domingo, 11 de enero de 2015

Terrorismo, Religión, Política y Negocios



Uno duda en escribir un análisis crítico cuando hechos trágicos han sensibilizado a la gente, sería como hacer una crítica a la intervención norteamericana en medio oriente después del atentado a las torres gemelas. Pero si queremos ser honestos debemos expresar nuestra opinión aunque moleste o sea inoportuno, sino caeríamos en una deshonestidad intelectual cercana a la hipocresía. En mi caso terminaba de redactar una artículo sobre la violencia, cuando ocurrió el atentado terrorista en París contra un grupo de periodistas.
El primer hecho a señalar es que la vida es lo mas importante, ya sea por cuestiones religiosas, morales o éticas; y cualquier hecho que cercene una vida es condenable, ya sea producto de un acto terrorista, de una guerra o del abandono de una persona. Pero cada muerte violenta, como consecuencia de un acto irracional ocurre en un contexto, que nos permite explicar el porqué, nos guste o no. Como señalé en mi anterior artículo, existe la violencia producto de un conflicto, donde quienes se enfrentan adoptan posturas a favor o en contra. Los grupos terroristas actúan planteando un conflicto que pretenden resolver por la eliminación de su opositor. Aquí es donde el contexto del atentado de París adquiere una dimensión relevante, los grupos terroristas adoptan como razón del conflicto el fundamentalismo religioso, justificándose en parte por el accionar de los países occidentales en la región de medio oriente.
Es importante este punto porque marca la diferencia con otros grupos terroristas que existen o existieron. En primer lugar este terrorismo, no reclama territorio, no invoca ninguna reivindicación política, social o económica (aunque estas existen, no forman parte de su doctrina), solo invoca un motivo religioso interpretado de modo parcial e irracional. Lo que origina y define la fundamentación del conflicto, es el motivo religioso y pretende abarcar a todo el Islam como parte del conflicto, así como el terrorismo que se fundamenta en reivindicaciones territoriales pretende abarcar a todo el territorio (la ETA es un ejemplo de esto). La diferencia es que el conflicto religioso no reconoce fronteras, así un enfrentamiento en una cueva de Afganistán, un atentado en un bazar de Iraq, un secuestro en África o el asesinato de periodistas en París, son parte de la misma forma violenta de llevar a cabo el conflicto; y prefiero no usar la palabra “guerra”, ya que esta supone una serie de consideraciones sobre la forma de su desarrollo que no se aplican en estos casos.
En segundo lugar, existe en todo grupo terrorista, la necesidad de justificarse e incorporar a quienes se mantienen al margen del conflicto, y aquí nuevamente existe una diferencia con otras formas de terrorismo dado que la naturaleza de la reivindicación que se plantea en el conflicto limita la incorporación de los que no intervienen, como ocurre en la reivindicación territorial (nadie imaginaría a un filipino adhiriendo a la ETA). Cualquiera puede convertirse al Islam, y por lo tanto nadie quedaría excluido. Lo mismo ocurre con su justificación, el hambre de un niño perteneciente a un grupo islamita africano es un motivo, la muerte de un inocente árabe por el ataque de un dron, las condiciones sociales de inmigrantes árabes en Europa, las intervenciones armadas en países de Medio Oriente (mas que nada por motivos económicos), y el reguero de pequeñas acciones de exclusión, racismo y desprecio que sufren personas que están vinculadas al Islam. Aquí podemos extendernos en dos aspectos: la reacción buscada y la causa del acto terrorista; ya que ambos se vinculan a su justificación. En cuanto a la reacción buscada puede ilustrarnos el libro de Fanon, “Los condenados de la Tierra”, donde plantea que la reacción a un acto de provocación generará la adhesión de quienes sufran dicha reacción injustamente (así los árabes atacados por grupos de extrema derecha en Francia, como respuesta a los atentados de París, se acerarían a los grupos fundamentalistas). También debe diferenciarse esto con la teoría el foco, ya que no se busca desencadenar un conflicto latente, sino ampliar un conflicto reducido. La causa del acto terrorista puede relacionarse con la anterior, ya que se busca generar una reacción desmedida o amedrentar a quienes pueden, potencialmente, generar una amenaza real o supuesta.
La tercer gran diferencia es la persona (el terrorista). Quien se incorpora a un grupo de este tipo mantiene una supuesta “racionalidad” sostenida por la interpretación de un conflicto y la reivindicación pretendida, eso mismo limita, en la mayoría de los casos, a quienes se incorporan. Pero, como señalamos, a naturaleza religiosa del conflicto solo limita quienes no están convertidos al Islam, y dado que cualquiera puede convertirse, nadie queda excluido. En cualquier otro grupo terrorista, el sacrificio de la propia vida suele ser una límite que la mayoría no cruza. En este conflicto, el terrorista acepta la propia inmolación como parte de su proceso de “conversión”, esto deja fuera de previsión muchas conductas racionales en los actos que estos terroristas cometan.
Se plantea así, un escenario donde pueden multiplicarse los actos terroristas, que pueden ser llevados a cabo por cualquier tipo de persona (algunas decapitaciones las realizaron ingleses de clase media convertidos al funamentalismo islámico), pretendiendo el amedrentamiento de algunos sectores (sobre todo intelectuales, humanistas, o religiosos que son quienes mas riesgo representan para sus posiciones radicales) y buscando reacciones que los justifiquen y generen adhesiones. También deberá tenerse presente que cualquier lugar del mundo podrá ser el escenario de una acto terrorista de este tipo.
El problema de este conflicto, e insisto nuevamente en no llamarlo “guerra”, ya que si así lo hiciera sería una victoria que pretende este fundamentalismo al reconocerse su status de combatiente; está en la dificultad que hallar una solución, ya que está en la propia naturaleza de un orden político y económico mundial que deshumaniza a las personas, profundiza las desigualdades, recurriendo a cualquier método para mantener un “status quo” donde el 20% de la población mundial consume el 50% de los recursos existentes. A ello contribuye la intransigencia de sectores religiosos que justifican reacciones desmedidas basadas en la intolerancia a creencias distintas.
A pesar de todo esto, la única solución posible al conflicto debe darse en un marco de tolerancia religiosa y respeto por los derechos humanos, sino solo justificaremos nuevos y peores conflictos.



1 comentario:

B Lorenzo dijo...

Sr Alejandro Molina. Soy un exiliado anticastrista en Miami.

Usted hace un exelente analisis sobre el tema del terrorismo, sus moviles y concecuencias. Solo quiero agregar que al tema religioso -el que esta matizado por el fanatismo en el caso de los terroristas islamicos- se agrega la confusion ideologica en que el mundo entero se encuentra inmerso hoy dia! Maxime cuando a vemos a los comunista ateomaterialistas anticristianos acerrimos, diciendo que Dios, que por Dios, que la iglesia, etc, etc. Sabemos que eso es para pulverizar la racionalidad