sábado, 19 de diciembre de 2009

Cumbre de Copenhague: El príncipe negro se convirtió en un sapo blanco


La presidencia de la conferencia anunció que había "tomado nota del acuerdo de Copenhague del 18 de diciembre de 2009", que incluirá en su encabezamiento una lista de los países contrarios al texto. La ONU recurrió a esta fórmula para hacer operativo el acuerdo, que fue duramente criticado como ilegítimo por países como Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia y Sudán. Para que pudiera convertirse en un acuerdo de Naciones Unidas, debía ser adoptado por unanimidad por los 192 países presentes en la conferencia. El texto estaba siendo negociado desde el jueves y fue cerrado el viernes por el presidente de EEUU, Barack Obama, en una reunión con varios jefes de Estado y finalmente con China, India y Sudáfrica bajo mediación de Brasil (Agencia EFE).

En coincidencia con mi otra nota sobre la desilusión Michael Moore, ya plantee que quien haya creído que Obama era una alternativa a George Bush se equivocaba pues terminó oponiéndose a todo compromiso para contrarrestar las exageradas emisiones de CO2 producidas por EEUU. La maniobra a la recurrió Obama y Cia fue señalada por varios representantes que acusaron al presidente Barack Obama y a los líderes de las llamadas "potencias emergentes" de haber llegado a un acuerdo que no respetó los procedimientos de la Organización de Naciones Unidas, porque el texto no fue dado a conocer para consultas antes de convocar a la votación, casi igualito que cuando Bush logró en la ONU la aprobación de la invasión a Irak.

El Documento suscrito no resulta vinculante, solamente se toma conocimiento del la situación y aplaza cualquier decisión para las futuras cumbres. Esto es una prueba evidente de que los principales Estados solo respondieron a sus intereses nacionales y sus políticas de desarrollo, para evitar firmar un acuerdo donde reduzcan sus emisiones, modificando una producción industrial basada en el consumo de combustibles fósiles. Si no, no tendría sentido la ocupación de Afganistán desde donde se controla el tránsito de los oleoductos al Mediterráneo y la ocupación de Irak, con sus cuantiosos posos de petróleo.

A pesar del fracaso del tratado sobre la regulación de las emisiones de CO2 , se establece un total de 10.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 para que los países más vulnerables afronten los efectos del cambio climático, y 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y adaptación. Suena a esas viejas películas, donde un villano poderoso abusa de una mujer y después le da dinero. Copenhague demostró una vez más, que los países que no están en el grupo de los 20, son doncellas abusadas.

No hay comentarios: