La presidenta acaba de anunciar un plan de contingencia para enfrentar la actual crisis económica que se avecina, las medidas anunciadas me recordaron algo, así que busqué en mis libros de economía y realmente quedé sorprendido. ¡El crédito como instrumento de crecimiento económico es una política monetarista y neoliberal!
Si el fin de dar crédito a una empresa, es para que no despida a sus obreros, no es una mala medida. Pero estamos en una realidad económica distinta a la que existía cuando Stigler y Friedman crearon estas teorías, no me refiero a una realidad macroeconómica, sino a la composición actual de las estructuras de producción. El paradigma de producción de los años 70, se basaba mayoritariamente en postulados taylorianos o fordistas y las estructuras productivas actuales son bastante distintas. Por lo tanto tomar medidas monetaristas para resguardar un aparato productivo distinto, puede que no conduzca a buenos resultados, podemos aclarar esto desarrollando un caso que podría ser típico.
Tomemos a modo de ejemplo, una empresa mediana, la cual puede tener hoy en día, 100 personas en relación de dependencia, compra partes a pequeños proveedores locales, que emplean a 200 empleados, y contratan servicios que generan otros 200 puestos de trabajo. En total hay 500 puestos de trabajo. Estos puestos se asignan a distintas unidades de producción, de modo que si la empresa produce 1000 unidades de 10 productos, supongamos por simpleza de cálculos, que la asignación de trabajadores es proporcional, 10 empleados directos por producto y 40 indirectos (20 de proveedores de partes y 20 de proveedores de servicios). Definida nuestra empresa, veamos como reacciona ante la actual crisis.
Supongamos que hay una reducción de la demanda del 50% (cifra conservadora), esto llevará a la empresa a reducir su personal a la mitad produciendo 50 despidos de personal propio, lo que se incorporará a la estadística de desempleo (si Moreno así lo dispone), pero además se reducirán las compras y la demanda de servicios, siendo los desocupados en total 250, de los que figurarán para la empresa solo 50.
Si ahora le damos un crédito a la empresa para que continúe produciendo 1000 unidades de los 10 productos, ¿que sucede?, en primer lugar aumenta el pasivo de las empresas en un equivalente al 50% de su costo de producción, genera un stock con un costo de almacenamiento, ya que mantuvimos la producción, pero no se aumento la demanda. Los costos de la empresa aumentaron en función del crédito que debe pagar y el stock que tiene y no puede vender. Esto configura una lógica ganar-perder, los trabajadores ganan al no perder sus puestos de trabajo y la empresa pierde ya que al aumentar sus costos.
¿Cómo podrán reaccionar las empresas para no perder?, en primer lugar tiene que compensar las pérdidas, lo cual muy probable pueda lograrse mediante la sustitución de la compra de partes a proveedores extranjeros también afectados por la crisis y además con una moneda devaluada (en nuestro caso Brasil) y transferir su stock a su cadena de distribución con los créditos baratos que tomaron, presionándolos a tomar ese stock o perder su distribución. También se reducen los costos de servicios contratando en el exterior los de mayor costo (puede verse esto en la balanza de pagos tecnológica del país). Se salvaron los 50 puestos de trabajo registrados por las empresas pero se perdieron 300, se generó un flujo de dinero al exterior por compras y contratación de servicios, se puso en riesgo a empresas distribuidoras que si optan por tomar el stock ofrecido, pueden llegar a quebrar y si ni pierden un producto que comercializan. Ahora se invierte la lógica ganar-perder, las pérdidas de trabajo y dinero son más, pero la empresa ahora no pierde.
Dejemos un final abierto ¿Qué harán las empresas ante la crisis y la solución que les ha ofrecido el gobierno?
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