Es
fin de año y las cosas se acumulan, uno no tiene ganas de seguir
trabajando y aumentan las ganas de tomarse unos días en la playa o
las montañas. En mi caso empecé este artículo varias veces y
siempre terminé pensando en otra cosa y así lo fui dejando hasta
que pensé que publicarlo en el día de los inocentes podría ser
malinterpretado. En fin, cuando termina el año las personas hacen un
balance de como les fue, que hicieron y que dejaron de hacer, que
cosas buenas y malas pasaron, y que habría que hacer el año
próximo. Un análisis político de un año de gestión del actual
gobierno no difiere mucho, que cosas hicieron y que no hicieron, como
reaccionaron ante distintos eventos y que puede esperarse para el año
próximo.
Que
hizo el gobierno, podemos dividir sus acciones en cosas que hizo bien
y cosas que hizo mal (Richelieu, por ejemplo, que decía que el bien
que hizo lo hizo mal y el mal que hizo lo hizo bien). Para no
generalizar dividamos los actos de gobierno en políticos,
económicos, sociales y culturales, así en lo político podemos
citar como positivo el diálogo con los gobernadores y la búsqueda
de consenso parlamentario (algo que no podría considerarse un
mérito, ya que el gobierno es minoría en ambas cámaras y sin
consensos previos no puede legislar); como negativo el empecinamiento
en que ciertas cosas se hagan de la manera en que el gobierno quiere,
así surgieron designaciones de jueces de la corte por decreto, los
aumentos de las tarifas de luz y gas, una reorganización del empleo
público de la mano de despidos rápidos y disculpas lentas, proyecto
de ganancias a contrapelo de los acuerdos previos y recortes en
Ciencia y Técnica; estas medidas erróneas obligaron al gobierno a
“recular en chancletas” como decíamos en mi barrio. Rescato como
positivo que no se insistió en el error y se negoció la salida de
estos errores. También se debe señalar que la mayoría de los
errores se sustentaron en una interpretación legal de las medidas,
interpretación que como todo hecho jurídico tiene dos
interpretaciones opuestas; sin embargo las medidas consensuadas
previamente no generaron conflictos.
También
desde el análisis político, el gobierno tuvo errores estratégicos
y el principal fue el abandono de la alianza parlamentaria con el
Frente Renovador. Una alianza política siempre tiene un costo
electoral, el gobierno repensó electoralmente su alianza con Massa
ya que este crecía en las encuestas a medida que daba votos y
correcciones en los proyectos de ley del gobierno. El sector en donde
Massa crecía restaba algunos votos a la alianza de Gobierno y el
radicalismo presente en Cambiemos propugnó por alejar a Massa y
buscar apoyo en sectores del peronismo opuestos al FPV. Este error
político se evidenció en la votación de las modificaciones del
impuesto a las ganancias, donde el Frente Renovador votó por el
proyecto del FPV en lugar del proyecto de gobierno. El error se
aumentó al atacar a Massa y ubicarlo como líder de la oposición al
gobierno, lo que le permitió a Massa posicionarse como candidato
para liderar al Partido Justicialista sin haber hecho mada al
respecto. Pero esto también plantea un problema electoral, ya que si
Massa logra aglutinar solo una parte del PJ su caudal electoral lo
convertiría en ganador de las próximas elecciones, lograría
presencia en el senado y un mayor número de legisladores en
Diputados y en legisladores de la Provincia de Buenos Aires. Así,
por pensar electoralmente se debilitaron políticamente al perder un
apoyo clave para lograr mayorías en diputados y ubicaron a Massa en
una mejor situación electoral con vista a las próximas elecciones.
Otro
error político fue el proyecto de reforma electoral, donde el
gobierno se aferró hasta último momento a una opción tecnológica
cuestionable y no negoció opciones mas viables, el gobierno no dio
el debate tecnológico adecuado, subestimando la opinión que muchos
dimos en las exposiciones en la Comisión de Asuntos constitucionales
de la Cámara de Diputados. Así, tanto en redes sociales como en
medios audiovisuales cobraron relevancia opiniones de “consultores”
sin muchos pergaminos o inverbes fogoneros políticos, en lugar de
verdaderos expertos como el director de informática de la UNLP,
donde se utiliza el voto electrónico. También hicimos un aporte
desde la Red Ser Fiscal escribiendo un libro sobre voto electrónico,
pero no fuimos consultados por los medios y fuimos defenestrados en
las redes por twiteros y blogeros anti voto electrónico. Se formó
así, una base de “duda razonable” sobre el proyecto que permitió
justificar el no tratamiento del proyecto de ley (hay que considerar
que el Frente Renovador sufrió ya el robo de votos por parte del FPV
y podría seguir sufriéndolo en las próximas elecciones, la
izquierda como siempre no entiende nada pero vota en contra y el PJ
es el beneficiario natural del fraude electoral, ademas de contar con
feudos provinciales sustentados electoralmente de ese modo)
En
lo económico, el gobierno tuvo como aciertos iniciales como una
rápida cancelación del juicio de los Holdouts y la salida del cepo
cambiario. La política de retracción del circulante mediante una
tasa de casi el 30%, logró controlar el precio del dólar pero
desalentó la inversión de sectores medios que enfrentó costos
financieros, laborales y tributarios restringían los margenes de
ganancia valores inferiores a la tasa de interés, con lo cual
colocar capital a interés resultaba mas beneficioso que hacer una
inversión productiva. Los grandes grupos económicos apoyaron al
gobierno con alabanzas y elogios, pero de inversiones nada. La obra
pública fue mas anunciada que ejecutada, prueba de ello los
indicadores de ocupación en la UOCRA y la venta de cemento. El
empleo cayó, la producción industrial cayó, el desempleo aumentó,
el consumo cayó (mas por expectativas que por falta de dinero, como
lo probó los volúmenes de ventas en las promociones tipo “black
Friday” y el turismo de los fines de semana largos) y los indices
de inflación promedio bajaron (lo cual es lógico, ya que en una
economía con caída de actividad no hay margen para grandes aumentos
de precios). La única buena noticia que puede dar el gobierno es que
con indicadores que han caído tanto y algo de inversión, estos
indicadores solo pueden mejorar; aunque la gente no note la
diferencia hasta que la variación de los indicadores sea
significativa.
La
estrategia económica del gobierno de mantener el gasto social
(política de subsidios, reparación histórica a jubilados,
universalización de la asistencia social), apoyar la gobernabilidad
con mayor distribución de los ingresos tributarios (sobre todo para
lograr apoyo de los gobernadores en el Senado) y sostener el costo de
la burocracia estatal, se ha realizado a costa de un aumento en el
déficit fiscal, el cual se financia con endeudamiento externo. Este
endeudamiento se verá dificultado en 2017 por las posibles medidas
económicas que adopte EEUU con su nuevo gobierno y además pone una
“espada de Damócles” en el crecimiento económico del país.
Solo
el crecimiento de las inversiones productivas podrá generar un
aumento de la actividad económica que genere empleo, impulse el
consumo y aumente la productividad. Pero las inversiones externas
esperan para ver si el gobierno puede garantizar una mínima
estabilidad política, jurídica, social y económica; y las
inversiones internas están muy condicionada con las estructuras de
costos, la carga impositiva y laboral y la falta de infraestructura.
Como ejemplo podemos ponernos en lugar de un inversor que quiera
poner una fábrica, que requiera un suministro de energía
importante; si este inversor ve que el gobierno no puede garantizar
el suministro domiciliario de energía ¿que garantía tiene para su
propio consumo?. Así el panorama del crecimiento económico, esta
marcado mas por expectativas que por un conjunto de futuros eventos
conducentes a ese crecimiento.
Desde
el punto de vista social, no se aprecian mejoras significativas
respecto a la situación anterior en cuanto a la pobreza, la
exclusión y la marginalidad. La minoridad no cuenta con planes que
cambien significativamente el futuro de la situación actual. El
sector de la tercera edad ha recibido reparaciones económicas que a
pesar de su significado, no cambian la realidad de los jubilados y
pensionados (con cerca de $ 5.000 de ingreso, como hace para vivir
una persona hoy en día); además en este sector se suma los
problemas del PAMI que si bien debe reconocerse que fue muy mal
administrado (podemos decir a ciencia cierta que hubo mas robo que
mala administración), la actual administración no ha solucionado
los problemas de mala o nula atención de sus afiliados, la falta de
servicio por mora a los proveedores, etc.
La
violencia es el fenómeno que mas abunda en todos los niveles de la
vida social del país, en los espectáculos deportivos, en cualquier
incidente de tránsito, y en general ante cualquier tipo de disputa
por motivos pueriles, donde el nivel de violencia llegó a producir
homicidios. En particular la violencia de género y la proveniente de
las “hinchadas de fútbol”, han llegado a límites nunca antes
alcanzados, mezclándose indolencia en el accionar policial y cuando
no, complicidades. El avance del narcotráfico es quizás el mayor
problema social, en donde no se han registrados logros
significativos, e incluso no se ve ningún accionar que permita ver
futuros resultados, mas bien se percibe una creciente inacción.
La
delincuencia en palmaria convivencia con policías corruptos de todos
los niveles, ha aumentado, han crecido numéricamente el número de
homicidios, las fuerzas policiales naturales (las policías con
jurisdicción territorial) no parecen capaces de controlar el delito
y se recurre a fuerzas de seguridad cuya misión no es la específica
de las policías territoriales y deben descuidar sus funciones
primarias. Situación que plantea una continuidad con el accionar del
anterior gobierno, quizás con pequeños matices y menor grado de
corrupción.
La
seguridad ambiental brilla por su ausencia, sin mencionar que el
titular del área carece por competo de idoneidad en el tema, el
sistema nacional de emergencias parece que delega en los cuerpos
provinciales tareas como el control de incendios y la atención de
catástrofes. La reglamentación de leyes ambientales sigue sin
producirse. Claramente en este área, se continuó la inacción
gubernamental del gobierno anterior.
El
sistema de salud pública no ha repuntado como era de esperar, desde
el ministerio no se formuló políticas públicas de salud. Solo se
percibió una continuidad de los planes en marcha, los refuerzos de
partidas permitieron disponer de los insumos básicos, pero las
carencias de personal médico, de enfermeros calificados, la misma
falta de infraestructura edilicia y tecnológica que signó al
anterior gobierno, continuó en este año.
En
cuanto al plano cultural, solo se exhibió cierta gestión coherente
en el área de medios de comunicación estatal, pequeños conflictos
mediante. De todos modos no hay un nuevo proyecto en marcha, solo una
mejor administración de todo lo anterior, un criterio menos parcial
en los contenidos y protagonistas (no del todo), un cuidado excesivo
de lo políticamente correcto y una sutil autorreferencia.
Incluí
al sistema educativo como parte del plano cultural, ya que la
educación es la base de la identidad cultural de un país (o una
Nación, o un pueblo); aquí los responsables a distinto nivel solo
anunciaron medidas sin formular un plan educativo, solo buenas
intenciones (aquí también políticamente correctas) ó medidas,
pero no se concretó nada tangible, sobre todo teniendo en cuenta la
profunda crisis que padece la educación. Aquí hay que reflexionar
un momento, ya que la degradación del sistema educativo se produjo
gradualmente desde el nivel pre-escolar, primario, secundario,
terciario y universitario, cada nivel fue sufriendo una degradación
reciente producto de las falencias de los niveles anteriores hasta
llegar al nivel universitario donde existe una enorme la brecha entre
los conocimientos requeridos para transitar una carrera universitaria
y los niveles de conocimientos actuales. El problema se agrava
constantemente pues del sistema terciario y universitario se
realimentan sobre estos niveles y el nivel secundario. Aquí la mayor
falencia del gobierno es no reconocer que se debe trabajar en un plan
de contingencia y un plan de largo plazo. En la contingencia habría,
por ejemplo, que universalizar el CBC universitario y extenderlo a
los niveles secundarios y terciarios, ya que es preferible perder un
año o dos y no una generación; estos CBC no solo deberían trabajar
para nivelar los conocimientos requeridos en el nivel al cual
pretenden acceder, sino para formar hábitos y conductas de estudio
necesarias. Mas allá de esto, no se ha definido una política de
educación con objetivos y metas, política que debería partir de
acuerdos parlamentarios que la conviertan en una política de estado.
También
es necesario lograr consensos que cambien ciertas pautas de conducta
social que conducen a desvíos antisociales como la xenofobia, la
homofobia, la intolerancia religiosa, la segregación social, etc.
Estas pautas deberían regular contenidos de los medios de
comunicación, donde estas y otras conductas patológicas son
aceptadas o peor aún exaltadas.
Creo
que poco deje fuera del análisis descriptivo, o al menos nada que
impida hacer un análisis crítico de este año de gobierno donde se
vio poco de cambio y mucho de diálogo, como crítica y halago a la
gestión de Macri.
En
lo particular, creo que el perfil “ceocrático” de la gestión de
gobierno no logró los resultados esperados en cuanto a la eficacia
de la gestión, y una de las causas (sino la principal) es el sistema
de incentivos que se tiene en una empresa y que no se tiene en las
áreas de gobierno. En el estado, los funcionarios políticos de
segundo y tercer nivel no son mayoritariamente designados por la
primera línea de funcionarios a cargo, y suelen responder a
intereses diversos, careciendo muchos de ellos de las competencias e
idoneidad requeridas para el desempeño de sus funciones; los
empleados de planta permanente no tienen incentivos por mejorar o
realizar bien su tarea, ya que gozan de estabilidad laboral. Así, un
gran CEO rodeado de funcionarios que no comparten su forma de trabajo
y empleados que no tienen siquiera el temor a perder su empleo,
carece del mismo entorno en el cual ha demostrado ser exitoso.
También
dentro de las conductas perniciosas del gobierno estuvo el negar su
naturaleza tecnocrática, ya que muchos funcionarios intentaron
convertirse en políticos sin tener las aptitudes, el conocimiento y
la experiencia para ello. Hay formas de actuar que está en la
genética de un ingeniero, y Macri como algunos de sus ministros lo
son, pero tratan de comportarse como políticos y los resultados que
obtienen no son los que hubieran logrado si hubieran utilizado un
criterio ingenieril.
En
esta gestión también se aprecia la ineficacia de los cuadros
políticos de segundo y tercer nivel (cuando no del primer nivel), en
parte por la carencia de la cantidad suficiente de cuadros técnicos
del PRO, en parte por la necesidad de retribuir apoyos políticos
cediendo áreas de gobierno a sus aliados y en parte por errores en
las designaciones realizadas por las primeras líneas políticas.
Esto tira para abajo cualquier avance que pretendan realizar e iguala
la mecánica de la gestión con los gobiernos anteriores. Aquí se
aplica la regla que dice que no puede obtenerse resultados distintos
con el mismo método.
Algo
que se aprecia en los funcionarios y legisladores de este gobierno,
es el convencimiento de que todo lo que hacen está bien, aún cuando
se equivocan y tienen que rectificarse. Peor aún, los responsables
del error no lo asumen y tampoco reciben una sanción que envíe
signos a otros funcionarios o legisladores sobre los costos de las
equivocaciones.
En
síntesis, el año de gestión no deja un saldo positivo, se lograron
algunas cosas, se tardó muchísimo en re-ordenar la actual gestión
a partir de la herencia de la anterior gestión y, no se cuenta con
funcionarios competentes que muchas áreas (sobre todo en los niveles
políticos inferiores). Se generaron conflictos innecesarios, se
tomaron males decisiones políticas, se postergaron muchas medidas
necesarias, se actúo con una “exagerada corrección política” y
no se aplicaron criterio técnicos en muchas decisiones. Por ello si
tuviera que calificar el año de este gobierno, le pondría un
suficiente en el aspecto político, pero como ingeniero al presidente
Macri lo haría volver a rendir a ver si mejora.
Creo
que resumí lo mas importante de la gestión política de este año e
hice un balance de ella, faltaría habar de la esperanza, pero la
esperanza es lo último que se pierde así que: FELIZ 2017!!!!