Según
narró Homero, cuando los griegos se dieron cuenta que a pesar de ir
ganando la pelea contra los troyanos el tiempo que les tomaría tomar
a la ciudad de Troya sería demasiado y podría inclinar la balanza
hacia los troyanos, decidieron a instancias de Ulises, simular que
abandonaban la batalla y dejaron un presente para los troyanos que
consistía en un caballo gigante, donde se escondieron en si interior
Ulises y algunos otros guerreros. Los troyanos que no advirtieron
esto entraron el caballo en la ciudad y festejaron su presunto
triunfo, pero fue ahí donde Ulises y los suyos salieron de su
escondite y abrieron las puertas de la ciudad amurallada para que
entraran los griegos que habían vuelto.
Sin
considerar que el cuento puede haber sido cierta o no, la enseñanza
de la narración de Homero apunta a no creer en triunfos que no se
consolidaron y a desconfiar de premios no se hayan ganado con
acciones propias. La similitud entre esta historia y el
“renunciamiento” a la candidatura presidencial de CFK son
evidentes y podemos hacer un análisis comparativo.
La
guerra, narrada por Homero, se desarrolló con acciones que si bien
favorecían a los griegos y alcanzaban para darle una victoria
definitiva y tomar a la ciudad de Troya. El escenario electoral
actual muestra a CFK con una ventaja numérica frente a Cambiemos y a
el peronismo federal, pero esa ventaja no le alcanza para consolidar
un triunfo en primera vuelta y menos aún en el ballotage electoral.
En
la Ilíada, los griegos simularon retirarse dejando el supuesto
triunfo en manos de los troyanos, lo cual fue aceptado por estos sin
analizar el porque de su retiro. CFK renuncia a su candidatura
presidencial dejando como candidato a Alberto Fernández, quien hasta
no hace mucho se manifestó crítico a la gestión presidencial de
Cristina e incluso trabajó con varios de sus adversarios políticos.
Esto dio centralidad a CFK quién por distintos motivos ha tenido un
protagonismo mediático en las últimas semanas aumentando el impacto
de su “renunciamiento” a la candidatura presidencial.
Cuando
los griegos simularon retirarse de Troya, no solo se alejaron, sino
que dejaron un trofeo para los troyanos que escondía a los soldados
que eliminarían las defensas de Troya y posibilitarían el triunfo
griego. CFK dejó como caballo de Troya, su candidatura a
vicepresidente. Dado que es su figura la que genera mayor oposición
al poner como candidato a Alberto Fernández (que incluso fue crítico
y opositor a ella) supone un abandono y reconocimiento de muchas
críticas que se formulan; esto podría predisponer a quienes votaron
a favor de Cambiemos en la segunda vuelta, sin coincidir
políticamente con Macri. Con esto se podría pensar en superar a
Cambiemos en la segunda vuelta, logrado esto solo faltaría que
Alberto Fernández renunciara a su cargo y CFK se convertiría en
presidente.
El
claro parangón entre la historia de la Guerra de Troya y esta
estrategia política solo requiere de la aceptación del
“renunciamiento” de CFK y del posterior renunciamiento del
electo presidente. La historia se repite siempre, cuando los pueblos
desconocen e ignoran su pasado.
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