Mas que una pregunta creo
que es una duda que tenemos quienes hemos militado dentro del
movimiento. El propio Perón decía que el peronismo era un
movimiento cuya expresión política era el justicialismo y cuya
columna vertebral era el movimiento sindical, posteriormente sumo la
rama femenina y las juventudes. Hoy en día el partido Justicialista
es una superestructura de acuerdos electorales manejado por
dirigentes mas interesados en consolidar y mantener su cuota de poder
(territorial, sectorial o social), que un partido político que
continúe las banderas de soberanía política, independencia
económica y justicia social. El movimiento sindical esta hoy
fracturado, mas por las propias apetencias de sus dirigentes que por
conflictos en sus bases. Además los sindicatos se han convertido en
feudos, donde la renovación de dirigentes se produce mas por
fallecimiento que por elecciones, llegando a verse dirigencias
“heredadas”. La rama femenina no ha tenido dentro del movimiento
un peso significativo, a pesar de ser la que aporta mas de la mitad
el caudal electoral. Las juventudes fueron históricamente las que
aportaron las dosis cuestionamiento y militancia activa que motorizó
muchos de los cambios significativos de la década del 70, pero hoy
es mas una fuerza laboral de campaña o gestión, sin injerencia real
en el movimiento o en las estructuras políticas en que se soporta el
peronismo. También se debería aclarar de que hablamos cuando
hablamos de peronismo. Para esto deberíamos recurrir a un breve
recorrido histórico de su historia, que podríamos dividir en 4
períodos: La fundacional, la resistencia, el tercer mandato y el
peronismo sin Perón.
La etapa fundacional en
los años previos a los dos mandatos de Perón y durante ellos, se
consolida una organización institucional (partido, sindicatos, rama
femenina, juventudes, etc.) tutelada y dirigida por el propio Perón.
En su surgimiento, el peronismo recoge la tradición laborista de
Cipriano Reyes, las posturas políticas de la FORJA con Arturo
Jauretche y un nacionalismo moderno expresado en las FFAA por el GOU
de donde surge Perón. La llegada del peronismo al poder, sin una
estructura de dirigentes políticos amplia, obliga a incorporar
dirigentes de otras fuerzas políticas, sindicales e independientes;
no todos con la formación necesaria. Esa necesidad de incorporar
gente al partido de gobierno, crea un cierto oportunismo político y
esos círculos llegan a condicionar al propio Perón (de esto es mas
que conocido las advertencias que hace Eva Duarte). El hecho de ser
un partido con amplia incorporación de gente sin muchos
condicionamientos, marca una impronta en el movimiento (Perón decía
que el adobe con que se construía un rancho se hacía con barro y
bosta, para justificar algunas incorporaciones). En esta etapa se
elabora una doctrina que interpreta los sentimientos de la mayoría
proletaria de la población, esta doctrina es quizás en único
“corpus político” que define al peronismo, y a pesar de
establecerse en él, que debería aggiornarse al devenir de los
tiempos, se convierte en un cerrojo ideológico cuando se plantean
los cambios. Los logros alcanzados durante esta etapa instala la idea
de que “el peronismo hace”, como contraposición a otras
dirigencias políticas que proponían ideas sin construir nada. Esta
es otra impronta del peronismo, y también una maldición, ya que en
tiempos recientes con la idea de “roban, pero hacen” se justificó
actos de corrupción aberrantes.
En la segunda etapa,
luego del golpe de estado de 1956, el movimiento es perseguido, la
resistencia lleva no solo a dirigentes, sino también a referentes, a
la cárcel, y el peronismo incorpora códigos carcelarios en su ADN.
Durante ese período solo el sindicalismo mantiene la estructura
ideada por Perón, y desde allí surge la idea de un peronismo sin
Perón. También el peronismo replica al mayo francés con el
“Cordobazo”, e incorpora a grupos de tendencias marxistas y
foquistas. Estos grupos filo marxistas también conciben un peronismo
sin Perón y se proponen como herederos (el trasvasamiento
generacional) del movimiento para llevarlo a construir el socialismo.
La concepción del socialismo que estos grupos tenían difería del
socialismo que pensaba Perón, pero estos grupos le eran funcionales
para lograr un reordenamiento político del movimiento con vistas a
su retorno.
El retorno de Perón y
los hechos previos, marcan un breve pero trascendente ciclo del
peronismo, Perón retorna, no como líder incuestionable, sino como
el único factor de unión del movimiento, las tensiones que
generaron una etapa de violencia política, hacen necesario su
liderazgo a fin de impedir que se genere una espiral de violencia,
que provoque serios enfrentamientos. El fracaso de la reformulación
de un nuevo plan político (del cual el radicalismo es copartícipe,
y el discurso de Balbín en los funerales de Perón lo muestra)
culmina con la muerte de Perón, quien creía que tenía un tiempo de
sobrevida que le permitiría reorganizar el movimiento y pacificar al
país. La orfandad que provocó la ausencia del líder, sumergió al
movimiento en una lucha interna donde el objetivo era el exterminio
del rival. Tal violencia, fue usada para pretender justificar el
terrorismo de estado y los mas aberrantes crímenes cometidos desde
el estado en nuestro país.
Esta última etapa,
quizás sea la que preceda a la desaparición del peronismo, ya que
desde distintos sectores del peronismo se reclama el liderazgo que
tuvo Perón, sin un real exito. En los oscuros días de la última
dictadura, algunos militares soñaron con convertirse en herederos
del peronismo, pero no fueron mas que las ridículas quimeras de
algún asesino trasnochado. Vuelta la democracia, la vieja dirigencia
fracasa en retomar el poder, y surge al renovación peronista, un
intento interesante, pero que culmina erigiendo como líder a Saúl
Menem, quién crea un liderazgo basado en su gran capacidad de
negociación y el alineamiento sin condiciones con EEUU y su política
económica. El fracaso del “giro liberal” propuesto por Menem,
termina con la crisis del gobierno de De la Rua. La recuperación
encabezada los Eduardo Duhalde (representante de los caudillos del
conhurbano bonaerense) desemboca en el Gobierno de los Kirchner, que
pretende retomar la llamada tendencia de los 70, pero mantiene la
estructura económica de Menem y fracasa en su intento de retomar un
liderazgo del movimiento, aunque luego de las elecciones legislativas
del 2005 parecía que tenía todas las posibilidades de lograrlo.
¿Cual es el estado
actual del peronismo? Un partido político, un movimiento o una
referencia histórica sin una continuidad política institucional. La
primera opción creo que está descartada de plano, pues la diáspora
de partidos a que el peronismo ha dado origen es mucha, y la
superestructura política de los viejos caudillos territoriales
carece de una identidad real sepultada bajo un cúmulo de intereses
personales. Como movimiento el peronismo no ha evolucionado , la
ilusión que se ha pretendido crear bajo el rótulo de “movimiento
nacional y popular” solo oculta la lumpenización de una militancia
paga y adhesiones forzadas con subsidios discrecionales. En fin solo
resta considerar al peronismo como una referencia histórica de
identificación política, sin expresión real en estos días.
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