lunes, 27 de junio de 2016

Una pasión argentina

Resultado de imagen para dorian grayResultado de imagen para argentina vs chile



Después que el seleccionado de fútbol perdiera la final de la copa América con el seleccionado chileno, se desató la gran pasión argentina... hablar al pepe.. (escatologías aparte). Quien crea que el fútbol es la pasión argentina se equivoca, los argentinos ademas de ser inmaduros e inseguros, somos habladores seriales e incontinentes. Lo primero fruto de la falta de un modelo social que nos defina y por la gran variabilidad de tiene nuestra forma de vida, que oscila entre una dictadura (para quienes la vivimos y la sobrevivimos) y una democracia apática. En ese contexto hablamos de cualquier cosa somo si supiéramos, el fútbol en particular, pero no se agota allí, las infinitas posibilidades de opinar como experto de cosas sobre las cuales no tenemos la mayor idea.

Volvamos al fútbol, el día después de este y de cualquier partido, escuchamos críticas de gente que nunca jugó en serio al fútbol (salvo en un “picadito” de amigos, para “enseñar” a hijos, sobrinos o cualquier chico que tenga que sufrirlo), hablan como si fueran expertos periodistas (y no porque los periodistas sepan jugar al fútbol, sino por ver muchos partidos y en algunos casos estudiar el deporte), directores técnicos o analistas deportivos. Nunca se escucha “me parece a mi”, o “podría ser”, o “tal ves”, “quizás”, etc. siempre las cosas “son”, “fueron”, “se tiene que”, el uso del condicional desnuda la prepotencia de la opinión, algo reservado a quienes tienen verdadera autoridad para hablar del tema (los cuales la mayoría de las veces lo la ejercen).

¿Porque somos así (no me excluyo)?, ¿de donde sale esta arrogancia? ¿porque pretendemos saber de algo sobre lo que no tenemos el necesario conocimiento?. La primer respuesta que me formulo es a partir de definir al argentino medio como mediocre e inmaduro, así en ese imaginario personal donde nos negamos como fracasados (un mediocre es alguien que no pudo ser quién deseó ser), nos asumimos con una autoridad que no tenemos. Así alguien que no sabe nada de fútbol, habla como si fuera el mejor jugador, director técnico o periodista deportivo; lo mismo si hablamos de política, de salud, de seguridad, de lo que sea; siempre se habla con una autoridad que no se tiene.

Todos arman (armamos) el mejor equipo de fútbol, le decimos a un basketbolista como Ginóbili, como jugar, a un tenista como Del Potro como debe usar la raqueta, tenemos la solución a todos los problemas que enfrenta una gestión política, sabemos como ganar un partido, una elección y como curar una gripe. Pero, al final del día, nos ocurre lo mismo que con el retrato de Dorian Grey, el espejo nos devuelve la realidad, no jugamos decentemente al fútbol o a cualquier deporte, no tenemos si formación ni militancia política, y no somos médicos. De golpe vemos reflejado en el espejo nuestra mediocridad, y en lugar de asumir en forma madura nuestras limitaciones y construir una vida con ellas, actuamos como personas inmaduras, nos ponemos el disfraz de “opinólogo” y nos mentimos a nosotros mismos para ocultar nuestro fracaso personal.





No hay comentarios: