Hace 15 años
pedíamos que se fueran todos, se hacían marchas, asambleas y
debates, pero al final nada cambió. Se fue la Alianza y vino Duhalde
que no tuvo mucho tiempo para nada y quizás haya evitado un colapso
económico y social. Lo cierto es que si lo hizo, el crédito se lo
llevó Néstor Kirchner. Estos a su ves degradaron sus propios logros
en la alternancia de Néstor y Cristina y luego en la sucesión
política que heredó Cristina. El cambio propuesto por Macri, no
llega y muchos piensan que no llegará.
Después de
tantas idas y vueltas ¿De quién es la culpa? ¿La culpa de los
problemas que tuvo la Alianza fue por los propios errores que cometió
o por la herencia del gobierno de Carlos Menem? Los problemas
económicos y sociales del abandono de la convertibilidad en 2002
¿Fueron culpa de Duhalde o de la herencia de la Alianza? ¿El ajuste
que aplicó Néstor Kirchner en 2003 fué por la herencia recibida o
por sus propias limitaciones?¿alcanza la crisis del 2001 para
justificar los errores que cometieron Néstor y Cristina Kirchner
durante 12 años de gobierno? ¿Los errores cometidos por el FPV
justifican los errores que cometió Macri?
De todas
estas preguntas es imposible extraer alguna certeza que afirme o
niegue los postulados implícitos en ellas. Por eso, es interesante
analizar las preguntas y no las respuestas, ya que esto puede aportar
algo mas interesante que si superamos como contestar a cada una de
esas preguntas.
Todos culpan
a su antecesor de la situación inicial de sus gobierno, algo que los
antecesores niegan fervorosamente. Pero un Estado es la suma de tres
poderes, pero ¿En cuanto cambió la composición de los dos poderes
restantes? y sobre todo ¿Cuantos de los funcionarios de carrera o
de última línea política cambiaron? Tomemos el ejemplo de las
políticas de seguridad, las cuales han fracasado en forma
sistemática en todo el período de análisis. Si bien cada gobierno
ha planteado políticas aparentemente distintas, y removieron algunos
funcionarios de carrera (comisarios, prefectos o comandantes), el 80%
del resto de ellos permaneció en sus cargos o en cargos similares.
Lo mismo ocurrió con los fiscales y jueces que permanecieron casi en
su totalidad, también los directores de las cárceles, los
responsables de los institutos de formación, los secretarios de los
jueces, los instructores de sumarios, etc. Incluso, muchos
responsables políticos de los gobiernos anteriores dejaron de formar
parte del poder ejecutivo y pasaron a formar parte del poder
legislativo y algunos del poder judicial.
Dejado esto
en claro, los acusados de los cometer los errores anteriores,
necesitaron la participación de muchos que forman parte del actual
gobierno (algo que se vienen repitiendo desde el retorno de la
democracia). Si bien los máximos exponentes del poder ejecutivo son
los responsables por la aplicación de las políticas de gobierno,
ellas se llevan a la práctica con la participación de una pléyade
de funcionarios que fueron parte de gobiernos anteriores y serán
parte de los futuros gobiernos. Esto que suele ser denominado como
burocracia estatal, es un elemento reactivo y conservador, que
garantiza la continuidad de la ineficacia que es lo único que, como
una constante atraviesa a todos los gobiernos en estos últimos 33
años de democracia.
Así que en
lugar de buscar la culpa, busquemos a los culpables, nos solo a los
máximos responsables de los errores cometidos, sino todos los
partícipes de dichos errores, hasta el último funcionario con
responsabilidad, y no solo a los miembros del poder ejecutivo, sino a
los del poder legislativo que no controlaron y a los del poder
judicial que no investigaron y sometieron a proceso. Si llegáramos
a hacerlo , veríamos que algunos copartícipes de los grandes
errores políticos del pasado, todavía hoy siguen siendo
funcionarios.
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