domingo, 19 de diciembre de 2010

Actualizando




Hace tiempo que otras ocupaciones más urgentes me alejaron de la obligación que me había impuesto de pensar y escribir sobre la política argentina. No dejé de leer e informarme de los hechos que fueron ocurriendo y así en una pausa de mis otras obligaciones trataré de actualizar mi opinión sobre los hechos que considero más importantes.
El primer hecho trascendente fue el de WikiLeaks: la fuga de información y su divulgación. Es innegable que el actual estado de los sistemas de comunicación impide guardar secretos, o aún más, impedir que estos se difundan. Si aceptamos esto, el hecho en sí no debería asombrarnos ya que en un volumen de información que circula por numerosos canales, la fuga es una realidad estadística, y lo que llama la atención sobre este caso, no es la fuga en sí, sino la reacción de los involucrados. La información divulgada no era desconocida por la mayoría de los actores de la política internacional, pero era “convenientemente olvidada”, de allí que su difusión pública resulte muy similar al caso del rey desnudo (aquel al que habían estafado diciendo que le harían un vestido magnífico al que los idiotas no podrían ver, todos los nobles enterados del caso alabaron al rey desnudo hasta que un niño gritó que el rey estaba desnudo). Así es que nadie se sorprendió con la difusión de los cables secretos, sino que se sorprendieron de que todo el mundo se entrara de los que ellos ya sabían y que no deseaban que nadie más supiera. Obviamente se castigó al mensajero, y el director de WikiLeaks fue acosado judicial y económicamente. Aquí se produce el hecho más llamativo, que fue la reacción de intelectuales y hackers. Los intelectuales se dividieron entre los que realmente son liberales y los que solo utilizan el liberalismo como argumento político. Los que realmente son liberales estuvieron a favor de lo hecho por WikiLeaks (merecería un capítulo aparte la nota de Mariano Grondona en La Nación, pero nobleza obliga a reconocer que reaccionó como un verdadero liberal y apoyó a Assange, cosa que no muchos de sus “colegas” hicieron) ya que los secretos sobre cuestiones de estado no integran el “corpus ideológico” del liberalismo. Lo más importante de todo esto, a mi criterio, fue la reacción de una cantidad importante de hackers nucleados en “Anonymous”, pues rompe la lógica personal de la mayoría de los hackers, que es ser un francotirador solitario equipado con un nivel de conocimientos superior a la media y una ideología anarco-tecno-individualista. La potencial capacidad de daño a las estructuras On-Line que podría tener este grupo, hace parecer a cualquier red terrorista como chicos de jardín de infantes.
El segundo hecho trascendente fue la toma de terrenos públicos, las protestas de los vecinos, la violencia que se desató y para variar los errores de los funcionarios públicos. Si empezamos por el principio debemos establecer que tanto el gobierno nacional como el gobierno porteño cometieron un error gruesísimo, desconocer la dinámica social de la exclusión o más precisamente desconocer que en la dimensión del fenómeno de la exclusión existen factores sociales, culturales y económicos que deben contemplarse para poder generar propuestas que permitan erradicar la exclusión. El hecho más importante que se ignoró es que dentro de la exclusión existe una economía de la marginalidad que hace que dentro de este ámbito de exclusión se produzcan estratificaciones sociales y económicas. Una categoría de esta estratificación lo da la posesión de viviendas en las villas de emergencia o asentamientos. El cambio que ha ocurrido dentro de la exclusión es la aparición de madres jefes de familia, que carecen de capacidad de ocupar y construir una “vivienda” en un asentamiento y recurren al “alquiler” como forma de solucionar su problema. Estas mujeres se sostienen mediante planes sociales, trabajos temporarios o prostitución, estos grupos familiares tienen cierta capacidad de pago, que es aprovechada por quienes tienen varias “viviendas” que alquilan. El otro factor concurrente es el agotamiento del espacio geográfico para construir nuevas “viviendas” o el costo de los materiales de construcción que requiere un núcleo habitable. Desconociendo esta realidad el gobierno porteño propuso estregar títulos de propiedad a los dueños de “viviendas” en esos asentamientos, pretendiendo que la dinámica del mercado inmobiliario eliminaría algunos asentamientos “poco Pro” como la villa 31, donde la valorización de los terrenos sumado a presiones de algunas mafias de la propia villa, terminaría convirtiéndola en otro Puerto Madero. Este error empujó a quienes no tenían posibilidad de disponer de una “vivienda” para ser legítimo propietario, a buscar un lugar que le permitiera acceder a la vivienda propia. A esto se sumó el interés de quienes hacían del “alquiler de viviendas” un “modus vivendi”, a ampliar su negocio y sumar más “propiedades” (familiares siempre hay para eso). Producido los hechos de apropiación, se produjo la reacción de los vecinos de esos espacios, que pertenecen a sectores donde la protesta con cacerolas no les va, sino mas bien los hechos directos. En el gobierno nacional alguien pensó que el lío que se estaba armando no tendría muchas consecuencias y que se llevaría puesto al gobierno porteño, también se equivocó y ese error costó vidas humanas. En síntesis la incapacidad de los funcionarios tanto los “pro”, como los “progre”, mostraron una vez más que sus errores los sufre el pueblo.
Como ven hay nuevos hechos, pero siempre sufren los mismos y son los mismos que se equivocan y se benefician.



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