Ayer mismo me enteré por el facebook de un compañero, que te habías ido y cuando terminé de dar clases pasé a despedirme, que es un decir porque los que alguna vez militamos juntos formamos parte de los recuerdos que nos van a acompañar siempre. Fue solo un rato, ni busqué gente conocida solo uno o dos saludos y el pésame de rigor.
Teníamos
ideas distintas pero intereses comunes: primero la gente; veníamos
de historias distintas pero soñábamos que podría hacerse realidad
un futuro con justicia social, independencia económica y soberanía
política.
En
el tiempo que nos conocimos, pudimos congeniar en un proyecto común,
el del entrañable Victor Benamo y un peronismo con raíces en el
pasado y pensamiento en el futuro. Por esos azares de la vida
llegaste a concejal desde un lugar en la lista que pocos llegan, pero
la honraste como si hubieras sido el primer candidato, nos buscaste a
todos los que teníamos proyectos y los presentaste en el Consejo
Deliberante, pocos lo hubieran hecho, ya que el interés era que no
se hicieran olas.
Cuando
varios pensamos en romper con el partido vos honraste tu palabra de
no “sacar los pies del plato” y seguir en el Partido
Justicialista, aunque desde allí solo te denostaban. Cumpliste con
la palabra de un “Guardia de Hierro”, lo que que te enalteció,
estuviera yo de acuerdo o no; las diferencias nunca deberían superar
los límites éticos y/o morales.
Poco
oí en los medios de mucho que hiciste, que no eran grandes cosas,
pero eran muchas; siempre te lo reconocí y siempre me lo
reconociste, lo que hizo que siempre que nos vimos nos hiciéramos un
rato para charlar y despedirnos con un “hasta luego compañero”.
No
quiero escribir un obituario de tu muerte, solo decir que fuiste de
los tipos que me hizo sentir orgulloso por llamarme “compañero”. Hasta
siempre compañero René Bustos.
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