martes, 31 de marzo de 2009

El estado fragmentado


El paradigma neoliberal de achicar el Estado que se puso de moda en los 90, ya probó que no servía para países en vías de desarrollo, donde el “modelo” no ajustaba a la realidad, ya que los niveles de producción y de demanda local no eran de los mismos órdenes de magnitud que en los países desarrollados, la composición social no era la misma y los niveles de endeudamiento externo eran un condicionante para la inversión en obras de infraestructura.
En definitiva nos vendían un “mercado” ideal que solucionaría todos los problemas económicos, pero ese “mercado” real distaba mucho de ser ese que nos vendían y que nuestra “inteligentzia” local compraba entusiasmada. Ese “mercado” ideal que nos proponían, me recuerda a una anécdota de Ghandi (el mahatma, no el capitán trucho de la “fusiladora” del 56) cuando le preguntaron cual era la mejor religión que conocía y el dijo que era el cristianismo, le volvieron a preguntar que si pensaba así, porque él no era cristiano, a lo que Ghandi respondió, el cristianismo es la mejor religión, pero muéstrenme un verdadero cristiano, lo mismo pasa con el mercado en una gran teoría, pero esa teoría no funciona en ningún lado, ni en los países desarrollados, porque la aplican cuando los mercados favorecen sus intereses (al vender tecnología a países subdesarrollados) y no la aplican cuando perjudica a sus intereses (sino vean las restricciones de importación de mercadería en EEUU o Europa)
Para no apartarnos del tema de este artículo, volvamos al “paquete” que nos vendieron en los 90, y que hoy sigue causando estragos: la visión el estado. Nos “vendieron” un estado eficiente, pero nada hablaron de eficacia que debe tener el estado, se reemplazó el rol irrenunciable del estado por estadísticas, que nos mostraban que no se hacía nada o que lo poco que se hacía no costaba mucha plata. Aparecieron los “técnicos”, gente formada por esa ideología neoliberal, que introducía cambios para aumentar la “eficiencia” y a medida que el estado se hacía más “eficiente”, su eficacia se volvía nula.
Veamos los ejemplos de la realidad. En salud pública, se “optimizaron” los presupuestos de salud en pesos por habitante, se “racionalizó” el funcionamiento de los hospitales y se “reorganizó” el personal de las áreas de la salud pública. Se gastaron montones de pesos en consultoras (y todavía se gastan), se hicieron cantidad de estudios estadísticos (y se siguen haciendo), se presentaron montones de informes indicando los “buenos resultados” obtenidos, pero los hospitales no tienen ni curitas, no hay médicos suficientes, los enfermeros brillan por su ausencia, a la mayoría de los equipos médicos les falta personal y recursos, pero les sobran pacientes. En definitiva, se “eficientizó” tanto la salud, que ya no se pueden curar a los enfermos y de prevenir enfermedades, ni hablar.
Sobre seguridad, justicia y educación también podríamos hacer razonamientos análogos, lo curioso es que se mientras se busca hacer mas eficiente el estado, menos eficacia tiene ese mismo estado en cumplir sus funciones específicas. Establecido el problema, tratemos se ubicar la causa y el mecanismo mediante el cual la “optimización” en lugar de hacer eficiente el funcionamiento del estado, impide que este cumpla con su deber.
El estado, es una organización jerárquica, centralizada sobre los funcionarios políticos, que cambian al cambiar los gobiernos, y sustentada en una burocracia técnica que tiene garantizada su estabilidad laboral. Analicé la estructura de esa burocracia técnica en mi artículo sobre El Estado burocrático refractario ( http://opinionpoliticaargentina.blogspot.com/2009/01/el-estado-burocratico-refractario.html ). La estructura jerárquica de funcionarios políticos, también se desnaturalizó, al fragmentar esa estructuras mediante: Entes, Organismos descentralizados, Consorcios, provincialización, municipalización, etc. De modo que la estructura jerárquica se fragmentó al dividir áreas a cargo de supuestos “técnicos” que optimizarían el funcionamiento de esas áreas.
Ese estado fragmentado, perdió la unidad de funcionamiento, que separa la conducción política, de la conducción “técnica”, cualquier gerente de una empresa privada puede reconocer el problema por el cual esa organización no puede funcionar bien, no hay unidad de concepción en la acción, lo que en la empresa privada se llama “Empowerment”, la idea que pueda tener la conducción política pierde poder al ser sometida al criterio de aplicación de la conducción “técnica”. El mejor ejemplo de esto es el funcionamiento del INDEC, de los organismos de control medio ambiental, de la educación, etc.
Esto causa la disociación entre el discurso de los funcionarios gubernamentales y los resultados de las medidas que pretenden llevar a cabo, lo cual no es excusa para su ineficacia ya que deberían tener los conocimientos necesarios para detectar este problema y generar la solución del mismo, solo su miopía política, su falta de capacidad para generar acciones concretas que reviertan una realidad a todas luces distinta a la que ellos nos plantean día a día.

jueves, 19 de marzo de 2009

Las próximas elecciones. Mi decisión


No pretendo convencer a nadie y las razones que voy a exponer son solo válidas para mi en función de mi historia personal y las vivencias que tuve, y que por lo tanto son intransferibles, pero pueden ayudar a que quien lo lea a que busque su propio camino y llegue a su propia decisión.

El adelantamiento de las elecciones nacionales a junio próximo, obedece a las mismas razones que ya he criticado muchas veces en mis artículos, la mediocridad de muchos políticos, en particular de quienes componen este gobierno, quienes solo ven en la crisis que se avecina (les sugiero leer, si no lo han hecho el artículo sobre las consecuencias de la crisis) un riesgo para sus aspiraciones de continuar ejerciendo un poder hegemónico y con una oposición sin fuerza parlamentaria.

No puedo, ni debo negar mi historia, ya que fui unos de los muchos peronistas que apoyó en el 2003 la candidatura de Néstor Kirchner, y lo hice convencido por un discurso nacional, popular y progresista, un discurso al que adhería y adhiero, ya que son básicamente las ideas que profeso. Pero hubo un proceso desde aquel 2003 a la fecha, que cambió mi opinión sobre este proyecto político, no mis ideas, que siguen siendo las del nacionalismo popular y progresista (algo de esto está en el artículo Los pingüinos se convirtieron en Teros, de Diciembre de 2008)

La primer decepción que sufrí con este gobierno, fue en la educación pública, la que no solo no cambió, sino que ha empeorado año tras año, el anuncio de restablecer las escuelas técnicas, aún hoy esta en pañales, la infraestructura edilicia de las escuelas, da pena, los salarios docentes son paupérrimos, la capacitación corre por cuenta del propio docente, la educación se sigue rigiendo por los mismos criterios que tenía en la década del 90, solo que las leyes tienen distinto número. Sin educación no puede haber progreso y tampoco la base de un proyecto progresista. A pesar de convencernos que no teníamos un gobierno progresista, lo acompañamos en la campaña del 2005, donde el gobierno se legitimó con la mayoría del voto ciudadano.

La segunda decepción fue ver que las políticas sociales eran sectoriales (y muy sesgadas, ya que si las organizaciones sociales no se encolumnaban en el proyecto oficial no recibían subsidios, sino pregúntenle a Castels). En definitiva no solo no se pusieron en práctica políticas sociales universales, sino que se postergaron iniciativas como la del subsidio universal por hijos, entre otras, que hubieran significado cambiar drásticamente las condiciones sociales de amplios sectores de la población. La pobreza y la exclusión no bajó sino que por arte de birlibirloque, los índices hablaban de recuperación social, índices que se confeccionaban en base a la Población Económicamente Activa, que no incluye excluidos, niños y ancianos (total ¿para que?, si unos no votan, otros no tienen obligación de votar y los restantes se les regala algunos electrodomésticos, colchones y un choripán para que voten). Después pregúntense de donde aprendió matemáticas Moreno. En lo laboral se pactaba con la burocracia sindical (esa misma que J. P. Feinmann describe con palabras de J. W. Cooke en su historia del Peronismo, capítulo 33, publicada por Página 12), ignorando a la ATE, su lucha, ideología y su historia.

En definitiva, para 2007 estábamos convencidos que este gobierno no tenía un verdadero proyecto popular y progresista, y que solo lo declamaba, citando pensadores populares o progresistas, con frases de resumen Leru (para aquellos que sean muy jóvenes los resúmenes Leru, eran una especie de machetes que contenían resúmenes de los contenidos de las materias del secundario, cuando el secundario servía para algo). Así glosaron a Hegel, Jauretche, Scalabrini Ortiz y al Propio Perón, pero solo repetían frases, esas fresas no se convirtieron nunca en obras (ni creo que Del Vido lo hubiese permitido). Así que para el 2007, vimos las elecciones y la campaña (en la que se gastaron todo) por TV, sentados tomando mate en nuestras casas, ya no nos sentíamos parte de ese proyecto, que apuntaba ser personalista, conservador y claramente antipopular.

Pero nos aguardaron mas desilusiones, vimos como se ponía, y aún esta, en riesgo el recurso económico mas importante del país (para que a nadie le queden dudas, no cuentan las industrias de capital extranjero, que extraen recursos naturales o producen aprovechando circunstancias favorables, llevándose sus utilidades fuera del país) que es el campo, con una lucha estéril, inútil y de una ceguera política inaudita. Vimos como se entregaban los recursos del subsuelo, mediante concesiones de explotación inexplicables, se permitía de depredación de nuestros recursos marítimos, se permanecía inactivo ante el vencimiento de los plazos para reclamar los recursos de muestra plataforma continental oceánica, se regalaron nuestros bosques para beneficio de unos pícaros ignorando la Ley de Bosques, se permitió la contaminación de nuestros glaciares por parte de empresas mineras extranjeras, permitieron la instalación de carteles de la droga en nuestro país, en definitiva actuaron contra el interés nacional, que era lo último que podíamos esperar de ellos, por ello muchos militantes peronistas ya empezamos a convocarnos, estamos tratando de ubicarnos en los espacios políticos que nos lo permitan, para oponernos a esta proyecto.

Me definí, no importa desde que lugar, siempre que sea acompañado de compañeros, plantearemos la lucha contra este proyecto al que acompañamos en el 2003 por que coincidíamos en el modelo nacional, popular y progresista, lo seguimos acompañando en el 2005, a pesar de comprobar que no era progresista, nos apartamos de él en 2007, cuando vimos que además de no ser progresista, no era popular, y ahora en 2009, al convencernos que este proyecto político no es ni nacional, ni popular, ni progresista, nos opondremos a él ya que es apenas un proyecto de poder personalista, apoyado en una burocracia política y sindical, de la que el país está harto.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Cuestiones sobre la seguridad


No puedo dejar de sustraerme al revuelo mediático que se ha generado sobre la seguridad, por lo tanto decidí interrumpir la continuidad de los artículos sobre la desigualdad para decir algo sobre este tema, aunque como veremos no abandonaremos del todo el tema de la desigualdad.

“Nada mas parecido a un fascista, que un burgués asustado”, creo que esta frase resume bastante el ruido mediático iniciado por famosos, divulgado por los medios y asumido por los idiotas de siempre, que se resisten a pensar por cuenta propia y repiten como loros las consignas mediáticas. En primer lugar nadie reflexiona sobre lo que mucha gente entiende por inseguridad, y es sencillamente: el miedo de ser victima de un delito. Pero eso no es “La Inseguridad” hay muchas inseguridades, no solo se puede ser victima de un delito, se puede ser victima también de un accidente de tránsito, de requerir auxilio médico de emergencia, de no tener comida, de no poder acceder a la cura de una enfermedad, de enfermarnos por las condiciones ambientales en que vivimos, ser victima de violencia doméstica, de que nos discriminen, de quedarnos sin trabajo, y muchísimos miedos mas, que en su conjunto definen la inseguridad en toda su dimensión.

En realidad, este movimiento mediático reclama en función del miedo al delito, o mejor dicho al miedo de ser victima de un delito. Susana Gimenez y otros famosos reclamaron cuando las victimas del delito fueron cercanas a ellos, o mejor dicho, al tomar conciencia de que ellos también podían ser victimas de un delito, y tuvieron miedo, y reaccionaron en función de ese miedo. Los que antes reclamaron que el estado no interviniera en la vida de la sociedad, que fuera un estado mínimo, “moderno”, o en realidad ausente, ahora reclaman la presencia de estado. Cuando el estado regulaba, quisieron que el estado no interviniera, que no interfiriera en las actividades privadas de la sociedad, pero ahora cuando esa ausencia generó las condiciones que propiciaron el aumento de la delincuencia, piden que el estado se haga cargo. En resumen, se portan como la gata Flora.

Pero analicemos el problema de la inseguridad, sin detenernos en distracciones mediáticas, que apartarán nuestro análisis de la cuestión principal, ¿Por qué aumenta la delincuencia?, para lo cual debemos en primer lugar, dejar bien en claro que la delincuencia en un síntoma y no la causa. En realidad la inseguridad ha surgido a consecuencia del abandono del rol del estado como garante de las condiciones mínimas de dignidad de vida de los habitantes del país. Dicho en palabras más sencillas, el estado tiene que garantizar educación, salud, oportunidades de trabajo, un ambiente no contaminado, prevenir la delincuencia, asistir en catástrofes, la administración de justicia, en accidentes, etc. Cuando el estado está ausente no hay garantía para los habitantes del país de estos derechos y surge allí la inseguridad.

Establecido, que es la inseguridad, la principal causa de ella es la ausencia del estado como garante de los derechos de las personas. Algunos derechos, al suprimirse, generan distintos problemas, la delincuencia se genera cuando hay una decisión personal de infringir la ley, es delito el robo, pero también lo es la estafa, la usura, el abuso, la discriminación, pero los medios reclamen por los delitos, como si solo existiera el robo, el robo a mano armada, el robo con violencia, el secuestro, los robos seguidos de asesinatos y otras formas violentas de delitos contra la propiedad. Si un banco se queda con los ahorros de sus clientes, no se produce el mismo revuelo. Cuando se estafan jubilados, quedando se con sus magros ingresos nadie reclama la pena de muerte. Cuando se muere un chico por hambre, por falta de medicamentos, por condiciones de ambientales, por violencia familiar, nadie sale en los medios a organizar marchas pidiendo seguridad. Todo es seguridad, solo que los que más tienen, mas miedo tienen de perderlo y mas protestan para reclamar por su derecho.

El otro ingrediente de la delincuencia, es la violencia, que no se origina por la droga, la droga nuevamente es un síntoma y no una causa, un drogadicto rico no roba y drogadicto pobre debe recurrir al delito para proveerse de droga. La violencia esta demostrado que proviene de las extremas diferencias sociales, ya que la victima tiene y vive con las condiciones a las que el delincuente nunca tendrá acceso, a mayores diferencias sociales mayor violencia en los hechos delictivos. La droga y la violencia se generan por falta de asistencia social en hogares marginados, en familias disfuncionales, en falta de contención para jóvenes en riesgo social. En síntesis por la ausencia del estado, que no provee medios a la policía, a los trabajadores sociales, a las instituciones de bien público, a los organismos judiciales, a las instituciones de encausados, a la minoridad pública, es la verdadera causa y no la no imputabilidad de los jóvenes, la droga, las distintas corrupciones policiales, carcelarias o judiciales o la pobreza. La ausencia del estado generó EXCLUSIÖN, que es otra causa, de menor importancia, en los niveles de violencia y de adicciones.

Establecida la causa principal del delito como la ausencia del estado, esta misma causa afecta la producción de accidentes automovilísticos por falta de infraestructura vial, la deficiente atención de accidentes, la pobre cobertura de catástrofes, la falta de control sobre el medio ambiente, la mala educación, la falta de cobertura de la salud pública, y otras tantas inseguridades por las que nadie reclama. Los que se quejan viven en barrios donde no llega la contaminación, tienen sistemas de emergencias médicas privados, salud privada, educación privada, pero al convivir con el resto de la sociedad piden que el estado los proteja, cuando en realidad el estado ha dejado de proteger a toda la sociedad, y sus administradores de turno solo se dedican a aumentar sus ingresos o su cuota de poder sin hacer caso a las necesidades de la población, entre quienes están aquellos que se creían, que cuando pedían un estado que no interfiriera en sus negocios, estaban firmando su propia condena a la inseguridad.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La desigualdad. Smith y Marx (Parte 2)

En la parte anterior establecimos que la posición de cada uno de nosotros asume frente a la desigualdad divide claramente izquierda de derecha. La primera pregunta que hay que responder es: ¿Qué es la desigualdad?, y aquí propongo el concepto de “desigualdad superable”, como definición aplicable la desigualdad, dentro de la anterior proposición.

Dijimos que la desigualdad es parte de nuestra naturaleza, por lo tanto hay una desigualdad que surge de las condiciones propias de la naturaleza, y sobre las cuales el hombre no puede influir, nadie puede cambiar el hecho de ser alto o bajo, gordo o delgado, rubio o morocho, tampoco podemos cambiar las facilidades naturales que cada individuo posee. No cabe dudad que quien no tiene habilidad para la matemática no podrá ser matemático o ingeniero, y quien no soporta la visión de la sangre no podrá ser médico cirujano, esas desigualdades producto de las diferencias naturales, inherentes al individuo, no pueden considerarse “desigualdades superables”. De este modo no puede, ni debe confundirse diferencia con desigualdad, o al menos no se debe confundir a las desigualdades surgidas de las diferencias naturales con la desigualdad que usamos para esta proposición.

La “desigualdad superable” es aquella que surge de las relaciones de poder, económicas o sociales entre individuos o grupos de individuos. Así las diferencias naturales de los individuos establecen relaciones de dominio, explotación o dependencia, por la acción voluntaria e intencional de quienes se ven mas favorecidos por las diferencias naturales. De esta manera podemos relacionar y diferenciar ambos términos.

Adam Smith, padre del liberalismo, consideró a la desigualdad como un hecho natural, que podía morigerarse mediante el accionar sin ningún condicionamiento de las personas que actúan en su propio beneficio y que terminaban beneficiando al resto de las personas, así quién explota económicamente a sus obreros y obtiene grandes ganancias, influirá en otros que quieran imitarlos, y que requerirán mas obreros, pero como el número de obreros es limitado la demanda de obreros hará que aumente su salario y cese la explotación de los mismos. En definitiva Smith aceptaba la desigualdad, pero suponía que quienes se beneficiaban con ella, al poder actuar en el marco de un mercado libre de condicionamientos, terminaba beneficiando a todos y la desigualdad inicial se reducía. Esto es sintéticamente la base del “efecto derrame” que supone que se logrará el beneficio de todos, cuanto mas se beneficien quienes mas tienen, pero en este caso la desigualdad siempre persiste, ya que no cambian las relaciones entre quienes se benefician de esta “desigualdad superable” y quienes son explotados.

Carl Marx por el contrario, señalaba que el origen de las desigualdades entre ricos y pobres se producía por la apropiación de la plusvalía que el capital hacía sobre el trabajo. Esa apropiación, en la era industrial, era la continuidad de una explotación de la clase burguesa (el capital) sobre el proletariado (el trabajo). Como respuesta a esta desigualdad planteaba la lucha de clases, de donde surgiría la dictadura del proletariado que llevaría, finalmente, a la realización del socialismo. Su teoría es mucho más amplia y completa que la expresada, pero mi objetivo no es resumir las ideas marxistas, sino plantear que con Marx surge una ideología política, social y económica que parte de un desacuerdo con la desigualdad existente, y el planteo de una forma de superar esa “desigualdad superable”.

Smith y Marx, son las referencias históricas de las posiciones políticas y económicas ante la desigualdad, pero no significa que ambos sean referentes de las posiciones de izquierda y derecha, ya que existen posiciones más moderadas y más extremas que las que ellos plantearon. Este arco de posiciones llega a extremos donde se propone desde una revolución violenta a reacciones autoritarias y despóticas. Los extremos no es extraño que coincidan en métodos violentos, ya que la imposición de una transformación radical o la sujeción a una realidad intolerable, requiere del uso irracional de la fuerza que se disponga. Las posiciones más moderadas, que no las llamaría de centro, sino cercanas a la divisoria ideológica, parten del respeto a un “status quo” existente, que unos tratan de respetar introduciendo pequeñas modificaciones que no alteran las desigualdades y otros tratan de cambiar dentro de los marcos políticos, sociales o económicos existentes.

En síntesis, a partir de una “desigualdad superable”, se establecen las referencias históricas de derecha e Izquierda con Adam Smith y Carl Marx, estas referencias no se ubican, ni en las fronteras de la divisoria ideológica, ni en las posiciones extremas más radicales. Las ideas políticas surgidas en distintos países con diferentes realidades suelen referenciarse con estas ideas como forma de establecer un posicionamiento ideológico internacional.

domingo, 1 de marzo de 2009

La desigualdad. La divisoria de las ideologías (Parte 1)


La vida, ya sea como existencia biológica, como existencia social del hombre o como manifestación de trascendencia religiosa, no es igual para todos. Esa desigualdad, tiene características biológicas, sociales o trascendentales, y según como la interpretemos, como actuemos y como nos posicionemos frente a ella empezamos a definir nuestra ideología.

Sin ánimo de adentrarme en profundidades filosóficas, pretendo analizar como nace el posicionamiento ideológico, y creo coincidir con muchos pensadores en que a partir de cómo percibimos la desigualdad nos empezamos de orientar ideológicamente.

El primer aspecto es como podemos clasificar las ideologías embrionarias, sobre la que se estructuran distintos tipos de ideologías, y creo no descubrir la pólvora al decir que el progresismo y el conservadorismo son las formas básicas sobre las que se estructuran las ideologías, o como se diría en términos políticos: la izquierda y la derecha.

Una persona con ideología de izquierda no acepta la desigualdad y considera que hay que cambiar la realidad que surge a partir de ella, mientras que alguien con ideología conservadora acepta como natural la desigualdad y sus consecuencias y a lo sumo pretende morigerar algunos aspectos de la realidad que impone las desigualdades.

En síntesis, no hay una posición neutral, hay dos posiciones que se dividen ante la desigualdad, proponer un “centro” sería asumir o rechazar ambas posiciones, lo que resulta a todas luces imposible. Se marca de este modo una clara línea divisoria entre izquierda y derecha o mejor dicho entre progresismo y conservadorismo.

Los “centros” son posiciones menos radicales en cuanto al cambio que se propone para cambiar la desigualdad, o en como se persiste en la situación existente, por ello hablar de “centro-izquierda” o “centro-derecha” es sinónimo de tomar una posición tibia, menos radical y menos comprometida con el cambio que se pretende, o con la resistencia al cambio.

Estos centros son representados por movimientos como la socialdemocracia europea, en el caso de la centro-izquierda, y distintos movimientos liberales, tanto políticos como económicos. Los nombres propios con que se presentan como partidos políticos en distintos países son varios. Del mismo modo, varios partidos políticos que se dicen diferentes, solo difieren en propuestas o en su evolución histórica, las características que les son propia no logran definir una ideología. Una característica interesante de observar, es la evolución histórica de muchos partidos políticos, que agrupan tendencias de izquierda y derecha, estos por lo general, son partidos que nacen de movimientos populares por circunstancias históricas fortuitas, y se originan en reivindicaciones sociales, nacionales o regionales.

Estas distintas tendencias dentro de un partido político, originadas en la propia naturaleza de los movimientos populares que se expresan por medio de un partido político, llevan el germen de la discordia y de su propia extinción, el partido sobrevive siempre que persistan las causas que dieron origen a la formación del movimiento.
Parece complicado, pero si damos un ejemplo, quizás se vea mas claro: un movimiento originado en una reivindicación de soberanía nacional (como pasó con el levantamiento húngaro frente a la invasión soviética, para sostener el gobierno comunista pro-soviético), puede dar origen a un partido político, que agrupe distintas ideologías (el sentimiento nacionalista se extiende transversalmente de izquierda a derecha) y tendrá cohesión siempre que la reivindicación nacional no sea satisfecha, pero lograda dicha reivindicación las diferencias internas se impondrán sobre la anterior necesidad de cohesión y llevarán a la fragmentación del partido político.
Es interesante destacar lo que ya dije, que mientras la causa que diera origen a la formación del partido político persistan, el partido político mantendrá su vigencia y será una fuerza política considerable, ya que el movimiento que lo origina permite integrar una diversidad de gente mayor que la que logra integrar un partido originado en una estructura ideológica determinada y que se ajusta a ella. Lo mismo ocurre con las necesidades sociales, que dan origen a movimientos que se consolidan por la necesidad de esas reivindicaciones y mientras las necesidades existan el partido persistirá. Estas necesidades pueden ser muy diversas, los movimientos de “los sin tierra” en Brasil, el Partido Verde Europeo, etc.

En síntesis, logramos establecer una línea que divide claramente izquierda de derecha: la posición frente a la desigualdad. Las distintas tendencias, tanto progresistas como conservadoras, varían desde posiciones moderadas a muy radicales, lo que define el espectro ideológico en su totalidad. Una particularidad en esto son los partidos originados en movimientos, que son capaces de abarcar un rango ideológico que va desde la izquierda a la derecha.