domingo, 23 de junio de 2013

¿Elecciones? Yo PASO


El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes, parece que las cúpulas políticas se lo toman muy a pecho, y cualquiera sea el futuro de las próximas reformas constitucionales esa parte del texto fundacional permanecerá intocable.
Aclarado esto, parece que la actual dirigencia política, fiel al principio constitucional deliberó y eligió quien representaría al pueblo, sin que el pueblo participe, ya que solo  puede ratificar o cambiar el orden de lo decidido por las cúpulas dirigenciales, esta es la finalidad de las PASO.
En este ciclo histórico la dirigencia política no surge a partir de una representación directa de la gente, el viejo lema político (al menos en los partidos de raíz popular) “el dirigente surge de la gente”, es reemplazado cada vez más por “el dirigente surge de los medios”, sino lean a Sartori y su “Homus Videns”. Pero los argentinos no podemos dejar de ser originales y le agregamos algunos condimentos, como ser, la dirigencia política elige a la dirigencia política, según estos criterios: a) Tiene que ser alguien muy allegado a los dirigentes (si es pariente mejor) b) Como puede ser que a) no sea suficiente para conseguir algunos votos más (y como hay lugar en las listas para los propios), tiene que tener buena imagen pública aunque no sepa nada de política (ideal para estos casos artistas, deportistas, mediáticos, etc.) y c) Si no se puede con a) ni con b) lograr una oferta electoral con posibilidades, se  busca a alguien de otro partido. Si alguien duda de este análisis, lo invito a leer en detalle las últimas listas de candidatos a las PASO.
Desde una militancia medianamente coherente y más comprometida con las ideas que con las personas, no puede dejar de verse el deterioro que tiene la calidad de la dirigencia política. Ni pensar que alguien podría pegarse un tiro porque se traicionaron los ideales que se representaba, como Alem, Ingenieros, Favaloro y otros. Tampoco podemos pensar en ejemplos de honestidad como Ramón Carrillo, Scalabrini Ortiz, Ilia y…. (o no son muy conocidos, o yo no los conozco, o habrá tan pocos?). Este deterioro es consistente con el surgimiento de una súper estructura de dirigencia política, que se reproduce a si misma mediante los criterios antes expuestos (se podría agregar algún capítulo argentino a las críticas de Sarte a algunas dirigencias políticas francesas).
El anterior mecanismo de elección de dirigentes, lejos de ser buenos, mas por las prácticas de los políticos que por sus mecanismos, permitía una construcción de abajo hacia arriba, donde la representación se escalaba en local, regional (o provincial) y nacional. Si tomamos el radicalismo o el peronismo, los comités barriales y las unidades básicas eran la base de una pirámide de dirigentes (que se eligieran por representación, por prestigio o a los tiros es otra cosa). Esa representación permitía al dirigente una capacidad de negociación (por representación, prestigio o tiros) sobre la que se construía una dirigencia política que se plebiscitaba electoralmente. De esta forma un dirigente surgía desde su propio ámbito geográfico y esa era su fuente de legitimidad (por representatividad, prestigio o fuerza).
Ese sistema, imperfecto, fue una superación del sistema de representación caudillista donde la construcción del poder era obtenida mediante la delegación del resto de la población por reconocimiento, ignorancia, admiración o sometimiento. Esto sin analizar a los caudillos en forma particular, ni cuestionar las circunstancias y el contexto histórico del que surgieron. Pero es cuanto menos cuestionable, que el actual sistema de surgimiento de los dirigentes políticos sea una evolución positiva respecto del anterior.
Actualmente el sistema de las PASO, es una alternativa que a primera vista parecería ser progresista en su enunciación pero no lo es en su implementación, ya que agrupa en las elecciones locales a las listas provinciales y nacionales, no las separa, siendo por lo tanto las listas con representación local en los grandes espacios políticos, las más perjudicadas sino logran el apoyo o la “bendición” de la dirigencia nacional que ocupa el mayor espacio y logra la mayor repercusión en los medios de comunicación (lo llaman “tracción”). Por otra parte requiere que los candidatos locales dispongan de fondos y medios (locales, espacios publicitarios, etc.), los cuales suelen estar en mayor disposición para los “bendecidos”. Con lo cual, la posibilidad de lograr una representación diversa, termina siendo una restricción para los candidatos, más que una oportunidad de lograr mayor nivel de presencia de postulaciones.    

Por ello no me siento representado por la actual clase dirigente política, porque surgió por la decisión de la misma dirigencia, mediante criterios que no respetan una legítima representación de origen (cualquiera sea) y una construcción piramidal basada en acuerdos (y no en intereses) que superen las disidencias naturales del espacio.

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