La mitad de este artículo
lo escribí antes del ballotage del 19 de julio en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, cuando le apostaba a mis amigos, que si el PRO
ganaba no lo iva a hacer por mas de 3 puntos. Lástima que nadie me
apostó, no se si por considerarme medio loco o por que ya las
encuestas y las opiniones de “expertos politólogos” no dan la
confianza que daban antes.
En el borrador de mi
artículo decía, citando a Ortega y Gasset en su libro “Estudios
sobre el amor”, que él podría hablar del amor porque no lo
conocía. Analogamente, como yo no soy porteño podía hablar de las
elecciones porteñas.
Las PASO, las elecciones,
y el ballotage, mostraron a el PRO, el FPV, el ARI, la UCR, el FR y
varias siglas políticas mas, cayendo bajo la influencia del
principio sociológico que dice que la mayoría de la gente se agrupa
sobre posiciones medias, donde las diferencias son pequeñas. Así
vemos, que en lugar de de plantear posiciones ideológicas (que no
dudo que tengan, pero las ocultan muy bien), construyen un discurso
armado con lugares comunes sin mostrar cual es la sustancia
ideológica de su propuesta.
Se pudo ver, que la
decisión porteña cayó en una persona con una ideología neo-liberal
como Larreta, a pesar de ser un político todo terreno, que estuvo con
Alfonsín, con Menem, con Duhalde y con Kirchner, hasta recalar con
Macri; y posicionó como opositor, a una persona como Lousteau, de cuño
socialdemócrata a pesar de haber sido funcionario de gobiernos
peronistas y kirchneristas, sin duda, también a este candidato,
cualquier colectivo lo deja bien.
La imagen que proyectó
Larreta fué la de un funcionario eficiente y leal a su jefe Macri,
lo que si en lugar de PRO ocurriría en el PJ sería un caso de
disciplinamiento partidario, y si fuera en el FVP sería. considerado
como servilismo aplaudidor. Losteau, por su parte intentó reforzar
una imagen de intelectual descontracturado pseudo progresista, lo que
si ocurriera en el PJ sería tildado de “quinta columna” y
anti-popular, y dentro del FPV como traidor al proyecto nacional y
popular (como ya lo trataron varios).
Es cierto que en la
capital se valoró una gestión que no fue mala (tampoco fué
buena), pero el resultado final nada tuvo que ver con ello. En el
resultado eleccionario, hay varios factores que deben ser tenidos en
cuenta: no es bueno abusar de las encuestas pagadas, hubo malas
decisiones políticas por parte de Macri y se ignoraron cuestiones
ideológicas elementales.
El PRO, abusó del uso de
encuestas que daban una victoria en segunda vuelta por mas del 10%,
ninguneando la decisión del candidato de ECO de presentarse al
ballotage, en incluso presionando para que se bajara. En el manejo de
encustas y ninguneo colaboraron medios periodisticos, que vieron en
peligro el liderazgo opositor de Macri en las proximas
presidenciales. Pero aquí lograron el efecto opuesto, “cuanto mas
peor”, ciudadanos que posiblemente habrían votado en blanco,
votaron “en contra”, no del candidato, sino de el mensaje que se
mandaba. El mensaje era, si el PRO pierde, o gana por muy poco, Macri
se debilita y cae el proyecto opositor del FPV. La gente que no
piensa como el PRO, aunque en viera a Losteau, como s candidato, lo
votó como expresión de bronca por ese mensaje. Así, políticos,
encuestadores, politólogos y periodistas crearon un clima que movió
el voto “contra”, sobre todo de sectores del FPV que vieron que
su voto a Losteau era un voto que debilitaba a Macri que era su
próximo rival político.
El segundo factor que
influyó fueron las malas decisiones de Macri (o Durán Barba). La
primera, Michetti era mejor candidata de cara a las elecciones en la
capital (continuidad con cierto sesgo progresista), su apoyo a
Larreta en las PASO influyó y la ratificación de ese apoyo no se
trasmitió en las elecciones (la suma de votos de Larreta y Michetti,
fue menor que la obtenida por Larreta). Su posterior convocatoria a
Michetti, solo ratifica que fue consiente del error. El PRO en los
ballotages de Santa Fe y Capital actuó como en la fábula de la
liebre y la tortuga, continuó con el mismo ritmo que en las
elecciones primarias, y sobre todo su accionar proselitista se centró en franjas de la población que ya era permeable a su discurso, no
buscó acercarse en forma pro-activa a sectores donde tradicionalmente
el PRO no tiene predicamento (en el barrio le decíamos a eso: pescar
en la pecera propia). Esa característica es una marca de origen del
PRO en su prédica política.
Por último, todos dieron
por sentado el latiguillo de cierta “intelectualidad post moderna”,
que insiste en reiterar que no existe mas derecha o izquierda, pero
si reducimos el resultado del ballotage , vemos claramente que
Larreta recogió el voto de centro y centro derecha, mientras que
Losteau recogió el voto de centro izquierda (incluido los sectores
del del FPV) y la izquierda mas dogmática y vertical se expresó con
el voto en blanco, obedeciendo las directivas de sus principales
referentes (de donde se cumple el viejo refrán que popularizó
Jauretche, la izquierda en su obstinación fundamentalista, siempre
termina haciéndole el juego a la derecha).
Queda la mas importante
batalla electoral, allí Macri quemó sus naves en la búsqueda de la
presidencia, quiso imponer su voluntad hacia dentro de su partido,
definió su estilo político en forma personalista, a pesar de
proponerse como el cambio adoptó formas mas parecidas a la sus
rivales políticos, a pesar de ello los resultados no mostraron que
sus decisiones arrojen resultados positivos, es el momento justo para
que Macri repiense su estrategia, quizás esta sea su última
oportunidad.
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