domingo, 8 de septiembre de 2019

La esperanza de Cambiemos y el pensamiento mágico aplicado a la política


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Las paso que se realizaron en agosto pasado, dejaron algo en claro, las encuestas que realizan las principales empresas estaban equivocadas. Algo que se repite con bastante frecuencia en las últimas elecciones. Pero las PASO si son una encuesta con valores creíbles, aunque sus resultados puedan ser revertidos.
Los números fríos arrojan un total de votantes cercano a los 25 millones de ciudadanos, de los cuales casi 13 millones votó a la fórmula Fernández – Fernández, 8 millones a Macri – Pichetto, 2 millones a Lavagna – Urtubey y el resto se dividió entre distintas fuerzas políticas y el voto en blanco. Esto sugeriría un virtual triunfo de los Fernández en la próxima elección sin necesidad de ballotage, siempre que las condiciones no cambien, pero la conducta humana no se rige por las leyes de la estadística inferencial, y de esto se aferró un grupo de malabaristas numéricos que asesora al actual gobierno.
Estos numerólogos sugieren, por arte del birlibirloque, que el resultado de la elección de octubre podría no ser como muestran las PASO si:
  1. La cantidad de votantes llegara a 32 millones en función de antecedentes de elecciones anteriores que muestran una concurrencia de casi el 85%.
  2. Que el porcentaje de nuevos votantes que obtenga Fernández, sea mínimo no superando el 45% necesario para ganar en primera vuelta.
  3. Que muchos votantes ideológicamente afines al gobierno, que no los votaron en las PASO por el llamado “voto bronca”, vuelvan a votar a Macri.
  4. Que en el escenario de ballotage se repetirían los resultados obtenidos en 2015.

Si bien en términos generales esta proposición es probable, no tiene en cuenta dos factores que podrían invalidar la primer premisa del análisis numerológico: la primera es el efecto “voto a ganador” donde la gente vota a quien esta seguro que ganará para ser parte integrante del triunfo y la segunda es que nadie puede asegurar que los votos obtenidos por los Fernández sean su “techo” y no su “piso” como supone este análisis.
Así los mariscales de la derrota se reciclan como numerólogos y alimentan el pensamiento mágico de un posible triunfo basado ocultas metodologías pseudo científicas que ignoran la realidad política del país. Ignoran que quien ha sido la artífice de su derrota, es quien ellos sostuvieron como su principal opositor, manteniendo una grieta en la sociedad que ellos alimentaron pensando que los favorecería. Ignoran que la provincia de Buenos Aires debía ser ganada a toda costa, ya que la gobernadora Vidal jugaba su continuidad en primera vuelta y con un resultado favorable el territorio podía dividir su voto apoyado en municipios que ahora van a perder. Ignoran que les dieron protagonismo a funcionarios que tuvieron mala gestión haciendo partícipe al presidente Macri de sus fracasos, ya que no los removió (como ejemplo, y para no hablar de economía se puede nombrar a Aguad en defensa). Ignoraron que la política debe generar consensos para lograr la creación de políticas de estado, en lugar de esto fomentaron el ascenso de funcionarios que no desarrollaban tareas políticas, ignoraron a legisladores que hacían verdadera política y se aislaron en una espacio de irrealidad donde solo prevalecía “su verdad”.
Estos personajes son peores que muchos malos funcionarios de gobiernos anteriores, ya que se creen que están en lo cierto, que no son culpables de nada de lo que pasa y que solo ellos pueden solucionar los problemas que tiene el país.
Solo este “pensamiento mágico” puede explicar que crean que su fantasía numerológica es posible.





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