Uno duda en escribir un
análisis crítico cuando hechos trágicos han sensibilizado a la
gente, sería como hacer una crítica a la intervención
norteamericana en medio oriente después del atentado a las torres
gemelas. Pero si queremos ser honestos debemos expresar nuestra
opinión aunque moleste o sea inoportuno, sino caeríamos en una
deshonestidad intelectual cercana a la hipocresía. En mi caso
terminaba de redactar una artículo sobre la violencia, cuando
ocurrió el atentado terrorista en París contra un grupo de
periodistas.
El primer hecho a señalar
es que la vida es lo mas importante, ya sea por cuestiones
religiosas, morales o éticas; y cualquier hecho que cercene una vida
es condenable, ya sea producto de un acto terrorista, de una guerra o
del abandono de una persona. Pero cada muerte violenta, como
consecuencia de un acto irracional ocurre en un contexto, que nos
permite explicar el porqué, nos guste o no. Como señalé en mi
anterior artículo, existe la violencia producto de un conflicto,
donde quienes se enfrentan adoptan posturas a favor o en contra. Los
grupos terroristas actúan planteando un conflicto que pretenden
resolver por la eliminación de su opositor. Aquí es donde el
contexto del atentado de París adquiere una dimensión relevante,
los grupos terroristas adoptan como razón del conflicto el
fundamentalismo religioso, justificándose en parte por el accionar
de los países occidentales en la región de medio oriente.
Es importante este punto
porque marca la diferencia con otros grupos terroristas que existen o
existieron. En primer lugar este terrorismo, no reclama territorio,
no invoca ninguna reivindicación política, social o económica
(aunque estas existen, no forman parte de su doctrina), solo invoca
un motivo religioso interpretado de modo parcial e irracional. Lo que
origina y define la fundamentación del conflicto, es el motivo
religioso y pretende abarcar a todo el Islam como parte del
conflicto, así como el terrorismo que se fundamenta en
reivindicaciones territoriales pretende abarcar a todo el territorio
(la ETA es un ejemplo de esto). La diferencia es que el conflicto
religioso no reconoce fronteras, así un enfrentamiento en una cueva
de Afganistán, un atentado en un bazar de Iraq, un secuestro en
África o el asesinato de periodistas en París, son parte de la
misma forma violenta de llevar a cabo el conflicto; y prefiero no
usar la palabra “guerra”, ya que esta supone una serie de
consideraciones sobre la forma de su desarrollo que no se aplican en
estos casos.
En segundo lugar, existe
en todo grupo terrorista, la necesidad de justificarse e incorporar a
quienes se mantienen al margen del conflicto, y aquí nuevamente
existe una diferencia con otras formas de terrorismo dado que la
naturaleza de la reivindicación que se plantea en el conflicto
limita la incorporación de los que no intervienen, como ocurre en la
reivindicación territorial (nadie imaginaría a un filipino
adhiriendo a la ETA). Cualquiera puede convertirse al Islam, y por lo
tanto nadie quedaría excluido. Lo mismo ocurre con su justificación,
el hambre de un niño perteneciente a un grupo islamita africano es
un motivo, la muerte de un inocente árabe por el ataque de un dron,
las condiciones sociales de inmigrantes árabes en Europa, las
intervenciones armadas en países de Medio Oriente (mas que nada por
motivos económicos), y el reguero de pequeñas acciones de
exclusión, racismo y desprecio que sufren personas que están
vinculadas al Islam. Aquí podemos extendernos en dos aspectos: la
reacción buscada y la causa del acto terrorista; ya que ambos se
vinculan a su justificación. En cuanto a la reacción buscada puede
ilustrarnos el libro de Fanon, “Los condenados de la Tierra”,
donde plantea que la reacción a un acto de provocación generará la
adhesión de quienes sufran dicha reacción injustamente (así los
árabes atacados por grupos de extrema derecha en Francia, como
respuesta a los atentados de París, se acerarían a los grupos
fundamentalistas). También debe diferenciarse esto con la teoría el
foco, ya que no se busca desencadenar un conflicto latente, sino
ampliar un conflicto reducido. La causa del acto terrorista puede
relacionarse con la anterior, ya que se busca generar una reacción
desmedida o amedrentar a quienes pueden, potencialmente, generar una
amenaza real o supuesta.
La tercer gran diferencia
es la persona (el terrorista). Quien se incorpora a un grupo de este
tipo mantiene una supuesta “racionalidad” sostenida
por la interpretación de un conflicto y la reivindicación
pretendida, eso mismo limita, en la mayoría de los casos, a quienes
se incorporan. Pero, como señalamos, a naturaleza religiosa del
conflicto solo limita quienes no están convertidos al Islam, y dado
que cualquiera puede convertirse, nadie queda excluido. En cualquier
otro grupo terrorista, el sacrificio de la propia vida suele ser una
límite que la mayoría no cruza. En este conflicto, el terrorista
acepta la propia inmolación como parte de su proceso de
“conversión”, esto deja fuera de previsión muchas conductas
racionales en los actos que estos terroristas cometan.
Se plantea así, un
escenario donde pueden multiplicarse los actos terroristas, que
pueden ser llevados a cabo por cualquier tipo de persona (algunas
decapitaciones las realizaron ingleses de clase media convertidos al
funamentalismo islámico), pretendiendo el amedrentamiento de algunos
sectores (sobre todo intelectuales, humanistas, o religiosos que son
quienes mas riesgo representan para sus posiciones radicales) y
buscando reacciones que los justifiquen y generen adhesiones. También
deberá tenerse presente que cualquier lugar del mundo podrá ser el
escenario de una acto terrorista de este tipo.
El problema de este
conflicto, e insisto nuevamente en no llamarlo “guerra”, ya que
si así lo hiciera sería una victoria que pretende este
fundamentalismo al reconocerse su status de combatiente; está en la
dificultad que hallar una solución, ya que está en la propia
naturaleza de un orden político y económico mundial que deshumaniza
a las personas, profundiza las desigualdades, recurriendo a cualquier
método para mantener un “status quo” donde el 20% de la
población mundial consume el 50% de los recursos existentes. A ello
contribuye la intransigencia de sectores religiosos que justifican
reacciones desmedidas basadas en la intolerancia a creencias
distintas.
A pesar de todo esto, la
única solución posible al conflicto debe darse en un marco de
tolerancia religiosa y respeto por los derechos humanos, sino solo
justificaremos nuevos y peores conflictos.
1 comentario:
Sr Alejandro Molina. Soy un exiliado anticastrista en Miami.
Usted hace un exelente analisis sobre el tema del terrorismo, sus moviles y concecuencias. Solo quiero agregar que al tema religioso -el que esta matizado por el fanatismo en el caso de los terroristas islamicos- se agrega la confusion ideologica en que el mundo entero se encuentra inmerso hoy dia! Maxime cuando a vemos a los comunista ateomaterialistas anticristianos acerrimos, diciendo que Dios, que por Dios, que la iglesia, etc, etc. Sabemos que eso es para pulverizar la racionalidad
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