miércoles, 27 de enero de 2010

Carta abierta al Dr. Victor Benamo


Dr. Benamo, Ud. sabe de mi respeto y aprecio personal hacia su persona, surgida en los años de militancia cuando presidía la secretaría de acción política del partido, pero ahora Ud. es el presidente del Partido Justicialista de Bahía Blanca y en calidad de tal es que tengo la obligación de dirigirle esta carta.

Permítame usar la primera persona en esta carta para que no parezca que hablo en representación de otros, aunque creo ser la vos de muchos que no pueden, no saben o tienen miedo de hablar. Al igual que Ud. no exhibo título de funcionario público y vivo de mi trabajo, restándole tiempo a este para ejercer mi humilde acción militante en el campo del pensamiento y la docencia. Hemos compartido muchas tardes y noches delineando posibles acciones políticas tendientes a transformar el estado actual, no ya del partido, sino del peronismo de Bahía Blanca, lo acompañé en esa extraordinaria aventura que fue su candidatura a intendente en las internas del 2003, donde se logró imponer la representación de una minoría que no la había tenido hasta entonces, lo acompañé en la formación de Confluencia Sur ese proyecto donde logramos reunir a distintos sectores progresistas con un sentido político transversal y finalmente nos distanciamos políticamente, cuando no acepté ser parte de la interrupción institucional del gobierno municipal del Dr. Lopes, a pesar de haber sido uno de los primeros críticos a su gestión.

Hoy el partido al que pertenezco y que Ud preside, convalida sin sentido crítico las acciones de los gobiernos municipal, provincial y nacional, acciones que antes criticábamos en forma pública, hoy son masculladas entre compañeros que no se atreven a hablar o dichas por otros compañeros en círculos de amigos. Si quiere le puede dar ejemplo de algunas medidas que se han tomado y que no han merecido críticas por parte del partido, ya que si bien este tiene que guardar cierta consideración hacia su propio gobierno, la obligación del partido es con el pueblo y no con los gobernantes, aunque estos hayan surgido del propio partido.

Como primera medida, le puedo citar la designación de funcionarios en todos los niveles (municipal, provincial y nacional) en base a amistad o conveniencia y no como parte de la realización de un proyecto político en el que los funcionarios estén consustanciados (criterio que validaría, como empowerment, cualquier empresario). A no ser, que por la ideología que profesan muchos de ellos, estemos frente a gobiernos neoliberales y no populares y progresistas.

Los criterios de muchos proyectos realizados, se basan en criterios meramente economicistas e ignoran supinamente las necesidades de la gente. A nivel municipal el servicio de transporte público, manejado por ecuaciones de rentabilidad empresaria (costo del kilómetro recorrido en función de la cantidad de pasajeros) y no de la utilidad pública del servicio. A nivel provincial el tratamiento dado al tema de la falta de provisión de agua potable, donde a las falencias técnicas y de manejo de una crisis previsible y evitable, se suma el criterio de privar a la gente del suministro y mantener el mismo para uso industrial. A nivel nacional, solo me remitiré a citar el manejo de la última elección donde el dedo, las candidaturas testimoniales y candidatos impresentables en listas sábanas, permitieron la entronización de una oposición incoherente, sin proyecto, sin ideas y meramente obstruccionista, salvo contadas excepciones (Sabatella, Solanas o Woscoff, de las que me acuerdo). Omitiré mencionar el tren bala, el conflicto con el campo, el INDEC, la inseguridad, el clientelismo de los planes sociales, la mala calidad del sistema de educación pública, la utilización de reservas para el pago de deuda externa, el pago de deuda externa ilegal, el manejo de las políticas ambientales, etc.

El Partido Justicialista que muchos peronistas soñamos (y quiero creer que Ud. también) no debe tener una actitud de acompañamiento irrestricto, sino un acompañamiento crítico que haba reflexionar al gobierno sobre desviaciones ideológicas o posibles errores en la gestión de gobierno. Si no hay critica, el partido pierde credibilidad ante la ciudadanía y agota su posibilidad de presentar nuevas opciones electorales, quedando en mano de las camarillas gobernantes que eligen sus propios sucesores y conforman los nuevos órganos de gobierno del partido, silenciando para siempre las críticas de sentido constructivo, reemplazándola por actitudes obsecuentes en aras de una mal entendida lealtad partidaria que mas se parece a una ley de omertá.

Dr Benamo, hoy Ud tiene la posibilidad de cambiar el rumbo que ha tomado el Partido Justicialista en Bahía Blanca y orientarlo a ser el partido que muchos pensamos alguna ves que debería ser: con participación popular, con muchos jóvenes, con nuevas y renovadas ideas, con las buenas y viejas tradiciones, con capacidad de critica y autocrítica, con renovación constante de dirigentes y trasvasamiento generacional, con formación de cuadros políticos y técnicos que puedan ocupar funciones en distintos ámbitos gubernamentales y con tantas otras cosas que sería largo de enumerar. Yo, y quizás muchos compañeros más, no vemos en el partido mas que oportunistas, representantes de grupos de poder, los mismo peronistas de siempre que buscan recuperar una mística política ausente, los que, por años mantienen una tradición partidaria mas obstinada que racional y quienes observan desesperanzados un partido que no ofrece posibilidades de participación, salvo adhiriendo a las actuales tendencias de los grupos de poder. No pienso decirle que hay que hacer, porque Ud. ya lo sabe, si no puede hacerlo, dé un paso al costado y permitamos recordarlo como el gran dirigente que fué, o si lo necesita: pídanos ayuda, sabe que siempre podrá contar con muchos de nosotros para producir el cambio que necesita el partido. Si decide que no es necesario cambiar nada, me tendrá como adversario (nunca como enemigo) ya sea dentro del partido o fuera de él, si no se dan las condiciones que permitan el desarrollo de una corriente opositora. Sabe que no comulgo y nunca comulgaré con el actual estado de cosas y que tampoco hay tiempo para esperar, nadie hará por nosotros lo que nosotros no hagamos.

Lo saluda con el afecto de siempre, su compañero.


Ing. Alejandro Molina

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