domingo, 11 de enero de 2009

¿Que podemos esperar de la crisis?

La pregunta de muchas personas hoy en día es ¿Cómo nos va a afectar la crisis económica?, así que intentaremos hacer un análisis político-económico sobre que cosas podemos esperar de esta crisis.

¿Cómo se va a manifestar la crisis internacional en Argentina?
Esta crisis se originó en la sobrevaloración de papeles financieros, al sincerarse esos valores, muchas empresas que usaban valores como forma de revalorizar las ganancias sufrirán falta de liquidez para operar y deberán ajustar sus costos (“downzising” es un eufemismo para decir que van a despedir gente), otras empresas que cotizaban en bolsa también sufren el mismo problema, debido a esto habrá menos compras y muchos despidos, generándose una falta de demanda de bienes y servicios. Esto obligará a empresas productoras a reducir sus niveles de producción, produciéndose nuevos ajustes, con más reducciones de compras y nuevos despidos. Esto no se produce todo al mismo tiempo, sino que estos hechos se encadenan, generando lapsos de tiempo durante los cuales puede producirse, acumulación de stocks, caída de la demanda a niveles inferiores a los reales, mayores índices de desempleo que los estimados, caída del valor de acciones, falta de financiamiento para a actividades productivas y comerciales. Pasado un tiempo, se equilibrarán nuevamente las actividades de producción a los nuevos niveles de la demanda y a partir de allí será posible iniciar una recuperación de la economía. Las medidas de los distintos gobiernos tratan de evitar la propagación de la crisis del sector financiero al sector productivo, minimizar las pérdidas de puestos de trabajo, en el caso de las medidas tomadas por la administración Bush en EEUU, estas ya demostraron que fueron equivocadas y la crisis llegó al sector productivo. Resta ver como evitará la administración Obama, la profundización de la crisis, aunque las medidas anunciadas parecen alentadoras. En síntesis, esta es una crisis de origen financiero (se prueba una vez más, lo que decía Marx: “peor delito que robar un banco, es fundarlo”), que se propaga el sector productivo, originando una crisis de demanda, que hará que el crecimiento sostenido de la economía mundial de los ultimo años, se detenga y posiblemente retroceda. La crisis en Argentina, será mas aguda, pues la mayor parte de la economía se encuentra concentrada en empresas extranjeras, y responderán a las políticas que establezcan sus casas matrices, las exportaciones sufrirán la reducción de precios internacionales que ocasione la menor demanda, los desajustes de la balanza de exportaciones provocará déficit fiscal, el sector financiero verá reducido su volumen de operaciones ocasionando menor disponibilidad de créditos y mayores costos de los mismos, el desempleo aumentará y aumentará el número de personas en los sectores excluidos.


¿Que harán las empresas?
En primer lugar, la economía argentina presenta altos índices de concentración (dicho en criollo: pocas empresas se reparten la mayor parte de la torta), de estas empresas la mayoría pertenece a capitales trasnacionales, las cuales seguirán las directivas de sus casas matrices, que tendrán distintos comportamientos según el sector, las empresas que exploten recursos naturales tratarán de compensar la baja de los precios internacionales con una mayor sobreexplotación de los recursos (el pasivo ambiental nos queda a los argentinos) y posiblemente realicen ajustes de personal y aumenten la provisión de insumos y servicios de origen extranjero (Repsol YPF está comunicando a las contratistas de servicios la finalización de acuerdos a partir del 20 de Enero. Se cree que la situación se repetirá en Pan American Energy y OXY, grandes petroleras que operan en el Golfo San Jorge). Las empresas internacionales pertenecientes al sector financiero, son posiblemente las que mas se ajustarán en reducción de personal, tratarán de aumentar el volumen se servicios financieros (nos ofrecerán tarjetas de crédito en combo con un paquete de galletitas) y aumentarán en la mayor medida posible la remisión de utilidades a sus casas matrices ya que la mayoría de ellas atraviesa por difíciles situaciones económicas (La consultora Standard & Poor's, difundió un informe donde trazó un panorama sumamente desalentador para Sudamérica y destaca la fuga de capitales). Las empresas de producción nacional tienen en su mayoría su producción ligada a convenios dentro del ámbito del MERCOSUR y a provisión de grandes empresas extranjeras, estas empresas se están perjudicando por el mantenimiento del precio del dólar (se genera así, una disparidad entre los costos de producción en Argentina y Brasil, ya que Brasil devaluó el cruceiro un 60%, para mantener la competitividad de su sector productivo) y la disminución de la demanda. Para analizar las empresas del sector agropecuario debemos analizar la producción primaria (en los campos) y la cadena de comercialización y servicios, por separado. El sector de producción primario está gravemente comprometido por la situación climática, la baja de los precios de sus productos y el posible aumento de sus insumos, esto afectará a los pequeños y medianos productores, quienes en los últimos años lograron cierto alivio alquilado sus campos a pooles de siembra. La cadena de comercialización y servicios agropecuarios muestra una altísima concentración y extranjerización, permitida por la ausencia del control estatal que representaba la Junta Nacional de Granos, estos sectores han participado de los grupos de siembra y en algunos casos han adquiridos campos para garantizar volúmenes de comercialización, estos grupos tienen capacidad de transitar la crisis sin grandes problemas, ya que los volúmenes de demanda no variarán en el mediano plazo (la gente demandará siempre alimentos, y las grandes comercializadoras retraerán la demanda en el mercado interno y la oferta en el sector externo, para lograr mejores beneficios) esto probablemente lleve a mayores niveles de concentración y expansión hacia el sector de la producción primara. Las empresas de servicios privatizados realizarán ajustes y aumentarán las remesas a sus casas centrales (varias empresas de comunicaciones han iniciado planes de retiro voluntario), posiblemente disminuya la calidad del servicio prestado y no realicen inversiones en mejoras de infraestructura. El sector PYME será el más perjudicado, ya que no cuenta con recursos financieros, posee altos niveles de informalidad, suele depender de pocos clientes importantes y no posee mucho nivel de tecnología dura o blanda, en estos sectores se verán la mayor cantidad de despidos y cierres de firmas.


¿Que efecto tendrán las nuevas líneas de crédito?
Los créditos parecen ser la política preferida del gobierno como medio de actuar frente a las crisis. El crédito en primer lugar requiere sujetos de crédito, y no todos los argentinos son sujetos de crédito (solo un 35%, y posiblemente estos pertenezcan mayoritariamente al sector público y a empresas de servicios privatizados), quienes tengan suficientes recursos no se endeudarán en un período de crisis debido a las experiencias de las crisis anteriores y quienes puedan ser sujetos de crédito que no tengan reservas liquidas, podrían usarlo para satisfacer una demanda postergada, la cual no generará una demanda constante en el tiempo. Esta forma de crédito no generará empleo, solo logrará satisfacer cierta demanda postergada y no lo utilizarán todos los sectores, de este modo no generará niveles constantes de actividad que evite los ajustes de estructuras productivas mediante la reducción de personal. Las líneas de crédito no generarán nuevas empresas, ni se aplicarán al crecimiento de empresas existentes, por lo que esta política no tendrá efecto sobre la economía real, por otra parte las demoras en el otorgamiento de los mismos, generarán frustración de los demandantes reduciéndose la posible demanda inicial. La historia de las crisis económicas pasadas, no muestran al crédito como instrumento de reactivación, solo como un instrumento intermedio para el fomento de la creación de nuevas tecnologías de producción, o como financiamiento de obras de infraestructura.

¿Que pasará con el empleo?
La principal fuente de ajuste de las empresas productivas será el “downzising”, o sea la reducción de personal, en estos casos la reducción siempre es mayor cuanto menor sea el grado de automatización de la empresa, gran parte de nuestras empresas lograron buenos niveles de competitividad por tener mano de obra muy calificada en sus líneas de producción, requiriendo menores niveles de automatización, por lo tanto es de esperar despidos en los sectores productivos. Las empresas internacionales seguirán las directivas de sus casas matrices, que históricamente ha sido la reducción de personal (en teoría económica el nivel óptimo de rentabilidad se puede obtener con el mayor precio posible del producto y el menor volumen de producción, este volumen mínimo compatible con cierto grado de rentabilidad será el que busquen las empresas, especialmente las empresas de servicios públicos privatizadas que operan con mercados cautivos), en este sector habrá planes de retiro voluntario y si estos no son suficientes se reducirá personal mediante despidos. Las empresas ligadas a sectores informales de la economía serán las que mas sufrirán la crisis y producirán un mayor número de personas sin ingresos regulares (en este sector no podemos hablar de empleo, ya que la forma de trabajo es a destajo), este sector que opera sobre sectores sociales marginales producirá el mayor número de marginación social, es estos sectores podemos encontrar sectores ligados a la construcción, a servicios complementarios del turismo, a la producción artesanal, a la explotación de pequeños emprendimientos productivos y todo tipo de servicios contratados forma transitoria. El empleo se mantendrá inicialmente en el sector público, pero podría haber problemas si la crisis se prolonga y el déficit fiscal, que inevitablemente se producirá, obliga a la reducción de personal contratado y transitorio. Por lo tanto, debe esperarse reducciones importantes del nivel de empleo, algunos sectores pueden recuperarse cuando se reviertan los efectos de la crisis, pero los sectores informales no, por lo que deberían tomarse medidas para paliar los problemas sociales que se producirán, en ese sentido el futuro presidente Obama plantea con buen criterio: “poner a decenas de miles de desempleados a reparar carreteras, puentes y escuelas", como parte de su plan de reactivación económica.

¿Que pasará con los precios?
Sería lógico suponer que en medio de una crisis de demanda, los precios bajen, pero eso parte de suponer una demanda totalmente elástica, cosa que no ocurre con todos los productos y con todos los mercados. Los precios internacionales de las materias primas se reducirán (Los analistas de Standard & Poor´s pronostican "menores precios de las materias primas"), al igual que los precios de los productos agropecuarios, pero volverán a subir al revertirse la crisis en los grandes centros de demanda, el punto es saber cuanto se tardará en revertir la crisis y volver a los anteriores niveles de crecimiento de la economía internacional, no se podría decir cuando pero al menos podemos inferir sin temor a equivocarnos que no será en menos de 3 años. Durante este lapso es probable que haya grandes bajas (ya se vio en el caso el petróleo, de casi 100 dólares a casi 40 dólares por barril), motivadas por retracciones de demanda originadas en los niveles de intermediación que cuentan con stock de reserva (que pueden generarles grandes ganancias), seguidas en un corto y mediano plazo por ajustes a los niveles reales de demanda, ya que el mundo seguirá requiriendo alimentos, energía y tecnología. En Argentina, la caída de los precios internacionales, solo podría favorecer la adquisición de tecnología de producción, la cual no se producirá, ya que difícilmente un empresario modifique su estructura de producción en un período de crisis. La presión de los grupos concentrados del sector agropecuario, tenderá a no trasladar la baja de los precios internacionales al mercado interno, donde solamente habrá adaptación de la oferta a una demanda que permita obtener la rentabilidad anterior con menor producción. El juego de los intereses de los grupos concentrados hará que la baja internacional de precios no se traslade al consumidor medio e incluso haya subas de precios por efecto de la mayor carga impositiva, la posible devaluación del peso, la eliminación y reducción de subsidios que elevarán el precio de los servicios concesionados y la presión de una reducción de oferta por la antes mencionada adaptación de niveles productivos y el cierre de fuentes de producción del sector PYME.

¿Cuanto durará la crisis?
Es difícil hacer un pronóstico para nuestro país, a nivel internacional, posiblemente 2 o 3 años, para recuperar los niveles de crecimiento económicos que se venían teniendo, o nuevos niveles de crecimiento sostenido. No podemos predecir como se comportará el gobierno nacional ante las próximas etapas de la crisis, pero podemos describir las etapas que se atravesarán. Estas etapas inician con la que estamos viviendo donde las medidas anticrisis tratan de evitar despidos y cierre de establecimientos, los cuales inexorablemente se producen (en EEUU se produjeron en los últimos días mas de 2 millones de despidos), esta etapa no tiene mucha repercusión interna, ya que las indemnizaciones de los despidos, las reservas de la gente y cierta resistencia al cierre que tienen los empresarios PYME, no agravarán el panorama general. La segunda etapa estará marcada por reclamos sociales y empresariales, al agotarse las reservas de quienes perdieron sus empleos y no consiguen otros, el cierre de empresas pequeñas y su impacto sobre la cadena de pagos, la caída de recaudación (ya que lo primero que no se paga, al quedar una familia o empresa sin ingresos, son los impuestos), la mayor o menor profundización de la crisis que se desate en esta etapa dependerá de la eficacia de las medidas que se tomen en la primera etapa, las cuales, hasta este momento, no parecen serlo. La tercera etapa es la del establecimiento de nuevos niveles de equilibrio entre una menor producción, una mayor exclusión social, un menor nivel de empleo con menor poder adquisitivo de los asalariados, mayores niveles de economía informal, ajustes del déficit fiscal, sinceramiento del valor de la moneda (léase, devaluación), posiblemente cuando el país atraviese esta etapa, la economía internacional comience su recuperación. En la tercera etapa si no se toman medidas adecuadas, se producirá una mayor concentración de la economía en manos de empresas extranjeras (que aprovecharán la diferencia temporal entre la recuperación de la economía internacional y la estabilidad local), una mayor desigualdad social, mayores niveles de exclusión, mayores niveles de delincuencia, achicamiento el estado, desajustes en la balanza comercial y aumento de los niveles de endeudamiento público. La cuarta etapa, es la de estabilidad, pero una estabilidad que tendrá a un país distinto al que teníamos al comenzar la crisis, la diferencia entre ambos países todavía puede estar en manos de las decisiones que tome el actual gobierno.

¿Que efecto tendrán las medidas tomadas desde el gobierno?
Ya dijimos que las medidas que tomó el gobierno, son a todas luces ineficaces contra la crisis, el gobierno plantea la crisis, como una falta de demanda transitoria, y no hace estimaciones de desempleo y compensación del mismo con medidas que generen nuevos puestos de trabajo, no se trabaja sobre obras de infraestructura que terminada la crisis genera nuevas alternativas de producción y mejoras las condiciones de las actuales. Para ejemplificar, como serían algunas medidas acertadas, podemos tomar las seis medidas principales sobre las que el futuro presidente Obama, basa su política anticrisis: La primera es “doblar la producción de energía alternativa en los próximos tres años”, para esto se requerirá financiar empresas de energía alternativa que durante la etapa de producción de generadores eólicos, consumirán gran cantidad de mano de obra e insumos metal mecánicos y tecnológicos, y además consumirán mucha mano de obra para la instalación de esos generadores (si bien el costo de la generación de energía alternativa es mucho mayor que el de la energía convencional, la mano de obra y los insumos requeridos, ayudará en la etapa de crisis económica y posteriormente producirá un menor consumo de combustibles derivados del petróleo y menor contaminación por efecto invernadero). La segunda medida es “modernizar más del 75% de los edificios federales y mejorar la eficiencia energética de dos millones de viviendas, ahorrando a los consumidores y los contribuyentes miles de millones de dólares en facturas de energía”, el funcionamiento edilicio del estado es deficiente en cuanto a ahorro de energía y manejo del agua, al igual que en muchas viviendas particulares, esto requerirá gran cantidad de materiales, obreros de la construcción y especialistas en energía, calefacción, aire acondicionado, sanitarios y sistemas de agua (estas mejoras además de la mano de obra que insumen, generarán ahorro en el gasto del estado y de particulares, tendrá importantes consecuencias ambientales y permitirá la utilización de nuevas tecnologías sustentables). La tercera medida es “hacer las inmediatas inversiones necesarias para asegurar que dentro de cinco años todos los legajos médicos en Estados Unidos estén computarizados”, la magnitud del proyecto permitirá generar empleo en sectores de los sistemas de información, que será uno de los sectores mas perjudicados por la crisis financiera (esta propuesta generará empleos estables que se financiarán mediante el mejor control de las prestaciones del Seguro de Salud y las empresas proveedoras de equipos y servicios de los sectores financieros, que enfrentaban una gran disminución de demanda, tendrán un nuevo mercado). La cuarta medida es “equipar decenas de miles de escuelas, colegios terciarios comunitarios y universidades públicas con salas de clase del siglo XXI, laboratorios y bibliotecas”, nuevamente se apunta a la generación de empleo básico (construcción) y especializado (tecnologías de la educación), pero mas importante que el impacto económico frente a la crisis es el impacto en las futuras generaciones capacitadas con mejores medios. La quinta medida es “expandir la banda ancha a través de Estados Unidos para que las pequeñas empresas en pueblos rurales puedan conectarse y competir con sus contrapartes en cualquier lugar del mundo”, esto requiere gran cantidad de mano de obra, insumos básicos, insumos tecnológicos y herramientas, la infraestructura resultante será de gran utilidad al finalizar la crisis. La última medida es “invertir en ciencia, investigación y tecnología”, el sector al que apunta es el de Investigación y Desarrollo, que compensará desde el ámbito estatal, los ajustes que hagan las empresas privadas en estos sectores, esta medida tiene además el fin estratégico de mantener el liderazgo en innovación tecnológica, que puede verse amenazado por la de crisis. No pretendo pontificar a Obama, ni sé como aplicará estas medidas, pero se ve que claramente, tiene un diagnóstico de la situación y las medidas que propone, además de parecer ser eficaces trascienden el período de crisis.

¿Que podemos hacer frente a la crisis?
Standard & Poor's en su informe dice que "América Latina enfrenta el escenario global más desafiante en décadas. Nuestras estimaciones indican que el crecimiento real del PIB para la región registrará su nivel más bajo desde 2002", en particular Argentina crecerá a solo en 2,5%, frente al 6% actual proyectado en el presupuesto 2009. Si tomamos este indicador podemos calcular en forma optimista que las operaciones previstas para 2009, se reducirán entre un 40% y un 60%, con lo cual un empresario debería rehacer sus números y buscar su nuevo punto de equilibrio económico de su actividad, reducir costos, tratar de mantener cierto grado de liquidez y no endeudarse, y estar muy atento a la evolución de los precios internacionales del sector en el que opera, ya que marcarán la tendencia a futuro en el país. Los empresarios que tengan contratos de provisión de insumos y servicios con empresas internacionales son los más vulnerables, por lo que deberían ver la posibilidad de alguna reconversión. El sector de la producción primaria deberá buscar subsidios que compensen no solo la baja rentabilidad que provocan los precios internacionales, sino las condiciones meteorológicas, que han sido las peores de los últimos años, deberán reducir gastos e intentar proyectos de producción alternativos de bajo riesgo y poco nivel de inversión (avicultura, helicicultura, lombricultura, horticultura, etc.). Los que tengan empleos en los sectores informales de la economía o en pequeñas empresas, se recomienda no contraer deudas, reducir al mínimo el nivel de gasto y comenzar la búsqueda de empleo, llevando sus antecedentes a consultoras o pedidos de empleos que se publiquen, tratar de capacitarse para otras opciones laborales, en su trabajo tratar de consensuar formas de mantener el puesto de trabajo, mediante acuerdos de trabajo temporario o mediante la formación de cooperativas de trabajo, presentar proyectos comunitarios que cuenten con financiación de algún organismo oficial y sobre todo tratar de generar el mayor nivel de reservas posibles, para enfrentar un largo período de desocupación. Para en empleado de nivel alto o profesional, las sugerencias son las mismas, pero tratando de ver posibilidades de mantener cierto grado de actividad independiente, ya sea personal o familiar. Esto no abarca todo el espectro de posibilidades, pero es una apretada síntesis, que pretende ofrecer elementos para un mejor análisis, de una crisis con la conviviremos por un periodo de tiempo que no será corto.

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