martes, 18 de agosto de 2015

Estragias Electorales

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Pasadas las PASO, los ahora candidatos, deben delinear su estrategia electoral. Pero el abanico de posibles estrategias se limitó, al menos si se desea tener éxito. Las paso limitaron las opciones electorales con posibilidades reales a 3 candidatos; Scioli (8,5 millones de votos, un 38% de los votos emitidos), Macri (6,5 millones de votos, un 30% de los votos emitidos) y Massa(4,5 millones de votos, un 20% de los votos emitidos); con lo cual se cumplió lo que la mayoría de las consultoras y analistas preveían. Lo que nadie previó fue la alta tasa de ausentismo (votaron 23 millones sobre un padrón de 32 millones, un 70%), motivado por condiciones climáticas en algunos casos, o desinterés en otros. El otro hecho a destacar es la gran cantidad de voto en blanco (casi 1 millón de votos, el 5% del padrón), tampoco previsto previamente. Estos hechos, sumados a los resultados electorales son la base sobre el que debería asentarse cualquier análisis estratégicos.

Comencemos por las posible estrategias que podría desarrollar el FPV, pero antes veamos cual es su situación en números y hechos. Si ajustamos el caudal electoral a los porcentajes de un ausentismo del 80% y un 3% de votos en blanco su nuevo porcentaje sería del 32%, para mantener el mismo porcentaje de las PASO debería obtener un millón y medio mas de votos y para obtener el 45%, casi 3 millones de votos mas, casi la totalidad de nuevos votos que podrían emitirse; de obtener un proporción similar de los nuevos votos a emitir, el nuevo porcentaje que obtendría sería del 37%. ¿Que posibilidades tiene Scioli de obtener esos nuevos votos? La mayoría de los votos en blanco y de ausentes que emitan un voto par el FPV corresponderán a quienes votaron así por desinterés, y como Scioli es uno de los candidatos que mas publicidad y campaña hizo, es poco probable que pueda captar a muchos de ellos a menos que genere un hecho político que llegue a estos votantes, El perfil del candidato y su estilo de campaña no lo muestran como proclive a este tipo de actitudes. Los votos no emitidos que no asistieron por problemas climáticos no parecen estar dentro de los votantes del FPV, ya que este contó con una capacidad logística suficiente para superar cualquier contingencia climática que impidiera a sus adherentes no asistir a votar.

¿Puede tener dificultades Scioli para mantener el caudal de votos logrados en las PASO? Este creo que es el verdadero problema que enfrenta el FPV, gran parte de su caudal electoral proviene de la provincia de Buenos Aires, y mas específicamente del acompañamiento de muchos políticos con poder territorial, estos, en muchos casos, han sido desplazados de sus pre candidaturas en internas donde enfrentaron a otros candidatos del FPV. Este desplazamiento de referentes históricos del pejotismo, puede activar un “voto bronca” contra Scioli, mas aún cuando algunos de estos referentes se pasaron del Massismo a FPV; sumado a esto, los pre candidatos que perdieron conservan representación deliberativa en sus distritos y el triunfo de los opositores al FPV les permitiría retener una cuota de poder hasta las próximas elecciones.

Un hecho adicional a tener en cuenta es la pobre gestión del gobierno de la provincia de Buenos Aires que se ha puesto en evidencia con las últimas inundaciones, ya que el viaje de Scioli a Italia no tendría mayor impacto si sus funcionarios hubieran reaccionado a tiempo y enfrentado el problema con soluciones rápidas y efectivas.

Scioli es el mejor posicionado para ser, en caso de que nadie logre la victoria en primera vuelta, uno que los que dispute el ballotage por la presidencia. Ante el escenario planteado, las estrategias tendrían que apuntar a consolidar el voto de sus actuales aliados territoriales, y tender puentes con Massa para que en caso de ir a un ballotage, cuente con el voto peronista, que no suele votar no peronistas. La principal fortaleza de Scioli es que no requiere de un trabajo en las bases para cambiar su voto, sino en afianzar las alianzas existentes y plantear una nueva alianza entre dirigentes, lo cual no es imposible, vistos los antecedentes de la actual dirigencia política.

Dentro del frente cambiemos, haciendo el mismo ajuste obtenemos que sobre el nuevo total el porcentaje obtenido representa el 25% del nuevo total, para obtener el 45% debería sumar 5 millones de votos, lo que supera la cantidad de nuevos votantes. Si nuevamente prorrateamos el porcentaje obtenido con los nuevos votos, estos representarían casi el 29% de nuevo total. Este espacio debe retener el voto radical de Saenz y Carrió y evitar el efecto “Lousteau” de fuga hacia el frente progresista, algo difícil de lograr con la pura intención de los dirigentes, ya que el votante medio de este sector, no responde a conductas verticalistas.

Aquí Macri puede captar a sectores rurales afectados por la reciente inundación y algunos sectores indiferentes del voto en blanco y el ausentismo, su capacidad de captación en estos sectores alcanzaría para cubrir su fuga de votantes radicales y darle solo algún pequeño margen de crecimiento, pero muy posiblemente el techo de Macri para las próximas elecciones sea de 8 millones de votos. El principal problema de Macri, en el escenario de un ballotage con Scioli, es que no captaría el total de los votos del sector de Massa (se podría hablar solo de un 50%) y tampoco atraería al total de los sectores progresistas o de izquierda.

En este escenario, las estrategias de Macri deberían enfocarse en lograr adhesiones para un eventual ballotage y retener el voto radical. Para ello no le sirven las alianzas con otros dirigentes, sino un trabajo enfocado en el votante, y su actual metodología de tocar timbres no le reditúa, ni en términos cuantitativos ni cualitativos (para ello solo hay que ver la escasa diferencia entre los votos a nivel nacional, provincial y municipal, donde salvo en algunos territorios con liderazgos previos, se manifiesta que no se ha logrado adhesión territorial), tampoco le reditúan las propagandas donde cambia su estilo personal de hacer política.

En el frente UNA, el candidato Massa se ha convertido en el gran elector, posee ya un caudal legislativo obtenido en las elecciones de 2013, y manteniendo su caudal de votos, se convertiría en una fuerza legislativa de peso para viabilizar cualquier iniciativa parlamentaria. Los 4,5 millones de votos obtenido lo alejan de ganar en primera vuelta en las próximas elecciones, su única posibilidad radica en una disminución del voto a Macri por el efecto “Lousteau”, la captura de votos provenientes de los no votantes en las PASO y la fuga de votos de algunos candidatos del FPV que perdieron en las PASO (en la jerga le llamábamos usar la ambulancia para recoger a los heridos de las internas). La fortaleza de Massa es que, si llegara a disputar el ballotage con Scioli, si tendría la mayoría del voto opositor y ganaría sin problemas. Su perspectiva en números es que, su proyección para las elecciones de octubre sería del 19%, para disputarle a Macri la opción de ser segundo, debería conseguir como mínimo 2 millones mas de votos, algo bastante improbable si no hay fuga de votos del FPV y de Cambiemos.

Para lograr la opción de tener el segundo lugar en octubre, Massa debería plantear una doble estrategia, una respecto a alianzas de dirigentes y otra respecto a los votantes. Respecto de los referentes territoriales que perdieron en su territorio, estos saben que la consolidación de los candidatos del FPV significaría el fin de su poder territorial, pero el encumbramiento de candidatos opositores le permitiría retener el espacio de poder que tienen negociando con Massa, quien puede ofrecer mas que lo que ofrecería el FPV (la principal fortaleza que obtuvo el FPV en votos es su principal debilidad en la negociación por detrás, ya que los compromisos con los candidatos instalados, limita lo que puede ofrecer, cosa que no limita a una tercer fuerza). De cara a los votantes Massa debería presentarse como la única opción que puede vencer al FPV en un ballotage (esto representa la opción inversa de la alquimia electoral que propuso Beatriz Sarlo, ya que Massa garantiza una victoria en ballotage y no Macri).

Es obvio que estas estrategias señaladas se rigen por ciertos principios lógicos que tienen porque ser compartidos por quienes manejan las campañas de los candidatos, tampoco afirmo que siguiendo estas estrategias se lograría cumplir los objetivos propuestos, ya que la mejor estrategia no garantiza el triunfo. Si se puede afirmar los contrario, que sería muy difícil que siguiendo estrategias muy distintas se logren los objetivos que hemos propuesto. De todos modos la política sigue siendo el arte de los posible, donde nunca se debe ignorar que existen alternativas que no por impensables no sean realizables.

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