lunes, 31 de enero de 2011

Rutas y Playas



Las vacaciones son ese espacio de tiempo donde se supone que la gente se olvida de todo y se desconecta de la realidad, pero a pesar de ello en mis breves vacaciones dos cosas alteraron mi determinación por “pensar en nada”. La primera de ellas la circulación en las rutas, y la segunda el estado de las playas donde se supone que la gente quiere descansar.

Vayamos a lo primero: el transito en las rutas. Conducir en rutas argentinas, que están concesionadas solo implica pagar peaje, que las rutas estén pintadas, los yuyos de la banquina más o menos cortados y que haya un teléfono de emergencia cada 3 Km o un #algo. Por lo demás, las rutas no tienen el ancho necesario, por no decir los carriles necesarios, quienes manejan no tienen una habilitación específica para manejar en ruta (los exámenes de conductor verifican que uno sepa estacionar, pero no evalúan como se maneja en la ciudad y mucho menos en ruta) y los controles que se realizan no logran ningún fin específico, salvo realizar algunas multas.

Veamos en detalle esos tres factores. La capacidad de las rutas, está en función de la densidad de tráfico y del tipo de vehículos que circulan por ella. El ancho de los vehículos determina el ancho de cada carril de circulación, si pasan camiones de alta capacidad el ancho que requieren el mayor que el que requiere un vehículo particular, lo mismo para el transporte de pasajeros de 2 pisos. Pero los anchos no se respetan, generándome una duda: es por imprevisión de quien diseño la ruta o por conveniencia de quien la construyó y no le dio el ancho que correspondía (10 cm de ancho sobre 100 Km son 10.000 metros cuadrados de pavimento). También pudiera ser que los trazados originales no hayan sido modificados por los funcionarios responsables del área teniendo en cuenta los cambios en los tipos de vehículos que circulan actualmente. A favor de esta hipótesis, puede observarse los carteles de velocidad máxima, que dependen del estado de la ruta y las características de los vehículos promedios, ya estas especificaciones están totalmente desactualizadas. La cantidad de carriles es otra característica que muestra la negligencia de los responsables de gestionar las rutas, tomemos por ejemplo la ruta nacional Nº 3 desde Buenos Aires a Bahía Blanca, circulan por ella más de 16 empresas de transporte que realizan desde 4 a 10 servicios diarios, mas de 30 empresas de logística, con al menos 2 servicios diarios, circula por este tramo toda la carga de cereal que se dirige al Puerto de Ing. White, es parte de la ruta turística del suroeste bonaerense con acceso a los las playas de Mar del Plata (desde el sur), Necochea, Claromecó, Reta, Marisol, Monte Hermoso y Pehuén Có. También sirve de acceso a las Sierras de Tandil y Sierra de la Ventana. Esa ruta tiene solamente 2 carriles, donde confluye el tráfico vehicular, turístico, de Colectivos de larga distancia, los servicios de Combi y transporte de Cargas, año a año se suman accidentes y víctimas fatales. La respuesta del estado es principalmente culpar a los conductores de imprudencia, lo que suele ser cierto pero no dice todo lo que realmente ocurre. Las rutas saturadas de vehículos generan caravanas que deben marchar a la velocidad de algún vehículo de marcha lenta: principalmente camiones, la impaciencia de quienes esperando viajar a una marcha de aproximadamente 100 km/h solo pueden viajar a 60 km/h hace que muchos conductores cometan imprudencias que suelen tener consecuencias fatales. Pero si la ruta tuviera al menos 3 carriles ida y 3 carriles vuelta, la cantidad de accidentes se reduciría notablemente, lo mismo que si los accesos desde rutas secundarias se hicieran mediante rotondas o accesos delta. Pero la responsabilidad de hacer esto es del estado.

Quienes conducen cargan con la mayoría de las culpas al momento de un accidente, pero esa persona tiene un carnet de conductor que habilita tanto para ciudad como para ruta, pero el examen práctico no contempla manejo en rutas. De hecho con solo saber estacionar puedo salir a una ruta y poner un vehículo a 100 km/h o más. Nadie controla el tiempo de viaje, ni siquiera cuando paso entre dos peajes, nadie controla que tenga la VTV al día. No hay registro de denuncias por manejo imprudente de particulares. En Bahía Blanca puedo ser multado por no tener colocado el cinturón de seguridad, pero puedo viajar a Buenos Aires por la ruta 3 sin que nadie me controle si lo llevo puesto o no. De paso, colocar cámaras en las rutas para control de tránsito no sería tan mala idea.

Los controles en las rutas están ausentes sin aviso, los puestos policiales de control se anuncian a kilómetros de distancia, no hay un registro de quienes viajan, no se controlan los tiempos de viaje, no se controla la VTV, salvo en mitad de la ruta cuando una familia lleva 200 o 300 km de viaje, controlar a la salida de las ciudades sería más provechoso, y sobre todo control las 24 hs no entre 8 y 12 o entre 16 y 20. Un vehículo que no está en condiciones es peligroso para quienes viajan en él y para el resto de quienes viajan en la misma ruta. Insisto que un buen sistema de información sobre quienes circulan en las rutas, controles en los puestos de peaje y a la salida de las grandes ciudades las 24 horas evitaría muchos accidentes. Pero esto requiere una decisión del poder político, que se preocupa más por contestar o responder a una agenda mediática que a definir políticas de estado, las casi 4 personas que mueren en promedio por día en las rutas argentinas no mueven la agenda mediática pero los 15 o 19 asesinatos cometidos por menores sí.

Por último el tema de las playas, acorraladas por la urbanización de las ciudades costeras que destruyen al ámbito natural, no solo por la construcción de murallones, edificios frente al mar caminos costeros, sino por la falta de control de cómo se accede a la playa y de las actividades que allí se realizan. La gente con sombrillas gritos, desechos plásticos genera perjuicio para el entorno natural acotado a la extensión urbana, pero la proliferación de vehículos 4x4 y cuatriciclos, extiende la porción de costa que se contamina por la presencia humana y se agrava por el vertido de pérdidas de estos vehículos, la destrucción de las características naturales del terreno costero por la gran circulación (se genera una compactación del suelo que altera los ritmos del natural movimiento de la arena). Los municipios no han legislado (o no quieren hacerlo por temor a perder visitantes) y tampoco ejercen un control sobre este recurso natural que se deteriora día a día con este uso y que difícilmente podamos mostrarle a nuestros nietos en todo su esplendor.

Créanme que quise descansar, pero para ello debería ser ciego.

lunes, 17 de enero de 2011

Bronca de la brava…



Así empezaba la Marcha de la Broca de Pedro y Pablo allá por los 70, que seguía con “bronca de la mía”, y hoy la bronca que tengo es mía. Por circunstancias fortuitas tuve que hacer cola para retirar mi sueldo de un cajero, al rayo del sol con 38 grados a la sombra. Alguien me diría que podía pasar en un momento más apropiado, pero resulta que vencían varios servicios, de esos que te cobran recargo y parecía que no era el único que debía retirar del susodicho cajero, porque la cola era más bien larga.

Para más datos Banco Nación, falta de billetes de 100 pesos, mucha gente con ganas de irse de vacaciones, de 3 cajeros solo en uno se podía retirar efectivo e instalaciones de cajeros recientemente remodeladas. Al rato de ponerme a la cola la cabeza de hervía por efecto del sol del mediodía, transpiraba como testigo falso y le bronca me subía desde los pies escaldados de calor hasta la garganta reseca (reconozco que un argentino previsor debería concurrir a estas colas con sombrilla, bebida y de paso algún bocadito… y me olvidaba algún Valium Extra Forte).

En medio del cuadro que trato de describir mi único entretenimiento era dar rienda suelta a mi bronca, empecé por putear al gobierno que no había previsto disponer la cantidad suficiente de billetes para abastecer la demanda de quienes esperaban salir de vacaciones, pagar cuentas atrasadas de fin de año y hasta intentar llegar a fin de mes, en el colmo de la desfachatez popular.

Cuando finalicé mi primera catarsis, recuperé la respiración y me ventilé la cabeza con unas boletas que tenía que ir a pagar, alguna neurona recuperada me incitó a pensar que en fin alguna culpa se cabía al gerente del Banco Nación sucursal Centro, ya que una sucursal donde se pagan sueldos estatales, planes sociales, empresas y varios particulares que por razones de desconfianza en banca privada, utilizan los servicios de bancos oficiales; se necesita una cantidad de cajeros proporcional a la cantidad de clientes que utilizan el servicio de los cajeros automáticos, como también pensar en la comodidad de quienes hacen cola para utilizar dichos cajeros.

En realidad la culpa de la insolación que avanzaba en mi cabeza no era responsabilidad del gobierno, era culpa del gerente que había privilegiado la estética del edificio por sobre la comodidad de los clientes. El efecto del sol volvió a hacer estragos en mi estado de ánimo así que volví con un nuevo ataque de descarga emotiva a putear, ahora contra el gerente de la sucursal centro del Banco Nación

Recuperado de mi segunda catarsis, abanicándome nueva e infructuosamente con las boletas a pagar, una nueva oleada de racionalidad me envolvió (a esta altura del relato debo aclarar que el término racionalidad es puramente retórico). Pensé que el gerente podía no saber que los clientes nos asábamos al sol del mediodía, que los cajeros no tenían efectivo para entregar a los clientes, ya que en definitiva el gerente debía ser un acomodado político, que con suerte había manejado una pizzería antes que algún amigo influyente le consiguiera este “curro”. Entonces, vi todo claro (recuerden lo de lo retórico) la culpa era de los empleados, que displicentemente no previeron la reposición de efectivo, ni avisaron a algún responsable para que modificara al disposición del acceso a los cajeros y se pudiera hacer cola en un lugar que no estuviera a pleno rayo de sol.

Esta vez mi bronca se desató más rápidamente que antes, las puteadas fueron desde el ordenanza del banco hasta el subgerente y sin olvidarme del sindicato, Zanola incluido. Así como se desató de rápido mi acceso de ira, así se calmó (dado la confusión que reinaba en mi cabeza producto del solazo, la estimación del tiempo podría ser algo confusa). La proximidad al cajero aceleraron mis pensamientos, pensé que podría pagar las cuentas por debito automático, que la mayoría de quienes me acompañaban en el calvario del mediodía frente a los cajeros del Banco Nación sucursal centro podía hacer lo mismo o que se podían ir de vacaciones pagando con debito automático. En realidad es la desconfianza generada en el pueblo contra los bancos a fuerza de devaluaciones, circular 1050, corralitos y otras yerbas; la causa de que la mayoría estemos asándonos al sol para extraer nuestros magros ingresos para hacer frente a nuestras obligaciones gastos.

Una sensación de desazón se apoderaba de mí a medida que me aproximaba al cajero automático. Nosotros mismos éramos la causa por la cual nos habíamos asado al sol. En tal estado de azoramiento e insolación pude acceder al cajero extraer mi sueldo, que casi me retiene la tarjeta porque la obnubilación que había generado el sol y mi bronca aplacada hizo que me equivocara el ingresar mi clave. Al final éramos nosotros los culpables, como lo decía página 12 y 678 en la televisión pública. De mi bronca solo me quedó la canción de Pedro y Pablo: “Bronca de la brava, de la mía, bronca que se puede recitar”.

domingo, 16 de enero de 2011

Vergüenza….




Había empezado escribir algo sobre la bronca cotidiana del argentino medio y también algo sobre la marcha de la economía, cuando cayeron en mis manos os resultados de la última evaluación PISA sobre educación que realiza la OCDE y realmente la performance de la educación argentina me dio vergüenza, como docente, como padre y como argentino.

El único legado válido del liberalismo argentino (si existe un liberalismo argentino) es la educación pública, gratuita, laica y obligatoria. Una educación que se convirtió en una característica destacable de nuestro país, con todas las críticas que le cabían al sistema educativo, nuestra educación aseguró durante mucho tiempo la movilidad social, permitió que hijos de inmigrantes absorbieran nuestra incipiente cultura, al decir de Don Arturo Jauretche, la patria se tragó gringos y escupió criollos.

Nuestro sistema educativo nos convertía en la envidia del resto de Latinoamérica, el argentino se distinguía por su educación (decir cultura es demasiado) fruto de ese sistema retrógrado, enciclopedista, autoritario y paternalista. Durante más de 90 años, la educación fue, a pesar de los vaivenes políticos, de los malos sueldos docentes, de la falta de recursos para educación y de funcionarios incapaces, la responsable de formar ciudadanos con conocimientos y capacidades para ascender socialmente y desarrollarse en la medida de sus capacidades y posibilidades.

Pero desde mediados de los setenta se inició un proceso de descomposición de la educación de gestión pública evidenciada en los resultados de esta evaluación.

A comienzos de los setenta el sistema educativo mantenía su función social y educativa, a pesar de problemas anacrónicos de arrastre, el peronismo generó un brusco cambio de la gestión de Taiana a la de la de Ivanissevich, donde una gestión progresista de la educación se reemplazó por un modelo autoritario y de derecha. Modelo que se continuó durante la dictadura militar.

Restablecida la democracia se convocó un congreso pedagógico que instauró un modelo educativo donde la forma de transmisión del conocimiento era más importante que el conocimiento a transmitir. Esto significó en la práctica que para un cargo de profesor de matemáticas, un profesor de geografía que tenía conocimientos de pedagogía era preferible (y elegible para el cargo de profesor de matemáticas) a un doctor en matemáticas, que no poseía conocimientos pedagógicos. Esto se complementó con el no reconocimiento de la antigüedad docente universitaria para cargos de enseñanza secundaria, desconociendo la trayectoria educativa de los docentes universitarios en la enseñanza secundaria.

En los 90 las políticas de corte neoliberal recortaron los presupuestos educativos y provincializaron la educación primaria y secundaria, terminaron con la educación técnica y fomentaron la enseñanza de gestión privada. Este modelo no ha sido alterado hasta el presente y cuenta con el apoyo de muchos gremios docentes.

Los resultados catastróficos de este modelo educativo se pusieron en evidencia en los exámenes de ingreso a las universidades, donde los porcentajes de desaprobados llegaron a un 50%. Las luchas estudiantiles que propugnaban un ingreso irrestricto perdieron sustento, ya que no se puede pedir un ingreso irrestricto para quienes no cuentan con los conocimientos necesarios para incorporarse a la educación superior.

Como la educación universitaria es autárquica y la educación secundaria es provincial, no hay una única conducción política de la educación, cada provincia tiene un modelo educativo que es, hasta formalmente diferente, no hay educación técnica que vincule la educación secundaria con carreras técnicas universitarias. Además, creo que las viejas de barrio norte no van a tocar las cacerolas por la falta de educación y la falta de seguridad frente al aumento de la delincuencia no ha reconocido todavía, que la pérdida de la educación pública es una de las causas.

Pero la caída del índice de educación de la evaluación PISA, que paso en los últimos 9 años de 420 a casi 350, muestra un deterioro que no se ha revertido, ni con aumentos salariales nominales (nunca suficientes pero están), si repartiendo netbooks, ni acordando políticamente con gremios docentes. Este deterioro es estructuralmente, causa del modelo educativo imperante desde hace más de 25 años, es además, la promesa incumplida de Alfonsín de educar con democracia, la mentira revelada de que el neoliberalismo podía hacer que reduciendo el presupuesto educativo y fomentando la educación privada, se educara mejor y es la falsedad descubierta de un progresismo que nada ha hecho por la educación.

Por eso siento vergüenza, por que más de un 15% de estudiantes secundarios no sabe interpretar el contenido de un texto breve (ellos tendrán la capacidad de discutir este artículo en pro o en contra); porque somos uno de los países que menos puntaje obtuvo de toda Latinoamérica (superando solo a Perú); porque nadie reclama por la educación que perdimos y que difícilmente recuperemos.

domingo, 2 de enero de 2011

Resumen político 2010



No pretendo mostrar nada más que mi visión de los hechos políticamente más relevantes del 2010 y por que los considero así. Como diría el ex árbitro de futbol Nimo: “al menos así lo veo yo”.

El año 2010 comienza sin las preocupaciones de un año no electoral y las expectativas de cómo se comportaría el congreso, dada su nueva composición, donde el oficialismo dejó de tener mayoría y pasó a ser la primera minoría. En esa pulseada por súper poderes, la presidencia del Banco Central, la composición de nuevas comisiones del congreso, el año comenzó con más expectativas que cambios. En síntesis, no pasó gran cosa y el tiempo mostró que la oposición no era un bloque político, sino varios partidos que se oponían al gobierno a pesar de las ilusiones que se hicieron muchos medios y opositores acérrimos del gobierno.

Se propuso el pago de la deuda al club de París utilizando reservas, pero la crisis internacional hiso más aconsejable una refinanciación, que en definitiva consolidaba la deuda con una nueva serie de obligaciones. La posibilidad de examinar una deuda declarada ilegal en varios fallos judiciales, parece que no importa, total la igualdad ante la ley se rige por el principio de Martín Fierro: “la justicia es telaraña que atrapa a la mosca chica, pero que rompe la mosca grande”.

La seguridad fue el caballito de batalla de la prensa opositora, y no porque no existiera, sino porque se la exageraba hasta límites rayanos en el amarillismo (lo que no les costaba mucho a varios medios). Obviamente que no se consideró, ni se considera que seguridad no es solo prevención del delito, es también seguridad vial, seguridad social, seguridad ambiental y sobre todo respuesta ante emergencias públicas.

Los temas medioambientales siguieron, siguieron ausentes de la agenda del gobierno. Salvo para acordar con representantes de mineras y petroleras. La palabra control no forma parte del vocabulario de los funcionarios del gobierno. Entre estas “perlitas ambientales” el fallo del tribunal de La Haya confirmó la ineptitud de los funcionarios responsables de defender los intereses argentinos, ya que este tribunal dictaminó que no se pudo probar la existencia de contaminación, ya que es de manual que estas plantas contaminan, y el alto tribunal no quiso pecar de ignorante. El fallo no fue mérito de la defensa de las empresas pasteras sino del cuerpo legal de representantes argentinos no tenía expertos en medioambiente, y llevó una postura destinada a reclamar por el incumplimiento del tratado del río Uruguay. Nada de demostrar la contaminación a que se somete y se someterá a los habitantes de ambas orillas del río.

La muerte de Néstor Kirchner, fue quizás, el hecho político más trascendente del año y condiciona, sin lugar a dudas, el futuro político argentino. Este hecho le proporcionó al gobierno de Cristina un apoyo popular que le permite enfrentar un horizonte futuro sin condicionamientos (salvo los que se imponga o acepte) y una base electoral frente a las próximas elecciones que la convierten en la candidata con mas chances para 2011.

Otro hecho trascendente, cronológicamente anterior al fallecimiento de Kirchner, es la violencia política con costo de vidas, algo que no había ocurrido desde que asumiera este gobierno en el 2003. Primero fue la muerte de Mariano Ferreira, cuando una patota sindical atacó a manifestantes de izquierda que reclamaban la incorporación de trabajadores tercerizados. Después fueron los okupas de Villa Soldati, cuando patotas de vecinos, sin control policial, quisieron echar a los ocupantes ilegales. Esta violencia llevó a la creación de un ministerio de seguridad y el cambió de responsable político de la policía federal, gendarmería y prefectura.

El 2011 con su carga electoral propone varios actores que seguramente ocuparán nuestro análisis político: Cristina será el eje sobre el cual girará el año electoral 2011, ya que si es candidata se convertirá en la que tiene más probabilidades de ganar la elección y si decide finalizar su ciclo político pondrá fin al proyecto iniciado por Néstor Kirchner en el 2003, ya que este proyecto tiene líderes pero no herederos. Scioli es otro personaje que sonará, por la imagen que generó, más que pos su gestión o sus cualidades. Moyano será un protagonista de la lucha interna por el poder en el PJ, si la justicia no lo encarcela como ya hiso con Zanola. Duhalde tendrá mucho que ver con muchas cosas que pasen, mas por astucia que por participación directa, pues muchos aduladores del gobierno lo elijen como blanco y caen en los gambitos políticos que Duhalde les propone, como hábil ajedrecista que es. Reuteman podrá ser noticia por como maneje sus dudas e indecisiones. Carrió por sus denuncias y acusaciones. Macri, porque extraña a su papá y quiere hacerse el hombrecito. Pino, por su coherencia. El pueblo por su ausencia.

¡¡¡Feliz 2011!!!, todo puede mejorar si nos lo proponemos y nos ponemos a trabajar.