Las paso que se realizaron en agosto pasado, dejaron algo en claro, las encuestas que realizan las principales empresas estaban equivocadas. Algo que se repite con bastante frecuencia en las últimas elecciones. Pero las PASO si son una encuesta con valores creíbles, aunque sus resultados puedan ser revertidos.
Los
números fríos arrojan un total de votantes cercano a los 25
millones de ciudadanos, de los cuales casi 13 millones votó a la
fórmula Fernández – Fernández, 8 millones a Macri – Pichetto,
2 millones a Lavagna – Urtubey y el resto se dividió entre
distintas fuerzas políticas y el voto en blanco. Esto sugeriría un
virtual triunfo de los Fernández en la próxima elección sin
necesidad de ballotage, siempre que las condiciones no cambien, pero
la conducta humana no se rige por las leyes de la estadística
inferencial, y de esto se aferró un grupo de malabaristas numéricos
que asesora al actual gobierno.
Estos
numerólogos sugieren, por arte del birlibirloque, que el resultado
de la elección de octubre podría no ser como muestran las PASO si:
-
La cantidad de votantes llegara a 32 millones en función de antecedentes de elecciones anteriores que muestran una concurrencia de casi el 85%.
-
Que el porcentaje de nuevos votantes que obtenga Fernández, sea mínimo no superando el 45% necesario para ganar en primera vuelta.
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Que muchos votantes ideológicamente afines al gobierno, que no los votaron en las PASO por el llamado “voto bronca”, vuelvan a votar a Macri.
-
Que en el escenario de ballotage se repetirían los resultados obtenidos en 2015.
Si
bien en términos generales esta proposición es probable, no tiene
en cuenta dos factores que podrían invalidar la primer premisa del
análisis numerológico: la primera es el efecto “voto a ganador”
donde la gente vota a quien esta seguro que ganará para ser parte
integrante del triunfo y la segunda es que nadie puede asegurar que
los votos obtenidos por los Fernández sean su “techo” y no su
“piso” como supone este análisis.
Así
los mariscales de la derrota se reciclan como numerólogos y
alimentan el pensamiento mágico de un posible triunfo basado ocultas
metodologías pseudo científicas que ignoran la realidad política
del país. Ignoran que quien ha sido la artífice de su derrota, es
quien ellos sostuvieron como su principal opositor, manteniendo una
grieta en la sociedad que ellos alimentaron pensando que los
favorecería. Ignoran que la provincia de Buenos Aires debía ser
ganada a toda costa, ya que la gobernadora Vidal jugaba su
continuidad en primera vuelta y con
un resultado favorable el territorio podía dividir su voto apoyado
en municipios que ahora van a perder. Ignoran que les dieron
protagonismo a funcionarios que tuvieron mala gestión haciendo
partícipe al presidente Macri de sus fracasos, ya que no los removió
(como ejemplo, y para no hablar de economía se puede nombrar a Aguad
en defensa). Ignoraron que la política debe generar consensos para
lograr la creación de políticas de estado, en lugar de esto
fomentaron el ascenso de funcionarios que no desarrollaban tareas
políticas, ignoraron a legisladores que hacían verdadera
política
y
se aislaron en una espacio de irrealidad donde solo prevalecía “su
verdad”.
Estos
personajes son peores que muchos malos funcionarios de gobiernos
anteriores, ya que se creen que están en lo cierto, que no son
culpables de nada de lo que pasa y que solo ellos pueden solucionar
los problemas que tiene el país.
Solo
este “pensamiento mágico” puede explicar que crean que su
fantasía numerológica es posible.
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