Yo era de las personas
que tenía decidido mi voto, yo votaba en blanco, y creo que expliqué
en mi anterior artículo, el porque de mi primera intención de voto.
Sin volver a repetir las razones que fundamentaban mi voto, esa
intensión fue cambiada por la campaña de Scioli, así que gracias a
su intensa campaña el equipo publicitario de Scioli logró.... que
votara a Macri. No es un voto útil, no es un voto esperanzado por el
cambio, no es voto positivo e ideológico, es un voto bronca.
No es la bronca del
tilingo mediopelo que histeriquea con su gorilismo, ni es la bronca
de quienes no logran representar los legítimos intereses del pueblo
usando el eufemismo de “instituciones”, como si las instituciones
no estuvieran llenas de gente, tampoco al bronca sempiterna de una
supuesta clase superior (económica o intelectualmente hablando)
hacia todo lo popular, es una bronca contra aquellos que quieren
tomarme por estúpido. Vivo en Argentina desce hace cerca de 60 años,
viví los 70 cuando recién me crecía la barba, viví la mas feroz
dictadura que sufrió el pueblo argentino, viví el retorno
esperanzado de la democracia y su crisis económica, viví los 90 con
un resurgimiento fugaz de la economía y su posterior derrumbe, viví
el fracaso de la Alianza con de La Rua, la crisis del 2001, la
esperanza que prometía Néstor y la decepción de Cristina. Vivo en
la provincia de Buenos Aires donde Scioli gobierna hace 8 años, los
mismos que gobernó Macri la CABA.
Tengo también, la
costumbre de pensar por mi mismo, por eso me molesta que me digan que
tengo que hacer o me mientan, y eso hicieron en la campaña de
Scioli, Scioli nombró mas veces a Macri, que la propia campaña de
Macri. Ese, además de ser un error estratégico, irrita, me irrita.
Scioli es el producto de las ideas de Menem sobre el uso de
personajes mediáticos en política, algo que se reprodujo desde
entonces, en todos los gobiernos, ya sea como funcionarios,
adherentes o aplaudidores. Scioli tiene la peor gestión de gobierno
de la provincia de Buenos Aires que yo recuerde. Pero por sobre todo
Scioli representa la continuidad de los peor del PJ bonaerense,
políticos que perdieron su territorio, o su posible candidatura,
políticos que no deberían seguir vigentes en puestos de alguna
relevancia.
Así que mi bronca,
analizó a Scioli, que es un político de derecha, miantras que
Macri, es liberal (algo que los asesores de campaña de Scioli, se ve
que ignoran, o pretenden que ignoremos). En lo personal Macri es por
mucho mejor gestor de Scioli (aunque puede terminar diciendo lo mismo
que ese personaje histórico “El mal que hice lo hice bien, y el
bien que hice lo hice mal”). Tomando educación, Macri consensuó
con los gremios de CABA, mientras que Scioli mantuvo conflictos
permanentes durante toda su gestión. Macri, tuvo política social,
poca pero existió, mientras que Scioli desfinanció los planes
sociales, los hospitales y los comedores escolares (todavía hay
proveedores de estos sectores que no cobraron los bienes y servicios
facturados en 2014). Scioli generó la peor presión impositiva de
los últimos años en la provincia de Buenos Aires. El sistema de
ciencia y técnica de Bienos Aires CIC, prácticamente no incorpora
investigadores y hay atrazos en pagos a proveedores. Queda claro,
que como gestor Macri es mejor que Scioli.
Políticamente de Macri,
no me gusta nada, ni su formulación ni su estrategia, pero la tiene,
que no coincida o simplemente no me guste, no obsta que la tenga.
Scioli no tiene una formaulación política y mucho menos
estratégica, al menos que se considere política y estrategia un
conjunto de slogans formulados publicitariamente. Scioli, no fue un
dirigente kirchmerista, fue el felpudo de Néstor y Cristina, con lo
cual asociarse al proyecto de Nestro y Cristina, lo excede por mucho.
Se podría elaborar una
larga lista de razones, por la cual de los dos candidatos Macri es
preferible a Scioli, la que me decidió fue la bronca que me generó
que se me insultara la poca inteligencia que tengo, que me mintieran
en la cara, y no solo militantes políticos convencidos que respeto,
sino desubicados que se decían progresistas pero que pedían votar
por lo menos malo (Scioli, como si elegir verdugo fuera una opción
ética), y me criticaban porque quería votar el blanco, con los
mismos argumentos con que antes criticaban al gobierno.
Así que cambié mi voto,
no voté en blanco, voté a Macri (lo digo a las 11,30 del domingo
22, a 6 horas y media del cierre del comicio, para que no me tilden
de oportunista, si llegara a ganar Macri, algo que me tiene sin
cuidado), y cambié mi voto porque la campaña del sciolismo, me
terminó convenciendo que no debía votar a Scioli (algo de lo que
estaba convencido), y darlo mi voto a su opositor, porque Scioli es
peor gestor que Macri, porque Scioli es peor político que Macri (les
pido a quien no entienda esto que revise el capitulo uno de algun
libro de teoría política sobre la diferencia entre derecha y
liberalismo), y sobre todo porque pretendieron pensar por mi (algo
que hace naturalmente la derecha) y me mintieron descaradamente
(revisen en forma crítica si lo que Scioli promete hacer, lo realizó en
la provincia de Buenos Aires).
4 comentarios:
buenisimo, es lo mismo que yo pienso elegir lo mas coherente aunque no sea lo que queremos
A pesar de leer tu texto no entiendo por qué siendo tan ilustrado no pudiste ver a quien votabas.
No tengo tantos estudios, y prácticamente no participo en cuestiones políticas, porque generan muchas veces, broncas, discusiones estériles, y mayor ceguera a no querer ver lo que se tiene adelante. Mi experiencia me ha enseñado a desconfiar de las palabras y a detenerme en los hechos.
Y hoy con la represión de los trabajadores de Cresta Roja, mi experiencia confirmó mi intuición. No quiero con esto que voté al mejor, creo sinceramente que voté al mal menor.
Está bien. También voté por Macri, por razones muy distintas de las tuyas, que sería tedioso explicar. Hice campaña en el voluntariado, aunque mi primera intención era votar a Massa, quien igual se vio beneficiado con un gran caudal que demuestra que hay muchos peronismos posibles.
Es hora de empezar dejar en paz a nuestros próceres, y a entender que las viejas ideologías: izquierda/derecha, peronismo/antiperonismo, aliados/enemigos, es una lógica dialéctica pasada de moda.
Un profesor como vos, ingeniero y con gran conocimiento de informática seguramente sabe que las redes sociales cambiaron el mundo que conocimos.
Cristina Fernández consiguió terminar con el ciclo de antinomias, a fuerza de odiar y auspiciar el odio.
Hoy leí en el blog de Fontova (comandoamelia) que Cynthia García, se preguntaba llorando qué qué habían hecho... sinceramente, si tiene un par de días libres, le explicaría con gusto.
La causa de la derrota, la saben todos los que viajan por la carretera virtual: El peronismo agónico tenía que elegir entre Cristina o yo. Y gané yo, que soy una anónima por expresa orden de la lista negra que soporté durante décadas. Gané principalmente porque ella se creyó omnipotente y eligió con su dedo mágico a los peores candidatos de la historia (Aníbal Fernández, Zannini, Scioli, por no hablar de los adefesios que admitió recibir cuando Massa los expulsaba: Giustozzi, Mónica López, De Narváez, Roberti, el híbrido Cariglino.
Por eso, hace años que vengo diciendo que atravesamos la posmodernidad. Ahora es clarísimo que estamos en otra era. Bauticé a este impacto: transmodernidad.
Espero que nos guste formar parte de un mundo nuevo.
Lu
Coincido en mucho con tu comentario, aunque creo que la reducción ideológica a "lo que yo pienso y los que no piensan como yo", tiene raíces en la ignorancia, en no reconocer las diversidad de posición entre la que se encuentra mi posición. Si le sumamos a eso, que muchos atribuyen a otros que ellos mismos suponen que piensan, tenemos el delirio ideológico que inició el kirchnerismo y que se propaló a todas las otras fuerzas políticas, e incluso las líneas editoriales de muchos medios (oficialistas y anti).
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