sábado, 9 de mayo de 2015

¿Que deberían enseñarle las PASO al Pro?


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Las PASO en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, muestran algo que pocos dicen o que no muchos quieren decir. El PRO ha construido las bases de lo que puede ser su próxima derrota en las elecciones generales.
La interna del PRO, contó con dos candidatos que representaban mas que distintas visiones internas de como conducir una próxima gestión de gobierno. Larreta expresaba y expresa, a la gestión de gobierno como una administración de asuntos públicos descarnada de toda ideología y por lo tanto con una propuesta política orientada al pragmatismo de las necesidades de la propia gestión. Mechetti expresó a una visión mas ideologizada y política, su propuesta hacía pie en definir políticas con sentido social y establecer nuevos ejes de gestión que vayan mas allá de las necesidades coyunturales de la gestión.
La intervención de Mauricio Macri apoyando a Larreta, mas que una acto de confianza hacia su jefe de gabinete, fue un acto de afirmación sobre su visión de como construir un espacio sin ideología. Esto desnuda la naturaleza y debilidad del PRO como partido político.
El PRO se constituyó sobre una base electoral insatisfecha de las malas gestiones de gobierno y mayoritariamente perteneciente a la clase media. La propuesta política se diferenció de las otras suprimiendo el componente ideológico y haciendo eje en las cuestiones de gestión que los diferenciaba del resto. Así se suprimió la ideología política, por una visión y misión de una gestión pública aséptica de todo expresión política partidista. El propio Macri se convirtió mas en un CEO del espacio, que en un dirigente político. Estas características del PRO no le impide cometer los mismos errores que le achacan a los otros partidos políticos, el personalismo (PRO=Macri), la centralización de las decisiones centralizadas en su CEO, la idea dominante única (espacio sin ideología), la idea de continuidad en el poder (aunque sea en la ciudad de Buenos Aires) sin límite de tiempo, el no recambio de dirigentes para las distintas etapas (el concepto de equipo, reemplaza al de cuadros políticos pero la continuidad de las mismas personas no establece una diferencia práctica), por último los vicios de gestión(corrupción, ineficiencia, nepotismo, etc. ) podrían presentarse en una continuidad de la función de gobierno.
El electorado del PRO pertenece mayoritariamente a las clases media y alta, lo que le permite contar con una voto propio que oscila entre el 20% y el 40% en territorios con altos niveles de vida en la mayoría de su población, y en elecciones donde es una alternativa de tres, puede contar con el apoyo de sectores opositores a las otras tendencias mayoritarias y convertirse en un opción de gobierno. La incorporación de figuras mediáticas contribuyó a acercar sectores que no formaban parte del electorado tradicional del PRO (por ejemplo Del Sel en Santa Fe, que acercó a sectores medios y bajos rurales y a algunos sectores urbanos del peronismo). Sin embargo la presencia de estos actores emparenta al PRO con las prácticas de menemismo y del propio FPV. Las actuales alianzas con el radicalismo y Carrió, no le aportan volumen de votos, solo estructura de control electoral. Esta fuerzas difícilmente le sumen votos en la primera vuelta electoral, y en la segunda vuelta de estar enfrentado al FPV o el Massismo, lo votaría por ser un electorado tradicionalmente anti-peronista.
En la ciudad de Buenos Aires, el apoyo de Macri a Larreta que volcó las PASO en su favor, le impedirá sumar mas votos que la suma de los votos de ambos candidatos, ya que muchos votos que fueron a Michetti, desde sectores políticamente independientes, no se mantendrán en la primera vuelta y posiblemente sean volcados hacia Lousteau, quien podría llegar al ballotage con mas chances que Larreta, ya que el 48% logrado por el PRO es el techo, y es muy difícil que los sectores de izquierda y el FPV voten al PRO, incluso sus aliados radicales y Carrio no le aportarían votos. De perder las elecciones en al ciudad autónoma de Buenos Aires, perdería su sustento territorial y generaría un efecto muy perjudicial en las aspiraciones que tiene Macri para lograr la presidencia.



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