Ya lo dije en mi artículo anterior, las políticas de seguridad no están funcionando, no por errores de gestión sino por la política que se aplica en este área. Un listado de mis diferencias con las políticas que veo, se están aplicando son:
- La utilización de un concepto de seguridad restringido a la prevención y represión del delito.
- La utilización de las instituciones policíacas y de seguridad existentes, como instrumentos de aplicación de las políticas de seguridad.
- La pretensión de re encausar instituciones con altos índices de corrupción y la complicidad con el delito, utilizando a las mismas personas.
- La consideración de los hechos que afectan la seguridad como fenómenos estáticos y aislados, cuando la evidencia empírica los muestra como dinámicos y con muchas vinculaciones.
- La no utilización de tecnología como parte del proceso de re estructuración institucional de las fuerzas de seguridad, y si para para cubrir las falencias operativas.
Paso a
detallar el porque de mis diferencias, la primera surge sobre la
consideración misma del concepto de seguridad, algo que se ve
restringido solo al tema de delito, lo cual si bien es un gran
problema, no puede aislarse de otros aspectos de la seguridad tomada
en un sentido mas amplio. Ya he propuesto una definición del
concepto de seguridad en mi libro “La seguridad desde la óptica de
las instituciones”
(http://www.amazon.ca/Seguridad-Desde-Optica-Las-Instituciones/dp/3847358634),
como: “toda acción tomada para preservar la vida, la integridad y
los bienes de las personas”. De ello surge que el delito se
incluye, pero no exclusivamente en la definición de seguridad. Me
permito dar un ejemplo, el transito ocasiona mas muertes, lesiones y
posiblemente mas daño de bienes que los delitos violentos. Si bien
podría desvincularse al tránsito de las políticas de prevención
del delito, el control de vehículos y personas en la rutas,
permitiría controlar si circulan a una velocidad excesiva y también
que el vehículo no tiene orden de secuestro o se lo vincula a algún
presunto delito, lo mismo que las personas que viajan en él.
Las
instituciones que ejercen el poder de policía del estado están
atravesadas por corrupción, complicidad con el delito, abuso de
autoridad e incompetencia; también es cierto que no pude
prescindirse de dichas instituciones para formular una política de
seguridad. Por ello es necesario una reforma profunda de las
instituciones y no solo medidas de orden organizacional o
administrativo, es necesario reformular los roles de las personas en
las instituciones, definir procedimientos que garanticen al personal
su accionar en el marco del estado de derecho. Por ejemplo el uso de
fuerza letal, un efectivo policial que en uso de sus facultades se
enfrenta a un delincuente y lo mata, sufre un proceso de
investigación largo e incierto; de contar con un procedimiento al
cual se ciña al usar fuerza letal, el proceso de investigación
podría ser sumario, sin afectar al efectivo y no generar en la
fuerza la idea que es preferible no enfrentar a un delincuente antes
que ser sumariado e investigado por un largo período de tiempo con
perdida de salario y beneficios. Del mismo modo cualquier efectivo al
que se le pruebe complicidad con cualquier delito debería enfrentar
una condena de al menos el tres veces la prevista por el delito del
cual fue cómplice.
También
debe incluirse en las instituciones involucradas con la seguridad a
los organismos judiciales donde pareciera que el solo hecho de tener
un título de abogado habilita una persona para investigar cualquier
delito. Así como se pretende que un policía tenga un muy buen nivel
de instrucción, se debería exigir que el cuerpo de fiscales tenga
una especialización de grado o postgrado en investigación de
delitos, hasta incluso requerir especialización en las categorías
de delitos donde actuará (penal, económico, etc.).
La
consideración del delito como algo estático, lleva muchas veces a
que las instituciones que deben actuar previniendo el delito, en
realidad lo “corran de atrás”. Hay instrumentos que sirven para
el diagnóstico de lo que ocurrido, pero no para realizar medidas que
prevengan el accionar de los delincuentes (entre estos se debe
señalar a los mapas del delito, que puede mostrar relaciones entre
las características geográficas del delito, su evolución y
utilizarlo para analizar la efectividad de las medidas de prevención
tomadas anteriormente, las responsabilidades o posibles
complicidades). Este concepto del delito como una foto, aísla las
responsabilidades legislativas, judiciales y sociales. Si no se
cuenta con un cuerpo normativo adecuado, donde la responsabilidad de
un acto delictivo no recaiga solo sobre el delincuente que lo
cometió, sino que debe incluirse a quienes aportaron información,
logística, colaboración, encubrimiento y comercialización de los
bienes mal habidos, como partícipes de una asociación ilícita con
igual o mayor pena. Si no se cuenta con una administración de
justicia, previsible, imparcial, rápida y eficaz, el castigo del
delito y la reparación para la víctimas, mantendrá la sensación
de inseguridad y no tendrá el efecto disuasorio para quienes
pretendan transitar la senda del crimen. Por último, si la sociedad
no entiende que el que vende algo robado es tan delincuente como el
que lo robó, y quién compra algo robado también es un partícipe
necesario del delito, será imposible eliminar el delito. Nuestra
sociedad tiende a simpatizar con los delincuentes, y ver a las
instituciones de seguridad como repulsivas, esto muchas veces
producto de una mala actitud de las fuerzas policíacas, pero también
de un avance de la desculturización de los sectores populares (la
cultura también incluye la difusión de tradiciones de honestidad,
laboriosidad, compromiso por los mas débiles, etc.).
Mi última
discrepancia de esta breve lista (un análisis mas extenso excede la
extensión de estos artículos) es la tecnología. Es impensable una
política de seguridad no soportada en tecnología (la tecnología
extiende los límites, limitaciones y capacidades de las fuerzas
policíacas, pero no solo se debe limitar a ello), estas tecnologías
deben estar integradas verticalmente y horizontalmente. Por ejemplo
tomemos el sistema de comunicación policial este sistema debe
permitir la comunicación entre todos los agentes en un área
operativa (comunicación horizontal) y también con los distintos
estratos superiores (comunicación vertical). Además todo sistema
tecnológico debe dejar un registro auditable, para el ejemplo
anterior, las comunicaciones deben estar grabadas de modo que pueda
auditarse el accionar de los efectivos y las ordenes recibidas. De
igual modo no puede pensarse en incorporar tecnología sin una
adecuada logística de soporte (de nada sirve comprar el mejor
sistema tecnológico, si no se dispone de los adecuados niveles de
mantenimiento y de los stocks de repuestos necesarios para que la
tecnología agote su vida útil funcionando correctamente). Por
último, y más como una política mas general, debería utilizarse
tecnologías abiertas (open source) no propietarias, dado el riesgo
que ellas implican al utilizarse en áreas sensibles de la seguridad
pública.
En síntesis
las políticas aplicadas por el gobierno de Macri, en esencia hacen
los mismo que han hecho los gobiernos anteriores (mas o menos
prolijo) y no puede esperarse resultados distintos.
2 comentarios:
Hola,primero aclaro lo siguiente antes de hablar,no soy ingeniera,soy nacida de el año 1991 y se que no vivi la historia argentina,la estudie obligatoriamente en la escuela influenciada por la ideologia politica del profesor de turno.PEro soy argentina,lei la carta abierta a macri.no soy ni peronista ni macrista,soy argentina,y lo que vivo hoy es la consecuencia del ayer y con esto me considero capaz de entender la historia.siempre vamos a discrepar con la forma de hacer politica,siempre van a equivocarse y a acertar tambien,puede no ser el mejor ni el mas capasitado o lucido,despierto,voraz pero hay algo que esta pasando,por primera vez en mi vida siento algo que pense que no existia y se llama esperanza ... esperanza de que mauricio quiera sentir a su argentina como nunca logro estar,como deberia de haber estado siempre,querida,amada,no saqueada,robada.la idea de sentir algo por mi tierra,me devuelve las ganas del nacionalismo.unico lindo.la suba de precios,la ecatombe duele pero va a pasar y vamos a estar mejor
Estimada desconocida, estás en todo tu derecho a tener esperanza, pero por sobre todo tenes derecho a que nadie te la robe. Los años que te llevo, no creas que me dan autoridad, como tampoco me la dan mis títulos. Valen si, las experiencias que viví, las esperanzas que todavía tengo (no tanto sobre Macri) y las que me robaron. El resto es pensar, analizar, proponer, debatir, eso es la política, o mejor dicho eso debería ser la política.
Un cordial saludo
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