Nadie duda que estamos próximos a una crisis global de proporciones nunca antes vista, por proximidad me refiero a esta centuria y no a los años vecinos. Los factores que están generando la crisis son: el calentamiento global, la sobrepoblación, la escasez de recursos naturales, la pérdida de valor de las monedas papel, la creciente exclusión social y la escalada de violencia a nivel mundial. Si bien estos fenómenos no son independientes y las crisis que generarán algunos de ellos podrían controlarse, el conjunto de ellas cambiarán notablemente las estructuras sociales, económicas y políticas que hoy están vigentes.
Si bien el mundo, o mas bien sus líderes, acaban de desconocer el peligro potencial que representa el calentamiento global (gracias a Obama y Cia.), no cabe duda que los cambios que ya pueden apreciarse en el clima mundial, señal inconfundible de los efectos futuros del calentamiento global. Podemos citar, entre los que pueden notarse en estos últimos 10 años, menores diferencias de temperaturas extremas entre invierno y verano, menor frecuencia de lluvias y lluvias mas intensas, aparición de ciclones en el hemisferio sur, olas de calor en Europa, grandes tempestades en las zonas ecuatoriales, mayores deshielos de masas polares y de glaciares. Las predicciones para mediados de la centuria auguran graves inundaciones en el hemisferio norte, severos problemas de pérdida de bosques selváticos (casi un 50% de la Amazonía), avance de la desertificación (mas de un 30% de las llanuras semiáridas actualmente existentes) y severos problemas costeros por aumento del nivel de los mares. No existe hoy en día solución al problema que no sea un cambio drástico en el uso de comestibles fósiles, lo que no solo es prácticamente imposible para la economía mundial, sino que es técnicamente irrealizable su reemplazo por otras fuentes en un plazo que amortigüe de manera significativa en cambio climático a escala global. Las consecuencias indirectas de los cambios antes mencionados serán: grandes desplazamientos poblacionales (casi un 20% de la población del planeta), disminución de las zonas cultivables y merma en la producción mundial de alimentos, extensión de plagas a zonas donde antes no existían (ya se dio en 2005, la propagación del dengue de Malasia a China, por efecto de la disminución de las medias invernales de temperatura) y disminución de los recursos pesqueros por afectación de la cadena trófica al cambiar parámetros de temperatura y salinidad.
Actualmente somos en el mundo casi 6.000 millones de personas y para mediados de siglo seremos casi 12.000 millones cifra a partir de la cual el planeta no ofrece mas sustentabilidad a la raza humana. Se prevé la exacerbación de conflictos, problemas raciales y religiosos y carencia de alimentación, energía y vivienda. En gran parte, el problema de la sobrepoblación es debida a la desigual distribución de la riqueza ya que las tasas de natalidad son mas altas donde mas pobreza existe, lo que contribuye a aumentar el problema de la pobreza existente. Los recursos escasos provocarán conflictos económicos, tanto internacionales como dentro de las fronteras de los países, siendo inevitable que se desaten guerras por el control de recursos, principalmente el agua potable.
Los recursos naturales que nos proveen de energía, entre los que podemos el petróleo, el gas, el carbón, e incluso el uranio para abastecer centrales nucleares, se están agotando; y en la medida que aumenta de demanda de energía y transporte, mas pronto careceremos de ellos. Se estima que las reservas de estas fuentes de energía, difícilmente puedan abastecer la demanda global por más de 30 años. Las superficies de cultivo, están sobre explotadas y quedas muy pocos suelos en condiciones de aumentar significativamente la producción global de alimentos, a esto debe sumarse la desertificación de las llanuras semiáridas y los problemas de pérdida de productividad de los suelos por el monocultivo y prácticas de sobreexplotación (la soja transgénica es uno de los ejemplos mas evidentes). La capacidad de producción minera también se enfrenta a la escasez de recursos, por ello el aumento de explotaciones mineras a cielo abierto, que aprovechan los restos de explotaciones anteriores y yacimientos de poca abundancia (aquí el problema ambiental que este tipo de explotación genera, es casi tan importante como la carencia de los recursos mineros). En síntesis una economía (en el sentido clásico) basada en producción que consideraba a los recursos como ilimitados, enfrenta un horizonte de escasez de recursos, cuando no de carencia de los mismos.
La actual crisis financiera y económica de EEUU, es más que un problema periódico de la economía capitalista de mercado, es un síntoma de la generación de moneda sin respaldo real (como era el respaldo oro) o sin respaldo de bienes que aseguren su pérdida de valor. Como consecuencia se generan dos factores encadenados de inflación y aumento de deuda, que justifican la emisión de más papel moneda, generando un círculo vicioso de inflación y endeudamiento, donde los estados deben reducir sus estructuras para poder pagar los servicios de esas deudas, mientras que las personas ven reducido el poder adquisitivo de su salario por efecto de la inflación. Consideremos que la generación de nuestros padres adquirían un conjunto de bienes de capital (casa, auto, muebles, etc.) mediante en producto del trabajo de uno de ellos, mientras que actualmente se requiere del trabajo de ambos conyugues (con lo que se demuestra que el poder adquisitivo del salario se redujo a la mitad). Actualmente el poder adquisitivo del salario no solo se ve amenazado por la inflación sino por la acción de los impuestos directos al consumo (en nuestro país el IVA e Ingresos brutos, se llevan casi una cuarta parte de nuestro salario). Las condiciones de progreso económico se van reduciendo generación tras generación en función del aumento de la masa de dinero sin respaldo (o con el solo respaldo de deuda pública y privada). Muy posible que algunos índices de progreso humano se vean afectados, como ya lo ha indicado la Organización Mundial de la Salud, diciendo que la esperanza de vida de nuestros hijos en menor que la nuestra (si bien esto está dicho es términos estadísticos a nivel mundial).
El fenómeno reciente de excusión social y aumento de la violencia, son los otros jinetes del Apocalipsis global que se avecina. El fenómeno de exclusión se convirtió en el último escalón de la miseria humana, ya que la pobreza se consideró siempre un camino que podía recorrerse en las dos vías (se podía recobrar de la pobreza a quienes habían caído en ella). La exclusión genera no solo pobreza extrema sino que en su seno surge la violencia de quienes, marginados de toda posibilidad de integración social, ven en cualquier “incluido” alguien que goza de un privilegio que ellos carecen, ya que la exclusión que de la sociedad, es para ellos la exclusión de las normas que rigen el comportamiento de la sociedad. El control social de los excluidos requiere fuerzas represivas cada ves mayores, de allí las escaladas de crímenes y violencia que se registra donde mayor es la diferencia de situación socio-económica, ya que la exclusión, la represión, la marginalidad y la violencia generan un circulo que se realimenta en forma continua. Las tensiones sociales que provoca la exclusión, también se manifiesta en otros sectores de la sociedad, donde las presiones por mantenerse “incluidos” provoca aumento de los niveles cotidianos de competencia, estrés y mayor conflictividad de las relaciones sociales, lo que puede advertirse en el aumento de hechos cotidianos de violencia, producto de conflictos banales.
El planteo de los problemas que enfrentamos en el corto y mediano plazo, tienen que ser resueltos en tres esferas distintas, la esfera política, la esfera económica y esfera tecnológica. Si bien estas esferas se interrelacionan entre si, cada una de ellas aporta a la solución podríamos tener alguna esperanza de solución a las crisis que se avecinan, pero mi pronostico no es optimista. La esfera política, no reacciona ante problemas que no sean de muy corto plazo, la esfera económica tampoco tiene horizontes que se aparten de su criterio de obtener la máxima rentabilidad posible y la tecnología es muy dependiente de las otras, tanto que requiere del incentivo político y económico para lograr transformaciones significativas. Dado el horizonte de tiempo político y la perspectiva de falta de rédito económico, los esfuerzos que se hagan por lograr los avances tecnológicos que permitan superar las crisis, requerirán de un período de transición durante el cual, se sufrirán problemas que solo el uso de la fuerza extrema podrá controlar. El uso de una fuerza extrema solo puede darse en un contexto sociopolítico totalmente diferente del que hoy existe, y aún así pueden generarse reacciones que alteren toda posibilidad de reorganización social, económica y política, a las formas actuales.
La opción es el caos, ya que la crisis es inevitable y solo soluciones tecnológicas pueden obtener producción con energías limpias, reaprovechamiento de recursos, reemplazo de tecnologías ineficientes, producción sustentable de alimentos, generación de actividades inclusivas, nuevas formas de producción que generen una nueva economía basada en superproducción y no en bienes escasos. Anteriores crisis de menor impacto fueron solucionadas sin requerir cambios tan drásticos como los que se avizoran como necesarios, pensemos que las crisis del carbón y la necesidad de menores depósitos de combustible, llevaron al reemplazo de la maquina de vapor por el motor de combustión interna, la necesidad de transportar energía en forma constante a bajo costo desarrolló maquinas eléctricas, la necesidad de maquinas de gran potencia impulsoras generaron las turbinas, estos procesos marcaron la transición entre la primera y la segunda revolución tecnológica, estamos frente a una cuarta revolución tecnológica, la que plantea la sustentabilidad de los medios de producción, la equidad social compatible con una nueva forma de crecimiento económico. Solo el tiempo nos dará la pauta de cómo se dará esta evolución, las señales que se observan no son alentadoras.
Si bien el mundo, o mas bien sus líderes, acaban de desconocer el peligro potencial que representa el calentamiento global (gracias a Obama y Cia.), no cabe duda que los cambios que ya pueden apreciarse en el clima mundial, señal inconfundible de los efectos futuros del calentamiento global. Podemos citar, entre los que pueden notarse en estos últimos 10 años, menores diferencias de temperaturas extremas entre invierno y verano, menor frecuencia de lluvias y lluvias mas intensas, aparición de ciclones en el hemisferio sur, olas de calor en Europa, grandes tempestades en las zonas ecuatoriales, mayores deshielos de masas polares y de glaciares. Las predicciones para mediados de la centuria auguran graves inundaciones en el hemisferio norte, severos problemas de pérdida de bosques selváticos (casi un 50% de la Amazonía), avance de la desertificación (mas de un 30% de las llanuras semiáridas actualmente existentes) y severos problemas costeros por aumento del nivel de los mares. No existe hoy en día solución al problema que no sea un cambio drástico en el uso de comestibles fósiles, lo que no solo es prácticamente imposible para la economía mundial, sino que es técnicamente irrealizable su reemplazo por otras fuentes en un plazo que amortigüe de manera significativa en cambio climático a escala global. Las consecuencias indirectas de los cambios antes mencionados serán: grandes desplazamientos poblacionales (casi un 20% de la población del planeta), disminución de las zonas cultivables y merma en la producción mundial de alimentos, extensión de plagas a zonas donde antes no existían (ya se dio en 2005, la propagación del dengue de Malasia a China, por efecto de la disminución de las medias invernales de temperatura) y disminución de los recursos pesqueros por afectación de la cadena trófica al cambiar parámetros de temperatura y salinidad.
Actualmente somos en el mundo casi 6.000 millones de personas y para mediados de siglo seremos casi 12.000 millones cifra a partir de la cual el planeta no ofrece mas sustentabilidad a la raza humana. Se prevé la exacerbación de conflictos, problemas raciales y religiosos y carencia de alimentación, energía y vivienda. En gran parte, el problema de la sobrepoblación es debida a la desigual distribución de la riqueza ya que las tasas de natalidad son mas altas donde mas pobreza existe, lo que contribuye a aumentar el problema de la pobreza existente. Los recursos escasos provocarán conflictos económicos, tanto internacionales como dentro de las fronteras de los países, siendo inevitable que se desaten guerras por el control de recursos, principalmente el agua potable.
Los recursos naturales que nos proveen de energía, entre los que podemos el petróleo, el gas, el carbón, e incluso el uranio para abastecer centrales nucleares, se están agotando; y en la medida que aumenta de demanda de energía y transporte, mas pronto careceremos de ellos. Se estima que las reservas de estas fuentes de energía, difícilmente puedan abastecer la demanda global por más de 30 años. Las superficies de cultivo, están sobre explotadas y quedas muy pocos suelos en condiciones de aumentar significativamente la producción global de alimentos, a esto debe sumarse la desertificación de las llanuras semiáridas y los problemas de pérdida de productividad de los suelos por el monocultivo y prácticas de sobreexplotación (la soja transgénica es uno de los ejemplos mas evidentes). La capacidad de producción minera también se enfrenta a la escasez de recursos, por ello el aumento de explotaciones mineras a cielo abierto, que aprovechan los restos de explotaciones anteriores y yacimientos de poca abundancia (aquí el problema ambiental que este tipo de explotación genera, es casi tan importante como la carencia de los recursos mineros). En síntesis una economía (en el sentido clásico) basada en producción que consideraba a los recursos como ilimitados, enfrenta un horizonte de escasez de recursos, cuando no de carencia de los mismos.
La actual crisis financiera y económica de EEUU, es más que un problema periódico de la economía capitalista de mercado, es un síntoma de la generación de moneda sin respaldo real (como era el respaldo oro) o sin respaldo de bienes que aseguren su pérdida de valor. Como consecuencia se generan dos factores encadenados de inflación y aumento de deuda, que justifican la emisión de más papel moneda, generando un círculo vicioso de inflación y endeudamiento, donde los estados deben reducir sus estructuras para poder pagar los servicios de esas deudas, mientras que las personas ven reducido el poder adquisitivo de su salario por efecto de la inflación. Consideremos que la generación de nuestros padres adquirían un conjunto de bienes de capital (casa, auto, muebles, etc.) mediante en producto del trabajo de uno de ellos, mientras que actualmente se requiere del trabajo de ambos conyugues (con lo que se demuestra que el poder adquisitivo del salario se redujo a la mitad). Actualmente el poder adquisitivo del salario no solo se ve amenazado por la inflación sino por la acción de los impuestos directos al consumo (en nuestro país el IVA e Ingresos brutos, se llevan casi una cuarta parte de nuestro salario). Las condiciones de progreso económico se van reduciendo generación tras generación en función del aumento de la masa de dinero sin respaldo (o con el solo respaldo de deuda pública y privada). Muy posible que algunos índices de progreso humano se vean afectados, como ya lo ha indicado la Organización Mundial de la Salud, diciendo que la esperanza de vida de nuestros hijos en menor que la nuestra (si bien esto está dicho es términos estadísticos a nivel mundial).
El fenómeno reciente de excusión social y aumento de la violencia, son los otros jinetes del Apocalipsis global que se avecina. El fenómeno de exclusión se convirtió en el último escalón de la miseria humana, ya que la pobreza se consideró siempre un camino que podía recorrerse en las dos vías (se podía recobrar de la pobreza a quienes habían caído en ella). La exclusión genera no solo pobreza extrema sino que en su seno surge la violencia de quienes, marginados de toda posibilidad de integración social, ven en cualquier “incluido” alguien que goza de un privilegio que ellos carecen, ya que la exclusión que de la sociedad, es para ellos la exclusión de las normas que rigen el comportamiento de la sociedad. El control social de los excluidos requiere fuerzas represivas cada ves mayores, de allí las escaladas de crímenes y violencia que se registra donde mayor es la diferencia de situación socio-económica, ya que la exclusión, la represión, la marginalidad y la violencia generan un circulo que se realimenta en forma continua. Las tensiones sociales que provoca la exclusión, también se manifiesta en otros sectores de la sociedad, donde las presiones por mantenerse “incluidos” provoca aumento de los niveles cotidianos de competencia, estrés y mayor conflictividad de las relaciones sociales, lo que puede advertirse en el aumento de hechos cotidianos de violencia, producto de conflictos banales.
El planteo de los problemas que enfrentamos en el corto y mediano plazo, tienen que ser resueltos en tres esferas distintas, la esfera política, la esfera económica y esfera tecnológica. Si bien estas esferas se interrelacionan entre si, cada una de ellas aporta a la solución podríamos tener alguna esperanza de solución a las crisis que se avecinan, pero mi pronostico no es optimista. La esfera política, no reacciona ante problemas que no sean de muy corto plazo, la esfera económica tampoco tiene horizontes que se aparten de su criterio de obtener la máxima rentabilidad posible y la tecnología es muy dependiente de las otras, tanto que requiere del incentivo político y económico para lograr transformaciones significativas. Dado el horizonte de tiempo político y la perspectiva de falta de rédito económico, los esfuerzos que se hagan por lograr los avances tecnológicos que permitan superar las crisis, requerirán de un período de transición durante el cual, se sufrirán problemas que solo el uso de la fuerza extrema podrá controlar. El uso de una fuerza extrema solo puede darse en un contexto sociopolítico totalmente diferente del que hoy existe, y aún así pueden generarse reacciones que alteren toda posibilidad de reorganización social, económica y política, a las formas actuales.
La opción es el caos, ya que la crisis es inevitable y solo soluciones tecnológicas pueden obtener producción con energías limpias, reaprovechamiento de recursos, reemplazo de tecnologías ineficientes, producción sustentable de alimentos, generación de actividades inclusivas, nuevas formas de producción que generen una nueva economía basada en superproducción y no en bienes escasos. Anteriores crisis de menor impacto fueron solucionadas sin requerir cambios tan drásticos como los que se avizoran como necesarios, pensemos que las crisis del carbón y la necesidad de menores depósitos de combustible, llevaron al reemplazo de la maquina de vapor por el motor de combustión interna, la necesidad de transportar energía en forma constante a bajo costo desarrolló maquinas eléctricas, la necesidad de maquinas de gran potencia impulsoras generaron las turbinas, estos procesos marcaron la transición entre la primera y la segunda revolución tecnológica, estamos frente a una cuarta revolución tecnológica, la que plantea la sustentabilidad de los medios de producción, la equidad social compatible con una nueva forma de crecimiento económico. Solo el tiempo nos dará la pauta de cómo se dará esta evolución, las señales que se observan no son alentadoras.
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