todos a una: Fuenteovejuna”, que era sin mas, una consigna popular que manifestaba la voluntad de un pueblo. Hoy en la plaza el sol de Madrid hay gente que protesta, la protesta es clara y es una: la clase política los tiene “Indignados” por su ineficacia al manejar una crisis económica que se la hacen pagar a los que no la generaron, mientras los responsables son objeto de todo tipo de salva tajes, ayuda y consideración.

Quien mira y lee esto que se ha dado en llamar el 15-M, no pude dejar de recordar las jornadas de diciembre de 2001 u otros movimientos populares que fueron movilizados por una juventud comprometida como el mayo francés o el 17 de octubre. En todos ellos el protagonista fue el pueblo, en todos ellos había un reclamo, en todos ellos había participación y en todos ellos había organización espontánea. Tampoco puede ignorarse que esta crisis que marca la proximidad del fin de un ciclo del capitalismo ha generado otras protestas mas radicalizadas y menos organizadas. Debemos recordar las protestas de jóvenes universitarios en Grecia e Inglaterra; y los movimientos en varios países árabes. En todos ellos la actual situación de desigualdad social y económica, producida por la aplicación de un capitalismo salvaje acicateado por la última crisis financiera, acentuó las condiciones de extrema pobreza y desigualdad en las condiciones de vida de los pueblos.

Los actuales adelantos tecnológicos en materia de medios de comunicación que permitió la expansión del capitalismo sin restricciones de fronteras, también permitió que quienes sufrían las consecuencias de la expansión del capitalismo financiero tomaran conciencia de su situación. Los créditos no eran tomados por los obreros que eran despedidos, las deudas eran pagadas con la merma de las condiciones de vida de la población que no tenía deudas, solo necesidades. De este modo no puede ocultarse a la mayoría de la gente, que no son responsables por la crisis económica, que los verdaderos responsables se enriquecieron tanto, que no son alcanzados por la crisis. Pareciera que las palabras de Engels se vuelven actuales “el ultimo acto del capitalismo será vender la soga con que será ahorcado”.

En su organización, en los gestos, en los apoyos este movimiento recuerda otros movimientos. La organización en grupos o comités que se responsabilizan de organizar distintos aspectos del “acampe”, las asambleas de organización horizontal, la no participación de políticos o miembros de partidos políticos (esto me recuerda a las asambleas de Gualeguaychú), la adhesión de gente perteneciente a otras generaciones (será que la brecha generacional entre nietos y abuelos, la acerca la explotación que han sufrido y sufren ambas generaciones) y condiciones sociales (ya pasaron los tiempos en que solo se explotaba a los obreros, ahora se explota a la clase media y a las pequeñas empresas).

Los gestos de la gente recuerda a otros colectivos: gente organizando ayuda solidaria, gente cocinando, gente trayendo alimentos, gente organizando asistencia sanitaria, gente refrescándose en las fuentes, consignas anti capitalismo, consignas no violentas, asambleas, propuestas, proyección y mil pequeños detalles que configuran un “deja vú” de otras manifestaciones que en si misma no se proyectaron en el futuro. Pero en estas circunstancias hay algo distinto, la fiera está herida, no hay violencia en la protesta y si hay reconocimiento de las verdaderas razones de la protesta, hay proyección a futuro, hay conciencia del momento histórico.

Nadie sabe que proyección futura tendrá este 15-M, pero seguro formará parte de una tendencia que se agrega a la decadencia del modelo capitalista neo-liberal vigente.

martes, 3 de mayo de 2011

El cuento de la abuela Pipa


 

 ¿Te cuento un cuento? Había una vez un señor muy, muy, pero muy malo, tan malo era que mandó dos aviones para que chocaran contra las torres gemelas haciendo que muriera mucha, pero mucha gente. Como querían ponerlo preso mandaron a mucha gente a buscarlo, pero el señor muy, muy, pero muy malo se escondió tan bien, pero tan bien que no podían encontrarlo. Hasta que al final lo encontraron y como el señor muy, muy, pero muy malo no quiso entregarse y los atacó con un arma, tuvieron que matarlo. Entonces un señor negro muy, muy, pero muy bueno les contó a todo el mundo lo que había pasado y se fue muy contento porque ahora lo podían votar todos los que lo criticaban porque no había nada contra los señores muy malos.

¿Te cuento un cuento? Había una vez una familia árabe que tenía mucha, mucha, pero mucha plata y se hicieron amigos de un señor chiquitito que era hijo de un presidente, el papá del señor chiquitito hiso muchos negocios con esa familia que tenía mucha, mucha, pero mucha plata y el señor chiquitito también. Uno de los hijos de la familia con mucha, mucha, pero mucha plata ayudó al papá del señor chiquitito cuando un país malo, malo, pero muy malo ocupó un país muy, muy, pero muy pobre, que tenía mucho, mucho, pero mucho petróleo. El hijo de la familia muy, muy, pero muy rica hiso cosas malas, pero como le sirvieron la papá del señor chiquito, el papá del señor chiquito lo aplaudió y le agradeció mucho, mucho, mucho. Cuando el señor chiquito fue presidente como su papá hiso muchas, muchas, pero muchas macanas; y parecía que no iba a ser mas presidente. Otros señores muy, muy pero muy malos robaron dos aviones y chocaron a las torres gemelas, el señor chiquitito le echó la culpa al hijo de la familia muy, muy, pero muy rica y atacó el país donde estaba el hijo de la familia muy, muy, pero muy rica. El señor chiquitito pudo seguir siendo presidente y siguió atacando a otros países y matando a mucha, mucha, pero mucha gente, todo por culpa del hijo de la familia muy, muy, pero muy rica. Cuando el señor chiquito no fue mas presidente, vino un señor muy, muy, pero muy morochito que dijo que no iba a seguir atacando a otros países y que no iba a matar a nadie más. Pasó el tiempo y el señor muy, muy, pero muy morochito no cumplió lo que dijo y mucha gente se enojó y parecía que no iba a seguir siendo presidente. Se acordó de lo que había hecho el señor chiquitito y dijo que había matado al hijo de la familia muy, muy pero muy rica, y que todo estaba bien y pensó que ahora podía seguir siendo presidente.

¿Te cuento otro cuento?

domingo, 24 de abril de 2011

Un lobo estepario político




Hay pocas actividades tan gregarias como la política, en esencia el hombre como animal gregario en esencialmente político, y hay pocos animales tan gregarios como el lobo, exceptuando al lobo estepario.  Eso fue lo que me vino como imagen cuando un grupo de compañeros me invitó a conformar una nueva agrupación política para rescatar los valores del peronismo que vemos, se están perdiendo. Me proponían fundar una agrupación que persiguiera un fin educativo y formativo; no que se sumase a la comparsa de los actuales “luppies  políticos” (este neologismo mío se forma uniendo: lumpen político y yuppie). No acepté, debido a que no quiero asumir más cosas que las que puedo manejar actualmente; pero al reflexionar sobre mi negativa descubrí algunas cosas que quiero compartir.

Cuando hablaba con mis compañeros recordaba alguna frase del libro de Herman Hesse: "Soledad era independencia, yo me la había deseado, y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas." Ese era el espíritu del lobo estepario, el que vive solo en la estepa y que solo siente la necesidad de agruparse para cazar o aparearse. Políticamente hablando, me convertí en un lobo estepario político, solo busco la militancia activa en la lucha por el poder, o en la confrontación ideológica; la primera se asemejaría a la caza, que se vincula con la supervivencia y la segunda a la expresión de la pasión política.

Con esa imagen releí nuevamente el libro de Hesse y me encontré con algunas frases del escritor que me ayudaron a explicarme algunos sentimientos contradictorios en mi actual posición política (se resume fácil: coincido en los postulados ideológicos del kirchnerismo, pero difiero de cómo los realiza y con los resultados que obtiene). De estas frases extraje algunas enseñanzas.
                 
“Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros” no es correcto en mi caso, el uso de la palabra odio, pero si podemos hablar de rechazo, y en mi rechazo al kirchnerismo hay una imagen del fracaso de la ideología en la que creo y que me representa en relación a los principios sobre los que debe funcionar la sociedad. Posiblemente este rechazo sea el rechazo al fracaso que mi parte racional percibe en la gestión de gobierno actual.

 “Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”, no es mi caso pero si explica porque muchos compañeros obedecen sin cuestionamientos los lineamientos políticos dentro del PJ; y ya sea por costumbre, necesidad o interés se le ha dado al kirchnerismo un poder que impide no solo disentir, sino ser libre de opinar en disidencia. Más profundamente, el apoyo de ciertos grupos de jóvenes militantes, se limita a expresar sin ninguna elaboración crítica consignas que son contrastadas contra la propia ideología, o peor, contra la realidad objetiva.       

“Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos”, creo que no hay mejor ejemplo de esto que la adulteración de los datos del INDEC, como justificación de no solucionar los problemas de fondo del país, y que siguen siendo los mismos que en los 70, extranjerización y concentración de los capitales productivos, desigualdad e injusticia social y falta de una educación que actúe como  niveladora de oportunidades en el desarrollo de una persona.

“No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano”, si reemplazo peronismo por patriotismo, creo que esta frase me define.

Creo que la relectura de Hesse, me confirmó ese presentimiento, soy un lobo estepario político, que milita cuando creo y siento necesario producir un cambio (para que los K no se ensañen conmigo, milité activamente en 2003 y en 2005, cuando muchos “conversos” estaban en la oposición) y debato ideológicamente cuando escucho o leo opiniones que a mí entender confunden, mienten o pretenden alterar valores justos (vengan estos de Clarín y Nación o de Página 12). Fuera de estas situaciones, prefiero retirarme a mi soledad, no reclamo participación, prefiero la militancia de base, la reflexión ideológica y la independencia política a partir de mi ideología.     

viernes, 22 de abril de 2011

¿Gataflorismo o gatopardismo?




                Esta felina alusión está motivada en el reciente DNU que firmara la presidenta sobre la participación del estado en forma proporcional a las acciones que posee en los directorios de las empresas privadas. Independiente de la legitimidad o ilegitimidad de dicha medida, el estado, las empresas y los comunicadores vinculados a unos y otros incurrieron en ambas felinas conductas.
             El estado, que procuró evitar las consecuencias de la crisis desatada en EEUU, auxilió a varias empresas donde el capital que aportó no se integró como obligaciones reembolsables sino como capital capitalizable. También se suma a esto, que los activos que pasaron a manos del estado provenientes de las estatización de las AFJP consistían en acciones de varios grupos empresarios. Estos grupos se beneficiaron cuando recibieron en dos oportunidades “fondos frescos” que capitalizaron en lugar de integrarlos a su pasivo. Como beneficio adicional las empresas acordaron limitar la participación del estado en sus directorios en hasta máximo del 5% del capital total representado en el directorio.
             ¿Cómo se comportó el estado? Aquí debemos recordar previamente, que los fondos que se integraron a los capitales empresarios no eran propiedad del estado y que este solo debía disponerlos como fondos de reserva para el pago de jubilaciones y pensiones. Este mismo estado mantiene aún hoy, la medida dictada por Cavallo en los 90, por la cual las empresas no realizan los aportes patronales, no grava la renta financiera, petrolera, sojera o minera. Convengamos entonces, que este gobierno no se ha caracterizado por la imposición de gravámenes a las rentas extraordinarias de las empresas. Este mismo gobierno se quejó porque algunos empresarios favorecidos por estas y otras medidas como la gestión de pagos por parte de otros gobiernos, no cumplieron con compromisos de inversión, además de capitalizar utilidades en lugar de distribuirlas entre los accionistas. En definitiva, las empresas pueden no pagar impuestos por sus rentas extraordinarias y no pagar los aportes patronales que pasarían a integrar esos mismo fondos de reserva para el pago de jubilaciones y prensiones, pero no le acepta que no hagan las inversiones prometidas y que no distribuyan las ganancias entre los accionistas (entre ellos el estado); Gataflorismo puro. Como respuesta ponemos directores en estas empresas, que difícilmente lleguen a tener más participación que el 35% en el mejor caso, o sea, una participación minoritaria. Esto discusión mediante y ventilada por todos los medios adictos a las empresas y al gobierno;  y con la inestimable participación de fuerzas políticas que dieron la mejor impresión de: “no sé, pero me opongo”. En definitiva, discusión mediante, asumirán directores representantes de las acciones que posee el estado, que serán minoría y solo tendrán una representación testimonial. Mientas tanto, estas empresas podrán seguir sin pagar aportes, podrán no distribuir dividendos ni impuestos a sus rentas extraordinarias; o sea que se firman DNU, se pelea con las empresas en los medios y en la justicia, para que nada cambie; Gatopardismo puro.
             ¿Y las empresas? Estas tampoco están exentas de las mismas conductas, ya que mantienen una conducta que ya en los 70 caracterizábamos por: “privatizar ganancias y socializar quebrantos”. Estas empresas acuden al estado o al gobierno para solicitar ayuda económica, beneficios, subsidios, préstamos subsidiados, eximición de aportes patronales y supresión o disminución de impuestos. Cuando, en función de estas medidas que les otorga el estado, obtienen pingues ganancias pretenden mantener esos privilegios sin ninguna contraprestación, ni siquiera el pago de impuestos proporcionales a las rentas obtenidas. Resumiendo, el estado tendría la obligación de darle todo lo que las empresas piden, pero no puede pedir a cambio, el cumplimiento de las obligaciones que le impondría las ganancias que obtienen con los beneficios concedidos; Gataflorismo puro. Esta “cultura empresarial” que presume de liberalismo, no asume que la base moral del capitalismo es la obtención de ganancias mediante el riesgo de la inversión y que la ganancia extraordinaria solo se justifica moralmente, por la inversión  de grandes sumas de capital a riego o asumiendo riesgos muy elevados. Reclamarle al estado que no intervenga en la economía, pero que otorgue beneficios que limitan el riesgo o minimizan la inversión de capitales para obtener grandes ganancias es Gatopardismo puro.
            Opinólogos, comunicadores y oposición al gobierno también se ubicaron a mabos lados de las felinas posiciones. Criticaron la medida, cuando nadie criticaría que un banco que compre acciones de una empresa no siente a un director que represente sus intereses cosa que ocurre a diario, criticaron a la empresas que no pagan aportes, criticaron a quienes atacan o defienden, a os que están a favor y a los que están en contra; Gataflorismo puro. Todos pretenden un gobierno que actúe en función de sus intereses o de los intereses a que responden, incluyendo al inefable Grondona, que resucitó algunas fábulas de Esopo, repitiéndose a sí mismo y acomodando las historias a su conveniencia (o a las de sus mandantes). Todos pretenden que el gobierno se comporte como ellos quisieran, que cambien para luego criticarlo o criticarlo por cambiar. Pero su posición no varía, todo puede cambiar, pero su posición de “no sé, pero me opongo” es la mejor muestra de Gatopardismo inverso.

            En fin, cuando más analizo al gobierno y a la oposición más quiero a mi gato (el de la foto).