lunes, 29 de junio de 2009

Ganaron los movimientos, perdieron los partidos


La elección de ayer, se ha leído desde distintas ópticas, los que ganan enfatizan los resultados y resaltan las cualidades que expusieron a consideración de los electores y los que pierden minimizan, o tratan de hacerlo, la expresión de los electores. Por ello, mi intención no es plantear un análisis que relacione votos y partidos políticos, sino tratar de relacionar la expresión electoral y las tendencias políticas de los movimientos populares.
Las contradicciones entre los formatos ideológicos convencionales “puros” y la conformación de los partidos políticos configuró una representación de las voluntades populares dividida por intereses, económicos, personales o coyunturales entre distintos partidos políticos. De allí, que si buscamos como se expresan estas voluntades mas allá de la conformación de estructuras políticas partidarias.
Si agrupamos a los partidos políticos en bloques, cambia el mapa de los resultados electorales, tomemos 3 bloques, un bloque que represente el movimiento peronista en todas sus expresiones, un bloque que agrupe el movimiento radical, republicano y cívico y un bloque que exprese las tendencias conservadoras y liberales. Estos tres bloques representan distintos desarrollos de las tendencias históricas que conformaron diferentes fuerzas políticas, que incluso incorporan tendencias más o menos progresistas, más o menos conservadoras e incluso distintos componentes liberales.
El movimiento conservador y liberal no contiene en su interior muchas expresiones ya que este movimiento se genera históricamente en una línea de pensamiento ligado a los intereses de los grupos económicos dominantes, que incluían a cierta oligarquía terrateniente y una burguesía comercial ligada a intereses extranjeros. Su expresión política se caracterizó por ser cambiante, ya que fue muchas veces a lo largo de su historia absorbida por distintas expresiones partidarias, e incluso por las expresiones políticas de los otros movimientos.
El movimiento radical contiene expresiones progresistas, intransigentes, principistas y republicanas, se configura a partir de las ideas de intransigencia en la defensa de principios institucionales republicanos, incluso por sobre los intereses populares y la independencia a cualquier subordinación de intereses internacionales. Distintas contradicciones históricas llevaron a que las dos expresiones políticas más significativas que son el partido radical y el partido socialista tengan y hayan tenido a lo largo de sus vidas divisiones y desmembramientos.
El movimiento peronista contiene expresiones progresistas, conservadoras y liberales, se configura a partir de la representación de ciertas ideas, que son: la defensa de la voluntad popular, incluso por sobre requerimientos institucionales, y la defensa del interés nacional en los campos económico y de política internacional. El partido justicialista ha sido históricamente la representación política del movimiento, pero su estructura burocrática, generó y genera permanentes diásporas de quienes no pueden expresarse dentro de los carriles institucionales. Estas expresiones marginadas, por distintos mecanismos que van desde el desconocimiento de la representación interna partidaria a la negativa a realizar elecciones e internas que revaliden las distintas expresiones internas partidarias. El desconocimiento de la dinámica de la representación de los deseos populares, llevan a la búsqueda, en compulsas electorales generales, de la representación que les niega dentro del Partido Justicialista, generando frentes electorales y partidos vecinales.
Estos movimientos se expresan con distinta intensidad en distintas épocas y en distintos espacios geográficos, dando el triunfo electoral a partidos políticos que encausan en forma mayoritaria a estos movimientos y llevando a la derrota a los partidos que dividen al movimiento que representan. El triunfo, el surgimiento o la caída de otras expresiones políticas, se originan por esta hipótesis, en la falta de representación que tienen los movimientos en los partidos que compiten electoralmente.
A la luz de estas hipótesis y proposiciones, la elección del 28 de junio de 2009 puede interpretarse, no como triunfos y derrotas de partidos políticos, sino como la manifestación de la intensidad de estos movimientos en distintos escenarios geográficos para las actuales circunstancias históricas.
En capital federal, siempre tuvo presencia significativa el movimiento conservador y liberal que fue expresado en esta ocasión por el PRO, el movimiento radical, tradicionalmente mayoritario y progresista, que siempre se expresó a través del radicalismo, no se encontró representado por la Coalición Cívica, y estos sectores en conjunto con gran parte del movimiento peronista, siempre minoritario, impulsaron a Proyecto Sur.
En la provincia de Buenos Aires el PJ no interpretó a todo el movimiento peronista, tradicionalmente mayoritario, permitiendo que el PRO lo expresara, como también lo hizo con el movimiento conservador y liberal y con sectores conservadores del movimiento radical. La Coalición Cívica no pudo expresar más que a una parte del movimiento radical y Sabattella logró representar a sectores progresistas disconformes y alcanzó una mínima representación.
Para no extenderme mas en este análisis, en la caso de Bahía Blanca, el movimiento peronista se dividió entre tres listas, lo mismo que el movimiento radical y el movimiento conservador liberal se dividió entre todas las anteriores como ha ocurrido tradicionalmente, esto arrojó porcentajes, que apenas rondaron el 20% para las tres listas con mayor porcentaje y del 10% para las tres siguientes.

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