Parafraseando
al tango, ya pasaron los primeros treinta días de gobierno de
Mauricio Macri, y verdaderamente no puede decirse nada definitivo
sobre su gobierno, ya que solo mostró algo de lo que será su futura
gestión.
En el primer
mes de gobierno, el presidente Macri cumplió algunas promesas de
campaña, no me atrevería a decir que fueron las mas importantes,
pero al menos recordó algo de lo que había prometido. Cosas
importantes para destacar de los primeros días de gestión, se
pueden dividir en positivas, negativas y varias que entraron en una
zona gris que no permite aseverar a ciencia cierta, si son positivas
o negativas. Pero antes de analizarlas debo aclarar mi posición, el
gobierno anterior tenía buen manejo político (en este caso “real
politik”, para los que entienden) y muy mala gestión; en
contraposición, Macri parece tener buena gestión pero mal manejo
político. Esto marca su inicio en la tarea presidencial.
Algunas
cosas positivas se encuadran en lo gestual: la creación de un
fideicomiso con sus bienes personales para no generar conflicto de
intereses entre su tarea como presidente y su manejo patrimonial; la
decisión de atenderse en hospitales públicos; tener como mascota un
perrito de la calle, y que este esté presente en su vida cotidiana;
las reunión con inmediata a su asunción con los líderes opositores
y los gobernadores; la visita antes y después de la campaña
presidencial a los Quom; donar su sueldo a la obra de Margarita
Barrientos; respetar la agenda de temas que propuso en la campaña;
otras cosas de su incipiente gestión todavía no pueden calificarse
como positivas, porque hay que esperar los resultados. Entre los
gestos negativos está el tomarse vacaciones, que aunque merecidas y
necesarias, se contrapuso con la conducta de sus ministros que
continuaron trabajando (creo que esto se lo debe haber criticado
hasta su padre).
Algunas
cosas negativas se encuadran en la falta de sentido político de las
medidas: la designación por decreto de jueces de la corte suprema,
cuando en su campaña habló de falta de institucionalidad del
anterior gobierno (el decreto no es el instrumento institucionalmente
correcto, aunque pueda ser legal); la derogación mediante decreto de
leyes establecidas (el AFSCA entre otras), por las mismas razones; la
mala comunicación de las razones que motivaron decisiones polémicas,
como el caso de la terminación de contratos de empleados públicos
realizados en los últimos días del anterior gobierno; muchas
medidas tomadas por sus colaboradores podrían haberse consensuado
antes de anunciarlas, esto hubiera generado menor resistencia a las
medidas.
Las medidas
grises se inscriben en decisiones que si bien pueden resultar
polémicas, sus resultados no están a la vista para decir si fueron
correctas o no. Las principales medidas grises son las económicas,
donde la primera de ellas, la unificación del valor del dólar llevó
a un precio del dólar mucho menor del que muchos pronosticaban; pero
no este valor no se ha estabilizado como para asegurar que puede
tomarse como valor de referencia, y solo el tiempo podrá darnos la
respuesta. Las medidas complementarias a la unificación del precio
del dólar, pueden ser mas polémicas, ya que la suba de las tasas de
interés buscan derivar fondos para que no presionen sobre el valor
del dólar; esto puede provocar que capitales golondrina cambien
dólares, los pongan a tasas mucho mayores que las internacionales, y
luego se lleven los dolares y sus dividendos. Si bien esto puede
aceparse en los coyuntural, no puede ser una medida que se mantenga
por mucho tiempo, como ocurrió en los gobiernos de Menem y De la
Rua. Respecto a la seguridad, no creo que la ministro Bulrich pueda
obtener buenos resultados, por aquella frase adjudicada a Einstein
“nadie obtiene un resultado distinto utilizando el mismo método”;
una mejor administración de las instituciones de la seguridad
pública no pueden revertir el fracaso que ya tuvieron esas mismas
instituciones (la fuga de la cárcel de 3 criminales y posterior
recaptura basta como ejemplo).
Otras
medidas de tipo polémico, no me interesan. Se puede citar los
problemas con el despido de periodistas (algo que es potestad de la
empresa que los contrata, porque estos periodistas tienen contratos,
no relación de dependencia); también se incluye al cese de
contratos transitorios, anulación de pases a planta permanente de
personal contratado, etc. lo cual constituyen medidas administrativas
(el contrato transitorio no obliga al contratante y el pase de una
persona a planta permanente debe cumplir ciertos requisitos).
Creo que en
este punto debo establecer como veo al gobierno de Macri. Este
gobierno prioriza la gestión por sobre la política (algo que
todavía puede cambiar, y espero que lo haga por el bien de todos),
designa funcionarios que en su mayoría, tienen capacidad técnica en
el área en que fueron designados, aunque muchos carecen de
experiencia en la política pública real (o “real politik”, como
me gusta llamarla) y esa carencia se empieza a notar. En la vida
privada un CEO tiene un poder que nadie discute y puede remover a
cualquier persona bajo su órbita, en el ámbito público, un
funcionario esta bajo el control de todo el mundo y solo tiene el
poder de remover a un reducido número de personas que conforman la
planta política de su área. Por ello sus decisiones requieren de
consensos mínimos y de la correcta evaluación de las capacidades de
las personas del área a su cargo. Tomemos el caso de la
vicepresidenta Michetti, consensua con los presidentes de los bloques
del senado, pide una auditoria y ella misma realiza una auditoria;
como consecuencia de ellos anula las recientes contrataciones de
personal. En contraposición desde cultura se toma una medida similar
en el Centro Cultural Kirchner, sin auditorias ni consensos y obtiene
un rechazo mayor que el generado en el senado.
También
merecería un párrafo la oposición que se divide en oposición
constructiva, principista e irracional. La oposición constructiva la
encarna Massa, Ortubey y otros dirigentes (principalmente peronistas)
que marcan sus diferencias, que ayudan en aquello que coinciden y
aportan sugerencias. La oposición principista mantiene su posición
contrario, no tienen actitud de colaboración, si coinciden con una
medida no la critican pero no la aplauden; pero cualquier medida en
la que no coinciden critican fuertemente (Stolvizer y la izquierda
principalmente). La oposición irracional es encarnada por el núcleo
duro del FPV, sobre todo sectores que no tienen representatividad
territorial, que critican todo en función de lo que suponen puede
pasar con cualquier medida. Es innegable que deberá producirse una
división en el peronismo, ya que tradicionalmente, los sectores con
representatividad territorial tienen visiones distintas de aquellos
que solo tienen representatividad nominal (los eligieron en función
de adherir a una agrupación o candidato), este es un proceso que se
ha dado históricamente en el PJ ya nada indica que no se repetirá.
El resto de la oposición navega entre una izquierda desunida (como
siempre) y un progresismo demasiado confundido.
Otro aspecto
que creo que debe establecerse, es que el gobierno no es lo opuesto a
las posiciones de las posiciones opositoras, esta es una reducción
maniquea, donde lo que no coincide se reduce a la lo opuesto a lo que
se piensa. Esto se ve en las suposiciones de muchos anti neo
liberales, que reducen cualquier medida de la oposición a ser
medidas neo liberales. En el caso de Macri, no lo veo ubicado en una
marcada posición neo liberal, si tomamos las 8 tendencias de
políticas económicas postuladas por Chang, vemos que Macri está
mas cerca de un neo desarrollismo. Para llegar a esa conclusión hay
que pensar por cuenta propia, y no solo repetir consignas, algo que
hoy hacen muchos compañeros que aprecio mucho.
Así,
podemos esperar que el pragmatismo que ha caracterizado a Macri lo
haga recapacitar y priorice mas a la política, sin descuidar la
gestión; de ser así podremos transitar una etapa de cambio positiva
para el país, de la cual el peronismo debe ser parte para ser una
opción en 2019.
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