jueves, 10 de abril de 2025

Crónica de un inundado, segunda parte.


 

Los problemas no empiezan solo cuando llega el agua, empiezan cuando se va. Cuando el agua de va, se toma real dimensión de lo que pasó, en un primer momento la adrenalina de la situación debe activar un modo supervivencia donde se ignoran o al menos no se le asigna importancia de lo que nos puede afectar la inundación mas tarde.      

Cuando el agua se va, uno empieza a recorrer su casa y toma conciencia de los daños que sufrió, los materiales, que son los que menos importan; y los vinculados con los afectos y recuerdos que conllevan. Uno sufre la pérdida de bienes que tenían el valor del esfuerzo que costo adquirirlos y de otros que representan momentos y recuerdos de hechos y personas cercanas a nuestros afectos. En ese momento empieza un “Triage” de: esto no esta afectado, esto puede recuperarse y esto hay que tirarlo porque no sirve mas. Ese proceso comienza esa misma tarde y los días siguientes donde las veredas se llenan de las objetos que cada vecino supone irrecuperable, pero con sorpresa se ve gente que recorre las calles buscando entre los objetos descartados algo que les sea de utilidad o que pueda suponer algún valor, me vino a la memoria, mientras veía personas revolviendo las pilas de objetos tirados en las veredas, la frase aquella de “la basura de uno es el tesoro de otro” y me dolió el alma,

Las perdidas pueden medirse en dinero, en comodidades que se deben resignar o en recuerdos que volvían al ver determinados objetos. Estos últimos son los que uno mas lamenta, dado que no aportaban comodidades no tenían mucho valor, de hechos la mayoría eran pequeños objetos, fotos o alguna prenda, pero son los que mas uno nota que no están. Pero, como dice la propaganda, para lo otro esta …. ? Quien está?. Está la familia, están los amigos, está la solidaridad de los vecinos y de mucha gente que dedico tiempo esfuerzo y recursos a ayudar, eso me confortó el espíritu, muchos aceptamos la ayuda que necesitábamos para limpiar, ordenar, tener un lugar donde ir a bañarnos  poder dormir sin olor a la humedad que se pegaba en la ropa. Hasta el clima ayudó y tuvimos una semana de sol y temperaturas agradables después del temporal para poder hacer las primera tareas de limpieza, porque las tareas siguen ya que las paredes tardas de 30 a 60 días en secarse, algunas viviendas han sufrido daños estructurales, daños importantes que suponen gastos todavía mas importantes.

Y llegamos al dinero, eso que necesitamos para comprar los bienes que perdimos y pagar las reparaciones que necesitan las viviendas, y aquí empiezan los problemas, aquí  aparece la política y aquí aparece la mezquindad de seguros, bancos y funcionarios, que contrastan con la generosidad de las personas y muchas instituciones de la sociedad.

Todos sabemos que los políticos se caracterizan por prometer y no cumplir. Pero hay que remarcar hechos que ponen de manifiesto la poca capacidad de los dirigentes políticos para hacer promesas que no se cumplen y les genera mas bronca por parte de la gente. El gobernador anunció una linea de crédito subsidiada de hasta 10 millones de pesos para las familias afectadas y destinó un monto de 10.000 millones para esos créditos. Ahora bien, la mitad de una población de 400.000 personas fue afectada, a un promedio de 4 personas por familia hay 50.000 potenciales solicitantes de ese crédito si dividimos los 10.000 millones por las 50.000 potenciales solicitudes, solo habría fondos para dar créditos de 200.000 pesos y no los 10 millones que anunciaron. Por eso al segundo día de haberse iniciado las solicitudes, los montos se redujeron a un máximo de 3.500.000 y había que cobrar sueldo en el Banco Provincia para acceder a ellos, no importó que fueras cliente del banco.  Si el gobernador no actuó de mala fe indudablemente no sabe de aritmética, también podemos pensar que tiró un número que impresionara sin importarle la situación de mucha gente que no quiere que le regalen nada, pero necesita un crédito accesible en las actuales circunstancias. Por el lado de Nación las cosas siguen peleadas con las matemáticas se anunció un fondo de  200.000 millones, para repartir entre los afectados, señalando que los desembolsos no reembolsables (lindo trabalenguas) serían de 2 y 3 millones de pesos por grupo familiar afectado , a un promedio de 2,5 millones por 50.000 afectados tendríamos un monto de 125.000 millones. Supongo que la diferencia va a contribuir al “restablecimiento del superávit fiscal”, o la motosierra también nos llegó a los inundados. 

Siguiendo los programas de beneficios que están anunciando, les propondría que el ARCA active las devoluciones de percepciones en Bahía Blanca, ya que a la fecha todavía no terminaron de devolver las percepciones de 2023. Les propondría que se cree un sistema de información sobre las coberturas de los seguros de vivienda, ya que la mayoría no cubre inundaciones, si siquiera como un porcentaje  de la póliza.                       

Hemos sufrido pérdidas materiales y afectivas, pero si cuando vamos a intentar recuperarnos, no podemos contar con los seguros que pagamos durante años, con algún crédito donde el Banco no gane (no digo que pierda) con el préstamo, o con subsidios que no sabemos para que se utilizarán. La ambición política y económica, lastima mas que el agua.

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