domingo, 29 de noviembre de 2009

Reforma política Reloaded


Estos días el gobierno sacó a relucir una ley de partidos políticos, la cual, y como todas, recuerdan los partidos que jugábamos de pibes en los potreros, el dueño de la pelota elegía, y aquí el actual gobierno tiene la pelota en sus manos, así que están tratando de elegir.
Lo primero que quieren es elegir el mecanismo de internas de los partidos; y proponen internas abiertas para todos los partidos políticos en el mismo día. Parece en principio una buena medida, pero también hay otras implicaciones si pensamos más detenidamente. El gobierno actual pretende encabezar las próximas listas del Partido Justicialista, ya que, para su propósito este es el instrumento mas adecuado. Pero en el PJ hay varias tendencias que quieren lo mismo, a las cuales deberán derrotar en las internas abiertas. El ex presidente Menem, Das Neves, Rodríguez Saa, De Narváez, Solá y Duhalde, son quienes encabezarían las otras opciones. Independientemente de las alianzas que se concreten para las próximas internas, el escenario de internas abiertas tiene ciertas características, que indudablemente favorecen las intenciones del actual gobierno.
Una interna abierta permite utilizar estructuras clientelares que no están afiliadas al partido, obteniendo este beneficio quien mayor estructura tenga fuera de los partidos políticos. Otra ventaja que ofrecen las internas abiertas a quienes cuenten con muchos recursos económicos, es la eficacia de la publicidad que se haga por los medios, ya que una gran porción del padrón general es de no afiliados, estos requieren de la publicidad para movilizar su voto, ya que no están en contacto cotidiano con la estructura partidaria que los llevaría a participar de la interna. Vemos, que claramente, el grupo que tenga mas medios económicos y estructura clientelar, tendrá la mayor ventaja, y claramente el grupo gobernante es el mas favorecido, seguido de quienes cuenten con mas recursos económicos.
La publicidad de los aportes en las elecciones internas, condiciona el apoyo que muchos empresarios podrían dar a agrupaciones locales o regionales, que actuarían en defensa del interés regional y no alineado con políticas digitadas desde cúpulas que desconocen las distintas realidades regionales. Estos aportes podrían generar represalias por parte de funcionarios que apoyan al proyecto oficial, o tendrían que dar su apoyo en forma extraoficial, generando flujos de fondos “negros” que no tendrían control por parte de los propios integrantes de las líneas internas.
Los partidos o alianzas que no superen en la interna el uno y medio por ciento del padrón electoral no podrán participar de la elección general. Esta medida tiende a eliminar de la contienda electoral a partidos políticos pequeños, obligándolos a sumarse a otros proyectos, votar en blanco o anular su voto, lo que en definitiva tiende a concentrar las opciones de los votantes y a canalizar los votos de distintas tendencias conservadoras o progresistas hacia las propuestas de los partidos mayoritarios. Esto brindaría al actual gobierno la oportunidad de contar con votos progresistas que se expresan habitualmente por partidos minoritarios y que frente a otras propuestas más conservadoras, tomarían la opción de votar la propuesta del actual gobierno.
Los pequeños partidos políticos, se enfrentan a su extinción, ya que el actual proyecto propone que si un partido no se presentara en dos elecciones consecutivas o sacara menos del dos por ciento del padrón electoral en cada una de ellas, perderá su personería. Si sumamos esto a la condición de obtener el uno y medio por ciento, en las internas abiertas, las alternativas que presentan los pequeños espacios políticos desaparecerán, aumentando las concentraciones burocráticas de los partidos tradicionales PJ y UCR, que tienden a ser expulsivas, esto dejará sin espacio a muchos militantes que buscan en estos partidos una opción de participación.
Esta ley, pretende afianzar, el sueño de este gobierno de centralizar las opciones políticas entre dos grandes espacios: uno de centroizquierda y uno de centroderecha, visión que también compartían Menem y Alfonsín durante el Pacto de Olivos. Antes y ahora se mezclaban intereses personales en las definiciones de la reforma política.
Por lo tanto esta nueva reforma está movilizada por los mismos intereses, pretende la misma polarización, que perjudica la pluralidad de expresión política y beneficia a los mismos de siempre, los que siempre figuran en listas a las que nadie puede modificar, representando a nadie y dependiendo de los que acumulan poder. Esta reforma se parece demasiado a Terminator, Rocky o Rambo, se repiten, para mostrar las mismas caras con nuevos diálogos y haciendo, lo mismo. El pueblo, mientras tanto, lo mira por TV.

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