Sin que sea peyorativo, estamos transitando una etapa en que la administración del estado adquiere las características de la administración de una empresa, si partimos de esta premisa, quizás podamos entender como actúa este gobierno.
Cada administración del
estado tiene su impronta, por ejemplo el FPV desarrollo un estilo de
administración que podemos llamar estado feudo, donde el gobierno
considera que él es el estado y se confunde estado con gobierno
(aquí un humorista político usaría algún ejemplo basado en el
“derecho de pernada”). Este estilo no concibe una convivencia son
la oposición y al igual que los viejos señores feudales declaran el
guerra a todo aquel que discuta o ponga en duda su autoridad. Su
economía se subordina a “su política”, pues no entienden que la
subordinación de la economía a la política solo se da en el
supuesto de racionalidad de los actores (los actores económicos y
los políticos). Un fenómeno inverso se da en el fundamentalismo
económico donde los economistas creen que la política debe
subordinarse a su forma de ver la economía, el problema es que hay
mas formas de ver la economía que economistas (en el mejor de los
casos el economista Chen a sintetizado las posturas económicas en
ocho, sin descartar que cada una de ellas tiene distintas variantes).
En esta forma de ver el estado la razón de ser del gobierno se
justifica de distintas maneras: la institucional, la popular, la
republicana, la democrática, u otra forma de idealizar su
legitimación. El FPV tomo las banderas del PJ de izquierda y se
justificó en el apoyo popular, aunque degeneró en un populismo
prebendario (daría para otro artículo analizar las diferencias
entre gobierno popular y gobierno populista).
La Alianza tuvo un estilo
“estado levemente institucional”, ya que pretendió retornar a la
forma de gobierno que tuvo el gobierno de Alfonsin, pero su debilidad
política de origen lo llevó a convertirse en una borrosa copia. El
menemismo llevo a cabo una administración tipo “estado feudal
pseudo liberal”, donde el personalismo feudal, se conjugó con
políticas económicas neo liberales que le dieron a la
administración de Menem un tono de sainete post moderno. A nadie le
cabe la menor duda que el gobierno de Alfonsín tuvo un estilo
“estado institucional democrático”, quizás tan enfocado en
llevar a cabo el afianzamiento democrático, que descuidó fatalmente
la economía.
Volviendo al tema
original, el estado empresarial, esto no se produce al designar en
puestos claves del gobierno a CEOs de grandes empresas, sino en la
impronta política que le dio el presidente Macri a su
administración. En una empresa si las cosas no van bien, lo primero
que se acomoda son los grandes números, no los empleados, Es mas, si
el problema que existe no es de naturaleza administrativa, sino
operativa, un CEO no interviene en forma directa sino que genera un
control administrativo y posteriormente produce los cambios en la
conducción operativa de la empresa. Estas dos características
explican las conductas del gobierno en sus primeros días.
Las primeras medidas del
gobierno respecto al pago de los juicios iniciados por acreedores que
no aceptaron la re-negociación de la deuda (los famosos “buitres”),
los ajustes de tarifas a valores que respondan a sus respectivas
estructuras de costo y la unificación del mercado de cambio (podemos
discutir si fue un sinceramiento o una devaluación), se asemejan a
medidas que tomaría un empresario al hacerse cargo de una empresa
que funciona mal. La primer analogía: poner a la empresa sujeto de
crédito es algo que expresaron varios dirigentes del PRO, respecto a
la necesidad de terminar con la situación de default de la deuda
externa del país, por lo que no es necesario ningún análisis.
La segunda, el ajuste de
las tarifas de los servicios públicos, es lo que ocurre cuando
cualquier empresa re-calcula y actualiza sus costos trasladándolos
al precio de sus productos o servicios; debemos tener en cuenta que
un empresario protege su “core bussiness” privilegiándolos
respecto de actividades anexas (por ejemplo, una empresa que produce
leche también puede producir quesos y yogur, pero su objetivo
siempre será producir leche y subordinará a esto el resto de sus
actividades). Se debería aclarar aquí que parte de la concepción
liberal clásica del estado (que parcialmente comparte este gobierno)
es que sus funciones principales son; seguridad, salud y educación;
esto se completaría con desarrollo y promoción social en la visión
que postula Cambiemos. De modo, que los servicios públicos deben ser
soportados por sus usuarios y los subsidios que mantenían bajas sus
tarifas redirigirse a financiar sectores mas vulnerables, Como
ejemplo de ello las palabras de la vicepresidente Michetti, el
aumento del alcance de las asignaciones familiares y las tarifas
sociales son evidente prueba de ello.
El fin del cepo cambiario
puede verse como una devaluación o una unificación del valor del
dólar, independientemente del análisis económico (que favorece a
la posición del gobierno) esta medida es análoga al proceso de
saneamiento financiero de cualquier empresa donde los valores
contables se ajustan a la realidad del funcionamiento diario de la
empresa. Si los valores con que se asientan las operaciones en un
balance no son reales, la administración de la empresa no tiene la
información exacta de como está funcionando. En este sentido el fin
del cepo al dólar y la necesidad de un INDEC que de valores reales,
son parte de una necesidad, tanto en la empresa como en el estado,
para poder administrar en forma realista las medidas económicas que
se tomen.
Otras medidas que ha
tomado el gobierno se pueden analizar y llegar a analogías
similares, tal sería el caso de los despidos de personal contratado
en el estado, la racionalización del gasto, la quita de subsidios,
etc. Ahora bien, un estado empresario prioriza su funcionamiento por
sobre su personal, aunque sabe (algo que ignoran las viejas
posiciones marxistas) que sin una fuerte dotación de capital humano
no puede sobrevivir en un mundo globalizado, competitivo y altamente
tecnificado. Lo único que sucede es que primero se arreglan los
números, después los papeles y al final el personal. Por ahora el
gobierno está arreglando los números, luego veremos.
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